Nutri-Score: ?un sistema para blanquear ultraprocesados?
El m¨¦todo que valora si un producto es saludable o no se implantar¨¢ en las etiquetas espa?olas en 2021, pero la industria de los comestibles malsanos ya ha encontrado la manera de manipularlo a su favor.
El Nutri-Score es un sistema que, en teor¨ªa, te informa la calidad nutricional de los productos que te encuentras en las tiendas y los supermercados. Si nos topamos en la etiqueta con una A o una B, suponemos que es saludable. Si por el contrario encontramos una D o una E, nos deber¨ªamos poner en guardia.
?Est¨¢ contenta la industria alimentaria que produce los alimentos de peor perfil nutricional con este modelo de ¡°etiquetado frontal de los alimentos¡±, vigente ya como voluntario en Francia desde 2017 y en B¨¦lgica desde 2019 (a Espa?a parece que llegar¨¢ en 2021)? Lo l¨®gico ser¨ªa pensar que no, porque sus ultraprocesados deber¨ªan salir mal parados. Sin embargo, pasa justo lo contrario: est¨¢ presionando para que se implante en Europa. ?C¨®mo es posible? Han encontrado la manera de convertir el Nutri-Score en un blanqueador de sus productos.
Los FOPL
La normativa europea sobre la informaci¨®n alimentaria facilitada al consumidor hace saber que, adem¨¢s de la informaci¨®n obligatoria presente en cada alimento ¨¦sta se puede acompa?ar de manera complementaria y voluntaria de un sistema de FOPL (Front-Of-Pack-Labelling o ¡°etiquetado frontal¡± de los alimentos) como el Nutri-Score, para facilitar a los consumidores la comprensi¨®n de la informaci¨®n nutricional obligatoria. La Comisi¨®n Europea se hace eco de una realidad: para buena parte de los consumidores esa informaci¨®n nutricional es, o bien un galimat¨ªas incomprensible, o bien un elemento que se presta a frecuentes a malinterpretaciones.
?C¨®mo es posible que un bollo industrial sea un producto que aporte el 50% de la cantidad diaria recomendada de hierro? El legislador considera que, a diferencia de la informaci¨®n nutricional y la lista de ingredientes -que ¡°se esconden¡± en la parte de atr¨¢s del envase, en un tipo de letra ilegible y requieren conocimientos para poner todos esos datos en valor-, la inclusi¨®n de un FOPL supondr¨ªa un valor a?adido. La idea general es que el consumidor medio pueda poner f¨¢cilmente el valor nutricional de cada producto. No obstante -y este es un dato de especial trascendencia en el caso de los FOPL- otra de las ¡°ventajas¡± que se les atribuyen a ciertos FOPL es el poder facilitar ¡°la reformulaci¨®n¡± de productos a la industria y que as¨ª mejoren su nota (a pesar de seguir siendo, en esencia, lo mismo).
La gran ventaja del Nutri-Score consistir¨ªa en ofrecer una ¨²nica nota, a partir de un algoritmo en el que suman puntos (algo malo): la cantidad de calor¨ªas, az¨²cares, grasas saturadas y sal; y restan puntos (bueno para la consideraci¨®n final): el porcentaje de frutas o verduras empleado para obtener el producto, y su aporte de fibra y prote¨ªnas.
Hay condiciones que modifican esta norma general: que el producto sea s¨®lido o l¨ªquido (m¨¢s bien, que sea una bebida) y que el alimento sea queso, o sea -o incluya en su composici¨®n- aceite de oliva, de colza o de nuez. Toda la informaci¨®n al respecto est¨¢ detallada en esta y esta entrada del blog de Luis Jim¨¦nez, que ha estudiado y ofrecido una valiosa informaci¨®n sobre el Nutri-Score.
Esa ¨²nica nota se concretar¨ªa en el conocido logotipo Nutri-Score, consistente en cinco colores -del verde oscuro al rojo- asociados cada uno de ellos a una letra (categor¨ªas de la A a la E respectivamente y de mejor a peor calidad nutricional). La nota Nutri-Score es mejor cuantos menos puntos se obtienen en el algoritmo, y es peor cuantos m¨¢s puntos.
