Malas madres y peores anuncios
La pol¨¦mica nueva publicidad de Meritene no puede estar m¨¢s equivocada: obligar a tu hijo a comer es un error, y los suplementos nutricionales no solucionan el problema.
El otro d¨ªa lo vi, fue una noche cualquiera de un martes ¨ªdem. Un anuncio reflejaba las coacciones de una madre hacia un hijo que se negaba a comer lo que esta quer¨ªa que comiera. El producto: un batido para ¡°complemetar¡± la dieta habitual de esos ni?os a los que les ¡°cuesta comer¡±. No hay derecho. Ver a un ni?o sufrir sometido a presiones y coacciones no es plato de gusto, y menos cuando el sometimiento se realiza con un inaceptable y mal entendido ejercicio de autoridad. Cuando el spot de turno sirve para poner en alza un producto que maldita la falta que hace en nuestro entorno ¨Cdesplazando a estrategias verdaderamente v¨¢lidas¨C, la cosa ya clama al cielo.
Antes de continuar, echemos un vistazo al anuncio que motiva este escrito:??
Pasemos a relatar las razones por las que las incorrectamente denominadas ¡®leches¡¯ de crecimiento y los aun m¨¢s espec¨ªficos complementos para ni?os supuestamente malcomedores ¨Cproductos como Meritene Junior, un producto que comercializa la multinacional del sector alimentario Nestl¨¦ S.A., con un perfil similar al de otros como Pediasure (de Laboratorios Abbot)¨C juegan con los miedos m¨¢s cervales de los padres. A saber: que el ni?o pueda enfermar, no crezca, no se desarrolle convenientemente o sufra alg¨²n problema de salud, todo ello fruto de una hipot¨¦tica desnutrici¨®n al no comer lo suficiente (siempre seg¨²n los padres, claro).
Bien, resulta que estos productos distan mucho de ser esa autoproclamada soluci¨®n: desde la comunidad sanitaria y cient¨ªfica se apuesta por estrategias diametralmente opuestas cuando se trata de educar a nuestros hijos en este terreno. Son muchas las voces que, fuera de la influencia de la industria, se levantan en contra de las medidas coercitivas que obligan a comer a los ni?os, ya que en vez de arreglar nada lo ¨²nico que se consigue es estropear m¨¢s el asunto, agravando el problema.
An¨¢lisis del Meritene
Contiene una cantidad de az¨²car francamente elevada. En concreto una raci¨®n de la versi¨®n de sabor fresa aporta, una vez reconstituido con 200 ml de leche, m¨¢s de 39 g de az¨²cares: m¨¢s az¨²car que una lata de Coca-Cola.
Esto es debido a que adem¨¢s de la leche (y su lactosa) entre los ingredientes de Meritene Junior el segundo es la sacarosa, nombre t¨¦cnico que se le da al az¨²car de mesa. No entiendo por qu¨¦ Nestl¨¦ SA nombra al az¨²car entre sus ingredientes como sacarosa¡ ?hay alguien que pida los azucarillos en un bar diciendo "deme por favor tres sobres de sacarosa"?
El aporte de sus vitaminas y minerales y dem¨¢s nutrientes no es para tirar cohetes si lo comparamos con otro producto de la casa, el Nesquick. Es m¨¢s, dos vasos de esta bebida iguala y supera en muchos casos los aportes contenidos en una raci¨®n de Meritene Junior (con m¨¢s az¨²car aun, eso es cierto).
El precio del Meritene Junior es accesible para pocas econom¨ªas dom¨¦sticas. Seg¨²n un r¨¢pido y no exhaustivo estudio de mercado la raci¨®n de esta bebida (sin contar la leche) sale por unos 1,5 € (la de Pediasure por unos 2,41 €) frente a los 0,08 € de una raci¨®n (sin la leche) de Nesquik.
Meritene Junior tiene a gala usar solo las farmacias y parafarmacias para su venta, cuando nada le impedir¨ªa comercializarse en supermercados y ultramarinos. Esto en mi opini¨®n es una instrumentalizaci¨®n de las oficinas de farmacia, otorgando a su producto una categor¨ªa que no tiene (igual que las pastillas Juanola, pero esa es otra historia).
No lo digo por decir, en esta investigaci¨®n se contrast¨® que el hecho de forzar y presionar para que nuestros hijos coman m¨¢s frutas y verduras est¨¢ relacionado con un menor consumo de las mismas. Al mismo tiempo, y reforzando este mismo mensaje pero en positivo, este otro trabajo puso de relieve que la ingesta de este tipo de productos por parte de los ni?os aumenta tras ver a los adultos comerlos. Resumiendo, forzar a comer no es solo que sea una mala estrategia, es que adem¨¢s es contraproducente, como bien han comentado otros profesionales del sector de la nutrici¨®n en sus cuentas de Twitter (la red que ha recogido gran parte de la pol¨¦mica del anuncio de marras).
