Malas noticias: ni al zumo se le van las vitaminas ni la zanahoria cura la vista
Espinacas que te ponen como Popeye, pl¨¢tanos negros m¨¢s sabrosos, chicles que se pegan al est¨®mago... Nuestros padres nos contaron muchos bulos para que comi¨¦ramos bien, pero era con buena intenci¨®n.
Uno de los delirios gastron¨®micos m¨¢s c¨¦lebres de la cultura pop es el de Popeye y las espinacas. Cuando Popeye est¨¢ en un apuro, abre un bote de espinacas con la u?a, se lo mete entre pecho y espalda, y adquiere una fuerza sobrehumana. Para popularizar esta verdura entre la chiquillada, se ha utilizado hasta la saciedad la imagen del marinero con el papo lleno de hojas verdes. "Si comes espinacas, ser¨¢s tan fuerte como Popeye... ?y te saldr¨¢ bola, que tienen mucho hierro!", me gritaba mi madre.
Y hasta cierta edad, la campa?a de desinformaci¨®n funcion¨®: las espinacas tienen vitaminas, son nutritivas y poco cal¨®ricas, pero no te convertir¨¢n en un clon de Vin Diesel, por muchas que engullas. Sin embargo, yo me cre¨ªa a pies juntillas que podr¨ªa zurrar a los malos merced a aquellas desagradables hojas. Y las com¨ªa, vaya si las com¨ªa. Es solo la punta de un iceberg de bulos, remiendos de sabidur¨ªa popular y medias verdades; una conspiraci¨®n materna de toma pan y moja, que el grueso de los lectores tambi¨¦n habr¨¢ sufrido en sus a?os mozos.
Red de mentirijillas
Ser madre y padre exige medidas efectivas y r¨¢pidas. El tiempo de un progenitor es oro, no tiene sentido perderlo haciendo el avi¨®n con un cacho de br¨®coli o componiendo figuras antropom¨®rficas en el plato con puerros y guisantes. De ah¨ª que los padres hayan encontrado en la manipulaci¨®n de la informaci¨®n una excelente aliada para que la prole coma sano (o en su defecto, coma lo que los ellos digan.)
La mentirijilla piadosa, desplegada por un virtuoso del despiste familiar curtido en mil batallas, es r¨¢pida y letal; elegante cual f¨®rmula de Einstein. Muy pocos ni?os se resisten a un embuste bien ejecutado, y lo digo por experiencia. Mi madre refin¨® tan noble arte hasta alcanzar umbrales de creatividad y retorcimiento que har¨ªan gimotear a Stephen King, pero consigui¨® que me gustaran las espinacas, las jud¨ªas verdes, la remolacha, las legumbres. ?Sus m¨¦todos fueron cuestionables? Henry Kissinger es un aprendiz a su lado, pero las situaciones extremas requieren medidas extremas.
El tema se presta al recochineo, pero ser¨ªa un error subestimar estos dichos, pues algunos de ellos, m¨¢s que mentiras, son exageraciones extremas de verdades microsc¨®picas que yacen durmientes en lo m¨¢s hondo de las proclamas. El problema es que cualquier atisbo de base cient¨ªfica queda diluido en hip¨¦rboles imposibles. Acudo a la nutricionista Susana Hern¨¢ndez para certificarlo. "La mayor¨ªa de esas mentirijillas se basaban en la preocupaci¨®n que toda madre tiene por que su hijo est¨¦ bien alimentado. No obstante, muchos estos dogmas se han ido desmintiendo gracias a la evidencia cient¨ªfica. Aunque, lamentablemente, esta evidencia no haya llegado a nuestras madres¡±, asegura Hern¨¢ndez.
Los juegos del hambre
Supongo que las nuevas generaciones han tenido la suerte de ser alimentadas por padres y madres, pero los que ya tenemos una edad sabemos que eran las madres qui¨¦nes llevaban las riendas de la cocina y tej¨ªan la red de mentiras piadosas que nos hac¨ªa amar las acelgas. Hago una encuesta entre los colaboradores de El Comidista y me quedo asombrado ante las demostraciones de ingenio de sus mam¨¢s (y alg¨²n pap¨¢).
Como me recuerda Jorge Guiti¨¢n, el diminutivo es uno de los recursos, una forma de allanar el camino y buscar una primera conexi¨®n entre la mente infantil y ese trozo de "pollito hervidito" que no se comer¨ªa ni un dingo fam¨¦lico. A partir de aqu¨ª, las t¨¢cticas se despliegan en muchas formas.
