Un pr¨ªncipe contra el Rey: las indagaciones sexuales de Lorenzo de B¨¦lgica sobre su padre
Una biograf¨ªa sobre Alberto II, rey em¨¦rito de los belgas, desvela que su hijo trat¨® de averiguar si cometi¨® delitos
Nacer entre los muros de un palacio brinda acceso a un mundo de comodidades y lujos vedados al com¨²n de los mortales. Pero tras las cortinas, entre el r¨ªgido protocolo y los estrictos horarios, se gestan a veces dramas y rencores cuyas reverberaciones perduran durante d¨¦cadas, aunque sean indetectables en las sonrisas profesionales de los retratos reales con los que las monarqu¨ªas europeas exhiben a sus s¨²bditos la presunta unidad del clan.
Las dos tragedias del pr¨ªncipe Lorenzo de B¨¦lgica (57 a?os), hoy se?alado con justicia como el hijo d¨ªscolo por sus frecuentes meteduras de pata, fueron el abandono y no sentirse valorado. Sus padres, Alberto II y Paola, reyes em¨¦ritos, ocupados en otras lides, apenas le prestaban atenci¨®n. Y su hermano Felipe, entonces heredero y hoy monarca de los belgas, acaparaba el inter¨¦s. ¡°Eran unos padres terribles, nunca estaban ah¨ª¡±, explica por v¨ªa telef¨®nica Thierry Debels, autor de una biograf¨ªa sobre Alberto II, de 86 a?os, que acaba de llegar a las estanter¨ªas del pa¨ªs, de momento solo en su versi¨®n neerlandesa.
Los pasajes m¨¢s controvertidos del libro han trascendido incluso antes de que se ponga a la venta. Debels, periodista especializado en la casa real belga, sobre la que ha escrito varias obras, narra un episodio revelador sobre el abismo que lleg¨® a separar a padre e hijo. Seg¨²n el autor, el pr¨ªncipe busc¨® informaci¨®n sobre la posible participaci¨®n de su padre en delitos sexuales. La idea parti¨® de la publicaci¨®n de un libro en 2010 sobre el pederasta Marc Dutroux, el hombre que entre 1995 y 1996 secuestr¨® y viol¨® a seis ni?as, de las que mat¨® a cuatro. El caso conmocion¨® a la sociedad belga, y el culpable de aquel horror todav¨ªa sigue en prisi¨®n, pero durante a?os circularon rumores, nunca probados, que relacionaron al monarca con redes de menores.
Seg¨²n el relato de Debels, el pr¨ªncipe Lorenzo quiso saber de primera mano qu¨¦ hab¨ªa de verdad en aquello. Para averiguarlo, se puso en contacto con Marc Toussaint, uno de los autores del libro sobre Dutroux, con el que lleg¨® a entrevistarse. ¡°El pr¨ªncipe me pregunt¨® sobre la posible participaci¨®n de su padre en delitos sexuales. Quer¨ªa saber si su padre estaba involucrado. Solo pude responder que no sab¨ªa nada, y esa es la verdad", le respondi¨®.
A?os antes, en 2001, ya circularon historias similares. Un tribunal de Par¨ªs oblig¨® a los autores de otro libro sobre el caso Dutroux publicado por la editorial francesa Flammarion a incluir en sus p¨¢ginas un desmentido del rey Alberto a las graves acusaciones que se vert¨ªan contra ¨¦l en sus p¨¢ginas, donde le implicaban en una supuesta mafia de pol¨ªticos ped¨®filos. El monarca y el Estado belga presentaron una denuncia y la aclaraci¨®n figur¨® en el texto.
La versi¨®n recabada por Debels dice que Lorenzo, hijo menor de Alberto II, sigui¨® toda esa pol¨¦mica de cerca, y quiso obtener informaci¨®n de primera mano. ¡°Ten¨ªa pesadillas de ni?o porque se sent¨ªa muy perdido. Y eso nunca se lo ha perdonado a su padre, hasta el punto de que ha ido a la b¨²squeda de cosas contra ¨¦l¡±, explica el bi¨®grafo real. Las inc¨®gnitas sobre qu¨¦ habr¨ªa hecho en caso de encontrar algo turbio en el pasado de su progenitor est¨¢n abiertas. ¡°Se puede utilizar para obtener favores, puede haber chantajes¡±, opina.
Para el escritor, el car¨¢cter del pr¨ªncipe es muy distinto al de su padre. ¡°Es m¨¢s como su madre Paola, m¨¢s italiano. Cambiante. Si hoy hace bueno est¨¢ contento y ma?ana tal vez no. Alberto es m¨¢s alem¨¢n, m¨¢s estable¡±. En los ¨²ltimos a?os ha habido intentos por aproximar a padre e hijo, y han aparecido juntos en diversos actos, pero la impresi¨®n de Debels es que ni ¨¦l ni el actual rey Felipe mantienen una relaci¨®n fluida con el monarca em¨¦rito. Solo la princesa Astrid habr¨ªa llegado a perdonar completamente una infancia marcada por el desapego. ¡°Mi familia nunca me ha apoyado. Ni mi t¨ªo el rey Balduino ni mi padre Alberto II. Eran como la Stasi¡±, lleg¨® a declarar Lorenzo a la cadena RTBF, compar¨¢ndoles con la temida polic¨ªa secreta de la Alemania comunista.
La biograf¨ªa tambi¨¦n se interna en un cap¨ªtulo m¨¢s reciente pero demoledor para la imagen del rey Alberto II: la falta de reconocimiento de su hija Delphine Bo?l, a la que los tribunales belgas proclamaron finalmente como tal tras a?os de litigios. ¡°No reconocerla ha sido su gran error. Si lo hubiera hecho ser¨ªa el hombre m¨¢s popular de B¨¦lgica porque ha sido un buen rey. Ahora, cuando pregunto qu¨¦ piensan de ¨¦l, ocho de cada diez me responden que fue una verg¨¹enza que no reconociera a su hija. Ya no se le tiene respeto¡±, se?ala Debels.
M¨¢s all¨¢ de los errores en el ¨¢mbito personal, el bi¨®grafo del rey valora positivamente el flanco pol¨ªtico del mandato real. ¡°Los pol¨ªticos lo ve¨ªan al principio demasiado cerrado en cuestiones ¨¦ticas, como su hermano Balduino que lleg¨® a dejar el trono durante 36 horas para no firmar la ley del aborto, pero comprendi¨® a tiempo que no pod¨ªa repetir sus errores y se volvi¨® muy flexible. Es un hombre inteligente al que no se puede subestimar¡±, concluye.
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