Ni la reina Carlota fue negra, ni Jorge III estaba loco: las verdades a medias de la serie de Netflix
Hace hoy 204 a?os fallec¨ªa el monarca brit¨¢nico, quien sufri¨® la terrible porfiria, enfermedad que en su tiempo no era en absoluto entendida por la medicina. La precuela de ¡®Los Bridgerton¡¯, bastante alejada de la realidad de lo que sucedi¨®, s¨ª narra con precisi¨®n el mal del conocido como ¡®rey granjero¡¯
La fr¨ªa ma?ana del 29 de enero de 1820, exhalaba su ¨²ltimo suspiro, a los 81 a?os, el rey Jorge III del Reino Unido en el castillo de Windsor. El monarca daba as¨ª fin a uno de los reinados m¨¢s largos de la monarqu¨ªa brit¨¢nica con permiso de sus descendientes: la reina Victoria (1819-1901) y la recientemente fallecida...
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La fr¨ªa ma?ana del 29 de enero de 1820, exhalaba su ¨²ltimo suspiro, a los 81 a?os, el rey Jorge III del Reino Unido en el castillo de Windsor. El monarca daba as¨ª fin a uno de los reinados m¨¢s largos de la monarqu¨ªa brit¨¢nica con permiso de sus descendientes: la reina Victoria (1819-1901) y la recientemente fallecida Isabel II (1926-2022).
Jorge era hijo de Federico Luis de Gales y de su esposa Augusta de Sajonia-Gotha. Pertenec¨ªa a la casa Hannover, la dinast¨ªa alemana que rein¨® en Gran Breta?a desde 1714 (Reino Unido desde 1801), despu¨¦s de que la reina Ana I Estuardo falleciera sin descendencia y pasaran a heredar el trono brit¨¢nico la reina Victoria de Hannover y su primo, Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha. En plena I Guerra Mundial, y debido al profundo sentimiento antialem¨¢n que comenzaba a despertar en el Reino Unido, los Hannover decidieron adoptar el apellido Windsor. Jorge III fue, curiosamente, el primero de esta dinast¨ªa que naci¨® en territorio brit¨¢nico, y tambi¨¦n el primero cuya lengua materna no fue el alem¨¢n, sino el ingl¨¦s.
La vida de Jorge III es apasionante desde el punto de vista de la historia y, especialmente, de la historia de la medicina, debido a la enfermedad que padeci¨®, porfiria, en cuyo origen se cree est¨¢ la hemofilia que hered¨® y que por consanguineidad lleg¨® incluso hasta la Familia Real espa?ola en la figura de varios de los hijos de Alfonso XIII y la reina Victoria Eugenia, popularmente conocida como Ena. Esta era nieta de la reina Victoria de Inglaterra, tambi¨¦n conocida como la abuela de Europa, ya que, en virtud de la numeros¨ªsima descendencia que tuvo, hoy d¨ªa raro es el miembro de una dinast¨ªa europea que no desciende de ella.
Casi nada en su vida sucedi¨® como parec¨ªa que pasar¨ªa. Jorge III naci¨® prematuro y por dicha causa fue inmediatamente bautizado por la convicci¨®n de que morir¨ªa a las horas. Fue el segundo hijo, aunque el primer var¨®n, por tanto, futuro heredero en el momento que su padre subiera al trono. Su progenitor, Federico Luis, fue un d¨ªscolo pr¨ªncipe de Gales que, debido a la mala relaci¨®n con su padre, el monarca Jorge II, fue desterrado en 1737. Las razones de estas p¨¦simas relaciones probablemente se explican en que padre e hijo se separaron cuando el peque?o ten¨ªa tan solo siete a?os, dej¨¢ndolo al cuidado de la corte en Alemania, cuando los progenitores se marcharon a vivir a Inglaterra al convertirse en herederos al trono con motivo de la subida al trono de Jorge I. Federico no volvi¨® a ver a sus padres hasta que fue adulto y recal¨®, por fin, en Inglaterra, siendo al llegar un aut¨¦ntico desconocido para su propia familia.