Donde dije digo, digo Diego
En 2018, cuando la noticia del desembarco del Nutri-Score lleg¨® a Espa?a por vez primera, muchos pusieron el grito en el cielo -con toda raz¨®n- al contrastar algunos chirridos de la herramienta, como catalogar casi todos los refrescos ¡®zero¡¯ con una lustrosa B, o atribuirle al aceite de oliva una triste D (y as¨ª un largu¨ªsimo etc¨¦tera de notas que van desde lo incomprensible a lo sospechoso pasando por lo desternillante). En poco tiempo los creadores del Nutri-Score se apresuraron a decir que la herramienta no deb¨ªa utilizarse para comparar alimentos de categor¨ªas o naturalezas diferentes: en un comunicado publicado al efecto, los autores denunciaron la existencia de un sector malintencionado que creaba ¡®fake-news¡¯ para desestabilizar la herramienta. Pero en un paper publicado en 2017, los mismos autores del comunicado anterior, hablaban de las ventajas del Nutri-Score a la hora de poder comparar alimentos de categor¨ªas diferentes, diciendo textualmente (p¨¢gina 3): ¡°El sistema transversal de Nutri-Score permite diferenciar la calidad nutricional de los alimentos pertenecientes a familias diferentes, o dentro de una misma familia diferenciar un producto de otro, o incluso distinguir entre los mismos tipos de productos pero de marcas alimentarias distintas¡±.
El Ministerio de Sanidad, ante la afrenta nacional que supon¨ªa que el aceite de oliva calzara una ¡°D¡±, sali¨® apresuradamente a la palestra para informar que a los productos con un ¨²nico ingrediente, como el aceite, la leche, la miel o los huevos no se le iba a aplicar el Nutri-Score (falso, tal y como se puede contrastar en estas im¨¢genes para la miel, la leche y los huevos, de una de las marcas de distribuci¨®n que ya ha apostado por el sistema).
.@sanidadgob ha anunciado esta semana la futura implantaci¨®n del sistena de informaci¨®n nutricional Nutriscore. Aclaramos varios aspectos sobre esta iniciativa (hilo) pic.twitter.com/Y3LHJtNH9M
— Ministerio de Sanidad (@sanidadgob) November 17, 2018
Este tema es de una importancia capital para la implantaci¨®n final del Nutri-Score en Espa?a, tal y como nos cuenta el Secretario General de Consumo y Juego, y Presidente de AESAN, Rafael Escudero Alday . ¡°El aceite de oliva es un alimento caracter¨ªstico y b¨¢sico en la dieta mediterr¨¢nea, propio de nuestra cultura culinaria y, adem¨¢s, el m¨¢s consumido en Espa?a. Desde un principio AESAN consider¨® imprescindible, para la implantaci¨®n de Nutri-Score en Espa?a, la modificaci¨®n del algoritmo inicial para la mejora de la puntuaci¨®n del aceite de oliva¡±, se?ala la fuente oficial. ¡°Algo que ya se hizo. Y se incluyeron tambi¨¦n otros aceites vegetales. En este contexto, el Comit¨¦ Cient¨ªfico de la AESAN vino a refrendar la modificaci¨®n del algoritmo¡±.
Lleg¨® el momento de retorcer la herramienta para alcanzar los fines propuestos: la primera tentaci¨®n fue sacar de la puntuaci¨®n aquellos productos con un solo ingrediente, pero esto generar¨ªa graves problemas ya que dejar¨ªa fuera a varias gamas de productos muy interesantes para cierta industria alimentaria (zumos, leche, etc¨¦tera).
Despu¨¦s de sopesar distintas posibilidades se opt¨® por a?adir el aceite de oliva entre los ingredientes que influyen de forma positiva en el algoritmo, adem¨¢s de ¡°frutas y hortalizas, legumbres y frutos secos¡±. Se us¨® como calzador el siguiente camelo: dado que la incorporaci¨®n de ¨¢cidos grasos monoinsaturados en la dieta es un elemento saludable, que el aceite de oliva es rico en ¨¢cido oleico y que este es monoinsaturado, se bendice y se le mete en la susodicha categor¨ªa. Por arte de magia el aceite de oliva pasaba de tener una nota D a lucir una C, que parece suficiente para contentar a la administraci¨®n, al sector o a ambos.
Respecto a la peligrosidad de cambiar los par¨¢metros a voluntad de la industria, Rafael Escudero responde: ¡°No podemos presuponer esas actuaciones. Lo que es competencia del Gobierno es desarrollar y evaluar las pol¨ªticas de salud p¨²blica. Adem¨¢s, hay que tener en cuenta que en el proceso de aprobaci¨®n de toda pol¨ªtica p¨²blica es obligatorio escuchar las aportaciones y argumentos presentados por los sujetos y actores afectados por ellas, como pueden ser las empresas de alimentaci¨®n, los peque?os productores y las asociaciones de consumidores y usuarios, que han sido o¨ªdas¡±. Pero al final la decisi¨®n recae en el Gobierno, que es quien tiene competencia en materia de salud p¨²blica.
