Adopta un postre: felipes de Fornos
Recuperamos unos pasteles madrile?os de principios del siglo pasado. Porque los postres en peligro de extinci¨®n nos dan casi la misma pena que las ballenas, los linces o los abejarucos.
Amargos, arnad¨ªs, bocanegras, bizcarios, borregos, cuajados, dormidos, enga?abobos... No son insultos de pueblo, aunque suenen dignos de mi vecino el Matatopos o del habla (r¨²stica a la par que cervantina) del Ga?¨¢n. Tampoco son palabras para invocar a Belceb¨², sino nombres de postres olvidados. Dulces poco conocidos fuera de su lugar de origen y defenestrados por malvados pasteleros que hacen cupcakes y cronuts mientras mandan cambiar el letrero de "confiter¨ªa" por el de "bakery". Estos postres en peligro de extinci¨®n no enternecen cual pandas achuchables ni miran con ojillos de koala, pero necesitan que los apadrinemos y los queramos fuerte. Tanta mandanga con la gastronom¨ªa espa?ola y resulta que estamos perdiendo a pasos agigantados un patrimonio cultural inmenso, guardado en libros antiguos y recuerdos de abuelas.
Lo mejor de los dulces tradicionales es que usan ingredientes baratos y f¨¢ciles de encontrar, suelen implicar una elaboraci¨®n sencilla y adem¨¢s est¨¢n terriblemente buenos. Lo tienen todo para triunfar en este reino del jetapostre que es el Comidista. Y adem¨¢s a la vez hacemos labor social, qu¨¦ m¨¢s quer¨¦is. De modo que la secci¨®n Adopta un postre ir¨¢ recorriendo diferentes provincias espa?olas rescatando vicios y golosinas abandonadas. Empezamos por Madrid (para que no dig¨¢is que el amor por lo bilba¨ªno nos ciega) trayendo a la vida unos pasteles decimon¨®nicos: los felipes de Fornos.
El caf¨¦ Fornos fue uno de los establecimientos emblem¨¢ticos del Madrid de la belle ¨¦poque. En su lugar, calle Alcal¨¢ esquina con Peligros, campea hoy un Starbucks. Ay. Del m¨ªtico caf¨¦, hogar de tertulias literarias, taurinas y pol¨ªticas, no queda nada m¨¢s que una placa conmemorativa en la fachada. Por lo menos pas¨® a la posteridad de la mano de Hemingway, B¨¦cquer, Unamuno o Baroja, y all¨ª se enter¨® Amadeo I de que su reinado espa?ol hab¨ªa terminado. Fue lugar de peregrinaci¨®n del famoso perro Paco y cuna ilustre del pepito, llamado as¨ª en honor de Jos¨¦ Fornos, quien se zampaba un bocadillo de solomillo para merendar.
En el caf¨¦ se daban cenas de madrugada para golfos y se?oritos a base de lenguado, ri?ones al jerez, bistec a lo Fornos (una tosta de pan frito con filete, jam¨®n y lengua escarlata acompa?ada de patatas souffl¨¦) y felipes. ?stos eran unos pasteles de hojaldre con crema pastelera bautizados con el nombre de un cliente que los com¨ªa por docenas, y que se hicieron famosos en toda la ciudad.
Que yo sepa, y bienvenidas sean las correcciones si me equivoco, ya no se hacen felipes en ning¨²n sitio de Madrid. As¨ª que los he tenido que reconstruir con una receta de 1934 de la revista de cocina Paladar. Son sorprendentemente f¨¢ciles y tan buenos como para figurar en el escaparate de cualquier pasteler¨ªa. O para que los adoptemos en casa con los brazos abiertos.
Si gust¨¢is, pod¨¦is dejar ideas para posibles postres apadrinables en los comentarios: s¨®lo hace falta que sean aut¨®ctonos, sabrosos y poco conocidos. Por un panda lo har¨ªais.
Dificultad: Por la calle de Alcal¨¢, con la falda almidon¨¢.
Ingredientes
Para unos 8 pasteles (depende del tama?o del molde, pueden salir algunos m¨¢s)
- 500 ml de leche
- 3 yemas o una yema m¨¢s un huevo entero
- 100 g de az¨²car
- 40 g de harina de ma¨ªz (Maizena)
- piel de medio lim¨®n
- 1 palo de canela en rama
- Canela en polvo
- Az¨²car
- Dos placas de hojaldre fresco (unos 400 g)
Instrucciones
?Has intentado hacer esta receta u otras de El Comidista, y no te han salido bien? Qu¨¦jate a la Defensora del Cocinero enviando un mail a defensoracomidista@gmail.com
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