Tamara Falc¨®, Mar¨ªa Pombo, Victoria Federica y el fen¨®meno de las ¡®pititas¡¯: ?Por qu¨¦ triunfan las ¡®influencers¡¯ ultraconservadoras?
Van a misa y a los toros, se casan con el himno de Espa?a, critican el aborto y la eutanasia y alimentan la idea de que antes las cosas iban mejor. Sea por rabia, empat¨ªa o entretenimiento, esta nueva hornada de famosas genera inter¨¦s. As¨ª son algunas de las prescriptoras espa?olas con m¨¢s seguidores en las redes sociales
¡°Hago una hora de meditaci¨®n diaria, en la capilla, a veces pongo gregoriano, por las ma?anas, y otra hora por la tarde, y luego por la noche me voy a una cena o a [la discoteca] Joy Eslava porque me gusta la gente, porque a m¨ª es muy f¨¢cil halagarme¡±, reconoc¨ªa Pitita Ridruejo a Francisco Umbral en EL PA?S, en marzo de 1984. ¡°?Por qu¨¦ vas tanto a Joy Eslava? Es una contradicci¨®n sin resolver. ?Eres una m¨ªstica o una mundana?¡±, le preguntaba el periodista. ¡°Pues no lo s¨¦. Quiero corta...
¡°Hago una hora de meditaci¨®n diaria, en la capilla, a veces pongo gregoriano, por las ma?anas, y otra hora por la tarde, y luego por la noche me voy a una cena o a [la discoteca] Joy Eslava porque me gusta la gente, porque a m¨ª es muy f¨¢cil halagarme¡±, reconoc¨ªa Pitita Ridruejo a Francisco Umbral en EL PA?S, en marzo de 1984. ¡°?Por qu¨¦ vas tanto a Joy Eslava? Es una contradicci¨®n sin resolver. ?Eres una m¨ªstica o una mundana?¡±, le preguntaba el periodista. ¡°Pues no lo s¨¦. Quiero cortar con todo, pero no puedo, no tengo fuerza de voluntad¡±, respond¨ªa la socialit¨¦. Hace 40 a?os, en plena Movida madrile?a y sin redes sociales, Ridruejo se convirti¨® en influencer para una parte de Espa?a que, como el propio Umbral defini¨®, ¡°no pone los pies en el suelo de la realidad espa?ola, empedrada de pueblo¡±.
Pitita, s¨ªntesis de religiosidad y frivolidad, muri¨® en 2019 a los 88 a?os, pero su esp¨ªritu est¨¢ entre nosotros, reencarnado en prescriptoras digitales como Tamara Falc¨®, las hermanas Mar¨ªa y Marta Pombo, Roc¨ªo Osorno, Grace Villarreal, Mar¨ªa Garc¨ªa de Jaime, Mar¨ªa Fern¨¢ndez-Rub¨ªes, Victoria Federica de Marichalar y otras. Las nuevas pititas se parecen a la antigua, solo que son m¨¢s j¨®venes y tienen cuentas en Instagram y TikTok. De d¨ªa, posan en sus plataformas, recomiendan productos, restaurantes y escapadas, van a misa y a los toros, se casan con la Marcha Real de fondo, levantan sus voces melifluas a favor de la monarqu¨ªa y las familias numerosas, ponen el grito en el cielo contra el aborto y la eutanasia, y se envuelven en la bandera de Espa?a. Por la noche, cobran por ir a cenas, por bailar en fiestas y por hablar en photocalls.
¡°Se da un poco la paradoja de que el contenido en las redes sociales refleja nostalgia por un pasado libre de las redes mismas y de todo lo que representan. Nostalgia de un mundo m¨¢s simple en el que este perfil de mujer, blanca, heterosexual y religiosa se sent¨ªa apoyada un¨¢nimemente desde las instituciones, los medios de comunicaci¨®n y su comunidad¡±, explica a El PA?S Naira L¨®pez Ca?ellas, doctoranda de la Universidad Tecnol¨®gica de Dubl¨ªn (Irlanda). ¡°Hay mujeres a las que, aunque lo hagan quiz¨¢ de forma secreta porque sienten que est¨¢ mal o que no es del todo cierto, les gusta fantasear con una existencia que parece m¨¢s simple y f¨¢cil¡±, contin¨²a L¨®pez Ca?ellas, que ha publicado un trabajo acad¨¦mico sobre los peligros de subestimar plataformas como TikTok. Seg¨²n la investigadora, las influencers conservadoras alimentan el escapismo: ¡°Puede parecer m¨¢s f¨¢cil criar hijos y llevar una casa que imaginar una vida de precariedad, trabajos aburridos, mon¨®tonos, abstractos, sin futuro o posibilidad de crecimiento¡±.
