Vida y ocaso de Lily Safra: cuatro maridos, cuatro muertes tr¨¢gicas y una fortuna de m¨¢s de 1.000 millones de euros
Con una gran historia repleta de lujo y misterio, la viuda del banquero liban¨¦s Edmond Safra falleci¨® hace unos d¨ªas en su mansi¨®n de Ginebra. Ten¨ªa 87 a?os
¡°Detr¨¢s de toda gran fortuna hay un crimen¡±, dijo el novelista Honor¨¦ de Balzac. Detr¨¢s de la fortuna de Lily Safra, una de las mujeres m¨¢s ricas del mundo, hay cuatro maridos y cuatro muertes tr¨¢gicas con las que fue aumentando sus posesiones, su influencia en la sociedad internacional y su leyenda. Lily, nacida en Porto Alegre (Brasil) en 1934 y apellidada Watkins de soltera, acaba de fallecer en su mansi¨®n de Ginebra a los 87 a?os, dejando un patrimonio ingente que Forbes ha estimado en m¨¢s de 1.000 millones de euros.
Hija de Wolf White Watkins, un ingeniero checoslovaco que emigr¨® a Brasil para trabajar en el sector ferroviario, y de Nanita Noudelman de Castro, una uruguaya de ascendencia jud¨ªa rusa, Lily creci¨® en R¨ªo de Janeiro y en su adolescencia se mud¨® con su familia a Montevideo, capital de Uruguay. En 1952, con 17 a?os, se cas¨® con Mario Cohen, un fabricante de medias de origen italiano que estaba afincado en Argentina. Tuvieron tres hijos, Claudio, Eduardo y Adriana, y tras ocho a?os de matrimonio se divorciaron.
En 1964 conoci¨® a Alfredo Greenberg, un millonario brasile?o de origen rumano que hizo fortuna con la venta de electrodom¨¦sticos. El matrimonio adopt¨® a un ni?o. Cuatro a?os despu¨¦s de la boda, Greenberg se quit¨® la vida con un arma de fuego, dejando su fortuna a su esposa. Surgieron todo tipo de especulaciones sobre las circunstancias de la muerte del empresario. Incluso llegaron a publicarse rumores que apuntaban a que hab¨ªa logrado dispararse en el coraz¨®n no una sino dos veces, pero los investigadores solo recuperaron una bala.
La edad dorada
Poco despu¨¦s, la joven viuda se mud¨® a Londres, donde empez¨® a labrarse el apodo que la acompa?ar¨ªa el resto de su vida: The Gilded Lily (Lily dorada, en castellano). Una referencia a su cabello rubio, pero tambi¨¦n a su creciente patrimonio. Buscando un asesor para gestionar sus millones conoci¨® a Edmond Safra, uno de los hombres m¨¢s ricos del mundo. Banquero liban¨¦s y ciudadano brasile?o, Safra fund¨® en la d¨¦cada de 1960 el Republic National Bank of New York, una instituci¨®n financiera especializada en banca privada y con clientes que operaban en para¨ªsos fiscales como M¨®naco, Luxemburgo o Suiza.
El noviazgo de la socialit¨¦ y el financiero tuvo sus complicaciones. La familia de ¨¦l no ve¨ªa con buenos ojos la relaci¨®n por el pasado de ella. La pareja rompi¨® y ella se cas¨® con el empresario Samuel Bendahan, aparentemente con la intenci¨®n de despertar los celos del banquero. A las pocas semanas de la boda, se separ¨® y retom¨® el noviazgo con Safra. Al final, el amor triunf¨®: se dieron el ¡°s¨ª, quiero¡± en 1976. Un triunfo que estuvo precedido de la firma de un acuerdo prenupcial de 600 p¨¢ginas, ¡°obra maestra del derecho aplicado al matrimonio¡±, seg¨²n el Financial Times.
Los Safra fueron uno de los matrimonios m¨¢s prominentes de la jet set internacional en los a?os ochenta, code¨¢ndose con el pr¨ªncipe Carlos de Inglaterra, Ronald y Nancy Reagan, Aga Khan, Arist¨®teles Onassis o Frank Sinatra. La pareja divid¨ªa su tiempo entre Nueva York, M¨®naco, Ginebra y la Riviera Francesa, donde compraron Villa Leopolda, antigua residencia de verano del rey de B¨¦lgica. Tambi¨¦n fueron muy generosos. Crearon la Fundaci¨®n Internacional de Educaci¨®n Sefard¨ª, la Fundaci¨®n Edmond J. Safra para la investigaci¨®n m¨¦dica y la ayuda humanitaria y el Centro de ?tica de la Fundaci¨®n Edmond J. Safra en Harvard.
