Por qu¨¦ estas navidades pueden ser las mejores de tu vida
La Navidad pand¨¦mica es la Navidad mejor. ?Qu¨¦ otra circunstancia te habr¨ªa librado del cu?ado machista, la mariscada de congelador y la pila de platos por fregar? Este a?o, por fin, el vino y el men¨² los eliges t¨².
Este es el cuento de una Navidad diferente, la Navidad que Ebenezer Scrooge siempre habr¨ªa so?ado. Y no ha venido a rob¨¢rnosla El Grinch, ni tampoco nos la ha estropeado Jack Skeleton, sino una amenaza mucho m¨¢s delicada y microsc¨®pica. Ese virus que un d¨ªa apareci¨® de la nada, pero se hizo con el todo, y al que -ojal¨¢- se le est¨¢n agotando los d¨ªas de hegemon¨ªa en nuestra sociedad. Las medidas de prevenci¨®n contra el Covid-19. nos han hecho el trabajo sucio a los que ya nos escabull¨ªamos de estas fechas tan costumbristas. Los que nunca hemos entendido la magia -al parecer evidente- de las aglomeraciones en los centros comerciales y del karaoke con los compa?eros de trabajo.
Uy, qu¨¦ pena no poder ir a visitar a la familia pol¨ªtica, y qu¨¦ l¨¢stima que este a?o te vayas a perder los chistes machistas de tu cu?ado. Echaremos de menos el berrido de la ni?a que se queja por el marisco que te ha costado un mes de sueldo. Lamentaremos vivir sin encender el horno durante nuestras jornadas de teletrabajo. Y menuda pereza elegir el vino que nos apetece durante la cena, un aut¨¦ntico marr¨®n. Qui¨¦n sabe si seguiremos siendo los mismos despu¨¦s de un a?o de contenci¨®n estomacal, monetaria y fraternal.
Ante la adversidad, conviene quedarse con las ventajas. No es que queramos parecer una taza de desayuno: es que estamos convencidos de que estas Navidades pueden ser las mejores de tu vida. Y para atraerte a nuestro bando, nos disponemos a ofrecerte un listado de argumentos, que se sustentan en el sarcasmo y vienen respaldados por nuestros amigos m¨¢s mis¨¢ntropos. Aquellos que disfrutan de brindar en pijama de franela y hacer polvo la despensa de turrones sin que haya miradas de reprobaci¨®n. Muchas risas, que buena falta nos hacen, mientras seguimos siendo responsables con la realidad. Porque despu¨¦s de un confinamiento, una desescalada por fases, los cierres perimetrales y los toques de queda, una Navidad en grupos m¨¢s o menos reducidos -seg¨²n la comunidad en la que vivas- est¨¢ chupada.
Esta Navidad, cocinar¨¢s menos¡
A no ser que est¨¦s perfeccionando tus habilidades para alg¨²n programa culinario, es humano, incluso evolutivo, que celebres ahorrarte tareas como comprar para cientos, plantear un men¨² que agrade a todos -a los abuelos, a los ni?os, a los crudiveganos- y perpetrar la cena sin altercados. Qui¨¦n quiere estar pensando en que las pechugas queden jugosas y las pieles resulten crujientes cuando puede estar atiborr¨¢ndose a chocolatinas y viendo reposiciones de pel¨ªculas de los 90. O si eres padre, jugando a algo con los ni?os, envolviendo regalos para los ni?os, intentando amordazar a los ni?os. Ha llegado la hora de ?descansar?, y cocinar lo justo y necesario para que tu mesa del comedor no parezca un retiro de ayuno.
Aunque por otra parte, tampoco habr¨¢ nadie que cocine para ti, por lo que desp¨ªdete del cocido de tu abuela y del arroz de tu padre. Dale tregua a tus mayores, ga?¨¢n. Aquellos que suelen asumir la responsabilidad de los fogones andan de celebraci¨®n. "Lo mejor de esta at¨ªpica Navidad ser¨¢ no tener que preparar la comida para 30 personas en 6m2. Un tetris gastron¨®mico que comienza una semana antes colocando todo en la nevera, y que contin¨²a el d¨ªa en cuesti¨®n con fuentes de comida desperdigadas por toda la casa. Las mismas por las que te acabas contorsionando cual gimnasta rusa para repartirla por la mesa", comenta David Monaguillo, consultor gastron¨®mico y cocinillas por castigo. "Esto tambi¨¦n supondr¨¢ decir adi¨®s a los canap¨¦s blandurrios hechos 10 horas antes para tener tiempo de maniobra. Volveremos a comer canap¨¦s crujientes", dice con brillo en los ojos.