Educar con el ejemplo no es por tanto una forma m¨¢s de educar, deber¨ªa ser la ¨²nica forma de educar. Algo que ten¨ªa muy claro nuestro Ministerio de Educaci¨®n cuando promocionaba el sano h¨¢bito de la lectura entre los m¨¢s peque?os. En este sentido, otra de las tantas circunstancias reprochables del anuncio de Meritene Junior es ver a un ni?o aislado, que no come con sus padres y que est¨¢ sentado en el suelo sometido a un cuarto grado que ni en Guant¨¢namo.
Tras hablar El Comidista con la empresa responsable del producto, Nestl¨¦ S.A. responde que ¡°el anuncio pone en valor la actitud paciente y perseverante de la madre de un ni?o al que comer le resulta dif¨ªcil¡±. Ante esta situaci¨®n en la que la madre obliga a la fuerza a comer a su hijo, el ni?o le llama mala: ¡°Eres mala, muy mala¡±, son sus palabras. A pesar de que la voz en off del spot asegura que si un d¨ªa tu hijo te dice que eres una madre mala¡ es que eres muy buena, lo cierto es que el ni?o, sin saberlo, tiene detr¨¢s una importante bibliograf¨ªa cient¨ªfica que respalda su veredicto.
La madre, en cambio, no tiene ninguna: obligar a comer a un ni?o es una estrategia negativa y, por tanto, en el universo de un ni?o quienes la practican son personas malas. Di que s¨ª Alvarito, cuentas con todo mi apoyo y simpat¨ªa (Alvarito es el nombre con el que en mi fuero interno he bautizado a esta torturada criaturita). ?Acaso ustedes no se sentir¨ªan torturados si alguien abusando de su autoridad les obligara a comer algo que ustedes no han decidido y en la cantidad que esa autoridad ha establecido de modo unilateral? ?Se imaginan a ustedes mismos siendo objeto de esa presi¨®n en un restaurante cualquiera?
Entend¨¢monos, los desvelos por aportar a nuestros hijos una correcta alimentaci¨®n y una adecuada educaci¨®n en este ¨¢mbito es, sin lugar a dudas, una sana preocupaci¨®n. Pero a partir de aqu¨ª las cosas se pueden hacer mejor o peor y desde luego obligar, presionar, forzar e imponer pasan por ser las peores entre todas las posibilidades a la luz de la evidencia cient¨ªfica.
Tal vez a algunos padres les resultar¨¢ dif¨ªcil empatizar con el siguiente mensaje, pero se ha de tener en cuenta que el mejor indicador del apetito de un ni?o es precisamente el apetito de ese ni?o: es decir, la cantidad de alimento que ¨¦l dice que quiere comer. Este es uno de los mensajes principales de la Asociaci¨®n Americana de Pediatr¨ªa y de la propia OMS cuando afirman que, incluso en el caso de los beb¨¦s, se debe respetar la innata capacidad de los ni?os para autorregular la cantidad de comida que necesitan. Es m¨¢s, una reciente investigaci¨®n capitaneada por investigadores de primera l¨ªnea ha puesto de manifiesto que ¡°un ni?o que solo se come entre la mitad o dos terceras partes de la comida que ¨¦l mismo se ha servido no est¨¢ siendo derrochador, beligerante o irrespetuoso. Es simplemente un ni?o normal¡±. ?La mitad o las dos terceras partes de lo que ellos mismos se sirven!... y no pasa nada.
No obstante, aun est¨¢n por llegar las peores noticias respecto a esto de obligar a comer a un ni?o. Alvarito, el ni?o del anuncio, va a ver incrementado su riesgo de obesidad en el futuro por el hecho de que su madre le azuce para comer m¨¢s all¨¢ de lo que le gusta o de su apetito (y tras conseguirlo, adem¨¢s, atizarle el batido de rigor). No exagero. Este tipo de presi¨®n para que nuestros hijos coman se puede traducir, tal y como se?ala este estudio, en un aumento del riesgo de desajustar la capacidad innata de los ni?os para adecuar su consumo de energ¨ªa.
Esto puede concretarse en que los ni?os terminen comiendo m¨¢s de lo que necesitan, una situaci¨®n nada necesaria cuando m¨¢s de una tercera parte ¨Cpeligrosamente cerca de la mitad¨C de la poblaci¨®n infantil espa?ola padece exceso de peso. As¨ª lo puso de manifiesto este otro art¨ªculo, que observ¨® que el 85% de los padres procura que los ni?os a su cargo coman m¨¢s de lo que ellos quieren. El resultado es que entre esos ni?os obligados a comer, el 38% comi¨® notablemente m¨¢s de lo que hubieran comido si nadie les hubiera dicho nada, y que el 83% comiera por encima de su apetito.
