Ana de Inglaterra, una aventura extramatrimonial con su guardaespaldas y una expareja despechada
La serie ¡®The Crown¡¯ devuelve a la actualidad la relaci¨®n que la hija de Isabel II tuvo con Peter Cross cuando estaba casada con su primer marido, el jinete Mark Philips
La nueva temporada de la serie The Crown se est¨¢ convirtiendo en una trituradora para la familia real brit¨¢nica. Esc¨¢ndalos peque?os y grandes que se cre¨ªan olvidados han vuelto a la peque?a pantalla con su ali?o de ficci¨®n y sus dosis de realidad. Algunos de los episodios m¨¢s controvertidos de la vida personal de los miembros de la m¨¢s ilustre familia inglesa vuelven a estar en boca de los brit¨¢nicos y son escuchados por primera vez por las generaciones m¨¢s j¨®venes.
Tras las vicisitudes del famosos tri¨¢ngulo formado por la princesa Diana, el pr¨ªncipe Carlos y Camila Parker Bowles, le llega el turno a Ana de Inglaterra. La ¨²nica hija de la longeva Isabel II cumpli¨® en agosto 70 a?os convertida en uno de los miembros m¨¢s valorados de su familia, una consideraci¨®n ganada a pulso a base de trabajo. La segunda de los descendientes de la reina brit¨¢nica y su esposo, el pr¨ªncipe Felipe, lleva contabilizados m¨¢s de 20.000 compromisos oficiales en su dilatada agenda de actos y desde hace a?os se ha convertido en una mujer templada que los brit¨¢nicos ven como un apoyo fundamental de su madre tras la retirada de su esposo de sus funciones oficiales.
¡°Se trata de servir¡±, resumi¨® en una ocasi¨®n sobre sus visitas a los tres centenares de organizaciones ben¨¦ficas que preside o los viajes a destinos remotos que ha realizado en nombre de la Corona. Sin embargo, esta mujer de imagen serena y a veces demasiado anodina tambi¨¦n tuvo momentos controvertidos en su juventud y uno de ellos ha regresado desde el pasado de la mano de la exitosa serie de Netflix.
Se trata de su romance secreto con Peter Cross que fue su guardaespaldas, adem¨¢s de su amante, cuando ella estaba casada con el jinete Mark Philips y ¨¦l con Linda, quien hab¨ªa sido su novia desde la juventud. La historia en la ficci¨®n se centra en una escena protagonizada por la reina, interpretada por la actriz Oliva Colman, y su hija, a quien da vida Erin Doherty. La monarca le pregunta sobre los rumores que la relacionan con su guardaespaldas y la princesa Ana, al enterarse de que va a ser trasladado de su puesto, le suplica: ¡°No me hagas eso. No puedes. ?l es el ¨²nico que me hace feliz¡±.
Que esa escena tuviera lugar en la vida real est¨¢ por demostrar, pero s¨ª se da por cierta la relaci¨®n extramatrimonial de Ana de Inglaterra, entre otras cosas porque fue confesada por el otro implicado, Peter Cross, hace m¨¢s de tres d¨¦cadas, cuando vendi¨® su historia al News of The World en el verano de 1985. Seg¨²n ¨¦l para ¡°vengarse de aquellos que se aliaron tan injustamente despu¨¦s de que nuestra amistad [en referencia a la princesa Ana] fuera traicionada. Contar mi historia ayudar¨¢ a lograrlo¡±, dijo entonces. Ahora una antigua pareja de Cross, Gillian Nicholls, ha proporcionado detalles de aquella historia al tabloide Daily Mail: ¡°Su romance con ella eclips¨® nuestra relaci¨®n. Siempre se sinti¨® como si ella estuviera all¨ª, entre nosotros¡±, ha explicado Nicholls. La mujer tambi¨¦n ha confirmado que la relaci¨®n entre la princesa y el sargento Cross, que actualmente tiene 72 a?os, se remonta a 1979, cuando fue asignado al escuadr¨®n que se encarga de la protecci¨®n real. En oto?o de ese a?o comenz¨® a encargarse de proteger a la princesa Ana que llevaba casada seis a?os con Mark Phillips y ya hab¨ªa tenido a su hijo Peter, que entonces ten¨ªa dos a?os.
