C¨®mo ganar en las discusiones de la cena de Nochebuena
La turra pol¨ªtica en la mesa est¨¢ asegurada este a?o. Pero existen un pu?ado de leyes, muy f¨¢ciles de seguir, con las que podr¨¢s salir airoso de tu encuentro anual con esa especie conocida como 'tu cu?ado'.
No nos enga?emos: en estas navidades ser¨¢ muy dif¨ªcil evitar sobremesas pol¨ªticas. Como solo hay algo m¨¢s cutre que discutir de pol¨ªtica en Nochebuena, y es perder la discusi¨®n, a?adiendo humillaci¨®n a la resaca, aqu¨ª tienes unas sencillas normas que te convertir¨¢n en imbatible durante las discusiones familiares. Esta es una gu¨ªa pr¨¢ctica de las leyes del debate pol¨ªtico profesional. Apl¨ªcalas a la discusi¨®n dom¨¦stica y arrasa.
1. La Ley del Yt¨²m¨¢s
Es la m¨¢s importante, la que sostiene todo el debate pol¨ªtico espa?ol. Se formula de la siguiente manera: "La honradez consiste en cometer una tropel¨ªa menos que tu adversario pol¨ªtico".
?H = t? - 1
Al amparo de esta ley es posible debatir hasta el infinito qu¨¦ caso de corrupci¨®n es m¨¢s grave, en el bien entendido de que mientras otro trinque hay barra libre. Esta doctrina hunde su jurisprudencia en el Lazarillo de Tormes: "No me acuses de robar de dos en dos en Espa?a, porque yo te acusar¨¦ de robar de tres en tres en Venezuela, Andaluc¨ªa o Catalu?a". Y viceversa.
Con Yt¨²m¨¢s toda acusaci¨®n encuentra su espejo, y por m¨¢s atropellos jur¨ªdicos y pol¨ªticos con que nos ataquen, replicaremos con atropellos pol¨ªticos y jur¨ªdicos de otro. Ofrece la ventaja de ser una ley subjetiva: cada cual puede considerar grav¨ªsimos los atropellos del rival y peque?os tropiezos los del grupo propio. Yt¨²m¨¢s garantiza empate eterno, reconforta ante las dudas y mejora la ley del Tali¨®n, puesto que no exige perder un ojo antes de agredir: puedes cobrarte un ojo a cr¨¦dito, en la confianza de que, muy probablemente, el adversario alguna vez te ha quitado algo.
La laxitud de Yt¨²m¨¢s ampara ojo por dedo, ojo por brazo, ojo por l¨¢piz, ojo por jam¨®n, etc¨¦tera. Ojo por lo que t¨² quieras. Yt¨²m¨¢s resulta clave para evitar equidistancias ya que, por razones obvias, lo del adversario siempre es m¨¢s: m¨¢s grave, m¨¢s descarado y m¨¢s sucio. Tambi¨¦n se la conoce como Ley de Perosquellos, puesto que el mayor disparate de los nuestros queda resuelto mediante la locuci¨®n: "Pero es que ellos¡".
2. Ley de F¨ªjate
Complemento inseparable de Yt¨²m¨¢s o Perosquellos es la Ley de F¨ªjate. Dice as¨ª: "Las declaraciones del m¨¢s bruto de tus rivales pol¨ªticos constituyen la prueba de que tienes raz¨®n".
Rz = +Br (blablabla)
Rastrea en Twitter hasta encontrar a quien se haya expresado en los t¨¦rminos m¨¢s ofensivos y adjudica sus palabras al grupo rival: f¨ªjate en lo que dicen los espa?oles, f¨ªjate en lo que dicen los catalanes, f¨ªjate en lo que dicen los unionistas, los indepes, los peperos, los sociatas, los podemitas, los naranjitos, los veganos, los taurinos, los taxistas o los calvos. La Ley del F¨ªjate es fundamental para reafirmarse en las convicciones del propio grupo y no caer en la tentaci¨®n de considerar argumentos del grupo rival, que alberga bestias, locos y, por supuesto, nazis y fascistas. F¨ªjate permite odiar, puesto que nos odian y, por aplicaci¨®n de la ley anterior, ellos siempre nos odian m¨¢s y empezaron antes.
3. La Ley de la Verdad Pol¨ªtica
La Ley de la Verdad Pol¨ªtica (LVP) se expresa as¨ª: "Dado un n¨²mero inabarcable de hechos, conviene seleccionar aquellos que contribuyan a apoyar nuestro relato y eviten debilitar las convicciones de los nuestros, de tal manera que la verdad pol¨ªtica debe ser igual a la verdad tradicional una vez se han restado las verdades inc¨®modas".
V(p) = V ¨C V(i)
En definitiva, no te sientes a la mesa sin los tres listados m¨¢gicos:
a) Los peores defectos del pol¨ªtico al que quieras poner como los trapos.
b) Las barrabasadas m¨¢s agresivas de l¨ªderes medi¨¢ticos del otro bando.
c) Todos los hechos que te conviene ignorar.
Siguiendo esta gu¨ªa es muy dif¨ªcil que pierdas la discusi¨®n, pero no hay que desde?ar el peligro de que otro comensal siga las mismas pautas, convirtiendo la cena de Nochebuena en S¨¢lvame Espa?a: con gritos, desplantes y alg¨²n insulto. Ojo a los cuchillos. Se aconseja cubierto de pl¨¢stico, como en las meriendas infantiles. Pensemos que durante todo el a?o solo o¨ªmos y leemos a quienes piensan como nosotros y, confortablemente instalados en nuestra burbuja medi¨¢tica, nos parece elemental que todoelmundo piense como nosotros. Es presumible que en las reuniones familiares de estas fechas haya choque de burbujas medi¨¢ticas.Todo el mundo tiene su todoelmundo. Es recomendable huir de expresiones que utilizamos en confianza, como "que se jodan los putos tal", "estoy hasta los tal de los tal de mierda", etc¨¦tera. En un contexto plural podr¨ªan no ser bien entendidas.
Tampoco es imposible que, empujados por el alcohol y las dulces melod¨ªas de los anuncios de la tele, en alg¨²n momento sintamos la necesidad de reconciliarnos con el imb¨¦cil al que acabamos de despellejar, decir: "Ay, cu?ado, te he querido destruir con mi verbo acerado, en qu¨¦ estaba yo pensando. Sin ti no puedo vivir, no hay yang sin ying ni Casera sin vin, jajajaja, qu¨¦ rima tonta, estoy borracho". Bien. Este deseo de reconciliaci¨®n es muy natural, y no hay que avergonzarse por ello. A veces tambi¨¦n se da en los pa¨ªses. Se formula as¨ª: naci¨®n menos adversario igual a cero.
N ¨C a = 0
Una vez comidos, bebidos y discutidos, nos retiraremos con un pensamiento profundo, de cara a la siguiente sentada navide?a: parece mentira que una generaci¨®n sentimentalmente educada en La Guerra de las Galaxias nos hayamos dejado arrastrar al lado oscuro.
(Como plan B, se sugiere: auriculares de bot¨®n, Spotify, sonre¨ªr y asentir con la cabeza a intervalos irregulares de entre diez y treinta segundos).
Toni Mart¨ªnez dirige el espacio de humor Todoporlaradio, en La Ventana, Cadena Ser. A veces, tambi¨¦n come con gente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.