A pesar de haber sido un mujeriego y despilfarrador, finalmente encontr¨® una maravillosa estabilidad con su esposa Augusta de Sajonia, con la que tuvo nueve hijos, siendo el futuro Jorge III, el segundo en nacer, pero primer var¨®n, por tanto, heredero al trono. A los 44 a?os falleci¨® antes que su propio padre, por lo que jam¨¢s lleg¨® a reinar y pas¨® directamente el principado de Gales a su hijo, el futuro Jorge III, que se convirti¨® en rey el mismo d¨ªa del fallecimiento de su abuelo, Jorge II, el 25 de octubre de 1760.
Un reci¨¦n estrenado rey soltero y, por tanto, sin descendencia, al menos leg¨ªtima. Una situaci¨®n nada c¨®moda en una casa real reinante y que se resolvi¨® un a?o m¨¢s tarde tras una b¨²squeda exhaustiva por princesas casaderas europeas. La elegida fue la reina Carlota, protagonista de la precuela de Los Bridgerton por la plataforma Netflix y donde se la presenta como una mujer de raza negra, primera de las licencias que la ficci¨®n se permite y que no se corresponde en absoluto con la que fue la verdadera reina consorte. Tanto los retratos que de ella se conservan como lo que en su ¨¦poca se escribi¨® de ella, desmienten que fuese negra. El historiador John Watikings la describi¨® como ¡°fina figura y agradable paso; manos y cuello sumamente bien torneados, su cabello, casta?o, su cara redonda y blanca, los ojos de azul celeste¡±. Aunque en la ¨¦poca los matrimonios eran concertados, s¨ª se estilaba enviar retratos de las futuribles esposas para que el novio pudiera, dentro de las posibles candidatas, hacerse una idea y elegir. Jorge recibi¨® dos retratos de Carlota que se conservan en la Royal Collection de la corona brit¨¢nica y en la que es descrita con ojos azules. No existe ninguna raz¨®n con peso hist¨®rico que pueda defender que su raza fuese negra en absoluto. Lo ¨²nico que podr¨ªa explicar ciertos rasgos y muy remotamente es que los ancestros de la reina, concretamente Mar¨ªa Afonso, nacida cinco siglos antes que ella, pudo haber sido mora en lugar de jud¨ªa. Algo que carece, en cualquier caso, de ninguna base, ya que en la Edad Media la palabra mora hac¨ªa referencia a una religi¨®n y no a una etnia, pudiendo ser esta de cualquier parte incluida, claro est¨¢, Europa.
Si fueron felices en su matrimonio no se puede decir con certeza, pero lo que s¨ª se sabe es que tuvieron 15 hijos de los cuales fallecieron dos, una cifra baja teniendo en cuenta la alta mortalidad infantil de la ¨¦poca. La serie de Netflix se centra exclusivamente en la faceta matrimonial de la pareja y en la enfermedad del rey, algo absolutamente cierto, pero Jorge III fue mucho m¨¢s que eso. Un reinado tan largo necesariamente aporta muchos sucesos a un pa¨ªs. Y as¨ª fue. ¡°El reinado de Jorge III de Gran Breta?a supuso la llegada de una cierta estabilidad a la corona¡±, explica la doctora en Historia Moderna por la Universidad de Navarra, Roc¨ªo Garc¨ªa-Bourrellier. ¡°Sus antecesores, pr¨ªncipes electores de Hannover, hab¨ªan priorizado la direcci¨®n de este territorio germano a sus obligaciones como monarcas brit¨¢nicos, lo que les supuso el desapego del pueblo y de parte de la nobleza. Jorge III fue el primer Hannover nacido y criado en el Reino Unido, su lengua materna era el ingl¨¦s, y estaba dotado de una campechan¨ªa grata a la poblaci¨®n, que lo apod¨® George the Farmer, el granjero Jorge. En pol¨ªtica, sin embargo, se lo considera un rey de tendencias absolutistas, que minimiz¨® el peso del Parlamento en decisiones estrat¨¦gicas para el Estado, como la firma del tratado de Par¨ªs (fin de la Guerra de los Siete A?os)¡±, recuerda. La doctora a?ade un apunte m¨¢s: ¡°Tambi¨¦n se le culpa de la p¨¦rdida de las 13 colonias americanas. Tuvo despu¨¦s la perspicacia de acudir a William Pitt el Joven como ministro de confianza a pesar de sus diferencias personales, lo que llev¨® a mejores resultados econ¨®micos para el pa¨ªs. Aquejado de porfiria, sus ¨²ltimos a?os discurrieron entre tratamientos m¨¦dicos y per¨ªodos de lucidez. Debido a su enfermedad, se plante¨® un importante debate sobre qui¨¦n deber¨ªa ostentar el poder en caso de incapacidad regia: el Parlamento, el pr¨ªncipe de Gales o el primer ministro¡±.
