Cat¨¢strofe en la decoraci¨®n: el drama de las cocinas feas
Azulejos espantosos. Mobiliarios deprimentes. Encimeras para llorar. Todo eso y m¨¢s en nuestro especial ¡®Cocinas feas¡¯, en el que tres expertas juzgan cr¨ªmenes contra el interiorismo y la humanidad en general.
Si alguna vez has alquilado o comprado un piso, seguramente te habr¨¢s enfrentado a una. Si no, quiz¨¢ la de tus padres lo sea. Peque?as o grandes, viejas o nuevas, caras o baratas, a todas las une la bajona est¨¦tica que te da nada m¨¢s poner el pie en ellas. Son las cocinas feas, esos espacios tan frecuentes tanto en Espa?a como en otras partes del mundo en los que no te apetece cocinar, sino m¨¢s bien morir cuanto antes de inanici¨®n para dejar de sufrir.
Nuestro querido pa¨ªs cuenta con una rica tradici¨®n de cocinas espantosas, caracterizadas por sus azulejos con dibujos o grecas, sus encimeras de granito y su mobiliario venido de los primeros episodios de Cu¨¦ntame. La modernidad tampoco nos ha sentado muy bien, y la condici¨®n de nuevos ricos nos ha empujado a crear las m¨¢s estridentes combinaciones de gres oscuro, silestones con chispitas y armarios brillantes de colorinchis. Eso cuando no nos da por ponerlo todo, absolutamente todo, blanco, para darle a nuestra cocina la alegr¨ªa de un quir¨®fano.
?Por qu¨¦ tanta cocina est¨¦ticamente desgraciada? ?Qu¨¦ hacemos mal para que el sitio donde guisamos nos quede tan feo? ¡°Con lo que m¨¢s problemas tenemos los espa?oles en la cocina es con la combinaci¨®n de colores¡±, asegura Raquel Veira, editora de Decoesfera. ¡°Hace a?os la tendencia era usarlos naturales en tonos m¨¢s bien oscuros: madera o imitaci¨®n en los muebles y color arena para las paredes. Despu¨¦s nos pasamos a colores intensos de todo tipo; ahora se nos va la mano con el blanco. Nos cuesta encontrar el equilibrio¡±.
Tachy Mora, periodista especializada en dise?o e interiorismo, se?ala con dedo acusador a las cenefas en las baldosas de la pared como el mayor espanto de la t¨ªpica cocina espa?ola. ¡°Me producen calambres en los ojos. Si no ten¨¦is dinerillo para cambiar el alicatado, ni que sea cubridlas con pintura para azulejos¡±. Tambi¨¦n apunta un drama habitual en las cocinas de los pisos en alquiler: la falta de limpieza y el mal estado de los muebles. ¡°Es lo m¨¢s importante para que una cocina pase de destartalada a aceptable. El cambio es sustancial cuando haces desaparecer la capa de grasa acumulada y ajustas las bisagras de las puertas¡±.
La tercera componente de nuestro Alto Tribunal para Cr¨ªmenes contra la Cocina, Patricia Tablado, cree que el problema puede estar en el paso del tiempo, y no precisamente por el envejecimiento de los materiales. ¡°La moda da muchos bandazos y una cocina que hoy es lo m¨¢s (como las de alto brillo hace unos a?os) en un lustro se te queda hortera de bolera total¡±. La actual community manager de El Comidista, que cuenta con un oscuro pasado como periodista de decoraci¨®n, aborrece ¡°el granito rosa-naranja en las encimeras¡± y muestra su preocupaci¨®n con ¡°las fantas¨ªas de color¡±. ¡°Est¨¢n fenomenal en los desfiles de Agatha Ruiz de la Prada, pero encontr¨¢rtelas todas las ma?anas en la cocina puede ser un poco demasiado¡±.
Presentadas nuestras magistradas, empezamos sin m¨¢s pre¨¢mbulos a juzgar unos cuantos delitos contra la decoraci¨®n -y contra la higiene- que nos hemos encontrado por internet.
Cari?o, ?por qu¨¦ no pintamos la cocina?
Comenzamos la sesi¨®n con una cocina en la que a alguien le ha parecido buena idea combinar un rosa desva¨ªdo en la pared, un marr¨®n pirrilera en el suelo y un gris haciendo aguas residuales en los armarios. ¡°El que invent¨® la expresi¨®n ¡®para gustos los colores¡¯ se retractar¨ªa de lo dicho si viese esta cocina¡±, asegura Raquel Veira. ¡°No entiendo la decoraci¨®n de ?espejos? sobre la pared del microondas y dudo que haya una campana extractora¡±, a?ade Patricia Tablado. ¡°Me da la sensaci¨®n de que pintar de blanco la pared o los muebles arreglar¨ªa algo pero no s¨¦ qu¨¦¡±.
