C¨®mo reprogramar tu vida y convertirte en influencer gastron¨®mico
En tiempos de incertidumbre no debes hacer mudanza, pero puedes ordenar los muebles. Y qu¨¦ mejor que aprovecharlos para empezar a fotografiarte como una estrella de la comida en las redes.
Hay que aprovechar las crisis para resurgir cual ave f¨¦nix entre los p¨¢jaros vulgares. Hay que atravesar los desiertos para admirar la poes¨ªa an¨ªmica de Paulo Coelho, que nace de las cenizas de hierbas extra?as y florece en el interior de los seres de luz, como t¨². Estos tiempos inciertos de mascarillas y distancias de seguridad que poco a poco vamos abandonando pueden servirte para planificar tu futuro, para posicionarte en tu vida, para que germine el talento que tu jefe o tu madre han sido incapaces de ver y que durante a?os has contemplado desparramado en tu sof¨¢ entre migas de Cheetos, pijamas astrosos, un moco y notificaciones de Whatsapp titilando en tu soledad.
As¨ª que despega las manos de las ingles, sac¨²dete la panza y lev¨¢ntate: es hora de reinventarte, ese verbo tan proactivo, tan transversal como los bocatas de mayonesa y salchich¨®n que te atizaste durante el confinamiento sinti¨¦ndote inmundo. Abofet¨¦ate delante del espejo y recu¨¦rdate que no eres as¨ª, #thebeautyisinside. A ti te gusta la buena vida, la comida linda, las ensaladas versallescas, los c¨®cteles en copas salom¨®nicas, los restaurantes decorados con l¨¢mparas de filamento y los brindis en la playa arropados en lino. T¨² sue?as con pulseras en llamas m¨¢s all¨¢ de Canc¨²n. ?Te imaginas convertir esa afici¨®n difusa en un negocio, en una Story Interminable, y encima ser adorado por miles de avatares, como cantaban The Stone Roses? ?Quieres convertirte en influencer gastron¨®mico y epatar a las masas con tu elegancia cuidadosamente despeinada? Pues coge el boli del Se?or Maravilloso que te regalaron los compa?eros de la oficina en el amigo invisible de Navidad -esa noche que acabaste vomitando en la Puerta de Tannh?usser-, porque te vamos a apa?ar un curso r¨¢pido para convertirte en un pavo real de la gastronom¨ªa. No te va a conocer ni la tortilla que te pari¨®.
¡°?Qu¨¦ es un influencer?¡±, dices mientras clavas en mi coraz¨®n vac¨ªo el ventr¨ªculo rojo de tu like. Pues un personaje virtual que provoca envidia. Un ser de luz al que puedes modularle el brillo. Un arquetipo dionis¨ªaco al que, con solo verlo o verla zanganeando en la pantalla, te entran unas ganas arrebatadoras de imitar, de apropiarte de su encanto y de su outfit y de sus nalgas y de su agenda y de sus amigos y amigas, siempre regocijados de existir. Un influencer es un sue?o de ocio, a ser posible con los dientes blanqueados y un fondo turquesa. Si encima es gastron¨®mico, se convierte en un sibarita de fantas¨ªa que salta de fiesta en fiesta y de cama en cama como aquel dandy del extrarradio que inmortalizaron Sidonie.
Es decir, que para ser influencer, tu vida actual no sirve. Tienes que programar otra, una donde te quejes de los lunes pero cuqui. El objetivo: resultar tan encantador que las marcas del sector, desde supermercados a fabricantes de granolas, latas de at¨²n, vaciadores de kiwis o cacerolas premium paguen por asociarse a tu reputaci¨®n, a tu paladar rosa salm¨®n, a tu estilazo.
Tu nueva ocupaci¨®n solo requiere una actividad: hacer fotos y subirlas a Instagram. Algunos influencers fotograf¨ªan platos que ellos mismos cocinan, una habilidad trasnochada que ocupa tiempo de scroll y que adem¨¢s es innecesaria para influenciar a la gente an¨®nima, que solo quiere felicidad, no picar ni escaldar. T¨² te diriges a gente de la que solo te interesa su pulgar. As¨ª que nada de cazos, lo que nos urge es una buena app como Foodie, Yummy Effect o Food Bud, capaz de hermosear cualquier lasa?a precocinada o batido industrial con un buen plano cenital. Siempre cenital, #always. Porque la influencia se proyecta siempre desde arriba, para que los followers te sigan por abajo. En el entorno virtual, la vida se ordena en vertical, recuerda.
