Los grandes duques de Luxemburgo, en el punto de mira por sus navidades en Biarritz en plena pandemia

Enrique de Luxemburgo y Mar¨ªa Teresa Mestre han acabado el a?o como lo empezaron: con pol¨¦mica. Si a comienzos de 2020 los grandes duques de Luxemburgo viv¨ªan tiempos de zozobra debido a un informe sobre el funcionamiento de la monarqu¨ªa en el que se retrataba el ¡°miedo¡± y la ¡°ansiedad¡± del personal de palacio ante el duro car¨¢cter de la monarca, ahora los actuales jefes del Estado luxemburgu¨¦s han vuelto a ser objeto de cr¨ªticas por su ¨²ltima escapada a Biarritz.

Los grandes duques han pasado la Navidad en el apartamento de la costa francesa que adquirieron en verano. Un destino que frecuentan desde hace unos a?os y donde en m¨¢s de una ocasi¨®n han destacado sentirse c¨®modos gracias, en parte, al anonimato del que disfrutan. Nunca fue un secreto su deseo de establecerse all¨ª durante largas temporadas, algo que se incrementar¨¢ probablemente cuando el pr¨ªncipe heredero Guillermo de Luxemburgo asuma el trono. Mientras tanto, Enrique y Maria Teresa han decidido pasar los ¨²ltimos d¨ªas del a?o en Biarritz y lo han hecho sin esconderse, pues el pasado 24 de diciembre, cuando se firm¨® una ley con el ministro de Salud que introduc¨ªa nuevas restricciones sanitarias para combatir la propagaci¨®n de la covid-19, el gran duque indic¨® su ubicaci¨®n. Sin embargo, parece que viajar en plena pandemia no ha resultado un gesto bien visto para muchos de los luxemburgueses, pues seg¨²n publica el diario Luxemburger Wort las vacaciones de los monarcas en Francia es ¡°una ausencia de ejemplaridad¡± ante la situaci¨®n que los ciudadanos viven desde hace meses debido a la crisis por el coronavirus.

Aunque en Luxemburgo no hay prohibici¨®n expl¨ªcita de viajar al extranjero, algunos ciudadanos consideran que se trata de una falta de respeto hacia el pa¨ªs despu¨¦s de que este est¨¦ sujeto a un duro toque de queda que arranca a las nueve de la noche y con muchos de sus restaurantes, bares y comercios cerrados debido a la dif¨ªcil situaci¨®n. Esta reacci¨®n recuerda a la de los holandeses despu¨¦s de que los reyes Guillermo y M¨¢xima de los Pa¨ªses Bajos volaran con sus tres hijas a su casa del Peloponeso, en Grecia, durante las vacaciones escolares de la festividad de Todos los Santos. Una truncada aventura vacacional que repercuti¨® en el gobierno holand¨¦s despu¨¦s de que parte del congreso mostrara su incomprensi¨®n ante una salida que resta credibilidad a los esfuerzos de las autoridades a la hora de aplicar las medidas contra la covid-19. En especial, la limitaci¨®n de traslados innecesarios, que es una de las m¨¢s conflictivas.

En el caso de los grandes duques Enrique y Maria Teresa, el primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel, asegur¨® a varios medios locales que no ve ¡°ning¨²n problema¡± en la presencia del gran duque en Biarritz debido a que est¨¢ ¡°en contacto constante con el gobierno y sus colaboradores para mantenerse informado y llevar a cabo sus tareas¡±. Esta ¨²ltima pol¨¦mica llega en un momento en el que la Casa Gran Ducal trata de hacer borr¨®n y cuenta nueva y aportar mayor transparencia a una monarqu¨ªa constitucional con una fortuna estimada en 3.500 millones de euros, seg¨²n datos de Business Insider, lo que la convierte en la m¨¢s acaudalada de Europa, y la sexta del globo, por detr¨¢s del monarca de Tailandia y un pu?ado de sultanes, reyes, jeques y emires ¨¢rabes. Tras la publicaci¨®n del informe Waringo y el consiguiente escarnio p¨²blico, el gran duque Enrique, de 65 a?os, protest¨® por el trato dispensado en los medios de comunicaci¨®n a su esposa de origen cubano a quien, seg¨²n defendi¨® el monarca en un comunicado, se hab¨ªa puesto ¡°injustamente en entredicho¡± ante las especulaciones acerca de su car¨¢cter ¡°dictatorial¡±.

Como parte de esta renovaci¨®n de la monarqu¨ªa se decidi¨® disminuir el poder de Mestre, a quien se apart¨® de la toma de decisiones de palacio y su labor desde entonces se ha centrado en sus aficiones (la literatura, el esqu¨ª, el canto o la danza) y en sus tareas ben¨¦ficas con la Cruz Roja o la Unesco, tan publicitadas por la monarqu¨ªa del pa¨ªs.