Alejandro S¨¢nchez Berrocal, doctor en Filosof¨ªa, exinvestigador del CSIC e investigador posdoctoral de la UNED, coincide en la tesis del ¡°escapismo frente a un mundo disfuncional incapaz de cumplir las promesas de felicidad y realizaci¨®n personal¡±. ¡°Por utilizar un t¨¦rmino del escritor Mark Fisher, nuestras sociedades solo pueden ofrecer un ¡®hedonismo depresivo¡¯ con el que se pretende compensar el da?o de un sistema que hace de la vida algo cada vez m¨¢s insufrible¡±, dice a EL PA?S el fil¨®sofo, autor de El fantasma de un orden. Crisis, democracia y momento populista (Plaza y Vald¨¦s / CSIC, 2022), y miembro fundador de la Asociaci¨®n Espa?ola de Estudios Gramscianos. ¡°Lo interesante no es tanto qu¨¦ nos dicen estas influencers sobre s¨ª mismas como qu¨¦ nos est¨¢n sugiriendo sobre el mundo en que vivimos: ?acaso no es el reconocimiento de que un proyecto de vida s¨®lido ¡ªfamilia, hijos¡ª resulta cada vez m¨¢s imposible en el estado de precarizaci¨®n y depresi¨®n generalizada actual? En este sentido, esos perfiles ofrecen una funci¨®n compensatoria a la inmensa mayor¨ªa que no puede vivir como ellos y de ah¨ª tambi¨¦n su tir¨®n¡±.
Naira L¨®pez Ca?ellas identifica otros dos discursos que han calado hondo en las redes sociales y que tambi¨¦n explican este fen¨®meno. El primero de ellos es la prevalencia en el mundo online del llamado pick me girl syndrome (s¨ªndrome del el¨ªgeme, por su traducci¨®n literal) o la figura recurrente de la chica que no es como las otras. ¡°Nacida en la cultura popular mainstream, es la figura de la chica que es diferente a las dem¨¢s, a la que todo le sale bien de forma natural, que no se esfuerza, que no siente necesidad de llamar la atenci¨®n y que precisamente por ello es la que se lleva la aprobaci¨®n de quienes est¨¢n a su alrededor¡±, explica. El segundo es el ¡°sentimiento de amenaza¡± que expresan muchas de estas influencers, que puede generar cierta adicci¨®n entre sus seguidores y detractores. ¡°Juegan el papel de v¨ªctima y, sea por rabia, pena, empat¨ªa o entretenimiento, generan inter¨¦s. Alimentan el discurso de la cultura de la cancelaci¨®n, la idea de que hoy en d¨ªa no se puede decir nada, que antes las cosas iban mejor. Concentran todos estos discursos que siempre venden¡±, se?ala L¨®pez.
Las nuevas pititas tienen una legi¨®n de seguidores que oscila entre los 250.000 y los tres millones en Instagram. Para Daniela Rodr¨ªguez, cofundadora de Soy Olivia, la agencia que representa a muchas de estas ciberestrellas, parte del ¨¦xito de sus clientas se debe precisamente a sus valores morales. ¡°Son clave para generar fidelidad en la gente. En el momento que dicen que les gusta Dios, que quieren tener hijos y una familia grande o casarse por la Iglesia, todo eso hace que otros se identifiquen con ellas¡±, asegura la agente, que cre¨® su empresa en 2015 y ahora representa a 50 de las prescriptoras espa?olas m¨¢s influyentes, incluidas Mar¨ªa Pombo y Victoria Federica, nieta de Juan Carlos I. ¡°Luego, si est¨¢s de acuerdo con sus valores, tambi¨¦n puedes estar de acuerdo con los productos que te recomiendan. Por eso tienen tan buenos resultados¡±, apunta.
Las pititas del siglo XXI rezan y tambi¨¦n facturan. Un conocido publicista que suele trabajar con algunas de ellas explica a EL PA?S que pueden cobrar entre 3.500 y 6.000 por una simple publicaci¨®n en Instagram, entre 12.000 y 15.000 euros por acciones digitales de mayor calado y entre 30.000 y 50.000 por acudir a eventos o photocalls. Muchas de ellas tambi¨¦n han irrumpido en el negocio de las exclusivas de la prensa rosa. Mar¨ªa Pombo, que tiene tres millones de seguidores en Instagram y es uno de los referentes de esta ola de infuencers, fue portada de la revista ?Hola! el d¨ªa de su boda. El enlace se transmiti¨® en vivo en la web de la llamada ¡°biblia del coraz¨®n¡± y fue seguido por millones de personas. Grace Villarreal, que tiene m¨¢s de 600.000 followers y en 2022 fue imagen y presentadora de la manifestaci¨®n contra el aborto y la eutanasia impulsada por la plataforma S¨ª a la vida, se ha convertido en otro personaje habitual del papel cuch¨¦.
