Diez buenos prop¨®sitos que este a?o tampoco vas a cumplir
En 2020 queremos comer m¨¢s despacio, m¨¢s sano, menos az¨²car y m¨¢s fruta, pimplar menos y movernos m¨¢s; igual que el a?o pasado, el anterior y hace cinco. ?Lo conseguiremos esta vez? Sin duda, tampoco.
La llegada del nuevo a?o nos suele pillar empachados, resacosos y con una lista m¨¢s o menos larga de malas costumbres que abandonar, otras buenas que adoptar y un ¨¢rbol de Navidad con una iluminaci¨®n dise?ada por Abel Caballero que amenaza con hacerse fuerte en el sal¨®n hasta Semana Santa. Si todav¨ªa tienes por cumplir la lista de 2017 pero no por ello vas a dejar de intentarlo este a?o, te damos la bienvenida al club de los optimistas recalcitrantes, y tal vez te sientas identificado con alguno de estos prop¨®sitos. Gracias a mis compa?eros comidistas por ayudarme con la lista, asumir sus taritas y ayudarme a poner los pies en la tierra con las m¨ªas propias.
Dejar de beber -demasiado- alcohol
Empezamos con la t¨ªpica promesa que se hace el uno de enero cuando te despiertas con la madre de todas las resacas y dos se?ores lapones a los que jurar¨ªas que no conoces de nada (promesa que se abandona con alegr¨ªa como muy tarde la noche de Reyes, "que ya es la ¨²ltima y hay que aprovechar que todav¨ªa est¨¢n todos los amigos por aqu¨ª", y ya te has puesto de nuevo como la Mo?o?o).
Si esperamos que la pregunta ¡°?cu¨¢nto alcohol es demasiado?¡± nos redima diciendo que menos de tres litros de sangr¨ªa no son nada, efectivamente y no. No hay un m¨ªnimo seguro: si bebes una copita de vino con la comida, un chupit¨ªn de hierbas despu¨¦s de la misma o un gintonic con los amigos, tu consumo ya supera las recomendaciones de la OMS. Bueno, seamos francos: el tuyo y el de media Espa?a. Mal de muchos, consuelo de nadie: este a?o el agua con gas tampoco ser¨¢ tu bebida social de primera elecci¨®n.
Comer m¨¢s pescado
Por educaci¨®n, costumbre, cultura o lo que sea, en este pa¨ªs somos mucho m¨¢s de carne que de pescado. Aunque sobre el papel somos conscientes de los beneficios que tiene y nos gustar¨ªa introducirlo mucho m¨¢s en nuestra dieta, la pescader¨ªa seguir¨¢ siendo territorio comanche, y cuando la pisamos es para pedir algo ¡°en filetitos y sin espinas, que menudo rollo¡±.
La intenci¨®n est¨¢ ah¨ª y es buena, pero la comodidad de la pechuguita, el filetito o el lomo vuelta y vuelta ¡°que se hacen en dos minutos y total, tambi¨¦n son magros as¨ª que son sanos¡± nos podr¨¢ en cuanto nos relajemos. ?Es nuestra la culpa de que la sociedad de consumo, el capitalismo y el fren¨¦tico ritmo de vida imperante en Occidente nos roben el precioso tiempo necesario para quitarle la espina central a un jurel o sacar un salm¨®n o una merluza congelados de su envase? No lo creo.
Y menos az¨²car
Asociamos el sabor dulce al gustirrin¨ªn y las sensaciones agradables. Aunque nos hayamos pasado al caf¨¦ solo -minipunto para los hipsters- y saquemos pecho por ello, nos encantan las cosas dulces y no lo podemos evitar. No es que vivamos a bollos y chocolate, ni mucho menos, ya est¨¢ la vida lo bastante amarga como para renunciar a los churritos del domingo, la palmerita de chocolate que nos ayuda a superar el lunes o la salsita de tomate dulc¨¦rrima e hiperpalatable de Mercadona (que adem¨¢s, mala no puede ser, que pone ¡°receta artesana¡±, seguro que la ha hecho la abuela de alguien).
Transitar al vegetarianismo
Si el objetivo de comer m¨¢s pescado ya nos pilla regular, est¨¢ claro que este es, de lejos, demasiado ambicioso. Pero como tampoco lo vamos a cumplir, por pedir que no quede. Por consciencia relacionada con el sufrimiento animal, por consciencia relacionada con sostenibilidad, por consciencia relacionada con la salud y por conciencia en general, muchos so?amos con abandonar completamente el consumo de animales. ?Que por qu¨¦ no lo hacemos? Por inconsciencia, est¨¢ claro.
