¡®Criaturas vulnerables¡¯: el origen y la propagaci¨®n de las epidemias a trav¨¦s de la obra de nueve artistas internacionales
La muestra, que estar¨¢ hasta el 18 de septiembre en La casa encendida (Madrid), reflexiona sobre c¨®mo las enfermedades infecciosas siguen formando parte de nuestro d¨ªa a d¨ªa. ¡°Casos como el de la viruela del mono apuntan hacia un incremento en las crisis epidemiol¨®gicas en todo el mundo¡±, afirman sus comisarios
En la ciudad norteamericana de San Francisco, una de las m¨¢s afectadas en las primeras etapas de la crisis del VIH/sida, se multiplicaron los desahucios aprovechando la enfermedad de muchos de los inquilinos, lo que aceler¨® el proceso de gentrificaci¨®n de ciertos barrios. Mucho antes, en la Holanda del siglo XVII, durante la fiebre especulativa del bulbo del tulip¨¢n, las variedades m¨¢s apreciadas de ...
En la ciudad norteamericana de San Francisco, una de las m¨¢s afectadas en las primeras etapas de la crisis del VIH/sida, se multiplicaron los desahucios aprovechando la enfermedad de muchos de los inquilinos, lo que aceler¨® el proceso de gentrificaci¨®n de ciertos barrios. Mucho antes, en la Holanda del siglo XVII, durante la fiebre especulativa del bulbo del tulip¨¢n, las variedades m¨¢s apreciadas de la flor eran las llamadas ¡°rotas¡±, caracterizadas por sus p¨¦talos surcados por bellos dibujos de llamas y estr¨ªas: en 1928 se descubrir¨ªa que los tulipanes ¡°rotos¡± estaban en realidad infectados por un virus, y los Pa¨ªses Bajos prohibieron su cultivo por poner en peligro la pureza de las especies supuestamente aut¨®ctonas.
Son dos historias que hablan de c¨®mo el origen y la propagaci¨®n de las epidemias no son cuestiones estrictamente sanitarias, sino que mantienen relaciones de ida y vuelta con factores sociales, pol¨ªticos y econ¨®micos. La exposici¨®n Criaturas vulnerables (hasta el 18 de septiembre en La Casa Encendida, Madrid), que comisar¨ªan Andrea Bagnato e Iv¨¢n L. Munuera, recoge estos y otros casos a trav¨¦s de la obra de nueve artistas que trabajan desde distintos enfoques y or¨ªgenes geogr¨¢ficos. Todos ellos tienen en com¨²n la reflexi¨®n sobre los v¨ªnculos entre las enfermedades infecciosas y un conjunto de elementos que incluyen el medio ambiente, los movimientos migratorios, los h¨¢bitats dom¨¦sticos, las infraestructuras urbanas o los conflictos territoriales.
¡°Exploramos c¨®mo la reciente crisis de la covid-19 no es ¨²nica ni extraordinaria¡±, explica Iv¨¢n L. Munuera. ¡°Por un lado, las enfermedades infecciosas siguen siendo la primera causa de mortandad en varias geograf¨ªas. Y, por otro, las epidemias siguen formando parte de nuestro d¨ªa a d¨ªa. Es m¨¢s, casos tan actuales como el de la viruela del mono apuntan hacia un incremento en las crisis epidemiol¨®gicas en todo el mundo¡±. En este caso, los medios de comunicaci¨®n han tendido a asociar el brote a la poblaci¨®n LGTBI, repitiendo esquemas estigmatizadores ya aplicados en la crisis del sida, mientras se hablaba mucho menos de las causas por las que la infecci¨®n de los simios se ha trasladado a la poblaci¨®n humana: ¡°En realidad la viruela del mono, al igual que la enfermedad de Lyme, se asocia con la devastaci¨®n ecol¨®gica y la p¨¦rdida de los h¨¢bitats naturales. La deforestaci¨®n para cultivos intensivos o la urbanizaci¨®n de reservas naturales han incrementado esos saltos zoon¨®ticos [de los animales a los humanos] en los virus¡±.