Daniela Rodr¨ªguez asegura que las marcas son imparciales y no penalizan a las influencers por sus creencias. ¡°Las firmas se rigen por el contenido que crean, la fidelizaci¨®n que generan en sus seguidores y los alcances que consiguen¡±, aclara. Es decir, por el n¨²mero de followers y likes. ¡°A las marcas les da igual si son de arriba o de abajo, de Dios o de otra gente¡±, a?ade, aunque reconoce que la pol¨ªtica es una l¨ªnea roja. En 2019, Mar¨ªa Pombo comparti¨® en sus redes una foto con Mariano Rajoy. En 2020 declar¨®: ¡°A m¨ª lo que m¨¢s me representa es la derecha y no por eso soy mejor o peor persona¡±. En 2022, ya se mostr¨® m¨¢s ambigua en La Resistencia, donde dijo: ¡°Para los muy fachas, soy roja, y para los muy rojos, soy facha¡±. La influencer Roc¨ªo Osorno, que tiene 1,5 millones de seguidores en Instagram, dijo algo parecido cuando se separ¨® de Jacobo Gonz¨¢lez Robatto, senador de Vox: ¡°No me gusta ni un bando ni el otro¡±.
Tamara Falc¨® es una de las pititas con m¨¢s seguidores ¡ª1,5 millones¡ª, con m¨¢s tir¨®n medi¨¢tico y m¨¢s cach¨¦. Su tarifa para eventos habr¨ªa subido hasta los 60.000 euros debido a su momento ¨¢lgido actual y una entrevista exclusiva con ella en televisi¨®n o una revista puede superar los 100.000 euros. La marquesa de Gri?¨®n tiene contratos fijos como imagen digital de Sisley, OPI, Pedro del Hierro y Porcelanosa, trabajos que compagina con campa?as m¨¢s vinculadas a sus creencias y valores personales. Dise?a medallas con la imagen de la Virgen Mar¨ªa para Tous que se agotan en solo 24 horas, utiliza sus redes sociales para poner de moda los retiros espirituales de Ema¨²s, promociona las peregrinaciones a los santuarios de Lourdes y Medjugorje, en Bosnia, organiza cenas mon¨¢rquicas en el elitista Nuevo Club, interviene en encuentros cat¨®licos como el Congreso Mundial de las Familias y critica en horario estelar a las mujeres que abortan: ¡°No las veo m¨¢s felices por ello¡±.
Para la fundadora de Soy Olivia, el bum de estas prescriptoras es una respuesta a ¡°la revoluci¨®n del ¡®todo vale¡¯ en el mundo¡±. ¡°Hay poca gente que se atreva a decir que cree en Dios, que quiere tener una familia, que cree en la fidelidad absoluta¡ La gente se identifica con ellas porque se da muy poca voz a todo esto¡±, afirma. Seg¨²n la investigadora L¨®pez Ca?ellas, los comentarios incendiarios de muchas de estas influencers alimentan su popularidad y viralidad en las redes sociales. ¡°Los discursos conservadores muchas veces toman el rol de pol¨ªticamente incorrectos, de valientes, de ir a contracorriente y de decir aquello que nadie se atreve a decir. Esto les gana f¨¢cilmente los v¨ªtores de unos y los insultos de otros. Ese contenido es el que mejor se vende en las redes¡±, afirma. S¨¢nchez Berrocal coincide: ¡°En nuestros d¨ªas, la incorrecci¨®n pol¨ªtica y la rebeld¨ªa frente a lo mainstream es ejercida por la derecha, mientras que la izquierda interpreta el papel de garante del statu quo o sentido com¨²n de un orden pol¨ªtico frente al cual nos sentimos vulnerables y perdidos¡±.
Las nuevas pititas, como la vieja Pitita, navegan entre lo sagrado y lo profano, entre lo celestial y lo terrenal. Umbral lo ten¨ªa claro con Esperanza Ridruejo, la influencer espa?ola original. ¡°Eres una mundana, Pitita, como yo¡±, le dijo Paco a su musa en 1984. ¡°El demonio y el mundo tiran demasiado de ti (¡) Te veo irredenta para el misticismo, por mucho que leas a Santa Teresa. Por mucha meditaci¨®n oriental con gregoriano que hagas en tu capilla. Del mundo es dif¨ªcil que nos salvemos, Esperanza¡±.