Emma Kunz, la artista desconocida que pudo predecir la bomba at¨®mica y hoy fascina a la ¨¦lite del arte
La suiza traz¨® una extensa obra de dibujos con una riqueza visual adelantada a su ¨¦poca. Una exposici¨®n en Tabalakera de San Sebasti¨¢n contextualiza su legado con obras de otros artistas contempor¨¢neos
En 1941, la artista Emma Kunz (1892-1962) descubri¨® un tipo de polvo de las minas romanas de W¨¹renlos, al noroeste de Zurich, llamado Aion A, el cual result¨® ser un remedio para la inflamaci¨®n: con ¨¦l esta inquieta artista suiza trat¨® al hijo del due?o de aquella cantera, que sufr¨ªa polio. ¡°W¨¹renlos es un lugar poderoso en medio de la naturaleza, posee una atm¨®sfera m¨¢gica y transmite mucha energ¨ªa. La primera vez que lo visit¨¦ not¨¦ como electricidad al tocar las paredes¡±, explica Yasmine Afschar, historiadora del arte y comisaria de la exposici¨®n Universo Emma Kunz. Una visionaria en el di¨¢logo con el arte contempor¨¢neo que acoge la Tabakalera de San Sebasti¨¢n hasta el 19 de junio.
El primer contacto de Afschar con la obra Kunz fue en estas canteras, ahora conocidas como Emma Kunz Zentrum, antes de conocer sus obras de arte conceptual. ¡°Kunz se consider¨® siempre una cient¨ªfica, y la gente acud¨ªa a ella como sanadora. Adem¨¢s pose¨ªa grandes conocimientos sobre el uso medicinal de las plantas, era una gran natur¨®pata. Pero tambi¨¦n est¨¢ su faceta como artista¡±, reflexiona Afschar unas horas antes de que se inaugure la muestra.
Y no se trata de una faceta anecd¨®tica. Kunz cre¨® m¨¢s de 500 obras como herramientas para curar a sus pacientes. Pero ninguna vio la luz hasta que en 1973 ¨Conce a?os despu¨¦s de su muerte¨C se expusieron por primera vez en el centro de arte Aargauer Kunsthaus, en la localizada suiza de Aarau. D¨¦cadas despu¨¦s, tras mostrarse en la Bienal de Venecia de 2013 y posteriormente en la Serpentine Gallery de Londres en 2019, el inter¨¦s por la obra de Kunz va en aumento. ¡°La figura de Emma Kunz, que nunca se defini¨® como artista ni expuso en vida, nos permite indagar en la redefinici¨®n sobre lo que es el arte y qui¨¦nes son artistas¡±, explica Clara Montero, directora cultural de Tabakalera.
El di¨¢logo entre 40 de sus dibujos junto a la obra de 18 artistas internacionales y locales que ocupa estos d¨ªas la sala principal de Tabakalera muestra la vida y obra de Emma Kunz desde un contexto, el de la creaci¨®n contempor¨¢nea, donde cobra pleno sentido. ¡°La fascinaci¨®n por Emma Kunz es hoy mayor que nunca, podr¨ªa considerarse una artista de artistas. Como centro de creaci¨®n contempor¨¢nea, en Tabakalera no es habitual que dediquemos una exposici¨®n a una figura hist¨®rica que muri¨® hace ya 60 a?os, pero pensamos que el personaje lo merece. La exposici¨®n no solo se sumerge en la figura de Emma Kunz sino en la vigencia de sus ideas y planteamientos¡±, matiza Clara Montero. La muestra colectiva, desarrollada junto al museo Aargauer Kunsthaus con el imaginario de Kunz como eje conceptual, abarca soportes tan variopintos como el dibujo (Diego Matxinbarrena), la pintura (Agnieszka Brze?a¨½ska, Mathilde Rosier), la fotograf¨ªa (Joachim Koester), la escultura (Nora Aurrekoetxea, Goshka Macuga), instalaciones de ne¨®n (Mai-Thu Perret), proyecciones en v¨ªdeo (Shana Moulton) e incluso un juego emocional para tratar el miedo infantil de la mano de la artista brasile?a Rivane Neuenschwanders.
Etiquetar el arte de Kunz es tan complejo como su propia figura. Nacida en la campi?a de Brittnau, desde peque?a estuvo convencida de poseer capacidades clarividentes y telep¨¢ticas, y quiso ponerlas al servicio de los dem¨¢s. Sin conocimientos acad¨¦micos pero con conciencia hol¨ªstica del ser humano, trat¨® a un gran n¨²mero de pacientes a partir de preparados de hierbas y la creaci¨®n de dibujos bajo una geometr¨ªa estricta y a gran escala. La radiestesia constituy¨® la base de su trabajo, una herramienta mental por la que el individuo afirma percibir radiaciones de su alrededor a trav¨¦s de un instrumento amplificador. En el caso de Kunz se trata de un simple p¨¦ndulo formado por una cadena y dos bolas en los extremos ¨Cuna de plata y otra de jade¨C con el que captaba los est¨ªmulos el¨¦ctricos. Por medio del balanceo marcaba los puntos y l¨ªneas centrales de su trayectoria, y despu¨¦s las un¨ªa con l¨¢piz. Sobre un papel cuadriculado, Emma Kunz asignaba colores y formas que luego dibujaba y coloreaba en sesiones que duraban hasta 48 horas sin descansos.