El terror suele funcionar. Y la historia de miedo m¨¢s recurrente es la del chicle. "Si te tragas ese chicle se te pegar¨¢ al est¨®mago y podr¨ªas morir" (mi madre prefer¨ªa el coraz¨®n, en lugar del est¨®mago: le deber¨ªa de resultar m¨¢s convincente). Otro cl¨¢sico espa?ol es "si comes chocolate te saldr¨¢n granos", aunque parece que en este extremo no iba errada la sabidur¨ªa materna. "No por el cacao en s¨ª, que no tiene ninguna culpa, sino por los ingredientes l¨¢cteos o el az¨²car presentes en el chocolate (que s¨ª parecen tener relaci¨®n con la aparici¨®n de acn¨¦). Hoy en d¨ªa las tabletas de chocolate tienen poco cacao y mucho de otras cosas. Mirad la lista de ingredientes, que aparecen siempre por orden de cantidad. Ver¨¦is cual es el primero", asegura la nutricionista Susana Hern¨¢ndez.
Una campa?a de terror habitual en mi casa aseguraba que si engull¨ªas muchas golosinas te saldr¨ªan gusanos por el ojete. A Patricia Tablado su abuela le contaba que comer muchas pipas produc¨ªa un doloroso ataque de apendicitis. A Raquel Pi?eiro le dec¨ªan que los polos eran sin¨®nimo de movimientos intestinales no deseados¡ ??C¨®mo pod¨ªamos vivir en semejante estado de terror?!
Otra categor¨ªa que ha pasado de generaci¨®n en generaci¨®n es la de los alimentos entendidos como productos de belleza milagrosos, con propiedades curativas e incluso regenerativas. Premio para la sardina como la reina de las melenas brillantes y las pedicuras hollywoodienses. Premio tambi¨¦n para el zumo de lim¨®n con miel como ant¨ªdoto para todo.
En casa de Sabina Urraca, los guisantes te pon¨ªan los ojos verdes y redondos. Y en el hogar de M¨°nica Escudero, comer algo caliente cada d¨ªa era bueno para el p¨¢ncreas. En mi familia, las zanahorias te pon¨ªan moreno y te curaban las dioptr¨ªas, por lo que me entregu¨¦ en cuerpo y alma a dicha hortaliza. Estoy m¨¢s blanco que la leche y sigo calzando lupas, por cierto. "Las zanahorias contienen beta-carotenos (pro-vitamina A) y un d¨¦ficit extremo de vitamina A puede causar ceguera. Pero en un entorno desarrollado como el nuestro, con una amplia disponibilidad de alimentos, es muy dif¨ªcil que tengamos un d¨¦ficit de vitamina A y, por lo tanto, no vamos a ver mejor por muchas zanahorias que comamos", comenta Hern¨¢ndez, nuestra especialista. Comienzo a pensar que mi madre fue una de las pioneras de la posverdad.
Jugando con tu mente
La carta del sentimiento de culpa tambi¨¦n ha funcionado de maravilla en los ¨²ltimos 30 a?os. En mi infancia y en la de muchos colaboradores de El Comidista, "los pobres ni?os que se mueren de hambre en ?frica" eran el argumento utilizado de forma recurrente para conseguir que te lo pensaras dos veces antes de dejar media tortilla en el plato. Los abuelos iban mucho m¨¢s fuertes y prefer¨ªan golpear conciencias con un croch¨¦ demoledor: "Tendr¨ªas que pasar una guerra". KO t¨¦cnico. Boxeador en la lona.
Uno no puede dejar de maravillarse ante tama?o despliegue dial¨¦ctico y de ingenio a la hora de manipular la mente del v¨¢stago. Acaso deseosos de que se largasen de una maldita vez a la escuela, muchos padres de mi generaci¨®n conminaban a sus hijos a beber el zumo de naranja a toda pastilla, porque la vitaminas se escapaban. Y los cr¨ªos se amorraban apresuradamente al vaso. "La vitamina C del zumo de naranja se mantiene perfectamente hasta 12 horas despu¨¦s de exprimir la naranja y no se evapora al instante. Aunque s¨ª es cierto que la vitamina C se oxida en otro compuesto, este sigue teniendo las mismas propiedades", asegura Susana Hern¨¢ndez. La persuasi¨®n materna era tan poderosa que pod¨ªa hacernos creer que los pl¨¢tanos cuanto m¨¢s negros y putrefactos mejor; que la Coca-Cola te dejaba mellado, pero tambi¨¦n curaba la gastroenteritis; que con un "huevito" escalfado, las sobras de la comida se convert¨ªan en novedad para la cena, como en casa de Marta Miranda, nuestra Defensora del Cocinero.
S¨ª, hemos descorrido las cortinas, pero no tiene sentido alarmarse. Pap¨¢ y mam¨¢ pusieron en marcha esta enrevesada trama de mentiras, magufadas e hip¨¦rboles por el bien de sus peque?os. Aunque tambi¨¦n aprovechaban la inercia de la curva y barr¨ªan para casa. ?Cu¨¢ntas veces escuchamos a nuestros padres decir que aquel lingotazo de an¨ªs era para aliviar el dolor de muelas? El chupito tendr¨ªa propiedades anest¨¦sicas, de acuerdo, pero qui¨¦n dice que ellos tuvieran una caries.
?Qu¨¦ frases que te dec¨ªan tus padres para que comieras unas cosas y no comieras otras? Comp¨¢rtelas en los comentarios.
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