Ideas para devolver la salud de los espa?oles al top 10
Espa?a pasa del puesto 7 al 23 en un estudio de salud para Naciones Unidas, con cifras alarmantes de sobrepeso infantil y consumo de alcohol. ?Qu¨¦ medidas pueden tomar las administraciones para mejorar estos datos?
En el ¨²ltimo informe de Naciones Unidas que controla el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con la salud, Espa?a se desploma desde la s¨¦ptima posici¨®n a la vigesimotercera. Unos resultados presentados recientemente en la prestigiosa publicaci¨®n The Lancet que incluyen un exhaustivo repaso a trav¨¦s de 37 indicadores, especialmente escogidos y observados en 188 pa¨ªses.
Para entender los motivos que han sacado a Espa?a de los mejores puestos, hay que fijarse especialmente en tres de esos indicadores, en los que salimos especialmente mal parados: el consumo de bebidas alcoh¨®licas, la obesidad infantil y el tabaquismo. Los dos ¨²ltimos est¨¢n intr¨ªnsecamente relacionados con lo que se come y se deja de comer o beber. No es la primera vez que sucede esto, y no va precisamente a mejor: en l¨ªneas generales las Encuestas Europeas -y nacionales- de Salud nos ofrecen una oscura perspectiva de futuro. Por ejemplo, respecto al aumento de peso de los adultos espa?oles, adem¨¢s del paulatino alejamiento del ?ndice de Adecuaci¨®n Mediterr¨¢neo, entre otros elementos (sea lo que sea lo que este ¨ªndice mide).
Est¨¢ claro que tocar¨ªa ponerse manos a la obra y empezar a implantar pol¨ªticas integrales para solucionar estos aspectos. Aunque el puesto de Ministro nos cae un poco lejos, es inevitable plantear una serie enfoques y herramientas que propondr¨ªamos, partiendo de la evidencia y de otros casos de ¨¦xito. Aunque, para abordar el preocupante consumo de alcohol y la no menos preocupante de la obesidad infantil, en el caso de Espa?a deber¨ªamos empezar no solo por implantar ciertas estrategias, si no sencillamente por abandonar algunas muy equivocadas que se est¨¢n siguiendo.
Respecto al sobrepeso infantil (y, de paso, el general)
Lo primero es tener clara la perspectiva te¨®rica para su soluci¨®n: la primera idea del monogr¨¢fico sobre obesidad publicado hace dos a?os en The Lancet -titulado 'Replanteamiento y reformulaci¨®n de la obesidad'- se sostiene, literalmente, que ¡°la epidemia de obesidad no revertir¨¢ mientras los gobiernos no asuman el liderazgo en este tema¡±. Es evidente que en Espa?a estamos muy lejos de que el Gobierno lidere una estrategia integral al respecto, m¨¢s all¨¢ de medidas puntuales que pretenden -sin conseguirlo- cubrir el expediente.
Todav¨ªa son muy pocos los pa¨ªses que han dado este paso, pero hay algunos casos de ¨¦xito en los que la intervenci¨®n comprometida de la administraci¨®n en varios sectores a la vez ha sido determinante: por ejemplo Finlandia y Holanda, entre otros. ?Qu¨¦ medidas podr¨ªan implementar las administraciones sanitarias espa?olas para ayudar a frenar el avance de la obesidad infantil?
-
Aprobar una legislaci¨®n para la publicidad dirigida a los ni?os que siga los perfiles nutricionales establecidos por la OMS en todas las gamas de alimentos y productos, como cereales 'de desayuno', zumos, galletas y boller¨ªa industriales o snacks salados o dulces. Si un producto cumple con los est¨¢ndares nutricionales prefijados para esa categor¨ªa, se podr¨¢ anunciar. Si no cumple, no, y sin excepciones: as¨ª de f¨¢cil.
-
Dejar de establecer v¨ªnculos con la parte menos sana de la industria alimentaria. Lazos relacionados con la publicidad, cuyo resultado es la promoci¨®n del consumo de ultraprocesados y otros productos superfluos que poco tienen que ver con la comida. Como el flagrante caso del Plan HAVISA -de H?bitos para una VIda SAna- firmado con una fundaci¨®n privada que re¨²ne a multitud de fabricantes de productos superfluos como boller¨ªa, refrescos, chucher¨ªas, sopas de sobre o charcuter¨ªa industrial.