Monaguillo deshaci¨¦ndose de la mesa que ya no va a necesitar. GIPHY
¡ pero comer¨¢s MEJOR
"La previsible reducci¨®n en el n¨²mero de personas puede permitir que nuestras comidas y cenas sean un pel¨ªn m¨¢s innovadoras", comenta, esperanzado, nuestro Mikel L¨®pez Iturriaga. "No estoy hablando de servir mini-airbags de erizo macerado con hondashi, yuzu y agua ahumada de lechuga de mar -la Navidad es momento de memoria m¨¢s que moderneces-, pero s¨ª de ampliar un poco el repertorio de las carnacas y los dulces habituales", sugiere. Aprovechando que no tenemos que contentar a tantas personas con gustos diferentes, ?qu¨¦ tal darle tregua al est¨®mago? Por ejemplo, puede ser un buen a?o para aumentar la presencia de verduras en los men¨²s, para abrirse a guarniciones o aperitivos imaginativos y para probar versiones renovadas de algunos cl¨¢sicos navide?os, como el imperecedero c¨®ctel de gambas, el pavo asado o el turr¨®n. Sin olvidarnos de las recetas de toda la vida.
Tambi¨¦n cabe esperar que la discreci¨®n que manda este 2020 nos libere de ciertos aargs navide?os. En eso conf¨ªa Mikel: "Adi¨®s a las mesas emperifolladas, la sobreproducci¨®n de canap¨¦s y las marcadas de paquete del familiar de turno cont¨¢ndote cu¨¢nto le ha costado el jam¨®n o el foie". De hecho, muerte a los volovanes rellenos. Y sobre todo, contenci¨®n con las cantidades indiscriminadas de comida, absolutamente impropias de un a?o tan sedentario. "Bueno, vale, esto ¨²ltimo no me lo creo ni yo. Seguiremos poni¨¦ndonos como La Mo?o?o, pero al menos hay que aspirar a ser un poco m¨¢s racionales y no acabar como el gato del gif", admite. Con suerte, calcularemos mejor las cantidades, y cuando nos levantemos en A?o Nuevo, las gambas no seguir¨¢n nadando en nuestra barriga.
No tendr¨¢s que fingir felicidad
Puestos a confesar, la periodista Mariola Cubells reconoce que odia la Navidad con todas sus fuerzas. "Detesto las comidas copiosas, pese a que mi madre siempre ha sido una cocinera estupenda. No puedo soportar el mazap¨¢n ni los adornos navide?os en las calles. Odio el cava. No me gusta ni el mejor de los champagnes", vomita. Y ahora que ha sacado todo lo que lleva dentro, admite que este trastorno le ha acompa?ado desde la infancia: "Sucede desde que tengo uso de raz¨®n, sin ning¨²n motivo. No hay traumas, ni personas que se fueron. No tengo ninguna raz¨®n para odiar las reuniones familiares, porque a m¨ª me gusta mucho mi familia y son todos divertidos y agradables. Pero odio tener que verlos en estas fechas, hasta el punto de preferir desmayarme". Si estabas esperando su postal o su invitaci¨®n para cenar, mejor hazlo sentado: "Jam¨¢s he tenido que preparar en casa un sarao navide?o, eso ya habr¨ªa sido el colmo". As¨ª que para ella, estas Navidades ser¨¢n como las anteriores, pero sin disimular: "UN CO?AZO".
