Geoff MacCormack, seis d¨¦cadas persiguiendo a David Bowie convertidas en la biograf¨ªa gr¨¢fica definitiva del artista
El compositor fue un amigo inseparable de la leyenda de la m¨²sica durante 60 a?os, desde la escuela hasta que se convirti¨® en una superestrella. Ahora, abre su archivo por primera vez para mostrar m¨¢s de 150 im¨¢genes in¨¦ditas: ¡°Para m¨ª siempre fue David Jones, aunque para todo el mundo fuera Bowie¡±
Durante 60 a?os, el compositor Geoff MacCormack fue la sombra de David Jones. Juntos recorrieron el planeta, se metieron en toda clase de l¨ªos y contemplaron c¨®mo Jones se convert¨ªa en Bowie. Siete a?os despu¨¦s de la muerte del segundo, el primero edita ahora la que muchos consideran la biograf¨ªa gr¨¢fica definitiva del artista, fallecido el 10 de enero de 2016, a los 69 a?os, v¨ªctima del c¨¢ncer.
A MacCormack le acompa?¨® siempre su c¨¢mara de fotos y en las p¨¢ginas de David Bowie: Rock¡¯n roll with Me (ACC Art Books) abre su archivo por primera vez para mostrar m¨¢s de 150 im¨¢genes in¨¦ditas. Un proyecto que se ha gestado durante un largu¨ªsimo periodo de tiempo: ¡°David colabor¨® conmigo para crear un libro de lujo, caro, en una edici¨®n limitada de 2.000 ejemplares. De eso hace ya 16 a?os y siempre hab¨ªa querido expandir el libro, hacer que estuviera disponible para todo el mundo a un precio asequible. Cuando [Bowie] nos dej¨®, no sent¨ª que fuera el mejor momento para hacerlo, especialmente por la gran cantidad de material que se estaba publicando entonces por todo el mundo. Ahora s¨ª es el momento¡±, cuenta MacCormack a EL PA?S.
Los dos se conocieron en el colegio Burnt Ash Primary School de Bromley, a mitad de los a?os cincuenta del pasado siglo. Y enseguida congeniaron gracias a su amor por la m¨²sica y su afici¨®n por genios de la ¨¦poca, como Mose Allison y Georgie Fame, a los que persegu¨ªan por los garitos del Soho y Eel Pie Island. Ya en los setenta, McCormack era uno m¨¢s en la banda de Bowie, participando en el tour mundial de 1973 como percusionista, adem¨¢s de encerrarse en el estudio con la estrella para elaborar cl¨¢sicos como Aladdin Sane o Station to Station. ¡°La verdad es que no recuerdo muy bien todo aquello, al parecer tambi¨¦n puse voces, pero me lo tom¨¦ m¨¢s como una broma, como echar una mano a un colega¡±, recuerda hoy. MacCormack reconoce que cuando se le pregunta cu¨¢l es la primera imagen que le viene a la mente al o¨ªr la palabra Bowie, nunca sabe muy bien qu¨¦ decir: ¡°Han sido muchos a?os y la verdad es que no tengo una imagen concreta que me venga a la mente, m¨¢s all¨¢ de la imagen de mi viejo amigo David Jones: m¨¢s un collage de im¨¢genes que una sola¡±.
David Bowie: Rock¡¯n roll with Me arranca con un pr¨®logo de George Underwood, otro gran amigo del polifac¨¦tico artista y tambi¨¦n dise?ador de la mayor¨ªa de las portadas de sus discos. Underwood navega en la meloman¨ªa de los tres amigos y los ecl¨¦cticos gustos del tr¨ªo. ¡°Debo admitir que los gustos musicales de David eran los m¨¢s inusuales en aquel grupo: a Geoff le gustaban James Brown y Otis Redding. A m¨ª, Muddy Waters y Bob Dylan. Y a David, Legendary Stardust Cowboy y The Fugs. Quiz¨¢s exagero un poco, pero ya pill¨¢is la idea¡±, cuenta para ilustrar el abismo que separaba los gustos musicales de aquel grupo de amigos y que, de alg¨²n modo, sirvi¨® para modelar al inclasificable Bowie.
