As¨ª ha cambiado el paladar de los reyes: de opulentos festines de 17 platos a la sencilla quiche de la coronaci¨®n de Carlos III
El Hotel Drouot subastar¨¢ 4.000 men¨²s imperiales, presidenciales y reales del chef Cristophe Marguin nunca antes revelados. Entre ellos, 10 men¨²s de la familia real brit¨¢nica que a Tom Parker Bowles, hijo de la reina Camila, le han valido para repasar c¨®mo han evolucionado los gustos culinarios de los monarcas
El 22 de junio de 1911, el rey Jorge V y la reina Mar¨ªa fueron coronados en la abad¨ªa de Westminster como monarcas de los dominios de la Mancomunidad Brit¨¢nica y emperadores de la India. Faltaban tres a?os para que estallase la Primera Guerra Mundial, as¨ª que fue el ¨²ltimo evento de este tipo al que asistieron representantes reales de los grandes imperios de la Europa continental en el siglo XX. Los invitados presenciaron toda la ceremonia y luego recargaron fuerzas con un opulento banquete de 17 platos. Comenzaron el almuerzo con un caldo de carne, seguido de escalopes de langosta y filetes de lenguado. Luego sirvieron pollo fr¨ªo en gelatina, codorniz a la rusa con manzanas, chuletas de cordero, pollo y lengua en ¨¢spic y jam¨®n con champi?ones, salchichas y trufa. Continuaron con huevos de chorlito, panecillos al estilo parisino y s¨¢ndwiches variados. De postre hubo jaleas de frutas con champ¨¢n, crema vienesa, boller¨ªa y pastelitos franceses. Tambi¨¦n cestas de golosinas. Y limonada y naranjada. ¡°Postre¡±, pon¨ªa al final del men¨², como si todo lo anterior no fuera suficiente postre.
La monarqu¨ªa, la gastronom¨ªa y los gustos culinarios de la realeza han cambiado mucho en el ¨²ltimo siglo. Solo hay que ver la sencillez del plato principal escogido por el bisnieto de Jorge V, Carlos III, para su men¨² de coronaci¨®n el a?o pasado: una quiche vegetariana de espinacas, habas, queso y estrag¨®n. Ofreci¨® dos platos m¨¢s (costillar de cordero asado con un adobo asi¨¢tico y berenjena aderezada con yogur y chutney con cebollas fritas) y un postre: trifle de fresa y jengibre. Ya est¨¢. La minuta del men¨² de Carlos de Inglaterra se public¨® en todas partes, pero la de su bisabuelo, escrita ¨ªntegramente en franc¨¦s, es una de las reliquias que se van a subastar en el Hotel Drouot, en Par¨ªs, el pr¨®ximo 31 de mayo. Entre los lotes cedidos por el chef franc¨¦s Cristophe Marguin se incluyen m¨¢s de 4.000 men¨²s imperiales, presidenciales y reales nunca antes revelados, como el de la coronaci¨®n de Jorge V.
Los 10 men¨²s de banquetes protagonizados por la realeza brit¨¢nica que se incluyen en la colecci¨®n de Marguin repasan la evoluci¨®n de la gastronom¨ªa real, desde una cena para la reina Victoria en Balmoral en octubre de 1885 hasta una cena servida despu¨¦s de la boda de los pr¨ªncipes de Gales en 2011. ¡°Son una lectura fascinante, una visi¨®n de m¨¢s de un siglo de comida real¡±, asegura el cr¨ªtico gastron¨®mico Tom Parker Bowles, hijo de la reina Camila, en un repaso de esas cartas publicado en el Daily Mail.
Gabriel Tschumi, por ejemplo, comenz¨® su carrera como chef con la reina Victoria y la termin¨® como cocinero personal de la reina Mar¨ªa, ¡°cuando cada comida equival¨ªa a un banquete actual¡±, seg¨²n se?ala Parker Bowles, autor de libros de cocina. Lo demuestra aquella cena en Balmoral, celebrada el 20 de octubre de 1885, en la que se sirvi¨® pat¨¦ de cabeza de ternera, trucha y rodaballo en pan rallado, croquetas de mollejas de ternera, chuletas de ciervo, pollo, carne asada, fais¨¢n, patatas fritas. De postre, sufl¨¦ de jengibre y tarta de almendras rellena de crema de vainilla y azahar. Para los que todav¨ªa ten¨ªan algo de hueco, hab¨ªa una mesa auxiliar con embutidos que inclu¨ªan lengua y carne de vaca, seg¨²n detalla la carta que se subasta el mes que viene. ¡°El men¨² era profundamente estacional, como lo eran, y lo siguen siendo, los men¨²s reales. Estaban escritos en franc¨¦s y llenos de los ingredientes de las propiedades reales. Sopas, pescados, croquetas de mollejas, asados de aves y ternera, tapas y budines. Un marat¨®n, m¨¢s que un sprint¡±, explica el hijo de la reina en el medio brit¨¢nico.
