Shakira y la hoguera de las mujeres
Como yo no creo en el infierno, veo a Clara Ch¨ªa, la nueva novia de Piqu¨¦, y lo primero que me viene a la mente despu¨¦s de o¨ªr las tenebrosas palabras de la cantante es que esta chica, por amor, est¨¢ siendo condenada al lugar m¨¢s caliente que conoc¨ªamos antes del cambio clim¨¢tico
Shakira ha hablado en esa casa del pueblo latinoamericano que es Televisa, cadena de televisi¨®n mexicana con el poder de quitar y poner presidentes. Y desde all¨ª ha lanzado una amenaza: ¡°Existe un lugar en el infierno para las mujeres que no apoyan a otras¡±. Furiosa, Shakira pasa de los giros de cadera de Sherezade a agarrar una espada de fuego amenazante. Siendo todo muy b¨ªblico y delicado, ?no es una paradoja que una cantante que lidera un nuevo tipo de feminismo se vuelva tan inmisericorde con la novia de su ex?
Como yo no creo en el infierno, veo a Clara Ch¨ªa, la nueva novia de Piqu¨¦, que es tambi¨¦n mujer, y lo primero que me viene a la mente despu¨¦s de o¨ªr las tenebrosas palabras de Shakira (¡°Que la queremos tanto¡±, como siempre apostilla Paulina Rubio al mencionarla) es que esta chica, por amor, est¨¢ siendo condenada al lugar m¨¢s caliente que conoc¨ªamos antes del cambio clim¨¢tico, el infierno. El martirio medi¨¢tico de Clara. ?Se quemar¨¢ en el infierno por amor? Y si hubiera sido al rev¨¦s, Shaki, querida, y te hubieras enamorado t¨² de alguien m¨¢s joven o rico, ?c¨®mo ser¨ªan las quemaduras? ?El infiernillo seguir¨ªa ardiendo?
El infierno siempre fue m¨¢s sugerente que el para¨ªso. Con mejor ambiente. Nac¨ª en una ciudad, Caracas, rebautizada como la ¡°sucursal del para¨ªso¡± pero que era lo m¨¢s parecido a vivir en un infierno lleno de peligros, delincuencia, corrupci¨®n y las peores maledicencias entre vecinos que uno pueda imaginar. Entiendo, Shakira, que, al ser colombiana, t¨² tambi¨¦n sabes que lo del para¨ªso es falso, un mito. Y que el infierno recalienta a diario los corazones y las pistolas de los habitantes de nuestros para¨ªsos latinos. Por eso, aunque menos ardiente, pero con un perfil ideol¨®gico y sentimental igual de apasionante, no habr¨ªa que olvidar las recientes declaraciones de Mario Vargas Llosa en Paris Match: ¡°He recuperado mi libertad¡±. La calculada conquista de ese para¨ªso que es la libertad frente a la arrebatada amenaza del infierno es, en esencia, Latinoam¨¦rica.
Miguel Bos¨¦, cuya serie Bos¨¦ se ha estrenado esta semana en Espa?a, ha conocido para¨ªsos e infiernos m¨¢s y mejor que muchos de nosotros. En ellos ha avanzado con esa valent¨ªa innata que fascin¨® a Jos¨¦ Pastor, el actor que lo interpreta de joven en la serie (Iv¨¢n S¨¢nchez se ocupa de la parte m¨¢s adulta de la ficci¨®n). Creo que fue el momento m¨¢s emotivo de la entrevista en El Hormiguero. Pastor confes¨® que le intimidaba la cercan¨ªa del mito, pero tambi¨¦n se arm¨® de valor y, seductor, respondi¨® que admiraba el arrojo de Bos¨¦ para ser Bos¨¦. Un catalizador generacional que despert¨® aspiraciones, deseos y para¨ªsos en infinidad de personas en Espa?a y en Latinoam¨¦rica.
Yo mismo atesoro ese instante en el que vi a Bos¨¦ actuar en S¨¢bado Sensacional, el programa estrella de Venevisi¨®n, all¨¢ en mi para¨ªso de origen, y me levant¨¦ delante del televisor impulsado por una especie de llamarada. ¡°Quiero ser as¨ª¡±, exclam¨¦ ante mis padres. Y ellos, durante a?os, atestiguaron que hab¨ªan visto en mis ojos esa llama entre alucinada y fervorosa que asumen los que encuentran un nuevo catecismo. A?os despu¨¦s, por esas maravillosas vueltas que da la vida o por los caprichos del demonio, conoc¨ª a la propia Shakira en casa de Simone Bos¨¦, el primo de Miguel, que viv¨ªa con su familia en una casa vecina. Estaba igual de alucinada que yo de estar en aquella fiesta. Chispeante y simp¨¢tica aunque, seg¨²n algunas voces, muy distinta y cambiada a la de hoy. Para m¨ª eso es bastante falso, como el infierno. As¨ª como Shakira se ha europeizado en Espa?a, lo he hecho yo tambi¨¦n. Y podr¨ªa vaticinar que Clara Ch¨ªa no va a ir al infierno sino al altar con Piqu¨¦, aunque quiz¨¢s ahora lo ve casi m¨¢s como una cruzada que como un amor. Pero eso ya ser¨¢ le?a para otra hoguera.
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