-
Regular de alg¨²n modo la oferta de men¨²s en espacios p¨²blicos, en especial en lo que se refiere a la hosteler¨ªa -los famosos men¨²s infantiles- y a los medios de transporte para que los viajes no acaben en un Aterriza como puedas. Como ejemplo, la oferta infantil para Iberia, que incluye pasta con tomate frito y queso, una bolsa de patatas chips, un flan de huevo, una chocolatina y un zumo (todo industrial, por supuesto). Si alguien no se cree semejante burrada, aqu¨ª tiene la prueba.?
-
Dejar de entregar premios relacionados con la salud a empresas como Grefusa -s¨ª, los de los gusanitos-grefusitos-y-otros-itos- cuyos productos y publicidad favorecen al sobrepeso infantil. Y menos todav¨ªa hacerlo dentro de programas vinculados a la prevenci¨®n de esta circunstancia como la?estrategia NAOS de Nutrici¨®n, Actividad F¨ªsica y Prevenci¨®n de la Obesidad.
-
Prestar atenci¨®n a la educaci¨®n nutricional como parte del curr¨ªculo escolar. Se podr¨ªa empezar dejando de utilizar en las escuelas herramientas obsoletas como la pir¨¢mide de los alimentos -auspiciadas por sociedades m¨¦dicas inmovilistas-, y pasar a gu¨ªas nutricionales m¨¢s modernas, con un mejor mensaje y sin posibles conflictos de inter¨¦s. Tambi¨¦n ser¨ªa interesante promover una asignatura dentro de los planes de estudio, medida que fue aprobada pero no lleg¨® a implementarse por falta de compromiso. Una asignatura de cocina, al menos como alternativa extracurricular, ya que este acto tiene un importante papel favoreciendo mejores elecciones alimentarias y evitando el uso de alimentos ultraprocesados.
-
Favorecer la inclusi¨®n laboral de dietistas-nutricionistas especializados en colegios, centros de salud, hospitales y dem¨¢s, en lugar de recurrir a profesionales sanitarios con una formaci¨®n incompleta (tal y como se ve en esta sentencia del Tribunal Supremo, fundamentos de derecho, apartado 4). Ventajas m¨¢s que contrastadas despu¨¦s de implementarse en pa¨ªses como Holanda.
-
Establecer una estrategia impositiva adecuada respecto a ciertas categor¨ªas de alimentos, gravando en el precio los m¨¢s insanos y ofreciendo subsidios para los m¨¢s saludables. Todo dentro de una estrategia enfocada a mejorar la salud, no recaudatoria como se plante¨® anteriormente al sopesar este tipo de medidas (que nunca contemplaron posibles subsidios, solo subidas de impuestos).
-
Hacer cumplir leyes ya existentes como la de Seguridad Alimentaria y Nutrici¨®n, que afirma en su art¨ªculo 40, apartado 6 que ¡°en las escuelas infantiles y en los centros escolares no se permitir¨¢ la venta de alimentos y bebidas con un alto contenido en ¨¢cidos grasos saturados, ¨¢cidos grasos trans, sal y az¨²cares¡±. La Ley entr¨® en vigor en 2011, y suponemos que a cualquiera que haya visitado cafeter¨ªas y m¨¢quinas de vending de institutos y dem¨¢s le acaba de dar un ataque de risa. ?Qu¨¦ pasa con ese reglamento? ?Por qu¨¦ a pesar de existir se vende todo tipo de porquer¨ªa en los centros escolares?
Sobre el consumo de bebidas alcoh¨®licas
La industria del alcohol es un potente motor econ¨®mico, y nuestro gobierno lo sabe. Quiz¨¢ por eso se muestra cercano a las campa?as emprendidas por el lobby principalmente del vino y la cerveza, pero sin menosprecio de las bebidas espirituosas. Una cercan¨ªa que pasa por encima de las recomendaciones m¨¢s elementales de salud, entre ellas las de la OMS cuando afirma que ¡°el consumo de bebidas alcoh¨®licas es una de las tres prioridades m¨¢s importantes en el ¨¢mbito de la salud p¨²blica en el panorama mundial¡±.