Efectivamente, los tres puntos que se?ala la historiadora Garc¨ªa-Bourrellier son fundamentales en su reinado y ninguno de ellos es siquiera mencionado en la serie de Netflix. La p¨¦rdida de las 13 colonias supuso un gran cambio en la pol¨ªtica internacional de Gran Breta?a y, desde luego, fue un radical cambio en las relaciones entre ambos pa¨ªses. Jorge III comenz¨® a reinar en 1760 y dichos territorios ya hab¨ªan comenzado a organizarse declarando su independencia el 4 de julio de 1776, desapareciendo para siempre las colonias y naciendo con ello los Estados Unidos tras la victoria militar de las tropas americanas en la batalla de Yorktown, Virginia, de 1781. El 3 de septiembre de 1783 se firm¨® el armisticio con el Tratado de Par¨ªs que puso fin a la Guerra de la Independencia y en el que por la parte americana tuvo entre sus representantes, entre otros, a Benjamin Franklin, considerado hoy como uno de los padres de la patria americana.
La enfermedad del rey s¨ª que se narra con precisi¨®n en la serie y es algo que realmente sucedi¨®, aunque la medicina de la ¨¦poca, desgraciadamente, la trat¨® como un signo de locura, siendo los tratamientos aplicados al desgraciado monarca tan desagradables como ineficaces. La porfiria es un defecto en el metabolismo de la mol¨¦cula de los gl¨®bulos rojos, responsables de transportar el ox¨ªgeno. Uno de sus s¨ªntomas es padecer alucinaciones y confusi¨®n mental, entre otras muchas cosas, de ah¨ª la creencia en el tiempo de que el rey estaba loco. Hoy d¨ªa es una enfermedad controlable con medicaci¨®n.
Otra de las realidades hist¨®ricas, y que la serie ni siquiera roza en su narraci¨®n, es el total control del monarca en su reinado, algo inusual en una monarqu¨ªa como la brit¨¢nica, caracterizada en casi todos los reinados por un fuerte control del Parlamento. Tal y como escribi¨® el fil¨®sofo y diputado brit¨¢nico Edmund Burke: ¡°Inglaterra estaba en peligro de un renacimiento del absolutismo mon¨¢rquico, con un gobierno inestable debido a que Jorge III insisti¨® en interferir anticonstitucionalmente en pol¨ªtica utilizando a los amigos del rey y a un gabinete secreto para influir en el Parlamento¡±.
Sea como fuere, la serie es un producto pensado para entretener y no para transmitir la verdadera historia, por lo que el espectador puede relajarse y comer palomitas, eso s¨ª, sabiendo que mucho de lo que ah¨ª se cuenta en realidad nunca sucedi¨®, empezando porque la reina Carlota no fue de raza negra.