Los caprichos del neopuritanismo y el fin de 'Cr¨®nicas carn¨ªvoras'
Hoy tratar¨¦ un tema tan estimulante como s¨®lo lo pueden ser las desgracias ajenas, y m¨¢s cuando les pasan a famosos: la defenestraci¨®n de Adam Richman, protagonista hasta hace unos d¨ªas de uno de los programas de comida m¨¢s repulsivos y a la vez m¨¢s adictivos de la televisi¨®n.
En Cr¨®nicas carn¨ªvoras, Richman viaja por EE UU someti¨¦ndose a desaf¨ªos consistentes en comerse una torre de 12 hamburguesas, 10 docenas de ostras con salsa picante, dos kilos de nachos con queso y otras salvajadas del pelo. El canal que impuls¨® sus org¨ªas, Travel Channel, ha decidido posponer la emisi¨®n de la ¨²ltima temporada despu¨¦s de que el presentador, ahora convertido a la vida sana, se viera envuelto en una trifulca con sus seguidores en Instagram.
Todo empez¨® cuando Richman, una especie de cristiano renacido del pecado de la gula, colg¨® en la dicha plataforma una foto luciendo sus 30 kilos de menos, y la etiquet¨® con el hashtag #thinspiration. Este palabro, que significa algo como¡°delgadinspiraci¨®n¡±, es un cl¨¢sico de la promoci¨®n de la anorexia en Internet, por lo que las protestas llegaron r¨¢pido. El exgordo empez¨® a contestar en un tono muy zen y muy propio de las personas que est¨¢n en paz consigo mismas, pero a dieta. ¡°C¨®mete un saco de mierda, imb¨¦cil¡±. ¡°Qu¨¦ pena que tu padre no usara cond¨®n¡±. ¡°Coge una cuchilla de afeitar y date un ba?o¡±.
Habiendo sufrido momentos bajos en los que he pensado, pero nunca escrito, cosas parecidas sobre algunas personas que comentan mis art¨ªculos -el periodista que no lo haya hecho, que venga el Papa y lo beatifique en vida-, no s¨¦ si estoy en posici¨®n de condenar a Richman. S¨®lo le sugerir¨ªa m¨¢s sensibilidad con el drama de los trastornos alimentarios, un curso de yoga y la instalaci¨®n de una app de esas que te bloquean el acceso a internet cuando est¨¢s colocado, si es que existe.
Richman ya se ha disculpado, pero lo m¨¢s interesante es que estos hechos hayan acabado con el programa, y no todas las barbaridades que se han visto en ¨¦l durante sus cuatro temporadas. ?El espect¨¢culo de ver a un tragaldabas engullendo, a punto de estallar como el se?or Creosota de los Monty Phyton? Mola. ?Una etiqueta desafortunada y cuatro exabruptos online? ?Intolerable! As¨ª de caprichoso es el neopuritanismo del siglo XXI, capaz de tolerar un espacio que promueve los atracones y la disfunci¨®n alimentaria, pero encantado de sacar la espada flam¨ªgera en cuanto su conductor tiene una mala tarde en las redes sociales.
Esta columna fue publicada originalmente en la Revista S¨¢bado, dentro de la edici¨®n impresa de EL PA?S.
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