En este oficio, el EPI consiste en una buena funda para el m¨®vil. GIPHY
Necesitar¨¢s, eso s¨ª, un menaje embriagadoramente pop: platos, copas, manteles y hasta palillos cuquis (palillos japoneses, por supuesto, no mondadientes, ga?¨¢n). ?Una tabla de cortar con la Union Jack impresa, aunque t¨®xica? Moooola. ?Un delantal con la cara cejijunta de Frida Kahlo bostezando? ?Genial! El arte moderno es un juego de fachadas. F¨ªjate en Bansky, que pinta cucamonas en cualquier lado: ?idiota? No, millonario. Tus contenidos, pues, solo tienen que ser bonitos, no requieren un trasfondo ni mucho menos pensamiento. Haz fotos blanqu¨ªsimas, tan saturadas que te ardan los ojos y desquicien los colores, donde salgas t¨² sonriendo como si no pudieras retener la orina un segundo m¨¢s. Acomp¨¢?alas de un texto brev¨ªsimo sacado del azucarillo de un cortado, de una taza motivacional o directamente copiado de los titulares de las revistas de tendencias. Celebra con entusiasmo cada aparente mamarrachada que se te ocurra, porque revelar¨¢ que eres #espont¨¢neo, #intenso, #freedomdforjoy. Y remata el post con una lista de hashtags que agote los 2.200 caracteres m¨¢ximos de Instagram. Cualquier disparate se convierte en epigrama cuando le plantas delante una buena almohadilla: #gastrofashion, #foodieheart, #gastromonguer, #impeeing, #whatever. El hashtag es un curr¨ªculum de sentimientos en trenecito, una definici¨®n en morse de tu atractivo, el ovillo de Teseo para enredar a tus fans.
Y ahora, al grano, que llamar¨¢s semilla: estos son los dos tipos de contenidos que deber¨¢s alternar en tus post, con sus correspondientes consejos.
Indoor: fotos tuyas haciendo cosas bonitas de gastronom¨ªa en casa
El influencer indoor es sencillo de teatralizar. Preparas por ejemplo unos macarrones infames incluso para un piso de estudiantes, o los compras precocinados con la salsa de sobre en la m¨¢quina de vending del barrio, pero los fotograf¨ªas s¨²per-de-cerca, hasta que el queso rayado se te adose a la lente y no se aprecie que est¨¢n babosos y aplastados. Aplicas el filtro X-Pro II, #pastaconamor, #amolascosassencillas, clicas en publicar y lo petas en las estad¨ªsticas.
O plantas el tr¨ªpode en la encimera y te retratas las manos lanzando al aire o espolvoreando algo. Al igual que en las relaciones de pareja, arrojar cosas siempre funciona en Instagram. Colocas un plato con unos huevos cocidos, unas moras, un zumo, un montoncito de pienso de desayuno y otro ¨ªtem incongruente pero ornamental, quiz¨¢ un mu?equito Funko de Daenerys Targaryen sosteniendo una rama de apio. Todo, en una disposici¨®n cuidadosamente sim¨¦trica (paso fundamental, porque el p¨²blico virtual se marea con el desorden). Sacudes encima de semejante bodeg¨®n un tarro entero de piment¨®n y grabas uno segundos de v¨ªdeo a c¨¢mara lenta que muestre una nube de motas bermellonas cayendo con la misma cadencia con la que ve¨ªas lloverte las collejas del cura en la clase de Religi¨®n. La mesa te quedar¨¢ echa un cristo, tendr¨¢s que tirar los huevos y el alpiste y el mu?eco, el plato se volver¨¢ rosa despu¨¦s de fregarlo, pero te hinchar¨¢s a likes, que es a lo que estamos.
La c¨¢mara lenta es la clave. Aunque los profiteroles sean del Covir¨¢n, qu¨¦ m¨¢s da. GIPHY
M¨¢s consejos. El chocolate te pirra s¨ª o s¨ª. Solo sabes masticar sonriendo. La tarta de zanahoria te recuerda a tu abuela, aunque en realidad te cocinara gachas. Si posas con una bebida, asoma la lengua con p¨ªcara sensualidad. Los quesos y embutidos has de fotografiarlos sobre una tabla de madera, montando un holocausto de nueces y avellanas coronado por un mont¨®n de hojas oto?ales que habr¨¢s recogido mientras paseas al perro y hace caca, #tobypoopoo #jajaja. Tus manos manipulando hierbas sugieren un amor inabarcable por la naturaleza, aunque te provoquen alergia. C¨®mpralas clorof¨ªlicas, sea eneldo o perejil rizado, qu¨¦ m¨¢s da. Tampoco importa que no te guste su sabor. El caso es que pueden servirte para un combo con esta sucesi¨®n de selfies:
1. Oliendo los yerbajos tumbado o tumbada casualmente en la cama, en pijama si es de alg¨²n People¡¯s Secret (y el estampado Disney no te marca las lorzas).
2. Cogi¨¦ndolas cual ramo de novia en el balc¨®n que da a ese patio de luces mugriento, pero que no se ver¨¢ gracias al modo retrato. Recuerda por si acaso vaciar previamente el tendal de gayumbos o bragas, porque maridan mal con tu escenario.
3. En una imagen de primer plano mientras reclinas la cabeza hacia atr¨¢s y te r¨ªes de oreja a oreja como si el perejil te hubiera contado algo, #lafelicidadesunaactitud #ibelieveinmiracles. Tambi¨¦n puedes t¨¢pate la cara con las manos pero dejando los ojos enfocados, y con cuidado de no meterte el tallo de cilantro en el globo ocular. Ya que estamos, c¨®mprate una esterilla y unas mallas y simula relajantes ma?anas de yoga, con cuidado nuevamente de no hacerte da?o. El yoga consiste en quedarte quieto con el culo apretado, nada m¨¢s. Si pones un jugo d¨¦tox de remolacha al lado de la alfombra de Decathlon mientras amagas la postura Trikonasana, el yoga se convierte instant¨¢neamente en gastroterapia. Internet es magia.