Como resultado, la artista suiza obten¨ªa patrones con una base en forma de cruz de cuatro puntas que mutaba en infinitas y vibrantes geometr¨ªas. ¡°Mathilde Rossier, una de las artistas presentes en la muestra, vio a una persona permanecer hasta 10 minutos con los ojos cerrados delante de una de sus obras¡±, apunta Yasmine Afschar. Para la directora cultural de Tabakalera, la atracci¨®n que ejercen sus obras sobre el ojo humano posee una doble lectura: ¡°Contiene un trabajo de filigrana que invita a mirarlo muy al detalle y descubrir su creaci¨®n minuciosa. Pero tambi¨¦n podemos hacerlo con cierta distancia, para ver si somos capaces de identificar las pautas, ese orden, ritmo y energ¨ªa que Kunz buscaba¡±.
La ausencia de fechas o t¨ªtulos dificulta su cronolog¨ªa, aunque testigos cercanos apuntan a que los primeros dibujos datan de 1938 y se prologaron hasta el final de su vida. Con las bases de la abstracci¨®n que asent¨® el ensayo De lo espiritual en el arte (1911), de Vladimir Kandinsky, y la obra m¨¢s prol¨ªfica de su coterr¨¢neo Paul Klee, catalogar su arte como abstracto resultar¨ªa l¨®gico, pero la ausencia de cualquier contacto con el panorama art¨ªstico de su ¨¦poca obliga a descartar esta hip¨®tesis. ¡°Durante su vida, Emma Kunz tuvo una manera muy tradicional de entender el arte. Los ¨²nicos artistas que conoc¨ªa eran paisajistas suizos, con nociones muy cl¨¢sicas de pintura. Sus dibujos siguen un patr¨®n de abstracci¨®n y usan su mismo lenguaje geom¨¦trico pero su intenci¨®n es todo lo opuesto a esa idea abstracta y modernista de l¡¯art pour l¡¯art que cultivaban. Kunz persegu¨ªa un prop¨®sito, un objetivo¡±, explica Yasmine Afschar. Ese no era otro que sanar a sus pacientes con sus dibujos. Kunz nunca se consider¨® una artista como tal, ¡°b¨¢sicamente porque la idea convencional que ella ten¨ªa de arte no era eso¡±, concluye la comisaria.
Sin ning¨²n documento escrito de su pu?o y letra que la respalde, la teor¨ªa m¨¢s difundida relaciona las estructuras en cruz de sus dibujos con categor¨ªas morales y religiosas; lo eterno arriba, lo terrenal abajo, el mal a la izquierda y el bien a la derecha. ¡°Seg¨²n el testimonio de algunos vecinos y amigos, todo indica que Kunz tuvo cierto acercamiento al cristianismo. Esto se observa en el uso repetido de cruces que simbolizan la divisi¨®n entre lo bueno y lo malo. No obstante, este esquema tambi¨¦n invita a pensar en la relaci¨®n entre el hombre y la mujer, o el de la propia vida con el cosmos¡±, se?ala Yasmine Afschar.
La teor¨ªa m¨¢s descabellada lleva directamente a su obra No. 20, que Kunz produjo tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial. El centenar de rayos rojos que atraviesan dos l¨ªneas gruesas y negras podr¨ªa ser la interpretaci¨®n que Kunz percibi¨® con su p¨¦ndulo acerca del futuro que deparar¨ªa el conflicto b¨¦lico. Contempor¨¢neos se aventuran a interpretarla como su manera de predecir que un arma con el potencial de destruir el mundo estaba a punto de crearse. ¡°S¨ª, a menudo se cree que est¨¢ relacionada con las bombas at¨®micas que detonaron en Jap¨®n en 1945, pero son solo hip¨®tesis¡±, apunta Yasmine Afschar.
La carga metaf¨ªsica de su obra, y una posible vinculaci¨®n al esoterismo y m¨¦todos pseudocient¨ªficos que hicieron estragos en la primera mitad del siglo XX, han inscrito la obra de Kunz junto al de otras figuras femeninas que tambi¨¦n ejercieron de m¨¦dium a trav¨¦s de su arte, como Georgiana Houghton, Agnes Martin o Hilma af Klint. Con esta ¨²ltima guarda otro paralelismo. A pesar de tener formaci¨®n acad¨¦mica y cultivar la abstracci¨®n antes que Kandinsky o Mondrian, Af Klint quiso por voluntad expresa que su obra no fuera expuesta hasta 20 a?os despu¨¦s de su muerte. Junto a todas ellas, Emma Kunz forma parte de esa extensa lista de mujeres artistas y pioneras que todav¨ªa no ocupan su merecido lugar en los libros de arte.
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