Lacasa, los emperadores del chocolate contra las cuerdas por los Conguitos
La familia aragonesa, pionera del 'marketing' y creadora de los turrones de cacao, ha superado tragedias y vaivenes en sus cuatro generaciones. Ahora les amenazan las pol¨¦micas en redes sociales
Cuatro generaciones de la familia Lacasa han vivido del chocolate desde el siglo XIX. Fabrican bombones, turrones y caramelos. Son los due?os de Lacasitos y de Mentol¨ªn, pero solo una saga, los Conguitos, parece llevarlos por la calle de La Amargura. Hace unas semanas, y a rebufo del movimiento Black Lives Matter, empez¨® a circular una petici¨®n en Change.org pidiendo retirar su nombre del mercado por ¡°denigrar a la raza negra, y en especial a los congole?os¡±. Una encarnizada batalla en Twitter llamaba al boicot de los cacahuetes recubiertos de chocolate, al tiempo que sus defensores creaban la etiqueta #ConguitosLivesMatter.
Desde Utebo, la localidad zaragozana donde el grupo tiene su sede, se contempla el fen¨®meno como un dej¨¢ vu y con cierta resignaci¨®n cristiana. No es la primera vez que Conguitos levanta ampollas ¡ªla primera queja se registr¨® hace 20 a?os¡ª y, probablemente, tampoco ser¨¢ la ¨²ltima.
La compa?¨ªa acaba de perder a su presidenta, Maris¨²n (Mar¨ªa Asunci¨®n Lacasa), fallecida el pasado 28 de mayo a los 79 a?os ¡°por enfermedad¡±, seg¨²n una esquela del diario regional Las Provincias. Otros cinco herederos siguen a cargo de la empresa, sobre todo Mariano y Jos¨¦ Carlos. En un comunicado se han limitado a decir que Conguitos es la mascota de la marca y especifican que se trata de cacahuetes y no de personas. Tambi¨¦n aclaran que el dise?o son dos cacahuetes recubiertos de chocolate, uno encima del otro. ¡°Uno de los formatos disponibles en el mercado, que incluye las tres variedades de Conguitos (chocolate negro, chocolate con leche y chocolate blanco) incluye en su dise?o las tres mascotas, bien diferenciadas por su color exterior, acordes al tipo de chocolate que representa cada una¡±.
Ni siquiera un hombre con la audacia de Jos¨¦ Lacasa, el patriarca de la saga, podr¨ªa imaginar que su peque?o almac¨¦n, abierto en Jaca en 1852, ser¨ªa objeto casi 170 a?os despu¨¦s de una bronca monumental en algo que se llamar¨ªa Internet. Su idea original fue abrir una tienda de ultramarinos para vender tejidos, garbanzos y los chocolates que ¨¦l mismo fabricaba. Seg¨²n cuentan desde la compa?¨ªa, fue su hijo Jos¨¦ Lacasa Ipiens quien decidi¨®, a finales del siglo XIX, limitar la actividad de la empresa a los postres: el chocolate y el caf¨¦. Fue tambi¨¦n quien la traspas¨® a sus herederos con la denominaci¨®n Lacasa y 15 empleados en n¨®mina.
Joaqu¨ªn y Jos¨¦ Mar¨ªa heredan la f¨¢brica de chocolates m¨¢s importante de la regi¨®n y, como gran inversi¨®n, compran una tostadora de caf¨¦ en Francia. Casi una d¨¦cada despu¨¦s adquieren una pesadora, un molino de cacao y otra tostadora de caf¨¦ que distingue el torrefacto del tueste natural. M¨¢xima sofisticaci¨®n para la ¨¦poca. En sus manos se deja la misi¨®n de convertir la f¨¢brica en una industria y expandir el negocio.
Pero corr¨ªa 1939 y la guerra cambiar¨ªa los planes. La familia decide trasladar la f¨¢brica de Jaca a Zaragoza y concentrarse en vender chocolates, una misi¨®n ¨¦pica en tiempos de crisis. Para conseguirlo ponen en marcha por intuici¨®n su primera campa?a promocional: con el chocolate se regalaban servilletas y manteler¨ªa, y de sus sacos de caf¨¦ sal¨ªan cuberter¨ªas casi completas. En los a?os de la posguerra el cacao es caro y escaso y sobra el az¨²car. Entonces los hermanos Lacasa inventan los turrones de chocolate que, seg¨²n la web de la compa?¨ªa, ¡°se venden con gran ¨¦xito en la Espa?a de la posguerra en la que los turrones ten¨ªan que llamarse blando, duro y mazap¨¢n¡±.
