?Y si la intolerancia es a los fructanos y no al gluten?
Un estudio relaciona esta familia de polisac¨¢ridos y oligosac¨¢ridos con la llamada "sensibilidad al gluten no cel¨ªaca". ?Se ha culpado a este componente de males de los que era inocente?
Es posible que la mayor parte de los mortales se eche las manos a la cabeza -en especial, los afectados- cuando se entere que el presunto culpable del malestar en la controvertida sensibilidad al gluten no cel¨ªaca, no es el gluten. En su lugar, una reciente investigaci¨®n apunta su dedo acusador hacia otro sospechoso: los fructanos. Al menos esa es la nueva direcci¨®n de sus indagaciones.
?Qu¨¦ son los fructanos?
Los fructanos son una familia de polisac¨¢ridos y oligosac¨¢ridos formados exclusivamente por unidades de D-fructosa. Los encontraremos exclusivamente en fuentes alimentarias vegetales, entre las que destacan los provenientes de la familia de las ali¨¢ceas. Por ejemplo en los puerros, el ajo o la cebolla, pero tambi¨¦n en los esp¨¢rragos, las alcachofas y, por supuesto, el trigo, el centeno y sus derivados. La cantidad de fructanos en el centeno y el trigo es menor que en los otros productos mencionados, pero tambi¨¦n es preciso tener en cuenta que en nuestras dietas se suelen incorporar m¨¢s productos basados en el trigo que en los primeros.
?Por qu¨¦ se sospecha de ellos como generadores de sensibilidad alimentaria?
En esta reciente investigaci¨®n se reuni¨® a 53 mujeres y seis hombres que hab¨ªan autorreportado padecer Sensibilidad al Gluten No Cel¨ªaca (en adelante SGNC). Este punto es importante: no contaban con un diagn¨®stico m¨¦dico de SGNC, sino que ellos mismos manifestaron -sin otros criterios especializados- padecerlo. Estas personas se separaron aleatoriamente en tres grupos, a los del primero se les administraron barritas de muesli que conten¨ªan gluten, a los del segundo barritas ricas en fructanos y a los del tercero barritas libres de ambos elementos, y as¨ª durante siete d¨ªas.
Pasada la primera semana, y tras unos d¨ªas de descanso, los participantes rotaban de grupo hasta asegurarse que toda la muestra era objeto de cada una de las intervenciones durante una semana: con gluten, con fructanos y sin nada de ello. La sintomatolog¨ªa -digestiva- de cada participante se midi¨® en base a la escala que valora los s¨ªntomas del S¨ªndrome de Intestino Irritable. Los resultados echaron por tierra las creencias de los participantes respecto al SGNC que se hab¨ªan autodiagnosticado: fueron los fructanos y no el gluten presentes en las barritas de muesli los que les provocaban una mayor respuesta sintomatol¨®gica. El resumen del art¨ªculo es f¨¢cil, aunque las conclusiones nos dejen casi con m¨¢s interrogantes que al principio.
Hay que matizar que los resultados no excluyen ni mucho menos el posible efecto del gluten en algunos pacientes, incluso habi¨¦ndose descartado la enfermedad cel¨ªaca. A pesar de que se observ¨® una mayor sintomatolog¨ªa con los fructanos, la exposici¨®n al gluten tambi¨¦n ofreci¨® resultados ¡®positivos¡¯. Todo ello sin tener en cuenta un posible efecto sin¨¦rgico entre el gluten y los fructanos; o que -tal y como parece-, algunos pacientes con SGNC se ven m¨¢s afectados por la presencia de gluten en su alimentaci¨®n y otros por la presencia de fructanos.
Lo que s¨ª parece bastante claro es la escasez de argumentos para diferenciar la SGNC de lo que ya est¨¢ definido desde hace tiempo como S¨ªndrome de Intestino Irritable, sobre todo cuando en la mayor parte de los casos -al menos en este estudio- el gluten no fue tan culpable y lo fueron m¨¢s los famosos fructanos. A la luz que arroja este trabajo, es posible que la mejor¨ªa que experimentan las personas con SGNC al retirar de su dieta el trigo, el centeno y otros cereales con gluten -y sus derivados- se deba a la disminuci¨®n en la carga de fructanos, y no tanto en la del mismo gluten. Lo que supondr¨ªa un argumento m¨¢s para dejar de cargar las tintas en esta prote¨ªna, e incluso para poner en entredicho la nomenclatura de la propia SGNC.