Lily se transfigur¨® en un icono de estilo y elegancia: cabello rubio perfectamente peinado, trajes de alta costura y joyas de un valor incalculable. En 1989, la tragedia volvi¨® a golpearla. Su hijo mayor, Claudio, fruto de su primer matrimonio, se mat¨® en un accidente automovil¨ªstico. En el coche iba una de sus nietas, de solo cuatro a?os, que tambi¨¦n falleci¨® en el choque. Solo un a?o despu¨¦s, a Edmond le diagnosticaron la enfermedad de p¨¢rkinson.
La tragedia llama a la puerta
La salud de Edmond Safra se deterior¨® r¨¢pidamente. El banquero empez¨® a desarrollar un trastorno paranoide, un trastorno de personalidad caracterizado por un patr¨®n de desconfianza y suspicacia general hacia los otros: equip¨® todas sus casas con sistemas de seguridad de alta tecnolog¨ªa y contrat¨® un equipo formado por antiguos militares y miembros del servicio de inteligencia israel¨ª. A finales de los a?os noventa se refugi¨® en su d¨²plex monegasco, donde mand¨® construir una habitaci¨®n del p¨¢nico. Obsesionado con la seguridad, sol¨ªa llevar gemas azules en el bolsillo para protegerse del mal de ojo y usaba el n¨²mero cinco de la suerte en la matr¨ªcula de su autom¨®vil.
Los delirios del financiero terminaron siendo su perdici¨®n. En 1999 se produjo un incendio en su residencia en M¨®naco. Convencido de que unos intrusos intentaban secuestrarlo, se encerr¨® en su habitaci¨®n del p¨¢nico con una de sus enfermeras. Muri¨® de asfixia antes de que los bomberos pudieran llegar a la casa. Ten¨ªa 11 guardaespaldas, ninguno de ellos estaba cuando muri¨®. Lily, que estaba en otra ala del ¨¢tico, sali¨® ilesa. La polic¨ªa monegasca termin¨® descubriendo que Ted Maher, uno de los exsoldados al servicio del banquero como enfermero, fue quien inici¨® el fuego. Este admiti¨® su responsabilidad alegando que lo hab¨ªa hecho con la esperanza de ¡°salvar¡± a los Safra de las llamas para as¨ª ganarse su gratitud y confianza. Maher fue declarado culpable y condenado a ocho a?os de c¨¢rcel. Sin embargo, la muerte del millonario siempre estuvo rodeada de misterio y especulaciones. Unos meses antes del incendio, Safra colabor¨® con el FBI en la investigaci¨®n de una trama de lavado de dinero de la mafia rusa.
El millonario, que fue despedido en un funeral con mil personas, dej¨® el 50% de sus activos a varias organizaciones ben¨¦ficas. Seg¨²n Swiss Leaks, la investigaci¨®n period¨ªstica que destap¨® en 2015 el gigantesco ardid de evasi¨®n fiscal supuestamente operado con el conocimiento y el consentimiento de la multinacional brit¨¢nica HSBC, Lily recibi¨® unos 800 millones de d¨®lares en herencia. Las hermanas del financiero emprendieron acciones legales contra su cu?ada para tratar de recuperar parte de esa fortuna, pero los procesos no prosperaron.
La viuda de Safra nunca concedi¨® una entrevista y sigui¨® con su vida, rodeada de lujos y discreci¨®n. Compr¨® una mansi¨®n en Belgravia, uno de los barrios m¨¢s elitistas de Londres, y destin¨® millones a las organizaciones ben¨¦ficas del pr¨ªncipe Carlos de Inglaterra y Elton John, entre otras. Tambi¨¦n fund¨® el Edmond and Lily Safra Center for Brain Sciences, un centro de investigaci¨®n que ha hecho importantes avances en el diagn¨®stico y tratamiento del p¨¢rkinson, la enfermedad que acab¨® con su marido. Al igual que el banquero, ella tambi¨¦n fue una mujer desconfiada y precavida hasta el final de su vida (que se apag¨® el pasado 9 de julio por un c¨¢ncer de p¨¢ncreas). Seg¨²n public¨® la prensa brit¨¢nica, su casa londinense contaba con un s¨®tano a prueba de bombas, ventanas blindadas, sensores de movimiento y una treintena de c¨¢maras de seguridad.
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