Los Agnelli reabren su guerra por la herencia: una batalla que vale 1.300 millones de euros
Margherita, hija del patriarca Gianni y madre del heredero del imperio, John Elkann, exige ahora un nuevo acuerdo econ¨®mico y cambiar las cla¨²sulas del pacto al que lleg¨® con su familia hace 18 a?os
En la familia Agnelli, los reyes sin corona de Italia y una de las dinast¨ªas industriales m¨¢s poderosas de Europa, los sentimientos han quedado sepultados desde hace a?os por la ambici¨®n, los equilibrios de poder, los bienes de lujo, el patrimonio incalculable y las acciones multimillonarias. La paz armada que manten¨ªa la estirpe en los ¨²ltimos tiempos ha saltado de nuevo por los aires. La ingente fortuna que dej¨® el patriarca Gianni Agnelli, en su d¨ªa el hombre m¨¢s poderoso de Italia, ha sido objeto de fricciones en el clan en el pasado y ahora se ha vuelto a prender la mecha.
En 2003, cuando falleci¨® el Avvocato, apodo con el que todos conoc¨ªan a Gianni Agnelli, el playboy vanidoso que reinvent¨® Fiat, su hija Margherita inici¨® una feroz pugna por la herencia con el resto de la familia, con la que hoy no mantiene ning¨²n contacto. Un a?o despu¨¦s, tras una ardua negociaci¨®n, firm¨® un acuerdo con los dem¨¢s herederos, su madre y los hijos de su primer matrimonio Lapo, Ginevra y John Elkann, por el que renunciaba a las acciones de la sociedad familiar, que en aquel momento se asomaba al abismo y hoy se ha convertido en un pr¨®spero coloso. A cambio recibir¨ªa una cuantiosa suma de dinero que rondaba los 1.300 millones de euros.
Ahora, Margherita vuelve a la carga y, seg¨²n recogen los medios locales italianos, ha impugnado aquel pacto porque considera que la cifra en la actualidad es inadecuada, demasiado baja teniendo en cuenta el valor que han alcanzado hoy en d¨ªa aquellas acciones que rehus¨®.
La tasaci¨®n econ¨®mica del grupo en la ¨¦poca en la que se firm¨® el acuerdo con Fiat, la principal compa?¨ªa de la familia, en plena crisis era muy distinta a la actual. La sociedad familiar ahora posee una suculenta parte del gigante de la automoci¨®n Stellantis y la mayor¨ªa de Ferrari, adem¨¢s del club de f¨²tbol Juventus de Tur¨ªn o el grupo editorial Gedi, con diarios nacionales como La Repubblica. ¡°Margherita nunca ha aceptado el hecho de que cometi¨® un error al firmar aquel acuerdo, que por otro lado, contemplaba la opci¨®n de impugnarlo solo en el plazo de un a?o. Ahora no puede arrepentirse dieciocho a?os despu¨¦s solo porque la situaci¨®n financiera del grupo es mucho mejor¡±, se?ala a este diario el periodista Gigi Moncalvo, uno de los mayores conocedores de la familia Agnelli y de sus infinitos entresijos.
Cuando Margherita renunci¨® a las acciones, estas pasaron de su madre, Marella Caracciolo, la viuda de Agnelli, que falleci¨® en 2019, a su primog¨¦nito, John Elkann, el heredero universal del imperio, nacido de su matrimonio con Alain Elkann y que actualmente es presidente y consejero delegado del grupo empresarial de la familia. La mayor¨ªa de propiedades tambi¨¦n pas¨® a su nombre.
Margherita, convertida en una especie de paria por los Agnelli, tiene cinco hijos m¨¢s con su segundo marido, el conde ruso Serge de Pahlen, con quien vive en Suiza y cuyo apellido adopt¨® despu¨¦s de casarse. En su extensa descendencia est¨¢ parte del origen de las discordias familiares, ya que a Margherita le duele que John nunca haya tenido en cuenta a todos sus hermanos y que solo los Elkann ocupen puestos de relevancia en las empresas de la familia. Y reclama el mismo trato para sus ocho hijos. La brecha con la familia tambi¨¦n est¨¢ relacionada en parte con las profundas desavenencias de Margherita con los asesores econ¨®micos de su padre, que hoy lo son de su hijo y a los que acusa de ocultar la existencia de bienes que no se declararon en el momento de la firma del acuerdo. ¡°Tal vez porque soy de otra generaci¨®n porque opinan, con toda su buena fe, que una mujer no debe meter las narices en las cuentas¡±, se quej¨® en alguna ocasi¨®n.
