La segunda vida del restaurante chino m¨¢s antiguo de Madrid
El Buda Feliz abri¨® sus puertas en 1974, y por eso reclama el t¨ªtulo de chino en activo m¨¢s antiguo de la capital. Ahora resurge con nuevos due?os, decoraci¨®n actualizada y una propuesta gastron¨®mica apetecible.
Imag¨ªnatelo. Corre el a?o 1956 y abandonas una dictadura, como la china comunista, para aterrizar en otra dictadura -como la espa?ola franquista-, porque quieres doctorarte en Econ¨®micas por la Universidad de Madrid.
No s¨®lo lo consigues, sino que cinco a?os m¨¢s tarde vives en Haro, donde muchos quiz¨¢ no hayan visto a un oriental en su vida, y eres el gerente de unas bodegas de vino.
Con tu econom¨ªa personal ya algo consolidada, la que fue tu novia en China llega a Espa?a y os cas¨¢is. Y como ella puede cocinar ¡°cuatro platos¡± y la oferta gastron¨®mica ex¨®tica en Haro tiende a lo que ser¨ªa un aro llevado a n¨²mero -es decir, a cero patatero-, llevas a tus visitas de negocios internacionales a comer a casa, donde ella ha cocinado especialidades chinas. Los guiris alucinan un huevo. Milenario, claro.
De forma muy resumida, as¨ª arranca la historia de Rom¨¢n Wang, ya fallecido, y Mercedes Wu, que prefiere ser llamada se?ora Wang. Ellos fueron los fundadores de un restaurante que es? historia por ser el chino en activo m¨¢s antiguo de Madrid, y que ahora resurge con una reforma integral: El Buda Feliz.
Mudanza a la capital
La vida de los Wang cambi¨® unos a?os m¨¢s tarde de que empezaran a dar comidas en su casa de Haro. Fueron padres y, cuando decidieron que su prole estudiara en Madrid, tuvieron que mudarse. Y una vez en la capital el matrimonio Wang Wu se pregunt¨® a qu¨¦ narices iban a dedicarse.
La Se?ora Wang, ni corta ni perezosa, ech¨® mano de sus pucheros. Y viendo que en la gran ciudad no hab¨ªa ning¨²n restaurante chino ¨Co por lo menos ninguno con cara y ojos, este punto del relato no queda muy claro¨C el matrimonio decide abrir uno? en la calle Tudescos, pegadito a la Gran V¨ªa y muy bien situado. Se llamar¨¢ El Buda Feliz y, en palabras de Mercedes, ser¨¢ ¡°el primer restaurante grande y decorado, de estilo 5 estrellas pero precio de 4 estrellas¡±. Es 1974.
El t¨®pico del restaurante de cartel blanco con tipograf¨ªa y cenefa rojas, arroz tres del¨ªcias, rollo primavera y salsa agriducle, naci¨® ah¨ª. De hecho, siempre seg¨²n la se?ora Wang, ¡°fu¨ªmos los primeros en hacer la salsa agridulce con salsa de tomate, no como se hace en China, que es con salsa china¡±.
Los inicios no fueron f¨¢ciles. Practicamente no encontraban materia prima y ¨Cmediante otro negocio familiar, los Wang Wu tienen alma emprendedora¨C tuvieron que importar todo desde Hong Kong, porque China segu¨ªa cerrada a cal y canto.
De colegueo con la familia real
Franco muri¨® en 1975. Mao, un a?o m¨¢s tarde. Afortunadamente quedaron m¨¢s tiesos que los guerreros de terracota, y el Buda Feliz les sobrevivi¨®. Les sobrevivi¨® y conquist¨® el est¨®mago de artistas, ministros y monarcas. ¡°Adaptamos la cocina china al gusto espa?ol¡±, dice la Se?ora Wang. ¡°Y los clientes se sucedieron generaci¨®n tras generaci¨®n¡±. Juan Carlos y Sof¨ªa, por ejemplo, contagiaron su afici¨®n por los platos de El Buda Feliz a Cristina, Elena y Felipe. Y es que dice la leyenda que poco despu¨¦s de prometerse, Felipe y Letizia dieron la noticia a sus amistades en este restaurante. ¡°Son mis amigos y son amigos de mis hijos¡±, explica la Se?ora Wang.
Los Wang Wu dirigieron el restaurante durante m¨¢s de 30 a?os. Pero todo llega a su fin. Los hijos de la dinast¨ªa, disuadidos de la restauraci¨®n por la esclavitud de los horarios, deciden tomar otros caminos profesionales. Y la familia decide traspasar el negocio. Aunque no al primero que se presente.
