La alta costura entra en el futuro en Par¨ªs
Dior reivindica la importancia de la realidad f¨ªsica y racionaliza sus dise?os en una semana de la moda en la que empiezan a renovarse ideas, dise?adores y formatos
Nada es igual tras la pandemia. Y la alta costura tampoco. Los desfiles que se celebran en Par¨ªs hasta el pr¨®ximo jueves constituyen la primera gran celebraci¨®n de la moda tras la vacunaci¨®n masiva. Y aunque solo 8 de las 30 marcas que conforman la cita presentar¨¢n sus colecciones a trav¨¦s de eventos presenciales, en el ambiente se respira, m¨¢s que ganas de volver a la antigua normalidad, la necesidad de recomenzar. Algunas firmas como Valentino, Chanel o Iris Van Herpen ya ven¨ªan ensayando desde hace tiempo f¨®rmulas para actualizar la expresi¨®n m¨¢s tradicional y elitista de la moda. Pero parece que la covid ha acelerado el proceso, y la agenda de esta temporada confirma una nueva era de la alta costura.
Incluso en la propuesta de una casa legendaria como Dior, que present¨® este lunes su colecci¨®n oto?o/invierno 2021-2022, pudo percibirse un cambio. Maria Grazia Chiuri ofreci¨®, como viene siendo costumbre bajo su direcci¨®n creativa, t¨²nicas de diosa griega, vaporosos vestidos de ninfa y delicadas piezas inspiradas en el mundo del ballet; pero tambi¨¦n abrigos de lana gruesa, faldas de pa?o cocido con cintura alta y volumen hasta los pies, y botas militares forradas de tweed (lana calada). Como explica en su nota de prensa, su trabajo para la pr¨®xima temporada gira en torno a los tejidos. Su objetivo es reivindicar ¡°la materialidad t¨¢ctil¡± y reinterpretar los bordados ¡°no solo como algo ornamental, sino como un elemento que nos conecta con los sentidos de la vista y el tacto en la era virtual¡±. Estas prendas que transmiten ¡°protecci¨®n y cuidado¡± se sit¨²an, al menos est¨¦ticamente, a medio camino entre el pr¨ºt-¨¤-porter ¡ªtradicionalmente m¨¢s funcional y producido industrialmente¡ª y la alta costura. O, al menos, entre las ideas preconcebidas que se tiene de ambas disciplinas. Solo el plano corto revela los detalles exquisitos y t¨¦cnicas tradicionales de hilado y tratamiento de lanas que confieren a estas propuestas su excelencia.
Esta f¨®rmula que suscita debates entre los m¨¢s ortodoxos acerca de si puede considerarse ¡°realmente¡± alta costura es un ejemplo perfecto de c¨®mo la industria busca adaptarse a las necesidades de los clientes contempor¨¢neos. As¨ª lo explica el dise?ador estadounidense Daniel Roseberry, director creativo de Schiaparelli: ¡°La covid no ha cambiado la mentalidad del consumidor; la cambi¨® hace tiempo internet democratizando la moda. Los clientes del lujo quieren algo m¨¢s exclusivo y ahora solo lo es la alta costura¡±. Y la exclusividad hoy no es sin¨®nimo necesariamente de vestidos de princesa.
Podr¨ªa parecer que en esta era virtual de la que habla Chiuri una disciplina basada en el trabajo artesanal, en la que hay que esperar meses para obtener el objeto deseado y dirigida a un nicho minoritario de consumidores est¨¢ abocada a desaparecer. Pero en vez de eso, crece. Roseberry tiene una teor¨ªa: ¡°Todos los dise?adores que trabajan para empresas de un bill¨®n de d¨®lares quieren hacer alta costura porque es una expresi¨®n art¨ªstica y no solo comercial. Debe haber un espacio para la creatividad y es este¡±.
Balenciaga relanza esta divisi¨®n 53 a?os despu¨¦s de que su fundador la cerrase al tiempo que sus talleres. Tambi¨¦n debuta en la alta costura el transgresor Kerby Jean-Raymond, director creativo de Pyer Moss, convirti¨¦ndose en el primer dise?ador afroamericano en mostrar su trabajo durante el calendario oficial de Par¨ªs. Otros nuevos nombres se estrenan al frente casas hist¨®ricas: Chitose Abe, responsable de Sacai, firma como dise?ador invitado la muy esperada ¡ªpor largamente pospuesta¡ª colecci¨®n de la marca Jean Paul Gaultier; y Pieter Mulier toma las riendas de Ala?a tras la muerte de su fundador en 2017. El trabajo mostrado por Mulier el pasado domingo encerraba, al mismo tiempo, un homenaje y una autorreivindicaci¨®n. El creador belga, mano derecha de Raf Simons durante a?os, demostr¨® que conoce a la perfecci¨®n la sem¨¢ntica creada por Azzedine Ala?a: los vestidos de punto ajustados, los shorts ciclistas, los cinturones-cors¨¦, las camisas blancas rematadas en plumas de marab¨²¡ todos los c¨®digos del maestro estaban presentes en la propuesta de su sustituto. La pregunta ahora es hasta d¨®nde ser¨¢ capaz de llevarlos de aqu¨ª en adelante.
Tambi¨¦n el estadounidense Roseberry tira de cl¨¢sicos. En este caso, se aprecian referencias obvias a Balenciaga e Yves Saint Laurent en los vol¨²menes, lazos y volantes de sus contundentes vestidos de noche para Schiaparelli. ¡°Son dise?os para convertirse en la reina de la fiesta¡±, afirma. Con min¨²scula y con may¨²scula. Porque el director creativo se inspira adem¨¢s en ¡°los matadores¡± para construir chaquetas toreras decoradas con motivos surrealistas, incluidos armazones con forma de pecho gaultierescos. ¡°No he hecho ninguna investigaci¨®n textil, simplemente me he basado en una interpretaci¨®n abstracta del mito del hombre frente a la bestia¡±. El resultado, lejos de la fuerza oscura de sus ¨²ltimas colecciones, se antoja efectista pero tan trivial como su trabajo de documentaci¨®n.
En el extremo opuesto, Iris Van Herpen, pionera en el arte de cuestionar los pilares de la alta costura, despliega ¡ªen formato digital¡ª una exhibici¨®n de dise?os abisales elaborados con tejidos tecnol¨®gicos y estructuras m¨®viles que emulan escamas, morfolog¨ªas marinas, m¨®viles de Alexander Calder. Quiz¨¢ haya llegado el momento de dejar de utilizar los adjetivos futurista y experimental para definir su trabajo. Quiz¨¢s el vocabulario de la alta costura est¨¦ por fin evolucionando.
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