Moncalvo, autor de varias biograf¨ªas no autorizadas de los reyes de Italia, como I Lupi e gli Agnelli (Los lobos y los Agnelli ¡ªen italiano el apellido significa ¡°corderos¡±¡ª), Agnelli Segreti (Los Agnelli Secretos) o I Caracciolo, considera que el dinero est¨¢ en la base de la guerra familiar. ¡°Margherita sigue insistiendo en acabar con aquel acuerdo porque considera que su madre trat¨® de favorecer a una parte de sus nietos y no a todos. Siempre sospech¨® que su madre le rob¨® el dinero que le correspond¨ªa de su padre, pero esta teor¨ªa tiene que ser demostrada¡±. Y agrega: ¡°Es una familia privada de sentimientos, lo demuestra el hecho de que una abuela deje patrimonio en herencia solo a tres de sus nietos y se olvide de otros cinco. Son problemas at¨¢vicos que vienen de tensiones mantenidas de hace tiempo¡±.
El tira y afloja entre la madre y los hijos Elkann se perpet¨²a desde hace d¨¦cadas. El diario italiano La Repubblica, propiedad de los Agnelli, cita a fuentes jur¨ªdicas cercanas a la familia Elkann que subrayan que la venta de las acciones que se firm¨® hace m¨¢s de una d¨¦cada no ser¨ªa reversible y que las reclamaciones de Margherita no pueden poner en duda la mayor¨ªa absoluta de acciones que ostenta John, el l¨ªder empresarial y referente de la familia. ¡°Margherita de Pahlen lleva unos quince a?os intentando cuestionar los acuerdos sobre la sucesi¨®n de su padre y de su madre, que quiso y firm¨® en 2004 y que le proporcionaron un patrimonio de unos mil trescientos millones s¨®lo en ese momento¡±, han se?alado los abogados al diario. Y han a?adido: ¡°Los intentos de Margherita de poner en tela de juicio la sucesi¨®n de sus padres son manifiestamente infundados y completamente contrarios tanto a la voluntad de su padre y de su madre como a los acuerdos que ella misma firm¨®. De hecho, ninguno de ellos ha tenido ¨¦xito. Estas temerarias afirmaciones ser¨¢n firmemente rebatidas en todos los foros oportunos¡±.
Margherita siempre ha intentado impugnar el acuerdo hereditario. Primero trat¨® de acusar a la madre de haberla enga?ado para firmar el pacto y de ocultarla el valor real de la fortuna familiar; despu¨¦s abri¨®, sin ¨¦xito una batalla que perdi¨® en los juzgados italianos. En cambio, el proceso, aunque estancado, sigue abierto en un tribunal de Ginebra. Su ¨²ltimo intento, hace unos a?os, consisti¨® en aferrarse a ¡°errores formales¡± en la redacci¨®n del documento.
Desde el fallecimiento de Gianni, Margherita vive pr¨¢cticamente apartada de la familia. ¡°No conozco a mis nietos y ellos no me consideran una abuela¡±, ha lamentado en alguna ocasi¨®n. En este tiempo, madre e hijos apenas se han dirigido la palabra y se han lanzado todo tipo de cuchillos. Aunque alcanzaron una tregua poco antes del fallecimiento de Marella Agnelli cuando John accedi¨® a que la hija viera a la madre antes de que muriera y se produjo un acercamiento forzoso entre ambas partes.
Margherita Agnelli estaba muy unida a su hermano Edoardo, fallecido en el a?o 2000 tras caer de un puente en Tur¨ªn y que hab¨ªa sido pr¨¢cticamente desheredado. Ser hijos de Gianni Agnelli, a la cabeza del peliagudo ¨¢rbol geneal¨®gico familiar, y vivir a la sombra de su mito no fue f¨¢cil.
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