Los Saboya inician una batalla legal contra Italia para recuperar sus joyas reales
La justicia debe dilucidar si el tesoro, que incluye cerca de 7.000 brillantes y 2.000 perlas montadas, pertenece al Estado o a los herederos
Mientras la pol¨ªtica se afana estos d¨ªas en elegir al pr¨®ximo presidente de la Rep¨²blica, los Saboya, la familia real sin trono, se han levantado en pie de guerra contra el Gobierno italiano, al que llevar¨¢n a los tribunales. Los herederos del ¨²ltimo rey de Italia, Humberto II, que tuvo que abandonar el pa¨ªs hacia el exilio a marchas forzadas en 1946, cuando los italianos optaron por la rep¨²blica en un refer¨¦ndum, reclaman ahora las joyas de la corona, que han estado custodiadas desde entonces en una caja fuerte del Banco de Italia, en el centro de Roma. Se trata de un tesoro de cerca de 7.000 brillantes y 2.000 perlas montadas en casi una veintena de collares, pendientes, diademas y broches que han lucido reinas y princesas como Elena de Orleans, Margarita Teresa de Saboya o Mar¨ªa Jos¨¦ de B¨¦lgica, consorte del ¨²ltimo monarca italiano.
La historia de las joyas es antigua y turbulenta, como la de la propia monarqu¨ªa en Italia. Tres d¨ªas despu¨¦s del refer¨¦ndum, el 5 de junio de 1946, el entonces primer ministro, Alcide De Gasperi, pidi¨® al rey saliente, Humberto II, que entregara las joyas reales, hasta entonces custodiadas en una caja fuerte del palacio del Quirinal, en aquel momento residencia oficial de la familia real y hoy sede de la presidencia de la Rep¨²blica. El dirigente aleg¨® en su solicitud que seg¨²n las disposiciones de la Constituci¨®n del Reino de Italia, las alhajas de la corona se entregaban a los reyes ¡°como dotaci¨®n¡± para el desempe?o de sus funciones, pero no como propiedad personal. El tesoro pas¨® a una c¨¢mara acorazada del dep¨®sito central del banco de Italia, dirigido entonces por Luigi Einaudi, que curiosamente poco despu¨¦s se convirti¨® en el segundo presidente de la Rep¨²blica italiana.
En el acta de entrega de las joyas al Banco se indica que deben ser conservadas y ¡°mantenidas a disposici¨®n de quienes tengan derecho a ellas¡±. El problema es que no est¨¢ claro si esto hace alusi¨®n al Estado italiano o a la familia Saboya. Seg¨²n la interpretaci¨®n de los herederos reales, el pr¨ªncipe V¨ªctor Manuel y las princesas Mar¨ªa Gabriela, Mar¨ªa Pia y Mar¨ªa Beatriz, el tesoro les pertenece. ¡°Seg¨²n la normativa, el banco es el depositario y debe devolver las joyas a los depositantes, los herederos¡±, se?ala a este diario el abogado de la familia, Sergio Orlandi, que reclamar¨¢ en los tribunales la propiedad y la devoluci¨®n de las joyas, que el gobierno italiano y el Banco de Italia han rechazado hasta ahora.
En estos m¨¢s de 70 a?os de rep¨²blica nadie ha pensado en qu¨¦ hacer o c¨®mo valorar el tesoro real, compuesto, entre otras piezas por la diadema de oro, plata y diamantes de la duquesa de Aosta; la diadema de flores en oro, plata y diamantes, la corona del marqu¨¦s y el collar de m¨¢s de 600 perlas de la Reina Margarita Teresa de Saboya o el broche con el cord¨®n de los Saboya de Mar¨ªa Jos¨¦ de B¨¦lgica. En 2006 la regi¨®n del Piamonte, cuna de los Saboya, pidi¨® que al menos se expusieran las joyas, siguiendo el ejemplo de la Corona brit¨¢nica, que recauda millones de libras cada a?o con este sistema. Por aquel entonces el gobernador del Banco de Italia era Mario Draghi, hoy primer ministro, que dio el visto bueno, pero la exposici¨®n no se concret¨® porque nunca lleg¨® la necesaria aprobaci¨®n del gobierno.
Con el inicio de la Rep¨²blica, todos los bienes muebles e inmuebles de la familia real fueron confiscados por el Estado italiano, como se recoge en la Constituci¨®n. Aunque la confiscaci¨®n de los bienes inmuebles se llev¨® a cabo de forma inmediata, no sucedi¨® lo mismo con las joyas, que desde entonces no han salido del Banco. El representante legal de la familia alega que a diferencia de los dem¨¢s bienes, las alhajas nunca fueron confiscadas y han quedado pendientes, por lo que deben ser devueltas. ¡°Son joyas de gran importancia, con un elevado valor hist¨®rico y econ¨®mico¡±, se?ala Orlandi, que precisa que no puede indicar ninguna cantidad econ¨®mica.
El cofre con las joyas solo se ha abierto una vez, en 1976, con autorizaci¨®n de un juez, para catalogar las piezas y por temor a que en ese tiempo pudieran haber sido robadas. La firma Bulgari se ocup¨® del peritaje y determin¨® su valor en unos 2.000 millones de liras, cerca de 18 millones de euros actuales.
La familia ha tratado de llevar a cabo, sin ¨¦xito, una mediaci¨®n con el Banco de Italia, el Gobierno italiano y el ministerio de Econom¨ªa para acordar la devoluci¨®n de los diamantes. El pr¨ªncipe Manuel Filiberto, hijo de V¨ªctor Manuel, que tiene los poderes de los herederos para comenzar las negociaciones se traslad¨® a Roma para ello, ¡°muy decidido a seguir con la causa¡±, seg¨²n apunta el abogado.
A la convocatoria para alcanzar un acuerdo solo se present¨® el Banco, que aleg¨® que no puede hacer ning¨²n movimiento sin el benepl¨¢cito de las instituciones. La representaci¨®n del Gobierno y el ministerio, como explica el abogado, se han limitado a enviar una carta al centro de mediaci¨®n en la que alegan que a su parecer, las joyas pertenecen al Estado. ¡°Que las joyas hayan permanecido en una caja fuerte del Banco de Italia es rid¨ªculo. Si las recuperamos, las pondremos en exposici¨®n¡±, ha comentado el pr¨ªncipe.
La familia ha dado al Estado un plazo de diez d¨ªas para devolver las joyas, antes de presentar la demanda en los tribunales para abrir una batalla judicial que se prev¨¦ larga.
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