Ventanas sin cristales, moho y fosas s¨¦pticas desbordadas: la escuela de Kanye West enfrenta nuevas demandas de sus exprofesores
Uno de los maestros de Donda Academy, la instituci¨®n creada por el rapero en California, denuncia al centro por despido improcedente y pone de relieve su falta de medios y de seguridad, que provocaba inundaciones e incendios
El circo de Kanye West se desmorona inexorablemente. Si su imagen p¨²blica se ha visto arrasada por sus comentarios antisemitas y su conexi¨®n con la ultraderecha (e incluso por sus ¨ªnfulas de optar a la presidencia de EE UU), su faceta profesional tambi¨¦n ha ca¨ªdo en desgracia y le ha supuesto la ruptura de sus conexiones con Adidas y GAP, y su parte m¨¢s familiar tambi¨¦n termin¨® de destrozarse tras su millonario y pol¨¦mico divorcio de Kim Kardashian. Ahora es su lado educativo el que est¨¢ en, todav¨ªa, m¨¢s entredicho. Porque la escuela que abri¨® en California en honor a su madre vuelve a enfrentar demandas por parte del que fue su personal docente.
Donda Academy era la escuela privada y de corte cat¨®lico fundada por West. Primero se llam¨® Yeezy Christian Academy, para despu¨¦s pasar a tener el nombre de la fallecida progenitora del rapero e instalarse en una nueva ubicaci¨®n. Situada en Ventura, a unos 50 minutos de Los ?ngeles y a algo menos de media hora de Calabasas (la localidad californiana donde viven numerosas celebridades y donde West compart¨ªa casa y vida con la familia Kardashian), siempre se mantuvo en un secretismo total con respecto a sus planes educativos, su sistema de ense?anza o sus ideales. Hasta que el pasado abril varios profesores denunciaron al centro. Y, ahora, de nuevo, otro docente ha interpuesto una demanda contra el rapero por su forma de tratarle, dejando de relieve la mala calidad de las instalaciones de la escuela, ya clausurada.
Tal y como han dado a conocer algunos medios que han tenido acceso a la denuncia, como el diario Los Angeles Times, la revista Billboard o la cadena NBC, fue el jueves cuando esta lleg¨® a la corte superior del condado de Los ?ngeles. La present¨® un antiguo empleado llamado Isaiah Meadows, y en ella acusaba a West de no pagarle el salario prometido y de despedirle de forma improcedente.
Las quejas son similares a las de las dos profesoras, Cecilia Hailey y Chekarey Byers, que demandaron a West el pasado mes de abril, acus¨¢ndolo de falta de compromiso en sus pagos, as¨ª como de racismo, asegurando que, como las dos ¨²nicas docentes negras del centro, recib¨ªan unos salarios inferiores a los de sus compa?eros. Ahora, Isaiah Meadows afirma que se le ofreci¨® un salario de 165.000 d¨®lares anuales (150.000 euros) por trabajar en la academia, y que tambi¨¦n se le iba a pagar el alquiler, puesto que ten¨ªa que mudarse con su familia desde el norte de Hollywood, donde resid¨ªa, hasta Calabasas. Sin embargo, la escuela solo cubri¨® el coste de su casa durante tres meses. Cuando empez¨® a quejarse de los graves problemas estructurales de la misma, en febrero de 2021, el pago (por valor de unos 60.000 d¨®lares, 54.000 euros, anuales) ces¨®. Despu¨¦s le recortaron el salario. En abril volvi¨® a quejarse de que no le pagaban, ni a ¨¦l ni a otros miembros del claustro, lo prometido. El siguiente curso, en agosto de 2022, la escuela cambi¨® de nombre y ubicaci¨®n y ¨¦l fue degradado y, finalmente, tras m¨¢s quejas, despedido sin explicaciones. Ahora busca una compensaci¨®n, cuya cantidad no se se?ala, por ¡°da?os a causa de los impagos, p¨¦rdida de ingresos y estr¨¦s emocional¡±, entre otras cuestiones.
Las quejas hacia la escuela, por mucho que incomodaran a su fundador, no eran balad¨ªes. Meadows expone en su demanda cuestiones graves, como que las ventanas no ten¨ªan cristales, por lo que cuando llov¨ªa el agua se colaba en las clases y las inundaba. Al parecer, seg¨²n la demanda, a West no le gusta el cristal. ¡°El agua calaba en el suelo, lo que llevaba a tener un olor a moho durante los d¨ªas siguientes¡±, puede leerse en la demanda. Adem¨¢s, las fosas s¨¦pticas estaban desbordadas ¡°causando olores terribles¡±, afirma el demandante.