Mariola asimilando que sus familiares quieren ir a cenar. GIPHY
Har¨¢s casting de amigos
El mundo se divide entre quienes desear¨ªan tener familia numerosa porque creen que es algo adorable, y los que de verdad pertenecen a una y est¨¢n al borde del suicidio. A los primeros les parecer¨¢ despiadado tener que cribar comensales, pero los segundos ya andan afilando las espadas para cortar cabezas. "Estas fiestas navide?as van a ser un poco menos cursis y entra?ables. Esa capa de falsa felicidad que las recubre se caer¨¢ de una vez y asistiremos a un ejercicio de casting sin precedentes. Tendremos que decidir qu¨¦ familiares o amigos son invitados, o peor todav¨ªa, esperar a ver si nos invitan a nosotros a alg¨²n festejo", se?ala con acierto el dise?ador Modesto Granados. En esta vida siempre ha habido clases, as¨ª que mientras algunos har¨¢n frente al exceso de eventos, a otros ni tan siquiera les sonar¨¢ el tel¨¦fono. "Hay que verlo por el lado positivo: por fin sabr¨¢s si tus seres queridos te ven a ti como un ser querido tambi¨¦n", extrae. Este es el a?o en el que quiz¨¢ te digan que no hace falta que vuelvas a casa por Navidad.
Tambi¨¦n hay casos en los que nada va a cambiar. "Para m¨ª van a ser exactamente las mismas Navidades de siempre", revela M¨°nica Escudero. "En casa siempre somos seis. Cocino yo en Nochebuena y mi madre, en Navidad. Tampoco ser¨¢ la primera vez que nos sentemos a la mesa en pijama y recurramos a la raclette, los tacos o la cochinita pibil. Nos consideramos esp¨ªritus libres, as¨ª que este a?o lo viviremos exactamente igual que los dem¨¢s", admite. Los llantos se los reserva para el d¨ªa 26. "Lo que s¨ª echar¨¦ de menos son las fabulosas comidas de Sant Esteve, cocinando cientos de canelones con los amigos que normalmente est¨¢n repartidos por otras ciudades de Espa?a, Par¨ªs, Londres o Berl¨ªn. Sol¨ªamos guardar un huequito para estar todos juntos ese d¨ªa. La resaca del 27, eso s¨ª que no lo a?orar¨¦", se descubre sin tapujos.
Adi¨®s a las cenas de 'expats'
Un 'expat' es una persona de origen extranjero que vive en nuestro pa¨ªs, tiene el estilo de vida de nuestro pa¨ªs y, por lo que sea, nadie considera de nuestro pa¨ªs. El t¨¦rmino se ha ido estirando hasta hacer referencia a todos aquellos antiguos alumnos, ex compa?eros de trabajo y gente del pasado en general, que no apetece rescatar, que est¨¢ muy bien donde est¨¢, pero que la Navidad, generosa ella, se empe?a en sentarnos delante. Hasta que una a pandemia ha llegado al rescate: tienes muchas posibilidades de ser el s¨¦ptimo, el octavo o el noveno en el restaurante, y en consecuencia, librarte de ir a esa cena de conocidos que cada a?o te da m¨¢s caspa, por no hablar de conocidos que no te caen ni bien -pero t¨² a ellos s¨ª- y se est¨¢n viendo obligados a limitar los contactos. Oh, ?qu¨¦ pena!
La gastr¨®noma Mapi Hermida est¨¢ como unas casta?uelas. "Para m¨ª, sin duda, ser¨¢ una Navidad diferente porque, por primera vez en mucho tiempo, no tendr¨¦ que mover cielo y tierra organizando las cenas de tropecientos amigos. Siempre me toca a m¨ª por aquello de dedicarme a la gastronom¨ªa", explica. Las comidas que de verdad apetecen tambi¨¦n van a simplificar su log¨ªstica."Las reservas de hasta seis personas hacen m¨¢s f¨¢cil encontrar mesa y ponerse de acuerdo para cuadrar los horarios y elegir el restaurante", detecta, como estratega de los ¨¢gapes. Por ¨²ltimo, aunque tal vez lamentes renunciar a la cena de empresa, por cuanto es la ¨²nica donde tu compa?¨ªa apoquina, qu¨¦date con lo bueno: no vas tener que re¨ªrle los chistes al jefe, ni protagonizar¨¢s los v¨ªdeos de karakoke del d¨ªa siguiente. Con suerte, te compensar¨¢n mediante una cesta de Navidad premium.