Su relaci¨®n, seg¨²n cont¨® ¨¦l mismo, fue ¡°muy afectuosa. Nos convertimos en cercanos porque creo que la princesa apreciaba mi punto de vista sobre la vida. Siempre fui sensato y habl¨¦ francamente con ella¡±. Seg¨²n su relato la princesa le confes¨® que le hubiera encantando ¡°ser un ama de casa corriente y vivir en una casa de clase media con sus hijos¡±. La llamaba se?ora en p¨²blico y solo utiliz¨® su nombre de pila cuando abandon¨® su puesto y continuaron con su relaci¨®n. Sus encuentros ¨ªntimos ten¨ªan lugar en una caba?a vac¨ªa que hab¨ªa en la casa de campo de la princesa, en su apartamento del palacio de Buckingham y, a veces, en una casa en Ewell (Surrey) que les prestaba un amigo.
El guardaespaldas se vio obligado a abandonar su cargo tras un enfado del esposo de la princesa Ana, molesto por la excesiva familiaridad que exist¨ªa entre ellos. Ocurri¨® en 1980, pero para las Navidades de ese mismo a?o la princesa se volvi¨® a poner en contacto con ¨¦l a trav¨¦s de personal de palacio y le pidi¨® su tel¨¦fono. Poco despu¨¦s fue convocado a Gatcombe Park, la casa de campo de Ana de Inglaterra, donde estuvieron charlando y volvieron a besarse. Ese d¨ªa la hija de Isabel II le dijo: ¡°Si alguna vez te apetece un d¨ªa de campo, sabes que eres muy bienvenido¡±. Y desde aquel momento, la frase ¡°un d¨ªa de campo¡±, se convirti¨® en el c¨®digo secreto para concertar sus furtivos encuentros, que se prolongaron durante un tiempo mientras ¨¦l estaba casado con su primera esposa, Linda, y probablemente durante alguno de los a?os en los que convivi¨® con Gillian Nicholls, a quien conoci¨® en el trabajo.
Nicholls afirma que ¨¦l no le revel¨® nada sobre su relaci¨®n con la princesa, pero que Ana de Inglaterra llamaba a la oficina casi a diario y ella era la encargada de pasarle las llamadas. ¡°La reconoc¨ª de inmediato. A ¨¦l no le sorprendi¨® en absoluto y me dijo que hab¨ªa trabajado para ella y le llamaba de vez en cuando¡±, cuenta ahora Gillian Nicholls. Ella es quien tambi¨¦n desvela que la princesa se identificaba como ¡°se?ora Wallis¡±, el mismo nombre de la esposa del duque de Windsor, Wallis Simpson, por cuyo amor Eduardo VIII renunci¨® al trono.
La princesa Ana se divorci¨® de Mark Philips en 1992 y se cas¨® con el comandante Tim Laurence en diciembre de ese mismo a?o, aunque su relaci¨®n se cree que era mucho m¨¢s antigua. El sargento Cross se cas¨®, seis semanas despu¨¦s de dejar a Gillian Nicholls, con Angela, una enfermera dental a la que hab¨ªa conocido seis meses antes de su boda y con quien ha tenido dos hijos. Ambos siguen unidos y viven una pl¨¢cida existencia en el condado de Hertfordshire.
Todos estos episodios de la vida privada de los miembros de la familia real brit¨¢nica han provocado las quejas de algunos y el disgusto de otros. El ¨²ltimo de ellos ha sido el Secretario de Estado para la Cultura, Medios de Comunicaci¨®n y Deporte de Reino Unido que ha manifestado que Netflix deber¨ªa dejar claro que la serie es solo eso un drama basado en la vida de personas reales. ¡°Es una obra de ficci¨®n bellamente producida, as¨ª que al igual que con otras producciones de televisi¨®n, Netflix deber¨ªa ser muy claro al principio sobre eso¡±, manifest¨® Dowden a The Mail on Sunday. ¡°Sin esto¡±, a?adi¨®, ¡±me temo que una generaci¨®n de espectadores que no vivi¨® estos eventos puede confundir la ficci¨®n con la realidad¡±.
Lo que es casi seguro es que la escena entre la princesa Ana y su madre no se produjo, porque quienes conocen a la familia saben que las conversaciones sobre la felicidad en su vida privada son escasas por no decir inexistentes y la princesa Ana no ha transgredido la regla no escrita que rige entre ellos: ¡°Nunca te quejes, nunca te expliques¡±.
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