Nuestras autoridades sanitarias tienen much¨ªsimo que hacer: Espa?a ha recibido una de las peores calificaciones en este apartado dentro del ranking de Naciones Unidas, con solo 10 puntos sobre los 100 posibles. Solo hay cuatro pa¨ªses entre los 100 primeros con peor nota que Espa?a: Luxemburgo con 1, Ruman¨ªa y Lituania con 4 y Portugal con 9.
?Qu¨¦ podr¨ªan hacer y dejar de hacer en este terreno nuestras autoridades sanitarias?
-
Aprobar una legislaci¨®n estatal sobre la promoci¨®n, venta, consumo y presencia en espacios p¨²blicos de bebidas alcoh¨®licas. A pesar de la existencia de cerca de 17 regulaciones auton¨®micas en este sentido, Espa?a es uno de los pocos pa¨ªses de su entorno -creo que el ¨²nico- que carece de este tipo de normativa unificada. No ser¨¢ porque no se haya intentando desde hace tiempo: se han conocido diversos proyectos de ley que, por un motivo o por otro -hay quien piensa que puede ser por la presi¨®n la industria del alcohol- han acabado en el cubo de la basura.
-
Dejar de otorgar reconocimiento a empresas del sector. Por ejemplo, cuando en su propio universo kafkiano el mismo Ministerio de Sanidad premi¨® el a?o pasado a los productores de licores dentro del Plan Nacional de Drogas.
-
Regular las informaciones vertidas constantemente por muchos medios de comunicaci¨®n respecto a los beneficios para la salud asociados al consumo de bebidas alcoh¨®licas. O la versi¨®n deportista de esta apolog¨ªa, que tiene como ejemplo reciente el patinazo del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentaci¨®n y Medio Ambiente que promocionaba un evento de Beer Runners -corredores aficionados a la cerveza, tal como suena- con el mensaje "por la vida sana, buena alimentaci¨®n y m¨¢s deporte". Los estudios y publicaciones que hay detr¨¢s de esos grandilocuentes titulares, en la mayor parte de los casos es promoci¨®n de esta industria a partir de estudios ¡°cient¨ªficos¡± pagados por ellos mismos. Eso no es ciencia, se llama marketing, y la poblaci¨®n general deber¨ªa tener claro que cualquier promoci¨®n de las bebidas alcoh¨®licas aporta, en t¨¦rminos de salud p¨²blica, m¨¢s perjuicios que beneficios.
-
Dejar de recurrir al latiguillo del consumo moderado y responsable: el primero por ser poco preciso, y el segundo por rid¨ªculo. En la misma web del Ministerio de Sanidad en la que se defienden estos t¨¦rminos, se encuentra el documento editado por el propio Ministerio Prevenci¨®n de los problemas derivados del alcohol. En su p¨¢gina 46, sostienen en relaci¨®n al consumo responsable que ¡°este concepto no existe ni en la OMS ni en ning¨²n glosario o l¨¦xico reconocido por instituciones sanitarias. Suele usarlo la industria para referirse al consumo moderado y sin consecuencias. Es absurdo hablar de consumo responsable de sustancias adictivas, poniendo dicha capacidad adictiva a prueba el ejercicio de la responsabilidad¡±.
No podemos asegurar a ciencia cierta si Espa?a subir¨ªa as¨ª de nota en el pr¨®ximo balance de Naciones Unidas, ya que hay 37 factores implicados. Pero visto que en lo dem¨¢s no andamos tan mal (salvo en la cuesti¨®n de tabaquismo, infecciones por VIH y abuso infantil, tres temas muy serios) y lo l¨®gico de estas medidas, ser¨ªa razonable pensar que s¨ª.
Es importante dejar de hacer las cosas que se hacen mal, antes de pasar a hacer las que, siendo buenas, no se han planteado hasta ahora. Pero no nos quepa la menor duda que todo depender¨¢ de una firme, s¨®lida y bien planificada estrategia de la administraci¨®n, algo que aqu¨ª no ha ocurrido, ni tristemente hay perspectivas de que ocurra. Ya que, tal y como dijo la exdirectora general de la OMS Margaret Chan, ¡°son pocos los gobiernos que han priorizado las cuestiones de salud frente a los grandes negocios¡±.
Isabel Garc¨ªa Tejerina ha participado en @BeerRunners_es. Por la vida sana, buena alimentaci¨®n y m¨¢s deporte.#BeerRunners5a?os pic.twitter.com/2tO09MR2Jj
— Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentaci¨®n (@mapagob) September 10, 2017
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.