El esplendor del Remordimiento
¡°?Es esto eso que llaman estilo ecl¨¦ctico?¡±, pregunta Tachy Mora. Ecl¨¦ctico tirando a Remordimiento, dir¨ªa yo. Esta cocina que pretende ser antigua, se nota falsa y se queda en el dram¨¢tico t¨¦rmino medio del quiero y no puedo. ¡°No ser¨¦ yo la que critique los muebles de la cocina de casa de mis padres¡±, afirma Veira, ¡°as¨ª que en este caso centrar¨¦ mi atenci¨®n en paredes y suelo. Cuando el presupuesto para reforma de cocina es ajustado, a veces se opta por cambiar solo el mobiliario y resulta que el remedio es peor que la enfermedad. La cocina de le?a tiene su encanto en un contexto de estilo r¨²stico, pero esos azulejos¡ ?Esos azulejos son el mal!¡±.
Cocina sobre cocina
Entramos en el pringoso territorio de la cocina grasienta espa?ola, con infinitos objetos nunca violados por el jab¨®n y fogones en estratos superpuestos dignos de ser analizados en clase de Geolog¨ªa. ¡°Creo que al bote de cacao soluble van a tener que hacerle la prueba del carbono 14 cuando lo desincrusten de ah¨ª¡±, se teme Tablado. ¡°Que no nos distraiga el hornillo sobre hornillo¡±, alerta Mora. ¡°Los hornillos port¨¢tiles molan un mont¨®n. Esta cocina necesita primero una pasada de Monica de Friends y despu¨¦s, cuando ya podamos ver qu¨¦ o qui¨¦n hay ah¨ª debajo, entonces ya podremos ponerlos a caldo con fundamento¡±.
Lujo y miseria
Desconozco si esta cocina pertenece a un espa?ol, a un jeque ¨¢rabe o a un magnate ruso del petr¨®leo. S¨®lo s¨¦ que no he podido dejar de pensar en ella desde que la vi en Twitter y necesito compartir con el mundo sus muebles con capiton¨¦, sus tiradores de Svarovski y su horno gritando ¡°sacadme de aqu¨ª¡±. ¡°?Por qu¨¦ ponen una cocina en una habitaci¨®n de un sanatorio psiqui¨¢trico?¡±, exclama Mora. ¡°El gas o el horno pueden terminar teniendo fatales consecuencias¡±. ¡°Me parece un toque de clase tener en la encimera los jarrones con las cenizas de tu abuela para que te inspiren mientras cocinas¡±, aplaude Tablado. ¡°No me pregunt¨¦is por qu¨¦¡±, remata Veira, ¡°pero lo primero que me viene a la cabeza es el forro del interior de un ata¨²d¡±.
?La amplitud de espacio garantiza el logro de tener una cocina bonita? En esta imagen ten¨¦is la respuesta. ¡°A veces es mejor tener una cocina peque?a y menos posibilidades de meter la pata¡±, apunta Veira. La foto tambi¨¦n demuestra que la isla, ese sue?o de tantos cocinillas, se puede convertir en pesadilla si la coronas con un catafalco de extractor-chimenea. ¡°Ya no se llevan las campanas forradas de azulejos pero entiendo que a los due?os de la casa les fascin¨® tanto la cenefa que no pudieron resistirse a darle m¨¢s protagonismo¡±, explica Tablado. ¡°?Por qu¨¦ se detuvieron ah¨ª? ?Por qu¨¦ no panelaron tambi¨¦n la nevera con esos inefables azulejos?¡±. Mora, por su parte, se declara objetora de conciencia: ¡°No puedo comentar esta foto, tengo calambres¡±.
Si un espacio grande no asegura el ¨¦xito en la decoraci¨®n, menos a¨²n el dinero. Lo que veis en la imagen seguramente habr¨¢ costado muchos miles de euros, pero cuesta imaginarse a alguien cocinando en semejante esperpento. Como mucho, a Donatella Versace tom¨¢ndose una infusi¨®n y par de espidifenes para la resaca. ¡°Pocas cosas hay tan tristes en decoraci¨®n como el lujo mal entendido¡±, declara rotunda Veira. ¡°Derrochar dinero en materiales nobles mal combinados para conformar una estancia con p¨¦sima funcionalidad deber¨ªa estar tipificado como delito¡±.