Las consecuencias
El nuevo algoritmo ¡°adaptado al consumo espa?ol¡± tuvo respuesta en Francia, que se puso flamenca y dijo que si en Espa?a el aceite a bendecir era el de oliva, en Francia eran los de colza y de nuez; y ah¨ª est¨¢n los tres. Antes de que cortocircuites, d¨¦jame no obstante que te remita a conocer la verdadera perspectiva nutricional del aceite de colza.
Adem¨¢s, la nueva nota del Nutri-Score en relaci¨®n al aceite de oliva no va a distinguir, en absoluto, si ese aceite es de las categor¨ªas Virgen Extra, Virgen o sin m¨¢s adjetivos. Para los tres ser¨¢ una misma e id¨¦ntica C, lo que nos lleva de vuelta a la argumentaci¨®n -espa?ola- que pone en valor ¡°el nutriente¡± (algo que ya se ha comentado es un error) y que en este caso refiere al ¨¢cido oleico. En la siguiente tabla ¨Cde confecci¨®n propia- se ha se?alado con toda la intenci¨®n el contenido en ¨¢cido oleico de diversos aceites, y plantea algunas preguntas:
?Por qu¨¦ si el aceite de orujo de oliva tiene por t¨¦rmino medio una proporci¨®n id¨¦ntica de ¨¢cido oleico a la del aceite de oliva, no est¨¢ el primero incluido en la actualizaci¨®n del algoritmo del Nutri-Score y se ve igualmente beneficiado? ?Por qu¨¦ excluye al mismo tiempo al aceite de girasol alto oleico (AGAO en la tabla) si de media tiene m¨¢s ¨¢cido oleico que los aceites de oliva?
El fin del debate
El Nutri-score, se presenta, al igual que cualquier FOPL, como una herramienta de Salud P¨²blica, y como siempre que estas iniciativas afectan a la industria alimentaria, esta suele ejercer su derecho para presionar en un sentido u otro al respecto de su implantaci¨®n. Su presi¨®n estar¨¢ definida por sus intereses y no por los de la Salud P¨²blica (aunque se le llene la boca con este t¨¦rmino). Esto no es precisamente una perspectiva individual o conspiranoica: la Dra. Margaret Chan -que fue directora general de la OMS hasta 2017- ya dedic¨® en 2013 unas palabras a la industria alimentaria y del alcohol: ¡°Si cualquier industria del sector alimentario est¨¢ involucrada en la formulaci¨®n de pol¨ªticas de Salud P¨²blica, hemos de tener la completa seguridad de que las medidas m¨¢s eficaces ser¨¢n totalmente apartadas o, en el mejor de los casos, minimizadas¡±. As¨ª de contundente.
Ha llegado el momento de pasar por encima de debates est¨¦riles sobre si los l¨ªmites que se presentan para cada nutriente son acertados o no, o si en la readaptaci¨®n del algoritmo sobre los aceites deber¨ªa incluir a unos o excluir a otros: son este tipo de bombas de humo las que persigue y alienta aquella industria que pone en el mercado lo peor del sector alimentario. Mientras nos centramos en discutir aspectos t¨¦cnicos in¨²tiles, esa misma industria alimentaria sortear¨¢ su principal problema, que no es otro que evitar la implantaci¨®n de otros FOPL que les podr¨ªan perjudicar much¨ªsimo m¨¢s. Adem¨¢s del Nutri-Score, hay muchos otros FOPL funcionando en otros pa¨ªses, desde el conocid¨ªsimo NOVA, que valora el grado de procesamiento de lo alimentos al contundente sistema de la OMS cuya exclusiva -e interesante- perspectiva clasifica a todo posible alimento en 17 categor¨ªas.
Recordemos que desde la industria ya intentaron colarnos su propio sistema, llamado Evolved Nutrition Label Initiative, una iniciativa tremendamente condescendiente con sus basuras nutricionales que fue abandonada a finales de 2018. No es casualidad que ahora Nestl¨¦ abrace sin reservas la implantaci¨®n del Nutri-Score. Al igual que Danone, en quien es f¨¢cil descubrir sus intenciones queda-bien al usar la peligrosa bala de plata que supone la reformulaci¨®n propiciada por el uso del Nutri-Score, algo que ya ha sucedido en Alemania.
