El gran Ronaldo
Encuentro narcisismo y af¨¢n est¨¦tico en los rostros de Vladimir Putin y Joe Biden. Da la impresi¨®n de que ambos disfrutan de alg¨²n tipo de intervenci¨®n restauradora
Ha llegado el momento de confesar que considero a Cristiano Ronaldo una de las figuras m¨¢s importantes de los ¨²ltimos a?os. Llevo tiempo masticando esta idea, desde que aterriz¨® en el Real Madrid y decid¨ª bautizarle con aquello de que era el m¨¢ximo exponente del macarra chic. Sospecho que err¨¦ un poco, hoy es el rey de la correcta conducta social. Ese gesto que tuvo en plena Eurocopa, antes de erigirse como el m¨¢ximo goleador, al apartar dos botellas de Coca Cola y sugerir que el agua es mejor, no solo hizo deshincharse en la bolsa de Nueva York al gigante mundial de los refrescos gaseosos, sino que tambi¨¦n destap¨® un mensaje s¨®lido: lo sano va por delante.
Ese mensaje ocultaba otro, no m¨¢s l¨ªquido: que la multinacional copatrocine el evento no significa que cuente con el astro como se?uelo. ?Gol! Ni siquiera la marcha de Sergio Ramos del Real Madrid ha conseguido superar este momento. Durante el partido Hungr¨ªa-Portugal, celebrado en Budapest, la afici¨®n h¨²ngara se mostr¨® soez y muy poco austroh¨²ngara, grit¨¢ndole ¡°maric¨®n¡±. Reaccionario y vulgar. Viv¨ª algo similar la ¨²nica vez que compet¨ª en el equipo de nataci¨®n de mi colegio en Caracas: fue apenas acercarme al agua clorada y empezar a escuchar esa misma cantinela ¡°maric¨®n, maric¨®n¡± durante los largos 50 metros de recorrido ol¨ªmpico. Cuando sal¨ª del agua, hab¨ªa ganado, igual que Cristiano y ya nadie gritaba nada. ?Bravo por nosotros, Cristiano! Aqu¨ª, mientras fue jugador del Real Madrid y compa?ero de Ramos, tambi¨¦n lo insultaron. Un jugador contrario se empe?¨® en llamarle lo de siempre durante el juego. Con un gesto r¨¢pido, genial, el ¨ªdolo futbol¨ªstico le respondi¨®: ¡°Maric¨®n, no. Millonario¡±.
Paulina Rubio, la cantante mexicana m¨¢s millonaria en fans, hizo lo mismo que Ronaldo en otra rueda de prensa, hace a?os. Apart¨® las botellas del azucarado refresco, poni¨¦ndolas fuera de juego. ¡°Lo siento, ellos no pagan¡±, exclam¨®. Una jugada arriesgada, igual que la de Cristiano. Con la diferencia, quiz¨¢s, de que las bolsas reaccionan con m¨¢s velocidad ante los gestos de un var¨®n que de una mujer. Lo cierto es que ha surgido una nueva actitud ante la publicidad. Tiene que ser m¨¢s consensuada. Se tiene que notar que lo compartes, la acci¨®n y sus beneficios. Por su parte el astro del futbol, como siguiendo un guion bien estudiado, subray¨® que vigila, con el empe?o de un ¨¢rbitro, el consumo de az¨²cares en su familia.
Con respecto a los gritos hom¨®fobos de los h¨²ngaros y de otros pa¨ªses del ex eje sovi¨¦tico, ?qu¨¦ les hemos hecho los gais para que nos odien tanto? Sin respuesta, he observado las im¨¢genes, tan publicitadas como supervisadas, del cara a cara entre Vlad¨ªmir Putin y Joe Biden. Afortunadamente, encuentro narcisismo y af¨¢n est¨¦tico en sus rostros. Da la impresi¨®n de que ambos disfrutan de alg¨²n tipo de intervenci¨®n restauradora. Lo que antes presupon¨ªamos propio de las primeras damas ahora es tambi¨¦n cosa de los primeros l¨ªderes. Biden favorece una idea de estiramiento digamos m¨¢s cartesiano, m¨¢s vertical, con cara de velocidad controlada. Mientras que Vlad¨ªmir Vladimir apuesta por la vanguardia rusa del lifting, severo, tect¨®nico, declaradamente postsovi¨¦tico, Biden ha ganado una decidida jovialidad deportiva. Putin, ay, Putin, recuerda el bonach¨®n y pulido aspecto de una matrioska. Se evidencia que el bistur¨ª, las vitaminas y el b¨®tox, como otros venenos, son rusos. As¨ª como la KGB renov¨® el espionaje en el mundo, este tipo de lifting, entre lo abullonado y lo llamativo, pone de relieve los esfuerzos que los exsovi¨¦ticos han hecho desde sus a?os de la Guerra Fr¨ªa. Controlan casi todo, la informaci¨®n veraz y la falsa. Y ahora, tambi¨¦n, la cirug¨ªa pl¨¢stica descarada. Quiz¨¢s en eso consista lo que ahora llaman la paz fr¨ªa, ver qui¨¦n de los machos alfa luce el lifting m¨¢s poderoso, m¨¢s disuasorio. Comprobar qui¨¦n tiene el bistur¨ª por el mango.
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