Mapi disfrutando las batallitas con los compa?eros del instituto. GIPHY
Muerte al gastrocu?adismo
All¨¢ por 2015, en este canal ya hab¨ªamos clasificado al esp¨¦cimen del 'gastrocu?ado', que abandona su madriguera por Navidad para demostrar al resto de la fauna que sabe de todo, y adem¨¢s un mont¨®n. El a?o pasado, ofrecimos una gu¨ªa ¨²til para hacer frente a los cuatro estereotipos frecuentes que aparecen en cualquier mesa familiar, y que requieren m¨¢s paciencia que la meditaci¨®n Kundalini Yoga. Pero esta vez, las circunstancias pueden apartarte del camino de la espiritualidad y acercarte a una realidad infinitamente m¨¢s misericordiosa. Al habla Se?orita Puri: "El Gobierno ha limitado las reuniones de Navidad y, oye, ni tan mal. Si eres del Opus Dei, ah¨ª regular, porque te faltar¨¢n tus 22 hermanos y cu?ados. Pero para el resto de las familias, tiene m¨¢s ventajas que inconvenientes".
Nadie te va a dar la turra con su viaje a Tailandia. Ni te estar¨¢n preguntando por qu¨¦ no tienes hijos, pareja o gato. Te librar¨¢s de tus primos recomend¨¢ndote series que nunca ver¨¢s. "Los coaches del futuro ense?ar¨¢n a decir frases como: no te esfuerces, no pienso ver esa serie ni ninguna otra de las que has dicho, porque me gusta Friends", afirma Puri, quien tambi¨¦n agradece ahorrarse todas las charlas pand¨¦micas. "Menos debates sobre si el virus naci¨® en un laboratorio secreto, proviene de un murci¨¦lago chino o sali¨® del culo de un pangol¨ªn. Tampoco sobre si la vacuna nos convertir¨¢ en esclavos de Microsoft, o nos licuar¨¢ el cerebro como a Miguel Bos¨¦. ?Que les den bamb¨²!", proclama la tuitera. Esto no lo ves ahora, pero el resto del a?o redundar¨¢ en beneficio de tu equilibrio mental.
Nada de carreras suicidas
"En mi caso, la carrera suicida por llegar al plato de jam¨®n de pata negra se ha terminado, y no veas c¨®mo se agradece. Hay familiares expertos en saquear ese manjar antes de que hayas pesta?eado", comenta ?scar Broc. Las palabras de nuestro compa?ero nos hacen viajar por los recuerdos, y nos vemos a nosotros mismos presentando batalla por esa ¨²ltima tostada de salm¨®n, ense?ando los dientes por un poco m¨¢s de guarnici¨®n, mientras el familiar con el plato repleto de cabezas de gamba se sirve otra cucharada de ensaladilla. Si eres de temperamento pusil¨¢nime, hay hogares espa?oles donde, pese al fest¨ªn de la Nochebuena, pasas m¨¢s hambre que los pavos de Manolo. Pero este a?o no: este a?o es el bueno. Por un lado, porque al ser menos gente, tocar¨¦is a m¨¢s comida; y por otro, porque con la excusa de evitar los contagios, podemos renunciar a los platos al centro y apostar por las raciones individuales, donde nadie se atrever¨¢ a meter la zarpa.
?scar explic¨¢ndole a su prima los l¨ªmites personales. GIPHY
?Y lo que te vas a ahorrar en gambas?
Ahora que solamente te re¨²nes con tus seres M?S queridos, ya puedes dejarte de cigalas y bogavantes, si resulta que sois igual de felices con unos calamares y unos berberechos. No tienes que impresionar a nadie, por lo que est¨¢s ante la Navidad m¨¢s adecuada para ahorrar, o sencillamente para invertir el dinero en la calidad de los alimentos que de verdad te gustan.
Porque, puestos a sincerarnos, ?cu¨¢ntas personas aprecian el caviar? ?Acaso no se la metes doblada con productos baratos que pasan por lujosos? ?Y por qu¨¦ avergonzarse de recurrir a marcas blancas si ofrecen buena calidad? Este a?o, dejar¨¢n de ser obligatorios los polvorones y los mantecados -no nos enga?emos, hay dulces m¨¢s ricos- y podr¨¢s descorchar los vinos que verdaderamente te apetece maridar. Como dice David Monaguillo, "adi¨®s al riojismo y al riberismo para tratar de agradar a todos. Bye bye a tener que fingir orgasmos con los vinos de cortes¨ªa que traen algunos invitados".