El proyecto que convence a la Se?ora Wang lo presenta un grupo de amigos o, como se llaman entre ellos, de hermanos.
Alonso Zhan, Alex Zhu, Diego Song, Alex Ye y Bin Xin fueron los cinco emprendedores que hace uno meses se llevaron el Buda al agua. Nacidos en China, en la oriental provincia de Zheijang, llegan a Espa?a con 12 ¨® 13 a?os ¨Cexcepto Bin Xin, el cocinero¨C y se forman como ingenieros aeron¨¢uticos, inform¨¢ticos o asesores de empresa. Y a¨²n tienen algo m¨¢s en com¨²n: se criaron en los restaurantes de sus padres.
Hablo con Alonso, ¨¦l me cuenta que su fam¨ªlia abri¨® el primer chino de Estella y uno de los primeros de Logro?o. La pasi¨®n por la cocina les viene de ah¨ª y, cuando surge la ocasi¨®n, presentan su proyecto a la Se?ora Wang.
¡°Queremos que los clientes se sientan en Shangrila¡±, dice Alonso. ¡°Es una zona del Oeste de China, donde el T¨ªbet se une con But¨¢n¡±. Tambi¨¦n es el nombre de un para¨ªso de ficci¨®n y exhuberante, localizado en esa misma regi¨®n del Himalaya, que aparece en Horizontes Perdidos, una novela de James Hilton de 1933 que fue llevada al cine cuatro a?os m¨¢s tarde por Frank Capra. A saber si fue primero el texto o la regi¨®n.
Chino chino de verdad
La voluntad de los cinco socios, asesorados por Julio Yong Ping Zhang de Soy Kitchen, es actualizar la cocina china que comemos en Espa?a. ¡°Hemos notado una tendencia por el picante¡±, me cuenta Alonso. Y sigue: ¡°queremos traer trozos de cocina china aut¨¦ntica. Queremos hacer como Pepe Rodr¨ªguez, porque mantiene la esencia de los platos espa?oles, pero con la cocina china¡±. Es decir, que quieren ser fieles al inmenso recetario de su pa¨ªs.
El d¨ªa que visito El Buda Feliz, como el men¨² del d¨ªa. Siempre he considerado que deber¨ªa tratarse como la tarjeta de presentaci¨®n de un restaurante. Y me resulta bastante convincente.
Los callos con ternera, setas y cacahuetes son un plato arom¨¢tico, rico en texturas y con un picante muy medido que me entusiasma. Contin¨²o con unos tallarines con cerdo, gambas y setas; menos sorprendentes pero muy bien cocinados. Sigo con unos xiao long bao estupendos; no van en el men¨², los pido aparte. Llega un plato de cangrejo muy rico. Y termino con un flan chino de textura celestial en el que intuyo aroma de jazm¨ªn; buen¨ªsimo.
El restaurante me gusta. Pienso que volver¨¦ para probar otros platos de la carta que me llaman la atenci¨®n: las berenjenas marinadas con huevo milenario, las brochetas de pollo al lim¨®n cocinadas al carb¨®n, la lubina con mejill¨®n con chiles de Sichuan, el tofu sobre piedra caliente¡ el listado es sugerente y nada manido. En fin, otra vez ser¨¢.
Cuando salgo, siento un detalle extra?o, anacr¨®nico.
¡°Decidimos mantener el pomo antiguo de la puerta¡±, explica Alonso. ¡°Es un local muy emblem¨¢tico y quer¨ªamos que la gente viera el viejo Buda Feliz por fuera, pero que una vez dentro sintiera el nuevo¡±.
Quiz¨¢ por eso tambi¨¦n mantienen el viejo cartel blanco con tipograf¨ªa roja en una columna de la terraza. Quiz¨¢ sea el mismo que los Wang colgasen all¨¢ en 1974. Un pedazo de historia, china y espa?ola.
El Buda Feliz 1974. Calle Tudescos, 5. Madrid. Tel.?915 319 524. Mapa.
FE DE ERRORES: En la versi¨®n inicial de este art¨ªculo se afirmaba que El Buda Feliz es el restaurante chino en activo m¨¢s antiguo de Espa?a, cuando en realidad es el Shanghai 1968 de Rota (C¨¢diz). Pedimos disculpas a los lectores por la equivocaci¨®n.
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