Adem¨¢s, el antiguo profesor de Educaci¨®n F¨ªsica tambi¨¦n expone que los peligros eran importantes para todos los que acud¨ªan al centro, porque tanto los cables el¨¦ctricos como los de telefon¨ªa estaban al aire, expuestos. Algo que llev¨® a que, en una ocasi¨®n, se ocasionara un incendio cerca de un comedor estudiantil. Entre las carencias del centro, expone Meadows, estaba la falta de agua caliente. De hecho, tras mudarse a otra localizaci¨®n cercana a la anterior, durante un tiempo las instalaciones tampoco tuvieron electricidad, as¨ª que se usaban l¨¢mparas encendidas por un generador.
Los abogados de Meadows afirman que muchos de los problemas se ocasionaban por culpa de West. ¡°Siempre estaba cambi¨¢ndolo todo¡±, afirman los letrados del demandante, que tambi¨¦n explican que sus quejas y demandas eran recibidas ¡°sin ning¨²n tipo de reacci¨®n¡± y ¡°echadas por tierra¡±. ¡°Lo que ocurr¨ªa en esa escuela era absolutamente atroz¡±, afirman los letrados.
Una versi¨®n que refrenda lo que las profesoras Hailey y Byers ya desvelaron a trav¨¦s de su demanda hace tres meses, donde tambi¨¦n expon¨ªan que hab¨ªan sido despedidas de forma improcedente tras quejarse de las condiciones del centro. Las maestras, las ¨²nicas negras de toda la plantilla, acusaban discriminaci¨®n y afirmaban que sus sueldos eran considerablemente m¨¢s bajos de lo pactado en su contrato. Las despidieron una ma?ana cuando llegaban a trabajar, en el parking del centro.
Tanto gracias a ellas como a un largo reportaje publicado por la revista Rolling Stone en septiembre de 2022 se pudo arrojar algo de claridad sobre las opacas condiciones de esta escuela, cuyos contratos de confidencialidad para, supuestamente, proteger la privacidad de los alumnos nada permit¨ªan saber. Pero entonces se conoci¨®, por ejemplo, que los chicos com¨ªan sushi todos y cada uno de los d¨ªas, y que el resto de alimentos estaban prohibidos. Los alumnos solo pod¨ªan llevar agua. Almorzaban y estudiaban sentados en el suelo; no hab¨ªa sillas, y los docentes deb¨ªan permanecer de pie o usar taburetes. Tambi¨¦n estaban prohibidos tanto los crucigramas como las hojas para colorear y los crucigramas, y la ropa de Nike y de Adidas, marca con la que West rompi¨® su colaboraci¨®n hace unos meses. Los j¨®venes deb¨ªan ir vestidos de negro. No pod¨ªan subir a la segunda planta del centro, pues West tiene miedo a las escaleras. No hab¨ªa conserjes, ni personal de limpieza (no se pod¨ªan usar qu¨ªmicos para limpiar, ni hab¨ªa papeleras), ni enfermer¨ªa, solo medicamentos caducados y mal almacenados.
Seg¨²n contaron las profesoras, las agresiones tanto entre alumnos como de los muchachos hacia los profesores, eran frecuentes por la falta de normas y protocolos claros. Adem¨¢s, no se ense?aba el Holocausto y ¡°quer¨ªan suprimir much¨ªsima informaci¨®n hist¨®rica¡±, seg¨²n Cecilia Hailey. Hab¨ªa prohibiciones y restricciones en la ense?anza: ¡°No quer¨ªan que los estudiantes conocieran partes de la historia negra o asi¨¢tica de nuestro pa¨ªs¡±, afirm¨® Hailey. Sus quejas tuvieron como resultado un recorte de 2.700 d¨®lares (casi 2.500 euros) en cada una de sus n¨®minas y ser calificadas como ¡°agresivas¡±.
Los abogados de Meadows son los mismos que trabajan junto a las profesoras Byers y Hailey, y acusan a West y a la academia de ¡°romper sus contratos y violar varias leyes de California¡±, entre ellas salariales y de despido improcedente. Por su parte, los letrados del rapero afirman que esas declaraciones que presentan a la academia como una ¡°instituci¨®n dist¨®pica dise?ada para satisfacer los gustos¡± del cantante son del todo falsas y piden que se desestimen las demandas. Por el momento, y como viene siendo habitual en los ¨²ltimos meses, Kanye, o Ye, como gusta de ser llamado, mantiene el silencio.
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