La historia del SGNC
Es un buen momento para plantearse las dudas que sobre la SGNC tiene la comunidad cient¨ªfica ( previas a la publicaci¨®n del estudio en cuesti¨®n). No caben dudas respecto a la naturaleza y diagn¨®stico de la enfermedad cel¨ªaca. Resumiendo, la celiaqu¨ªa es un trastorno autoinmune cr¨®nico del aparato digestivo, producido en personas gen¨¦ticamente predispuestas por el gluten. Se caracteriza por una reacci¨®n inflamatoria en la mucosa del intestino delgado, que dificulta la absorci¨®n de macro y micronutrientes y cuyo ¨²nico tratamiento eficaz para controlarla es una dieta sin gluten estricta para toda la vida.
Entre muchos otros s¨ªntomas posibles, son muchos los relacionados con las funciones intestinal, digestiva y absortiva. Su diagn¨®stico no es inmediato, pero cuenta con un protocolo definido y ¨²til que puedes encontrar en este enlace del Ministerio de Sanidad. As¨ª, el que cumple con los criterios diagn¨®sticos puede decirse que padece enfermedad cel¨ªaca. Si un paciente sufre de determinada sintomatolog¨ªa, parecida a los de la celiaqu¨ªa pero sin cumplir con los criterios diagn¨®sticos mencionados en el enlace, sufrir¨¢ de alg¨²n otro trastorno o enfermedad, pero no de celiaqu¨ªa.
Desde hace unos a?os atr¨¢s ha tomado cierta carta de credibilidad -posiblemente a rebufo de la indiscriminada y absurda moda antigluten- la conocida como SNCG. En estos pacientes, y una vez descartada la enfermedad cel¨ªaca seg¨²n el protocolo, se observan una serie de s¨ªntomas gastrointestinales como diarrea, dolor o hinchaz¨®n abdominal, aunque tambi¨¦n pueden presentarse manifestaciones extradigestivas como cansancio, dificultad para concentrarse y dolores musculares o articulares, muchas de ellos comunes con la celiaqu¨ªa.
Una caracter¨ªstica determinante en estos pacientes es que la sintomatolog¨ªa se alivia o remite con la eliminaci¨®n en la dieta de aquellos cereales portadores de gluten, lo que ha propiciado la inclusi¨®n del t¨¦rmino ¡°gluten¡± en su denominaci¨®n sin que se sepa a ciencia cierta si el causante de esos s¨ªntomas son sus propias prote¨ªnas, otras prote¨ªnas de algunos cereales o incluso elementos de otra naturaleza, como la fracci¨®n de hidratos de carbono donde entrar¨ªan los fructanos.
Siendo rigurosos, hay que matizar que la SGNC -o algo que se le parece-, fue descrita inicialmente en la d¨¦cada de los ochenta, tal y como informa Jorge Garc¨ªa Bastida, profesor en la Universidad Internacional de La Rioja que conoce muy bien la enfermedad cel¨ªaca (tambi¨¦n como paciente). Pero entonces fue relativamente relegada al olvido hasta hace apenas 7 u 8 a?os, cuando -coincidiendo con el inicio de la fiebre antigluten-, se obr¨® el milagro de su redescubrimiento. El reconocido Dr. Peter Gibson fue uno de los art¨ªfices del descubrimiento, cuando con el fruto de sus investigaciones aval¨® de alguna forma la SGNC all¨¢ por 2011. Dos a?os m¨¢s tarde, ¨¦l mismo puso en entredicho sus hallazgos al publicar este estudio, en el que no observ¨® efecto alguno del gluten en la dieta de 37 pacientes con SGNC. Algo de lo que se hicieron eco algunos medios, pero tuvo escasa repercusi¨®n.
No es azar que el mismo Peter Gibson sea uno de los firmantes de la publicaci¨®n que apunta a tener en mayor consideraci¨®n a los fructanos. Adscrito a la universidad de Monash, ha centrado una buena parte de su trabajo en el dise?o de una dieta denominada ¡°baja en alimentos con FODMAP¡± -por sus siglas en ingl¨¦s, baja en Oligosac¨¢ridos, Disac¨¢ridos, Monosac¨¢ridos y Polioles Fermentables- donde entroncar¨ªan los fructanos en cuesti¨®n (al considerarse dentro de los oligosac¨¢ridos). Todo ello como indicaci¨®n para los pacientes del poco espec¨ªfico S¨ªndrome de Intestino Irritable.