Oscuro marr¨®n
Ante esta cocina siento todo el peso hist¨®rico de la Castilla m¨¢s adusta, con sus nobles vestidos de negro y su intolerancia hacia cualquier forma de alegr¨ªa. Pero seguramente es todo una paranoia, y la tristeza que te invade al verla se debe a cuestiones menos elevadas, como me aclara Tachy Mora. ¡°Lecci¨®n de primero de interiorismo: no se ponen muebles oscuros cuando un espacio no tiene mucha luz natural¡±. Raquel Veira incide en otro punto aterrador: "Lo peor es que esas puertas de rejilla detr¨¢s de las que tratan de esconder el microondas y otras cosas se las habr¨¢n vendido con el nombre de 'embellecedor¡±.
La modernidad crea monstruos
?Cre¨ªas que s¨®lo nos ¨ªbamos a re¨ªr de cocinas viejunas? Pues te equivocabas. Aqu¨ª tienes una monstruosidad bien fresquita, salida de la mente de alg¨²n interiorista que quiso someter a tortura psicol¨®gica a sus clientes. ¡°Este es el problema de intentar poner a la vez todas las tendencias modernas: electrodom¨¦sticos de acero inoxidable, color block, barra de desayuno y paredes de colores. Es mejor apostar por una tendencia y el resto dejarlo neutro¡±, aconseja Patricia Tablado. ¡°Yo aqu¨ª lo tengo claro¡±, secunda Veira. ¡°Dejar¨ªa el suelo y los electrodom¨¦sticos y cambiar¨ªa los muebles. Con cuatro ruedas igual se pueden reciclar en coche de F¨®rmula 1: si no recuerdo mal, ¡®naranja papaya¡¯ es el color que ha pedido Fernando Alonso para su McLaren este a?o¡±.
No s¨¦ qu¨¦ desencaden¨® la moda del damero en la decoraci¨®n de cocinas -?las banderas de la F¨®rmula 1? ?La rivalidad entre Karpov y Kasparov?-, pero es como los piojos en las escuelas: una lacra que nunca se acaba de ir. ¡°Es como esos discos de cantantes que a nadie le gustan pero que acaban siendo superventas¡±, se lamenta Veira. Lo raro es que en la cocina de la imagen s¨®lo les ha faltado ponerlo en las sillas, la mesa y las naranjas y manzanas del frutero. ¡°Lo habitual es que est¨¦ en el suelo y no en la pared ?No se habr¨¢n confundido en los planos planta y alzado?¡±.
Oficina en la cocina
?Qu¨¦ es esto? ?Una cocina? ?Un despacho? ?Un vertedero de muebles usados? Ah¨ª van las especulaciones de nuestras expertas. Para Mora, ¡°es el resultado tras haber le¨ªdo uno de esos art¨ªculos del tipo Ideas para hacer una zona de despacho en la cocina, que adem¨¢s en su interior linkaba a otro del tipo 6 razones por las que tu cocina deber¨ªa tener una isla. Y as¨ª fue como naci¨® la despacho-isla¡±. A Veira le huele a reutilizaci¨®n de restos: ¡°La mudanza coincidi¨® con un lavado de cara en el trabajo y plantaron el mueble viejuno de la sala de reuniones en la cocina. Que queda fatal, s¨ª, pero a caballo regalado no se le mira el diente, y adem¨¢s ya han puesto ah¨ª el botellero por si hay que darse a la bebida para olvidar lo espantoso de la decoraci¨®n¡±.
Por si vienen los abuelos
Por primera vez y sin que sirva de precedente, la aparici¨®n por sorpresa de las dos butaquitas de los yayos en esta cocina suscita la aprobaci¨®n un¨¢nime del jurado. Tablado: ¡°Son perfectos si quieres fregar los platos c¨®modamente¡±. Mora: ¡°Parece muy buena idea para echarse una cabezada mientras se hace el cocido en la olla expr¨¦s¡±. Veira: ¡°Esto es un diez en funcionalidad, porque dejas a los abuelos vigilando el asado y te despreocupas¡±. Esta ¨²ltima a?ade un voto particular: ¡°En est¨¦tica ya cojea un poco m¨¢s¡±. Solo un poco.
