Por qu¨¦ el pensador pop Mark Fisher fascina a los j¨®venes de la izquierda
El cr¨ªtico cultural brit¨¢nico se suicid¨® hace seis a?os. Cuestion¨® los fundamentos neoliberales y describi¨® a una generaci¨®n atrapada en el bucle vidas-trabajo. Sigue muy vivo en las redes y en libros que lo recuerdan
El s¨¢bado 14 de enero de 2017, el mismo mensaje hizo vibrar a los m¨®viles silenciados de los estudiantes que abarrotaban la biblioteca de la Universidad londinense de Goldsmiths. Todos compart¨ªan el tuit que la cuenta @Repeaterbooks acababa de publicar: ¡°En memoria de Mark Fisher (1968-2017). Una inspiraci¨®n y un amigo. Nuestros pensamientos est¨¢n con su familia¡±. Repeater Books era la editorial de Fisher, la que acababa de lanzar Lo raro y lo espeluznante, el ¨²ltimo ensayo del profesor del departamento de Cultura Visual del centro. Fisher ten¨ªa 48 a?os. ¡°Nos sentamos en silencio, tratando de seguir con el trabajo entre breves y consternados estallidos de incredulidad. Despu¨¦s de unos minutos, nos detuvimos. Alguien dijo: ¡®?Qu¨¦ estoy haciendo? ?Qu¨¦ sentido tiene ahora?¡¯. Esa noche, nuestros peores temores fueron confirmados. El viernes 13 de enero Mark Fisher se hab¨ªa suicidado¡±. Esto que escribe su disc¨ªpulo (y exalumno) sobre el impacto de la muerte del pensador en las primeras p¨¢ginas de Egreso. Sobre comunidad, duelo y Mark Fisher (Caja Negra, 2021) vendr¨ªa a encapsular el estado de suspensi¨®n en el que se quedaron buena parte de los seguidores tras la muerte del brit¨¢nico. No solo sus alumnos lloraron la p¨¦rdida de aquel profesor.
Seis a?os despu¨¦s de que acabase con su vida, ?por qu¨¦ Fisher sigue siendo uno de los pensadores a llos que m¨¢s se aferra la juventud que milita en la izquierda transformadora? ?Qu¨¦ hizo este hijo de una limpiadora y un ingeniero de Leicester para que en internet no dejen de compartirse bodegones po¨¦ticos con sus libros o memes citando sus frases (y se publiquen ensayos como The Memeing of Mark Fisher, de Mike Watson)? ?Por qu¨¦ su sensibilidad pedag¨®gica duplica en millones de visualizaciones en TikTok a los clips que abogan por las tesis de Byung-Chul Han, su ant¨ªtesis en la lectura filos¨®fica pop del presente?
Fisher no solo fue el profesor por el que sus alumnos pintaron un mural que a¨²n resiste en Goldsmiths. Tambi¨¦n fue uno de los cr¨ªticos culturales m¨¢s comprometidos y respetados de internet desde principios de los a?os dos mil desde su blog K-punk. Sosten¨ªa que el capitalismo es todo menos un orden natural inevitable: la precarizaci¨®n del trabajo, la intensificaci¨®n de la cultura del consumo, la expansi¨®n de los mecanismos de control social y el aumento de los padecimientos mentales no son ¡°errores honestos¡± del sistema, sino el intento de bloquear toda capacidad colectiva de transformaci¨®n.
¡°Su manera de hacer converger la cr¨ªtica de la cultura pop con sus posiciones pol¨ªticas y filos¨®ficas, sin ning¨²n tipo de esnobismo, tiene mucho que ver con los intereses y consumos de las nuevas generaciones¡±, cuentan en un intercambio de correos Ezequiel Fanego y Diego Esteras, sus editores en Caja Negra, la editorial argentina que ha traducido parte de su obra al castellano y que lo ha acercado, a¨²n m¨¢s, a esos veintea?eros a los que tanto interpela.
Curiosamente, un pensador que rozaba la cincuentena, salido de la contracultura cibern¨¦tica ballardiana y punk, con un gusto musical acorde a su edad ¡ªJoy Division, Grace Jones o The Jam, pasando por el tecnominimal de Ricardo Villalobos o el dubstep de Burial¡ª, ha sido quien mejor ha conectado con la desafecci¨®n de los hijos de la recesi¨®n de 2008. Un v¨ªnculo labrado por tratar abiertamente sus problemas de salud mental y apostando, como ¨¦l mismo defend¨ªa, por una ensay¨ªstica ¡°popular sin ser populista, intelectual sin ser acad¨¦mica¡±. Sin cinismo ni condescendencia, sin diferenciar entre alta y baja cultura. ¡°Para Fisher puede ser igual de relevante, e incluso m¨¢s sintom¨¢tico del presente, un disco de Kanye West o un filme mainstream como Los juegos del hambre que una pieza de arte supuestamente m¨¢s elevada¡±, cuentan sus editores en castellano. Fanego y Esteras dicen que Realismo capitalista: ?no hay alternativa? (2009), en el que apuesta por una salida a la aceleraci¨®n capitalista sin sucumbir al repliegue nost¨¢lgico, se ha convertido en el t¨ªtulo m¨¢s vendido de su colecci¨®n¡ª8.000 ejemplares en Espa?a¡ª. ¡°Cada a?o se vende m¨¢s, es uno de los pocos libros con el que nos pasa eso ¡°.