Tambi¨¦n saldr¨¢ a subasta, por un valor estimado entre 100 y 150 euros, la minuta del desayuno nupcial que ofrecieron Carlos de Inglaterra y Diana de Gales el d¨ªa de su boda, el 29 de julio de 1981, que inclu¨ªa ensalada, pollo deshuesado con piel crujiente, habas en mantequilla o fresas y cuajada, entre otros platos. Y el de la cena tras el enlace de Guillermo y Kate Middleton, el 29 de abril de 2011, por el que se estima que se pujen entre 300 y 400 euros. ¡°Tras la ceremonia en la abad¨ªa de Westminster, a la que asistieron casi 2.000 invitados, se sirvi¨® una cena en el palacio de Buckingham a 300 familiares y amigos¡±, recuerdan en la p¨¢gina web de la casa de subastas. Esos amigos, entre los que se encontraron famosos como David y Victoria Beckham, el director Guy Ritchie o el cantante Elton John, as¨ª como miembros de la realeza como la entonces reina Sof¨ªa y los todav¨ªa pr¨ªncipes Felipe y Letizia, cenaron un men¨² muy brit¨¢nico, seg¨²n lo describe Parker Bowles. Este, ya escrito en ingl¨¦s en la carta, inclu¨ªa un rollo de salm¨®n ahumado, tosta de pat¨¦ de la granja y minisalchichas en hojaldre; lomo de cordero acompa?ado de pur¨¦ de patata, chiriv¨ªa asada, zanahoria baby, guisantes y salsa. Tambi¨¦n ¡°un gui?o de buen gusto a las ra¨ªces de Berkshire de la novia¡±, considera el cr¨ªtico gastron¨®mico, en forma de un tr¨ªo de helado de miel procedente de ese condado en el que naci¨® la hoy princesa de Gales para acompa?ar ¡°el parfait de chocolate favorito de Guillermo¡±.
Estos men¨²s tambi¨¦n son un reflejo de la diplomacia entre la monarqu¨ªa brit¨¢nica y los l¨ªderes de la ¨¦poca en la que reinan. En 2007, el entonces presidente de EE UU George W. Bush organiz¨® una cena para la reina Isabel II y el pr¨ªncipe Felipe en la Casa Blanca, que inclu¨ªa sopa de guisantes y lavanda, lenguado en mantequilla o cordero en salsa de rebozuelos y verduras tiernas. Un a?o despu¨¦s, fue Isabel II la que organiz¨® una cena para el entonces presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, y su esposa, Carla Bruni, en el castillo de Windsor. El plato principal fue medall¨®n de cordero con alcachofas y habas, coliflor en salsa holandesa, zanahorias con estrag¨®n, patatas en rodajas finas y ensalada. ¡°Obs¨¦rvese la calidad de los vinos: Margaux 1961, actualmente a la venta por 2.340 libras [m¨¢s de 2.700 euros], y un magnum de Krug 1982, ahora 3.950 libras [4.580 euros]¡±, advierte Parker Bowles.
Jorge V fue marino y sus gustos culinarios eran bastante austeros. Se esmeraba en los banquetes con platos de la alta cocina francesa, como demuestra su men¨² de coronaci¨®n, pero en casa prefer¨ªa sencillas chuletas, asados y un pastel casero. ¡°O el curri, que adoraba¡±, se?ala el hijo de la reina en el art¨ªculo. Estima que el ¨²ltimo gran banquete de la vieja escuela fue el que organiz¨® el Gobierno franc¨¦s para los reyes brit¨¢nicos en abril de 1914, tres meses antes del comienzo de la gran guerra. Hubo 18 fastuosos platos, el primero sopa de tortuga. ¡°Pero a medida que las restricciones de la guerra golpeaban con fuerza, el rey Jorge y la reina Mar¨ªa estaban decididos a dar ejemplo a sus s¨²bditos. Se prohibi¨® el alcohol, para horror de la familia, el desayuno se redujo de diez platos a dos, el almuerzo se redujo a tres platos y la carne no se sirvi¨® m¨¢s de tres veces a la semana. Este fue el principio del fin de los grandes banquetes reales¡±, explica Parker Bowles. ¡°Pero el poder blando del banquete de Estado es tan importante como siempre. Y estos men¨²s son un elegante recordatorio de la ¡®diplomacia del sufl¨¦' en su m¨¢xima expresi¨®n¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.