?Podr¨ªa haber alg¨²n caso en el que los suplementos fueran ¨²tiles?
A pesar de todo lo expuesto hasta aqu¨ª, ?es posible encontrar ni?os en nuestro entorno que tengan alguna carencia nutricional que justifique el uso de preparados como Meritene Junior o Pediasure? Es decir ?podr¨ªan ser necesarias en casos concretos? La verdad es que dif¨ªcilmente, y menos con el perfil nutricional que tienen. Concretar¨¦.
Seg¨²n el informe de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria respecto a los requerimientos nutricionales y la ingesta diet¨¦tica de los ni?os en la Uni¨®n Europea, los cuatro posibles d¨¦ficits de los ni?os europeos son el de los ¨¢cidos grasos de la familia omega tres, la vitamina D, el hierro y el yodo. Y tampoco olvidemos que este informe se?ala como situaci¨®n de riesgo el exceso cal¨®rico. Pues bien ?c¨®mo se supone que nuestra Autoridad Sanitaria invita los ciudadanos a afrontar estos riesgos? El mensaje es claro e inequ¨ªvoco: ¡°Los expertos consideran que tanto los d¨¦ficits como el exceso se deben afrontar siguiendo las Gu¨ªas Alimentarias Basadas en Alimentos [¡] a partir de una alimentaci¨®n saludable. Estas gu¨ªas ofrecen educaci¨®n nutricional y consejos tanto para los individuos concretos como para el p¨²blico en general con el fin de alcanzar los objetivos nutricionales y de ayudarles a seleccionar una dieta que satisfaga sus necesidades. Estas recomendaciones incluyen la adecuada elecci¨®n de alimentos que son fuente de aquellos nutrientes clave para la salud p¨²blica [¡]¡±
Les ha faltado decir que adem¨¢s se deben afrontar sin complementos ni 'chupibatidos', pero su ausencia es m¨¢s que reveladora. Seamos sensatos, que levante la mano el que conozca alg¨²n caso de desnutrici¨®n infantil en Espa?a ocasionado por la negativa del ni?o a comer entre una variada oferta de alimentos saludables, y sin la coincidencia de otras patolog¨ªas. Vale. Los ni?os normales no necesitan soluciones extempor¨¢neas y menos si son como estas.
En resumen y por todo lo visto:
- Si obligas a tu hijo a comer (o a quien sea) te est¨¢s columpiando al alejarte de todas las recomendaciones conocidas para educar a los m¨¢s peque?os en unos correctos h¨¢bitos alimentarios. Y es m¨¢s que posible que el tiro te salga por la culata.
- Si entonces tu hijo te dice que eres una mala madre o un mal padre, yo le dar¨¦ la raz¨®n, y tambi¨¦n se la dar¨¢ la OMS y todas las asociaciones de pediatr¨ªa que se han pronunciado al respecto.
- Los productos como Meritene Junior y otros similares, no aportan soluciones. Al contrario: las alejan. Aunque uno crea quedarse muy tranquila o tranquilo tras emplearlo.
- Meritene Junior y Pediasure son productos in¨²tiles, en mi opini¨®n muy caros, o si lo prefieres para pijos (indocumentados).
- La paciencia y la tenacidad sin duda alguna necesarias en lo que respecta a reconducir los h¨¢bitos alimentarios de nuestros hijos no ha de plasmarse en posicionamientos autoritarios. Al contrario, esas caracter¨ªsticas son las que se han utilizar para ofrecer diariamente una oferta suficiente de alimentos saludables, en la que a los ni?os se les invite a elegir qu¨¦ alimentos comer y en cu¨¢nta cantidad.
Si quieres profundizar en este tema te sugiero muy vivamente que acudas a consultar este texto de Julio Basulto y Francisco Jos¨¦ Ojuelos G¨®mez y que te hagas con dos obras imprescindibles, Mi ni?o no me come (Temas de hoy, 2012) del pediatra Carlos Gonz¨¢lez y Se me hace bola (Debolsillo, 2013) de nuevo de Julio Basulto.
Para la realizaci¨®n de este post El Comidista remiti¨® una serie de preguntas a Nestl¨¦ SA, que procedi¨® a responderlas. En mi opini¨®n no hacen sino reforzar el mensaje de este escrito: en cualquier caso est¨¢n ¨ªntegras en este enlace para ser consultadas.
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