Chanel y Dior racionalizan la alta costura
Las dos firmas m¨¢s poderosas del sector, dirigidas por mujeres, buscan en Par¨ªs nuevas f¨®rmulas para actualizar esta tradicional y elitista industria
La supervivencia de la alta costura es a la moda lo que la reforma del sistema electoral a la pol¨ªtica: un debate que surge de forma recurrente sin que nada cambie nunca. Aunque dos de las casas m¨¢s poderosas del sector, Dior y Chanel ¡ªambas dirigidas ahora por mujeres¡ª han coincidido en aligerar y racionalizar las propuestas presentadas esta semana en Par¨ªs de cara a la pr¨®xima primavera-verano. Esta tendencia, m¨¢s que casualidad, evidencia la b¨²squeda de f¨®rmulas para seguir resultando pertinentes en una era en la que las consumidoras viven pendientes de Google Calendar y no del carn¨¦ de baile.
La de alta costura es una industria peculiar, con una clientela que se estima en 4.000 compradores: esa ¨¦lite que puede y quiere invertir los m¨¢s de 30.000 euros que cuestan estos dise?os. Elaborados a mano y a medida por artesanos, requieren cientos de horas de trabajo. Uno de los ¨²ltimos vestidos de novia presentados por la firma Ralph & Russo, m¨¢s de 6.000. Por eso cabe preguntarse si este arcaico y m¨¢gico sector tiene futuro en un mundo donde la paciencia se mide en el tiempo que tarda en descargarse una app. A juzgar por las palabras de Ralph Toledano, presidente de la Federaci¨®n de la Alta Costura, s¨ª: ¡°El creciente n¨²mero de casas que quieren desfilar bajo nuestro paraguas es una se?al inequ¨ªvoca de la buena salud del mercado¡±. La ¨²ltima en incorporarse ha sido Balenciaga, que acaba de anunciar que volver¨¢ a presentar una colecci¨®n de haute couture en julio, 52 a?os despu¨¦s de haber cerrado esta divisi¨®n. Y si una de las marcas m¨¢s contestatarias del momento decide recuperar este oficio ¡ªcon toda la inversi¨®n que ello supone¡ª significa que a¨²n es un negocio con potencial. Lo que habla, m¨¢s que de la industria textil, de la sociedad contempor¨¢nea.
Para empezar, las nuevas generaciones siguen interesadas en la alta costura. Seg¨²n la publicaci¨®n especializada The Fashion Law, el 35% de las compradoras de Dior y Chanel tienen menos de 40 a?os. Para ellas parec¨ªa pensado, precisamente, el desfile que firm¨® Virginie Viard, la mujer que sustituy¨® a Karl Lagerfeld tras su muerte hace ahora un a?o, y que progresivamente ha ido aligerando los patrones y tejidos de la maison hasta componer una propuesta fuerte, actual, deseable y, lo m¨¢s dif¨ªcil, fiel a la tradici¨®n de la casa. En su trabajo, inspirado en el orfanato donde Gabrielle Chanel pas¨® su infancia, hab¨ªa tweed, pero resultaba menos r¨ªgido que en manos del alem¨¢n aunque estuviese bordado con delicadas incrustaciones iridiscentes. Las siluetas a?os veinte y los vestidos que emulaban camisones con enaguas dejaban libre el cuerpo, los zapatos eran bajos; los pantalones, anchos; y las l¨ªneas, limpias. Enormes cuellos de colegiala decoraban abrigos y blusas. Austeridad en el concepto y lujo en la ejecuci¨®n parece la f¨®rmula perfecta de la relevancia en 2020.
Para Maria Grazia Chiuri la mujer es una diosa. Y en su ¨²ltima colecci¨®n lo expresa de una forma m¨¢s literal que nunca. La directora creativa de Dior toma como referencia el peplos ¡ªla t¨²nica que llevaban las mujeres en la antigua Grecia¡ª y lo declina en vaporosos vestidos que flotan sobre los cuerpos de las modelos. Dise?os delicados y ¨¦picos al mismo tiempo; definidos por faldas plisadas, hombros asim¨¦tricos y drapeados que se concentran bajo el pecho. En contraste, la italiana propone piezas de sastrer¨ªa elaboradas en tejidos muchos m¨¢s consistentes como la espiga o la pata de gallo tejida con hilo de oro. Por sus resonancias y el concepto de belleza que proyecta ¡ªinspirado en la Victoria de Samotracia y la Primavera de Sandro Botticelli¡ª, resulta su colecci¨®n m¨¢s italiana hasta la fecha. Tambi¨¦n la menos conectada con los c¨®digos que ha defendido insistentemente hasta ahora. Aunque solo en la forma. Porque desde que lleg¨® a la direcci¨®n creativa de Dior hace tres a?os, la dise?adora ha convertido sus colecciones en un estudio sobre feminismo y femineidad. Y esta no iba a ser una excepci¨®n.