Anque hay bastante informaci¨®n sobre las dietas bajas en FODMAP en la web de la universidad, sus planteamientos no tienen una acogida un¨¢nime dentro de la comunidad cient¨ªfica. Tal vez sea por su estrategia de retirar una importante cantidad de alimentos portadores de esos FODMAPs en bloque a pacientes diversos con una sintomatolog¨ªa digestiva relativamente parecida, sin matizar si a algunos les beneficiar¨ªa retirar solo algunos de estos alimentos (y a otros no).
Las dietas bajas en FODMAP no son precisamente f¨¢ciles de seguir, ya que limitan una gran cantidad de alimentos. Adem¨¢s, implica a buena parte de los de origen vegetal, como frutas, verduras, hortalizas, cereales, legumbres o frutos secos. Con las opciones que quedan no es f¨¢cil seguir las recomendaciones generales de salud en las que se propone la presencia de una cantidad destacada de alimentos de origen vegetal fresco, as¨ª que la terrible monoton¨ªa de estas dietas no es precisamente lo peor que te puede pasar.
Buscando la ra¨ªz del problema
No sabr¨ªa si decir si el n¨²mero n¨²mero de personas afectadas de sintomatolog¨ªas digestiva es creciente, pero todo apunta a que s¨ª. Aparte de las que tienen un diagn¨®stico definido -como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, agrupadas en las enfermedades inflamatorias intestinales-, las intolerancias y por supuesto la celiaqu¨ªa, hay un amplio porcentaje de pacientes que quedan fuera y para las que se ha creado una especie de caj¨®n de sastre¡± diagnostic¨¢ndolas como S¨ªndrome de Intestino Irritable.
Para estos pacientes, la etiolog¨ªa de su malestar es desconocida, y el pron¨®stico y tratamiento son especialmente variables sin que se puedan concretar medidas diet¨¦ticas, farmacol¨®gicas o quir¨²rgicas generales. Son pacientes relativamente desesperados, para los que no hay un tratamiento definido. En ellos, de forma peri¨®dica, se van contrastando propuestas -como estas dietas bajas en FODMAP- con una tasa de ¨¦xito variable. Muy variable.
Por eso se hace imprescindible seguir investigando en la l¨ªnea del estudio sobre los fructanos, a la vez que es preciso que la poblaci¨®n general no tome el r¨¢bano por las hojas -a partir de lecturas en diagonal, de radio-macuto o de webs de dudosa fiabilidad- y emprendan absurdas cruzadas anti-gluten, anti-fructanos, anti-leche o anti-lo-que-sea. Al igual que los cacahuetes -o cualquier otro alimento- pueden ser especialmente peligrosos para personas al¨¦rgicas a estos productos, no por ello se proh¨ªben los cacahuetes (ni el huevo, ni la leche, ni los melocotones, ni el pescado, etc). No hay que entrar en esa peligrosa espiral, cuyo ¨²nico fin parece ser el criminalizar nutrientes o alimentos sin motivo.
La situaci¨®n de las personas con trastornos digestivos es preocupante, pero afortunadamente ¨¦stos no afectan a todo el mundo. As¨ª que primero, tranquilidad y buenos alimentos (para la mayor¨ªa). Y segundo, por favor m¨¢s investigaci¨®n para que los afectados por cualquier dolencia m¨¢s o menos difusa o poco espec¨ªfica -de momento- puedan aliviar sus s¨ªntomas y llevar una vida lo m¨¢s satisfactoria posible.
Juan Revenga es dietista-nutricionista, bi¨®logo, consultor, profesor en la Universidad San Jorge, miembro de la Fundaci¨®n Espa?ola de Dietistas-Nutricionistas (FEDN) y un mont¨®n de cosas sesudas m¨¢s que puedes leer aqu¨ª. Ha escrito los libros ¡°Con las manos en la mesa. Un repaso a los crecientes casos de infoxicaci¨®n alimentaria¡± y ¡°Adelg¨¢zame, mi¨¦nteme. Toda la verdad sobre la historia de la obesidad y la industria del adelgazamiento¡± y -muy importante- es fan de los ri?ones al jerez de su madre.
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