No a la izquierda nost¨¢lgica
¡°En un contexto tan antiintelectualista como el actual, donde se producen inquietantes complicidades entre poderes econ¨®micos de las ¨¦lites y un sentido com¨²n que busca ser modelado por ellas como banalidad, el mensaje de Fisher es m¨¢s que oportuno¡±, apunta el fil¨®sofo Germ¨¢n Cano. Este profesor en la Complutense tambi¨¦n busca transformar el malestar que percibe en sus alumnos y acaba de publicar Mark Fisher: los espectros del tardocapitalismo (Gedisa). Una revisi¨®n de esa teor¨ªa que ¡°retorci¨® por el pescuezo al esp¨ªritu de su tiempo¡± y que defend¨ªa que el neoliberalismo de finales de los setenta bloque¨® la posibilidad de futuro, instal¨¢ndonos en la resignaci¨®n con la sensaci¨®n de ser incapaces de construir alternativas emancipadoras. O por qu¨¦, como han resumido entre Fredric Jameson y Slavoj ?i?ek a prop¨®sito de ese texto, parece que nos resulta m¨¢s f¨¢cil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo.
¡°Fisher lo ten¨ªa claro: o la izquierda apostaba por los deseos creados por la modernidad o dejaba de ser izquierda¡±, aclara Cano. Y reivindica las alianzas entre cultura y clase trabajadora que Fisher promulg¨® frente a ¡°ese discurso m¨¢s hegem¨®nico en la derecha ¡ªy desgraciadamente, la izquierda¡ª que defiende que la gente sencilla est¨¢ destinada a las cuestiones del est¨®mago y la necesidad; mientras que las ¨¦lites, a la sofisticaci¨®n y el lujo¡±.
La paradoja pesimista
A trav¨¦s de lo que etiquet¨® como ¡°hedonia depresiva¡±, Fisher describi¨® en Realismo capitalista a una generaci¨®n atrapada en un bucle de vidas-trabajo en una b¨²squeda infinita de placer melanc¨®lico por esa sensaci¨®n de no futuro. ¡°Si la tesis de Fisher sigue resonando, es porque sus observaciones han ido a peor¡±, explica su disc¨ªpulo ?Matt Colquhoun. En una charla reciente con estudiantes en Irlanda a prop¨®sito de Fisher, pudo certificar este declive entre los pos?adolescentes. ¡°Ahora son adictos a TikTok, posiblemente est¨¢n diagnosticados con trastorno por d¨¦ficit de atenci¨®n (u otra dolencia que ignore sus condiciones materiales) y luchan por concentrarse para poder leer los libros que les interpelan. Son conscientes de que las cosas est¨¢n peor. Y lo odian¡±, a?ade el tambi¨¦n editor del volumen Postcapitalist Desire: Mark Fisher. The Final Lectures. Colquhoun celebra que ¡°sea m¨¢s popular que nunca¡±, pero lamenta la paradoja de que ahora se aproximen a Fisher como ¨¦l mismo denunciaba que sus propios estudiantes hac¨ªan con la filosof¨ªa. ¡°En sus textos, lamentaba que la juventud quer¨ªa consumir a Nietzsche como a una hamburguesa cuando la dificultad de la filosof¨ªa, precisamente, es el punto de todo esto¡±, aclara.
Tras su suicidio, su influencia es innegable en la nueva generaci¨®n de pensadores que han crecido con internet; los que ya no distinguen de su experiencia dentro y fuera de la Red. La escritora argentina Tamara Tenenbaum, autora del ensayo El fin del amor, que suele citar la obra del brit¨¢nico, tambi¨¦n es confesa. ¡°Tiene la cr¨ªtica cultural que me interesa, la que quiero aprender a hacer: la que piensa la cultura en serio, con aut¨¦ntica curiosidad. Hay algo muy carnal, muy sudoroso, en su escritura. Para ¨¦l, el pensamiento sobre la cultura y la alienaci¨®n era una cuesti¨®n de vida o muerte, no algo menor. Su muerte, para m¨ª, tiene que ver con eso¡±, cuenta.
Otro que tambi¨¦n se ha visto atravesado por su influencia es el fil¨®sofo Eudald Espluga, autor de No seas t¨² mismo (Paid¨®s, 2021), el ensayo en el que ha diseccionado a la generaci¨®n milenial y que se inspir¨® en Fisher para desarrollar parte de su teor¨ªa sobre la ¡°jaula de purpurina¡±, una actualizaci¨®n a la de hierro que elabor¨® Max Weber y de la de oro que teoriz¨® despu¨¦s Michela Marzano. ¡°Fisher me ha hecho escribir textos m¨¢s proteicos, m¨¢s t¨¢cticos y sobre todo, menos puntillosos y acad¨¦micos¡±, apunta un autor que admira la capacidad del brit¨¢nico ¡°de crear conceptos y expresiones que sintetizan ideas muy complejas, como, la ¡®impotencia reflexiva¡¯ o el ¡®voluntarismo m¨¢gico¡¯¡±.
Para Cano, el poso de Fisher puede ser peligroso si se romantiza su duelo. ¡°Eso no puede equiparar la experiencia de haberlo seguido teniendo como un te¨®rico vivo. ?l era b¨¢sicamente un spinozista del XXI, vinculaba el pensamiento con la corporalidad; por eso resulta tan traum¨¢tico su suicidio. Para que la m¨²sica de Fisher siga sonando hay que evitar hacer de ¨¦l un fetiche¡±.
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