Outdoor: Fotos tuyas haciendo cosas bonitas de gastronom¨ªa en saraos
Una vez tengas en tu feed suficiente material chorra indoor, habr¨¢s de preparar tu presentaci¨®n en sociedad, tu aterrizaje en el mundillo foodie, lo cual b¨¢sicamente equivale a convertirse en un macarr¨®n adosado a todo el que atesore un m¨ªnimo de notoriedad virtual. En cierto modo el influencer se apropia del talento ajeno, se atribuye el descubrimiento de lo excepcional, se engalana haciendo de espejo y encuentra su utilidad en la alabanza desaforada, ¡°un admirador, un esclavo, un amigo, un siervo¡±. Para eso hay que seguir a todo quisque en redes, sea pinche stagier o cr¨ªtico envarado, pero sobre todo, hay que asistir a saraos. Deber¨¢s conseguir pues que te inviten a las fiestas hosteleras de tu ciudad, acopl¨¢ndote al principio si fuera necesario con ese encanto que mam¨¢ se empe?a en denominar ¡°memez¡±. T¨², precisamente, aspiras a perder la z de semejante palabro. You were born to be a meme, babe.
Lo m¨¢s sencillo para posicionarte como celebridad de extrarradio es compartir en tus stories cualquier convocatoria de bares, restaurantes o lupanares que te encuentres navegando. Etiqueta hasta la extenuaci¨®n y aplaude hasta que te ardan las teclas el motivo de la convocatoria (promocionar un licor de chiriv¨ªa, inaugurar una hamburguesa de tu¨¦tano, presentar la Denominaci¨®n de Origen de la Patata de Profundidad). Al final, alguien husmear¨¢ en tu cuenta, te ver¨¢ enajenado entre zumos, te confundir¨¢ con un influencer asentado y te meter¨¢ en la lista de alguna promoci¨®n. Una vez en el evento, localiza al responsable de comunicaci¨®n de la marca que paga la francachela y felic¨ªtale por su trabajo y su estupenda labor y ¡°me encanta tu camisa¡± y ¡°qu¨¦ elegancia vuestra puesta en escena¡±, tague¨¢ndole a la par que le hablas con el amor que no le dedicas a tu madre desde hace tiempo. Tus padres, al fin y al cabo, nunca han cre¨ªdo en ti.
En este tipo de recepciones probablemente servir¨¢n comida y/o bebida. Todo cuanto te ofrezcan te sabr¨¢ riqu¨ªsimo antes de probarlo, o aunque luego tengas que desaguarlo discretamente en el ba?o. Lo importante son las fotos que obtengas, aut¨¦nticos imanes para tu frigor¨ªfico de popularidad. Fotograf¨ªa platos y vinos desde todos los ¨¢ngulos cual director de cine porno experimental, levant¨¢ndote de la mesa si fuera necesario mientras el resto de comensales se alimenta en animada charla. No te cortes, es tu trabajo. P¨ªdele al camarero que te libere un tramo de la barra para conseguir la mejor iluminaci¨®n, incluso que te ponga un aparador para improvisar una composici¨®n con copa, botella, tu escote o tu brazo musculado y un gif de coraz¨®n palpitante. Vas a los eventos para que te vean los de afuera, recuerda. Yo te imagino y ya me dan ganas de besarte.
Como a cualquier buen arquitecto, no debe haber ¨¢ngulo que se te resista. GIPHY
Despu¨¦s de la degustaci¨®n te arrojar¨¢s a las relaciones p¨²blicas empotr¨¢ndote en cualquier corrillo, sobando brazos desconocidos, haciendo como que llevas en eso toda la vida, jaja, d¨¢ndole la raz¨®n a cualquiera con el que hables como un gato japon¨¦s hiperexcitado, jajaja, agarrando a incautas e incautos para sacarte selfies, jajajaja, y cit¨¢ndolos en tus stories junto a la palabra ¡°crac¡±, ¡°genio¡±, ¡°eres un ejemplo¡±, ¡°pura inspiraci¨®n¡± y cualquier otro ep¨ªteto superlativo que denote que los conoces desde antes de ponerse un mandil, #siempreaprendiendodelosmejores. Recuerda: en el mundo digital no existe la gente normal, solo hay seres exaltados de tanta emoci¨®n como imagina su aburrimiento. Con el tiempo, le coger¨¢s el tranquillo e ir¨¢s seleccionando a tus v¨ªctimas, hasta arrimarte solo a propietarios de negocios y cocineros premium: entonces, la estrella empezar¨¢s a ser t¨².
Y si no lo consigues, al menos te quedar¨¢ el consuelo de habernos influenciado a todos con tu amor por la comida, la bebida y la humanidad, #jajajaja, t¨ªa.
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