Chiuri fue la mujer que transform¨® el t¨ªtulo de un ensayo de la escritora Chimamanda Ngozi, Todos deber¨ªamos ser feministas, en una camiseta de 500 euros que bati¨® r¨¦cords de ventas y, de paso, llev¨® el concepto de feminismo a armarios, conversaciones y lugares donde antes nunca hab¨ªa estado. Si lo hizo para quedarse o no, es otro debate. Pero la italiana nunca ha cejado en su determinaci¨®n. El lunes present¨® un proyecto art¨ªstico desarrollado en colaboraci¨®n con pintora y educadora estadounidense Judy Chicago, famosa por sus grandes piezas de arte colaborativo que reflexionan sobre el nacimiento y la creaci¨®n. Sobre la pasarela ¡ªque ten¨ªa forma de ¨²tero¡ª colgaban unos enormes pendones de tela en los que pod¨ªan leerse preguntas como "?ser¨¢n los hombres y las mujeres padres iguales?", "?ser¨¢n las mujeres mayores reverenciadas?", o la m¨¢s sorprendente trat¨¢ndose de un evento que encarna las esencias del lujo m¨¢s elitista: "?Existir¨¢ la propiedad privada?
Pero si hay una mujer que ha sabido aportar algo realmente novedoso a la alta costura esa ha sido sin duda Iris Van Herpen, la dise?adora que ha incorporado la impresi¨®n 3D, los tejidos m¨¢s experimentales y las ¨²ltimas tecnolog¨ªas a un mundo que lleva d¨¦cadas atrincherado en la tradici¨®n m¨¢s fundamentalista. Esta temporada, sus esculturales vestidos inspirados en misteriosos animales marinos imitan algas que se mecen como si estuviesen bajo el agua; incorporan escaleras de tent¨¢culos de an¨¦mona o reproducen las espinas de peces mitol¨®gicos. Un viaje on¨ªrico a un futuro que est¨¢ cada vez m¨¢s cerca.
Entre la lista de creadores que siguen entendiendo la alta costura como un mundo de fantas¨ªa destacan Giambattista Valli, que insiste en sus vestidos de tul con kilom¨¦tricas colas rematadas en volantes, y Stephane Rolland. De la mano de su musa, la modelo espa?ola Nieves ?lvarez, el franc¨¦s despliega una colecci¨®n de t¨²nicas pensadas para princesas de Oriente Pr¨®ximo, como ¨¦l mismo reconoce en su nota de prensa.
Un americano en Place Vend?me
Daniel Roseberry es el ¨²nico dise?ador estadounidense que dirige una casa de alta costura: Schiaparelli. Cuando acept¨® el puesto hace un a?o lo hizo con el encargo de desarrollar una l¨ªnea de pr¨¨t-?-porter y revitalizar la legendaria marca, relanzada por el grupo Tod's en 2013 y cuyo atelier est¨¢ en la emblem¨¢tica Place Vend?me. Para los puristas y haters, no solo hab¨ªa cometido el pecado de nacer en Texas sino de ser pr¨¢cticamente un desconocido. Roseberry trabaj¨® durante una d¨¦cada a las ¨®rdenes del tambi¨¦n americano Thom Browne, maestro de la sastrer¨ªa. Gracias a esta formaci¨®n ha conseguido que los trajes de chaqueta entren en el armario de Schiaparelli, que sus vestidos sean m¨¢s f¨¢ciles de llevar, y que, de hecho, ya hayan sido lucidos por Beyonc¨¦ y Michelle Obama. El legado surrealisa por el que es conocida la firma se mantiene en forma de colgantes que reproducen ojos, orejas y letras que recorren toda la colecci¨®n.
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