Seg¨²n la ¨²ltima encuesta de la OCU, se prev¨¦ que los hogares espa?oles rebajen un 20% el presupuesto para estas fiestas y que la media estimada de gasto se quede en los 526 euros. El dato se corresponde con la limitaci¨®n de las salidas, pero tambi¨¦n con la contenci¨®n a la hora de llenar la cesta. Los consejos pr¨¢cticos para salvaguardar nuestros cuartos empiezan por dise?ar una compra inteligente y acorde al n¨²mero de comensales.
Permanece atento a las ofertas, porque productos como los langostinos o el ternasco han ajustado mucho sus precios. Y siempre que puedas, apuesta por el reaprovechamiento de los alimentos, vali¨¦ndote de algunos trucos que prometen transformar los restos de comida en platos de alta cocina. En serio, las sobras navide?as dan mucho de s¨ª, incluso para bocatas. Y con esto, adem¨¢s, contribuyes a combatir el desperdicio alimenticio.
La comodidad y normalidad del hogar
Oye, de verdad, yo ya me estoy viendo la Nochebuena. Sin plancharme el pelo, con un mo?o en la cabeza, y quiz¨¢ una diadema de renos .por aquello de la teatralidad.. Este a?o no tengo que enfundarme las medias, y tan pichi, pero me tranquiliza saber que no soy la ¨²nica que cruza los dedos para ahorrarse la elecci¨®n del modelito. "Si los que vivimos en otra provincia diferente a la de nuestra familia no podemos viajar, nos queda cenar en pijama ¨Cno es triste, es c¨®modo¨C y emborracharnos sin tener que guardar las apariencias ante los suegros, t¨ªos mojigatos o dem¨¢s invitados cortarrollos", dice Carmen L¨®pez. Qu¨¦ visi¨®n, compa?era. Se acabaron los afectos fingidos, los platos por impostura y las charlas pol¨ªticamente correctas, sobre lo que est¨¢s terminando de estudiar y la escuela (car¨ªsima y buen¨ªsima) donde llevas los ni?os. Viva el desahogo, el desparrame y el sof¨¢ de casa.
?Que quieres lentejas en Nochevieja? Pues lentejas. ?Que pasas del solomillo? Pues un plato de macarrones. ?Que de repente te apetece enchufar Netflix? Me parece una opci¨®n bastante m¨¢s v¨¢lida que los discursos anacr¨®nicos y las galas con artistas del a?o de la pana. La aut¨¦ntica normalidad -palabreja del a?o- deber¨ªa ser vivir la Navidad como te plazca. Con dos o tres personas sentadas en la mesa, quiz¨¢ a solas con tu gato; ataviado con tu bata de terciopelo o de poli¨¦ster, seg¨²n el presupuesto; copa de vino mediante, y de fondo, la m¨²sica que te relaja, en lugar dl relincho de tu t¨ªa. Seamos Kevin McAllister por un d¨ªa, Bridget Jones por una noche. Como dice Se?orita Puri: "Adi¨®s a millones de fotos de platos deliciosos y falsas vidas perfectas en Instagram. ?Fin al yugo de la felicidad de corchop¨¢n! ?Cenemos pizza precocinada en Nochebuena y croquetas Findus en Nochevieja! ?Brindemos con agua y con Fanta de lim¨®n!". Seamos felices.
Todos hemos sido Bridget. GIPHY
Hora de fregar: enchufa el lavavajillas
Vamos a ver, ?una Navidad con menos comensales sentados a la mesa? ?En la que no ha habido que pasar horas en la cocina y, por tanto, no habr¨¢ que invertir d¨ªas en limpiar? Es decir, ?una Navidad con espacio para todos los platos en una tanda de lavavajillas, sin pelear por qui¨¦n aclara los platos? ?En la que se gasta menos pl¨¢stico y se desperdicia menos agua? ?D¨®nde hay que firmar para que la Navidad 2020 sea de la Marmota?
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