El libro se sumerge en la infancia y la adolescencia del legendario m¨²sico, con fotos hasta de su ¨¢lbum escolar y una avalancha de recuerdos del ni?o al que todo le parec¨ªa nuevo. Desde all¨ª lleva a los a?os sesenta, cuando Jimi Hendrix reinaba en los escenarios y en el imaginario colectivo. MacCormack confiesa que el mayor reto del proyecto radicaba en s¨ª mismo: ¡°Han pasado much¨ªsimos a?os. Much¨ªsimo tiempo. A veces, m¨¢s de seis d¨¦cadas. As¨ª que, para m¨ª, el mayor desaf¨ªo era conseguir ser lo m¨¢s preciso posible con las fechas, porque aunque los recuerdos siguen all¨ª, a veces es dif¨ªcil ordenarlos¡±.
Al Bowie de Ziggy Stardust, de la popularidad extrema, el ¨¦xito y la entrada en el Olimpo de la m¨²sica, MacCormack le dedica la mirada del amigo, siempre pegado a ¨¦l. ¡°Para m¨ª siempre fue David Jones, aunque para todo el mundo fuera Bowie¡±, dice. Una avalancha de fotos ilustran aquellos tiempos en los que el cantante brit¨¢nico iluminaba el planeta con sus looks, su absoluta falta de complejos y un carisma descomunal. ¡°Recuerdo mi primer viaje a Nueva York. David hab¨ªa estado all¨ª un a?o antes y por la descripci¨®n de sus calles y su energ¨ªa, en mi mente, era como una especie de tierra legendaria. Nos quedamos en el Gramercy y luego fuimos a Los ?ngeles y, como David conoc¨ªa gente all¨ª, pudimos montarnos en sus coches e ir a sus casas y conocer a un mont¨®n de gente curiosa. Fueron tiempos maravillosos¡±, rememora MacCormack.
Los fans de Bowie disfrutar¨¢n del despliegue gr¨¢fico y especialmente de ver al londinense en su d¨ªa a d¨ªa, a veces posando con un modelo de Kansai Yamamoto y otras con cara de susto en la Uni¨®n Sovi¨¦tica, cuando MacCormack, Bowie y unos cuantos amigos m¨¢s se equivocaron de transporte y de rumbo y acabaron en ninguna parte. ¡°A¨²n siento el terror record¨¢ndome perdido all¨ª, sin ning¨²n documento de identidad, en 1973¡å, bromea el autor, que narra con toda clase de detalles los viajes, los conciertos, las fiestas y los malentendidos. Pero, sobre todo, sorprende al lector con una memoria infinita, llena de matices, que permite conocer a Bowie como si se le observara a trav¨¦s de un microscopio.
El colof¨®n de las p¨¢ginas es un texto de pu?o y letra del propio Bowie, firmando como David Jones, en 2007: ¡°Oh Geoff, qu¨¦ idea tan incre¨ªble la tuya. Estoy de un humor de mil demonios porque no se me hubiera ocurrido a m¨ª antes. Cogernos a los dos y fingir que fuimos a Am¨¦rica, Jap¨®n, y ojo, a la jodida Rusia. Yo como si fuera una estrella del rock y t¨² como el alegre vocalista y compa?ero de batallas, y despu¨¦s escribir un libro sobre ello. ?Brillante!¡±.
El inseparable amigo del artista gestiona ahora su inmenso archivo y organiza exposiciones sobre la vida y el legado de Bowie por todo el mundo, la ¨²ltima en el Brighton Museum, situado en la localidad del mismo nombre, en el sureste de Inglaterra. Permaneci¨® all¨ª casi dos a?os, hasta septiembre de 2022. Pero a pesar de las seis d¨¦cadas junto al mito y la alargada presencia de la figura del artista en su vida diaria, incluso despu¨¦s de su muerte, para MacCormack es casi imposible definir a su amigo. Cuando se le lanza la pregunta, opta por una soluci¨®n extraterrestre: ¡°Si un marciano aterrizara en la tierra con su nave espacial y me pidiera que definiera a David, le dir¨ªa: ¡®?D¨®nde has estado? Mi amigo llevaba mucho tiempo busc¨¢ndote¡±, asegura con una sonrisa.
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