La familia Lacasa tiene un halo de fatalidad que, como en otras sagas, parece acompa?ar al dinero y al ¨¦xito empresarial. Empezando 1950 muere en un accidente de tren Joaqu¨ªn y deja como ¨²nico heredero a su hermano Jos¨¦ Mar¨ªa, que sigue al frente del negocio hasta su muerte ocurrida solo siete a?os despu¨¦s. Su viuda, Carmen Echevarr¨ªa, con cinco hijos menores de edad, tiene que hacerse cargo de la direcci¨®n de la empresa.
Do?a Carmen, que muri¨® en 2005 a los 91 a?os, encajaba a la perfecci¨®n en ese perfil de viudas empresarias ¡ªcomo Barbe-Nicole Clicquot Ponsardin o Mathilde Perrier, fundadoras de Veuve Clicquot y Laurent Perrier, respectivamente¡ª que a fuerza de ingenio y trabajo convirtieron peque?os negocios familiares en grandes emporios. Durante una d¨¦cada gestion¨® la empresa en solitario hasta que pudo colocar a sus cinco hijos como accionistas. Con ella Chocolates Lacasa vivi¨® sus a?os m¨¢s f¨¦rtiles, el crecimiento de las ventas fue tal que hubo que abrir una f¨¢brica m¨¢s grande y moderna en Utebo, que hoy es la sede de la empresa.
El d¨ªa de San Antonio de 1982 se vendi¨® el primer Lacasito en Espa?a, una gragea de chocolate cubierta de 150 capas de az¨²car de siete colores diferentes. Un antes y un despu¨¦s en la historia de familia. La inspiraci¨®n le lleg¨® a los hijos de Carmen en 1979 durante un viaje a Italia cuando probaron los lenti, un chocolate del tama?o de una lenteja. Contrataron al maestro chocolatero italiano Romano Quianelli y empezaron a producir en Zaragoza un producto que revolucion¨® el mercado del chocolate y que fue copiado inmediatamente. Para cortar por lo sano decidieron sellar cada gragea con el apellido de la familia, en diminutivo. Se cuenta que el envase cil¨ªndrico tradicional era una r¨¦plica del tubo de Optalid¨®n, un analg¨¦sico que tomaba do?a Carmen. Lacasitos abri¨® un mercado inexistente en Espa?a, un reino de amantes del chocolate donde conviv¨ªan con gracia y soltura ni?os, adolescentes y adultos.
Los conguitos entraron a la familia en 1987 cuando Chocolates Lacasa compr¨® la empresa zaragozana que los fabricaba. El producto ya era muy popular y su identidad hab¨ªa quedado establecida por una agencia publicitaria en 1961. El dibujo del primer conguito est¨¢ firmado por el ilustrador Juan Tudela que cobr¨® 9.500 pesetas por el nombre y el dise?o. En una entrevista a El Peri¨®dico de Arag¨®n el artista reconoci¨® que si le hubieran hecho el encargo hoy ¡°no lo habr¨ªa dibujado as¨ª¡± pero que las cosas ¡°hay que juzgarlas en su tiempo¡±. En 2002 ante una pol¨¦mica similar a la que hoy viven los conguitos, Chocolates Lacasa hizo algunos cambios en su imagen para dotarlos de ¡°energ¨ªa, buen rollo y liderazgo¡±, indican desde la empresa.
Aquel negocio de Jaca es hoy la Corporaci¨®n Chocolates Lacasa, dividida en varias sociedades y con filiales en Portugal y Argentina. Su facturaci¨®n anual ronda los 150 millones de euros. Sigue siendo una empresa familiar solo que ahora vende chocolates a medio mundo. Los Lacasa son discretos y viven alejados de los focos. Su tranquilidad solo parece alterarse cada cierto tiempo por culpa de los d¨ªscolos de la saga: los conguitos ¡°vestidos de chocolate con cuerpo de cacahu¨¦¡± que dan empleo permanente a 750 personas y de los que cada a?o se fabrican 30 millones de bolsas.
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