Cocina mientras te alivias
Con los alquileres por las nubes en no pocas ciudades espa?olas, algunos propietarios sin escr¨²pulos ponen el mercado esperpentos como ¨¦ste, que unen el retrete con la cocina sin ninguna clase de miramiento. ¡°El gran acierto aqu¨ª es el espejo, que siempre ayuda un mont¨®n a hacer que los espacios peque?os parezcan m¨¢s grandes¡±, afirma ir¨®nica Tachy Mora. Si consigues superar la repugnancia, puedes ver el asunto desde una perspectiva hist¨®rica, como Patricia Tablado. ¡°Justo ayer le¨ªa en un libro de Mary Beard que en las casas de los pudientes romanos hab¨ªa letrinas al lado de las cocinas para poder echar ah¨ª los desperdicios. Lo mismo el arquitecto quer¨ªa homenajear a los cl¨¢sicos¡±.
El brillo ciega tus ojos
No s¨¦ si es muy pr¨¢ctico necesitar gafas de sol cada vez que entras en la cocina, pero el hecho es que los colores brillantes han calado hondo en el gusto popular espa?ol. Buen ejemplo de ello es esta imagen, cuya combinaci¨®n de negro y fucsia nos retrotrae a las hombreras, los calentadores, las rimas de Mecano y otros hechos vergonzantes de los ochenta. ¡°La culpa de esto la tiene Argui?ano¡±, denuncia Veira, ¡°que elige el verde lima para su cocina y nos hace creer que todos los colores vivos e intensos para encimeras son una buena opci¨®n. Pero despu¨¦s a nosotros nadie nos cambia toda la cocina gratis cada temporada¡±.
La suciedad tambi¨¦n es fea
?Alguien m¨¢s tiene la sensaci¨®n de que si entras a esta cocina y por casualidad tocas algo, te quedar¨¢s pegado y morir¨¢s cual pajarillo cazado con liga? ¡°K-H-7, P-O-R F-A-V-O-R¡±, grita Mora ante la visi¨®n. ¡°Una cosa es tener bajo presupuesto, poco espacio o incluso algo de mal gusto y otra es ser cochino¡±, se indigna Veira. ¡°?Y la foto la suben as¨ª a internet para vender o alquilar!¡±.
Museo del souvenir
Esta maravilla explica bien la diferencia entre ¡°cocina abierta al sal¨®n¡± y ¡°cocina aparecida de repente en el sal¨®n¡±. S¨²male al conjunto un horror vacui de los patol¨®gicos, y obtendr¨¢s un ataque de nervios de los que no se superan ni con medicaci¨®n. ¡°Aqu¨ª han aplicado en parte el m¨¦todo de Marie Kondo para ordenar la cocina, aunque el resultado no haya sido el esperado. Han elegido lo que tiene valor sentimental, y se ve que en esta casa sienten mucho, y han colocado arriba alimentos para liberar la encimera, pero al mismo tiempo tenerlos a la vista y as¨ª saber lo que tienen que comprar¡±. Patricia Tablado prefiere mirar para otro lado. M¨¢s concretamente, a la encimera: ¡°Por favor, quien invent¨® el granito rosado que entregue las armas y se rinda¡±.
Todo en uno
Confieso que no es un descubrimiento m¨ªo, sino de la muy recomendable secci¨®n Pesadilla inmobiliaria del mes de Vice. Pero no puede haber mejor final para nuestro repaso de aaargs en las cocinas que este desprop¨®sito, que ilustra la avaricia sin fronteras de los caseros m¨¢s desaprensivos.
¡°?Por qu¨¦ no han puesto tambi¨¦n un urinario? ?Acaso los urinarios no tienen derecho a estar en la cocina tambi¨¦n, al igual que las duchas y los lavabos?¡±, se pregunta Patricia Tablado. ¡°No est¨¢ muy bien aprovechado porque est¨¢ decorado a la europea, pero un espacio como este lo pillan en Jap¨®n y hacen con ¨¦l maravillas, ?con mesa de comedor para invitados y todo!¡±, se?ala una Raquel Veira m¨¢s positiva. ¡°En cuanto a lo del urinario que pregunta Patricia, ?sabemos lo que se esconde detr¨¢s de la mampara?¡±. ¡°Me da que tras la mampara se encuentran ambas cosas, la ducha y el inodoro¡±, responde Tachy Mora. ¡°Y ah¨ª te las apa?es¡±.
Gracias a Sabina Urraca por pasarnos algunas de las fotos de este art¨ªculo.
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