As¨ª que, aunque sobre el papel los FOPL parecen ser herramientas ¨²tiles, hasta la fecha y en la pr¨¢ctica, su efectividad para modificar el comportamiento de los consumidores hacia compras m¨¢s saludables es muy discreta, y el Nutri-Score parece ser de los menos eficaces. Entre los m¨¢s eficaces -aunque el impacto sigue siendo escaso- figuran los que implican se?ales de advertencia como el que se plasma en la Ley de Alimentos: Manual de Etiquetado Nutricional del gobierno de Chile y que tanto trata de evitar la industria alimentaria de lo menos conveniente. Este sistema, y otros m¨¢s sobre los que la industria ya ha mostrado su desacuerdo, son los que deber¨ªan ser considerados en primera instancia por las administraciones de salud si lo que les preocupara de verdad es la Salud P¨²blica.
Una herramienta desactualizada
Las tripas del algoritmo de Nutri-Score se basan en establecer una serie de l¨ªmites para nutrientes ¡°significativos¡±, tanto con un peso negativo -az¨²car, grasas saturadas y sal, adem¨¢s de la densidad energ¨¦tica-, como positivos (prote¨ªnas y fibra, adem¨¢s de la proporci¨®n de frutas y verduras en los ingredientes), un enfoque est¨¢ trasnochado a la luz de las m¨¢s recientes recomendaciones. Tal y como sostienen diversos epidemi¨®logos nutricionales desde hace a?os, las campa?as y recomendaciones centradas en nutrientes (y solo en nutrientes), adem¨¢s de contar con el germen de la duda en su interior -?realmente son malas, e igual de malas todas las grasas saturadas?- son frecuentemente utilizadas por la industria para crear confusi¨®n en una poblaci¨®n mediatizada.
En su lugar, las recomendaciones y nuevas herramientas para prevenir las enfermedades no transmisibles deber¨ªan empezar por incentivar o desincentivar categor¨ªas completas de alimentos. Mensajes como ¡®boller¨ªa = mala¡¯ (aunque est¨¦ enriquecida en fibra) y ¡®fruta = buena¡¯, como proponen algunos sistemas que fijan l¨ªmites concretos de nutrientes en virtud de la categor¨ªa a la que pertenece el alimento. En este tipo de herramientas existen categor¨ªas en las que no se observan l¨ªmites porque toda la categor¨ªa es ¡®inadecuada¡¯ o ¡®adecuada¡¯ desde el punto de vista nutricional.
Otro de los problemas asociados a cualquier FOPL, y m¨¢s preocupante cuando el que se propone es el Nutri-Score, tiene un cariz m¨¢s pol¨ªtico que t¨¦cnico. El RE 1924/2006, que regula las declaraciones nutricionales y de propiedades saludables en los alimentos, advert¨ªa en 2006 en su art¨ªculo 4 que antes de 2009 deb¨ªan establecerse los perfiles nutricionales que podr¨ªan a?adir dichas declaraciones en sus envoltorios. Algo que no se ha hecho hasta la fecha y beneficia especialmente a la industria alimentaria, que sigue haciendo este tipo de declaraciones aunque el producto en cuesti¨®n sea un refresco, aperitivo o galleta y vaya hasta las trancas de sal, az¨²car, grasa saturada o trans.
No obstante y seg¨²n el presidente de AESAN , con la implantaci¨®n de Nutri-Score el Ministerio de Consumo se propone contribuir a la mejora de la salud p¨²blica de dos formas. ¡°En primer lugar, sirviendo de ayuda a las personas consumidoras a la hora de decidir su compra. respondiendo adem¨¢s a la demanda de numerosas asociaciones de consumidores a nivel tanto espa?ol como europeo. En segundo lugar, promoviendo e impulsando la reformulaci¨®n de los productos envasados mediante la reducci¨®n de az¨²car, sal y grasas saturadas, mejorando as¨ª su calidad nutricional. Adem¨¢s, su puesta en marcha ir¨¢ acompa?ada de campa?as de formaci¨®n e informaci¨®n a las personas consumidoras, para que se familiaricen con el sistema y conozcan sus ventajas y limitaciones¡±.
Otra importante debilidad es que no es un sistema transparente, ya que uno de los elementos que se valoran en el algoritmo es la proporci¨®n concreta de ¡°frutas y hortalizas, legumbres y frutos secos¡±, algo que con el ¨²nico acceso a la lista de ingredientes y a la tabla de informaci¨®n nutricional es imposible conocer. De ah¨ª estas disonancias en las que el producto ofrece una nota Nutri-Score en el punto de venta, mientras la herramienta Open Food Facts ofrece otra.
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