Masticar en lugar de engullir
Si en lugar de comer como una persona tragas como Kirby, en vez de sentarte a la mesa zampas directamente del t¨¢per delante del ordenador -a poder ser con cuchara para terminar m¨¢s deprisa- y tus cenas son de pie con vistas a la pared de la cocina, no tenemos pruebas pero tampoco dudas de que esto seguir¨¢ siendo as¨ª en 2020.
Si lo haces por ansiaviva, no es una condici¨®n a la que puedas renunciar con el cambio de a?o; si es porque te obligan tus condiciones laborales, por desgracia posiblemente tampoco. La parte m¨¢s dif¨ªcil es aprender a comer despacio cuando est¨¢s solo, que parece que alguien te est¨¢ metiendo prisa para que acabes y no sabes ni lo que te est¨¢s llevando a la boca. Si por fin lo conseguimos, seguro que todos nos ahorrar¨ªamos unos cuantos problemas digestivos: relax para el 2020.
Comer m¨¢s fruta
Por la ma?ana lo tenemos m¨¢s o menos controlado porque dejamos una manzana, una pera o tres mandarinas encima de la mesa y la culpa no nos permite obviarlas y lanzarnos al bocata de jam¨®n que realmente nos apetece. Pero en cuanto esa fruta deja de mirarnos a la cara con ojos desafiantes, la buena intenci¨®n se desvanece y a media tarde los colines nos esperan en la despensa con sus cantos de sirena. Malas noticias: los frutos secos no cuentan como fruta. Son m¨¢s sanos que las chips, pero no es muy recomendable zamparse un paquete de medio kilo de cacahuetes con c¨¢scara en un d¨ªa, como un macaco de zool¨®gico que tiene aborrecidos los pl¨¢tanos.
Abrazar el realfooding
La buena intenci¨®n de dejar los ultraprocesados para siempre te va a durar hasta que termines de digerir el rosc¨®n de Reyes, se te pase la culpa navide?a y te amorres a la pizza de Casa Tarradellas y al bocata con un kilo de mayonesa (da igual si es pan de molde, integral, de masa madre o de familia pol¨ªtica). Que s¨ª, que el hummus con crudit¨¦s de zanahoria es un aperitivo m¨¢s sano para picar entre horas que las patatas fritas de bolsa, pero hasta que no lo saquen con sabor a jam¨®n, poco tienen que hacer en este pa¨ªs.
Hacer deporte con regularidad
Te has apuntado al gimnasio y te has hecho con unas zapatillas modern¨ªsimas que casi hacen zumba solas, un termo de aluminio con mensaje motivador de Mr Wonderful que parec¨ªa buena idea pero ahora te da verg¨¹enza ajena -y con raz¨®n- y un mont¨®n de buenos prop¨®sitos. Como cada a?o, vamos. Tambi¨¦n como cada a?o la primera semana ir¨¢s cuatro d¨ªas -a ver una serie sentado en la bici a velocidad crucero-, la segunda tres porque tienes mucho l¨ªo, la tercera dos porque alguien te propondr¨¢ ir a tomar una ca?a al salir del trabajo y para febrero le habr¨¢s puesto una pegatina al termo para tapar lo de ¡°si te esfuerzas podr¨¢s conseguir cualquier cosa que te propongas¡±. Por desgracia, esta vez tampoco le van a poner una placa con tu nombre a esa m¨¢quina de cardio que has pagado t¨² solito (y no has llegado ni a tocar).
Cocinar m¨¢s y pedir menos comida a domicilio
Los Reyes Magos nos han tra¨ªdo dos libros de cocina llenos de fotos coloridas y s¨²per apetecibles que, esta vez s¨ª que s¨ª, nos van a convertir en unos Ottolenghi de la vida. Hacia el supermercado que nos vamos, en busca de ruibarbo -que bien podr¨ªa ser un unicornio, porque creemos que existe pero no lo hemos visto nunca-, acelgas moradas, zanahorias amarillas, quinoa roja, remolachas verdes y otras verduras de fantas¨ªa. Cuando en lugar de eso solo encontremos verduras normales y aburridas, a ver qui¨¦n nos culpa por volver a casa solo con seis cervezas de medio litro y pedir un Big Mac con patatas deluxe -gigantes- por Glovo en el que ahogar nuestras expectativas.
Dejar de tener buenos prop¨®sitos que no podremos cumplir
Volvamos a leer la lista desde el principio y d¨¦mosle una vuelta realista. Cambiemos ese ¡°comer m¨¢s fruta¡± por meter una o dos piezas en la mochila antes de salir de casa. Dejemos de buscar alimentos locos a los que solo los cocineros tienen f¨¢cil acceso, subamos por las escaleras y vayamos a los sitios andando, cambiemos el pan blanco por integral, eliminemos el az¨²car del desayuno -para empezar- y tom¨¦monos las comidas como un momento de relax. Feliz 2020, comidistas: este a?o tampoco vamos a ser perfectos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.