Peter Spirer, el testigo directo de la era dorada del hip hop que meti¨® su c¨¢mara donde no todos son bienvenidos
Este movimiento cultural, que cumple medio siglo con una fuerza y alcance envidiables, sigue siendo uno de los pocos g¨¦neros musicales que transcendieron su ¨¢mbito para convertirse en una parte vital a la hora de entender la subcultura de algunos de los barrios m¨¢s deprimidos de Estados Unidos
En 1973, un joven llamado Clive Campbell, nacido en Kingston (Jamaica), pero cuya familia emigr¨® a Estados Unidos cuando ¨¦l ten¨ªa 12 a?os, empez¨® a pinchar en el Bronx usando una t¨¦cnica de corte musical que le permit¨ªa regresar al punto inicial y volver a ¨¦l una y otra vez con la aguja del tocadiscos. A trav¨¦s de su alter ego art¨ªstico, Dj Kool Herk, populariz¨® este estilo que decidi¨® llamar breakbeat.
Pronto todos los j¨®venes del barrio empezaron a imitar a Herk. Pocos m...
En 1973, un joven llamado Clive Campbell, nacido en Kingston (Jamaica), pero cuya familia emigr¨® a Estados Unidos cuando ¨¦l ten¨ªa 12 a?os, empez¨® a pinchar en el Bronx usando una t¨¦cnica de corte musical que le permit¨ªa regresar al punto inicial y volver a ¨¦l una y otra vez con la aguja del tocadiscos. A trav¨¦s de su alter ego art¨ªstico, Dj Kool Herk, populariz¨® este estilo que decidi¨® llamar breakbeat.
Pronto todos los j¨®venes del barrio empezaron a imitar a Herk. Pocos meses despu¨¦s, toda Nueva York hablaba del hip hop y gracias a un pu?ado de radios de Nueva York y Los ?ngeles, el breakbeat se extendi¨® como un virus a lo largo y ancho de Estados Unidos. Para celebrar los 50 a?os de la epopeya, la editorial de culto brit¨¢nica Reel Art Press publica The book of rhyme & reason. Este libro de Peter Spirer es una de las obras m¨¢s relevantes para entender el incendio cultural que provoc¨® este movimiento, gracias a un hombre que estuvo all¨ª, justo en mitad de una revoluci¨®n que este a?o cumple medio siglo. Despu¨¦s de estudiar fotograf¨ªa y cine en la universidad de Miami, Spirer dirigi¨® un documental sobre la fot¨®grafa Sally Mann y entr¨® en contacto con diversas figuras del hip hop, meti¨¦ndose de lleno en la escena gracias a su c¨¢mara y a su facilidad para encajar en un mundo en el que no todos eran bienvenidos.
¡°En aquellas memorables reuniones, las fiestas eran algo m¨¢s que m¨²sica; eran vibrantes expresiones de arte e identidad¡±, cuenta Spirer a EL PA?S. Los grafiteros adornaban los alrededores con sus obras, los bailarines de breakdance cautivaban a los espectadores y el DJ serv¨ªa de eje que manten¨ªa unido todo el evento. La gente se redefin¨ªa a s¨ª misma a trav¨¦s de la ropa que vest¨ªa, reflejando la esencia del tapiz cultural del hip hop. Para el estadounidense, existe una distinci¨®n fundamental entre el hip hop y el Rap, y es importante subrayar su significado cultural poniendo ambos t¨¦rminos en may¨²sculas. Para encarnar realmente el hip hop, uno debe adoptar plenamente todas sus facetas, incluidos el break, el arte del graffiti, el DJ y la moda. Como dijo KRS-One: ¡°El rap es algo que haces, el hip hop es algo que vives¡±.
Pero Spirer no es solo fot¨®grafo y testigo directo de la era dorada del g¨¦nero, es adem¨¢s el director del que muchos consideran el mejor documental sobre el universo del hip hop, con el mismo t¨ªtulo del libro que est¨¢ a punto de publicar: Rhyme & reason. ¡°Durante mi documentaci¨®n sobre el hip hop, fui testigo de un din¨¢mico periodo de eclosi¨®n, sobre todo con el auge de los MCs [master of ceremonies, los anfitriones y aut¨¦nticos protagonistas de las veladas musicales]. Cada elemento de la cultura tuvo su momento de protagonismo. Sin embargo, cuando las discogr¨¢ficas descubrieron la rentabilidad de la venta de discos, la atenci¨®n pas¨® a centrarse principalmente en el rapero, y los dem¨¢s componentes de la cultura empezaron a desvanecerse y acabaron pasando a un segundo plano¡± explica Spirer.
En el documental, estrenado en 1997 y producido por Miramax, es un contundente repaso a las luces y sombras del hip hop e incluye testimonios de figuras como Ice T, Dr Dre, Da Brat, E-40, Method Man, The Notorious B.I.G., Lauryn Hill, Nas, Q-Tip o Wu-Tang Clan, entre otros, hasta sumar m¨¢s de 80 artistas esenciales para entender el boom de un estilo musical que sigue arrasando en el siglo XXI. El libro cubre el que un¨¢nimemente se considera el periodo de mayor agitaci¨®n en la historia del g¨¦nero, entre 1994 y 1997. ¡°Durante la ¨¦poca que document¨¦, hab¨ªa una incre¨ªble riqueza de estilo y diversidad dentro de aquella cultura. Tuve la suerte de estar presente durante lo que considero la edad de oro del hip hop. Porque el hip hop siempre ha trascendido el ¨¢mbito de la m¨²sica; es una cultura nacida de la lucha de individuos del sur del Bronx que buscaban expresarse de una manera fresca y estimulante¡±, cuenta el fot¨®grafo y documentalista.
Para Peter Spirer, hay una cualidad intr¨ªnseca, ligada espec¨ªficamente al g¨¦nero, que ¨¦l ha tratado de reflejar en su obra: una lealtad fiera en el mundo del hip hop. ¡°La mayor¨ªa de los artistas sienten la obligaci¨®n de llevarse con ellos a la gente que les rodea. Cuando una banda de rock lo logra, no ves a sus amigos ir por el mismo camino o llevarse una parte del pastel. El hip hop era diferente, las relaciones eran distintas, el c¨ªrculo era distinto. Tanto con el documental como con The book of rhyme & reason, quer¨ªa que Am¨¦rica tuviera la oportunidad de ver el lado humano de la cultura y de la gente que la integra. Las relaciones de los artistas y sus familias, amigos y padres. Quer¨ªa bajar el volumen para que pudi¨¦ramos escuchar a los artistas hablar sin filtro sobre la vida, el negocio, sus esperanzas y sue?os, y obtener una mirada real a su mundo. Francamente, eso es todo lo que me importaba y espero haberlo conseguido¡±, concluye.