Los 69 son los nuevos 29
A siete d¨ªas de las elecciones, Bert¨ªn Osborne es noticia, pero esta vez no es su influencia o su inter¨¦s sobre la situaci¨®n pol¨ªtica, sino por su personal pol¨ªtica parental
La reciente noticia de una nueva paternidad de Bert¨ªn Osborne ha servido para rescatarnos del sopor acumulado por las altas temperaturas y el debate electoral, un cara a cara donde la interrupci¨®n mutua fue el verdadero hilo conductor. Los pol¨ªticos intensos no se me dan bien y prefiero evitarlos. El debate lo vi en M¨²nich, en una habitaci¨®n de hotel y, como corresponde a estos tiempos, en mi tel¨¦fono m¨®vil.
D¨ªas despu¨¦s, en el mismo m¨®vil, salt¨® en mi pantalla el titular de Bert¨ªn Osborne: ¡°No es un hijo deseado¡±. Aunque chocante, me result¨® m¨¢s sincero y preciso que la espiral de verdades y mentiras de los pol¨ªticos. En la cama solo pod¨ªa pensar en que Bert¨ªn va a ser padre a los 69 a?os y que su vigor se celebre entre adulaci¨®n y risas sin comentar su pol¨ªtica anticonceptiva m¨ªnima. Mientras, a Madonna no hacemos m¨¢s que criticarla porque cumplir¨¢ 65 y quiere seguir activa laboralmente, cantando, de gira. Mi querido Bert¨ªn puede mantenerse activo mientras Madonna parece que deber¨ªa retirarse, es mujer y est¨¢ a punto de cumplir 65 a?os. Las mujeres no deben hacerse mayores.
Mayor y con respuestas a todo esto, otra gran profesional, Mercedes Mil¨¢, afe¨® directamente a Bert¨ªn sus declaraciones. Aunque algunos lo ven exagerado, me llam¨® la atenci¨®n la directa sinceridad, la ausencia de filtros y maquillaje de Mil¨¢ en su v¨ªdeo. Lo veo valiente y tambi¨¦n un poco a contracorriente. Una de mis amigas rebati¨® con que, en la vida p¨²blica, es una responsabilidad agradar y mostrar un aspecto ajustado a ese deber. No hacerlo puede ser tomado como afrenta hacia tu p¨²blico. O hacia la opini¨®n p¨²blica. Vaya, pero ?a qu¨¦ precio ese aspecto, a qu¨¦ nivel de sometimiento? Es otro cara a cara lo que cada uno decida hacer con su cara. Y su voz.
En M¨²nich, acud¨ª a una representaci¨®n de Salom¨¦, la incandescente y escandalosa obra de Oscar Wilde que Richard Strauss lleva al terreno de la ¨®pera. ?Qu¨¦ voces! Un pasaje b¨ªblico recalentado por la lujuria, la corrupci¨®n pol¨ªtica y la decadencia familiar. Salom¨¦ tiene enloquecido a su t¨ªo, Herodes, esposo de su madre, Herod¨ªas, que fue antes su cu?ada. Tras intentar seducir al profeta Juan Bautista, sin ¨¦xito, en un cara a cara con su t¨ªo, Salom¨¦ accede a bailar ante ¨¦l para que le conceda, como capricho, la cabeza del santo. Aunque Salom¨¦ demuestra tener poca cabeza, interpreta un aria emocionante en la que la muerte es amor y la vida se define como una lucha donde todo est¨¢ al rev¨¦s: lo que antes era bueno, ahora es malo. Y viceversa.
En la contienda electoral de 2015, el programa de Bert¨ªn Osborne fue ese lugar donde los candidatos acudieron a interpretar su personal aria televisiva en b¨²squeda de simpat¨ªa y votos. El hoy presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, estuvo c¨®modo entre los cojines del sof¨¢ marbell¨ª de la casa. Mariano Rajoy, como siempre, gan¨® en la distancia corta. A siete d¨ªas de las nuevas elecciones, Osborne es noticia, pero esta vez no es por su influencia o su inter¨¦s sobre la situaci¨®n pol¨ªtica, sino por su personal pol¨ªtica parental, que se complica con los protocolos ganados por las mujeres en esa lucha siempre desigual por la igualdad. Precisamente uno de los temas m¨¢s revisados del Gobierno actual.
Al airear esta embarazosa situaci¨®n se ha eclipsado todo lo dem¨¢s, ya el debate es otro y el cara a cara importante es el de Bert¨ªn y Gabriela Guill¨¦n, la madre de su futuro reto?o. Lo que para ¨¦l es un ¡°accidente¡±, para ella es una ¡°sorpresa¡±. Con esta noticia, totalmente inesperada, la revista Lecturas regresa a las grandes ligas. Y, a su manera, Telecinco tambi¨¦n, mezclando pol¨ªtica y entretenimiento. Todo para brindarnos esa duda, ese rompecabezas tan habitual, ?en tu casa o en la m¨ªa?
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