Desde esta perspectiva, el espectador se convierte en la criatura vulnerable del t¨ªtulo. ¡°La idea es hablar de la vulnerabilidad, pero no solo de especies humanas sino tambi¨¦n no humanas¡±, aclaran los comisarios. ¡°Y no necesariamente lo hacemos desde un punto de vista negativo o que resulte f¨²nebre, sino que a menudo hemos optado por el ingenio y el humor¡±. Por ejemplo, una de las piezas, firmada por el norteamericano Michael Wang, es una gran instalaci¨®n en forma de corona con novecientos bulbos de tulip¨¢n plantados sobre el suelo. La tercera parte de ellos est¨¢n infectados con el virus que les aporta su caracter¨ªstico aspecto flam¨ªgero una vez hayan florecido. El virus se transmitir¨¢ entre las plantas pero no a los visitantes humanos, que no corren riesgo por su exposici¨®n a ¨¦l.
La relaci¨®n entre el espacio, la arquitectura y las epidemias constituye un fruct¨ªfero campo de estudio en el que destaca la autora espa?ola Beatriz Colomina, que en su libro X-Ray Architecture (2017) analizaba c¨®mo la arquitectura moderna afront¨® el fen¨®meno de la tuberculosis en un momento en el que el mundo estaba obsesionado con esta enfermedad. Una situaci¨®n en la que ahora no cuesta hallar analog¨ªas con la covid. Colomina fue la directora de tesis de Iv¨¢n L. Munuera durante su doctorado en arquitectura en la universidad de Princeton, y despu¨¦s ambos han compartido clases y proyectos. ¡°Beatriz es mi amiga, mi c¨®mplice y una aut¨¦ntica referencia¡±, a?ade Munuera. ¡°Sus trabajos en torno a la tuberculosis me permitieron encontrar en ella una interlocutora de una incre¨ªble generosidad acad¨¦mica¡±.
Por otro lado, la covid gener¨® en sus inicios interesantes debates acerca de qu¨¦ hab¨ªa fallado en las viviendas y c¨®mo estas deber¨ªan repensarse para mantener a salvo a sus habitantes. Aunque la muestra de La Casa Encendida comenz¨® a prepararse antes de la explosi¨®n pand¨¦mica, est¨¢ atravesada por muchas de estas reflexiones. As¨ª, en el trabajo de C+ arquitectas (Nerea Calvillo y Manuel Alba Montes), el aire que respiramos se solidifica dentro de una columna transparente para evidenciar su contenido, que incluye virus y poluci¨®n. Y la maqueta del colectivo (all)zone, estudio de arquitectura con sede en Bangkok, imagina c¨®mo deber¨ªa configurarse una vivienda apta para cualquier tipo de convivencias y unidades dom¨¦sticas, favoreciendo la salubridad y tambi¨¦n la realizaci¨®n de cuarentenas cuando sea necesario. ¡°Piezas como estas hablan del trauma de la covid y de las urgencias que la pandemia ha subrayado¡±, explica Munuera. ¡°Cuando nos confinaron, se extendi¨® la idea de que qued¨¢ndonos en casa estar¨ªamos seguros, cuando para la gente v¨ªctima de violencia dom¨¦stica, por ejemplo, la casa no suele ser en absoluto un lugar seguro¡±. Ese peligro se materializa en la pieza de la artista italiana afincada en Berl¨ªn Monica Bonvicini, un dildo anat¨®micamente realista realizado en un material tan delicado como el cristal de Murano. El comisario argumenta as¨ª su inclusi¨®n en la muestra: ¡°Esta obra trata sobre todo de la masculinidad t¨®xica. Un dildo de cristal es algo muy fr¨¢gil, como lo es la propia masculinidad¡±.
Aunque falleciera en 1993 a consecuencia de complicaciones derivadas del VIH, puede identificarse en las obras del artista cordob¨¦s Pepe Espali¨² referencias avant la lettre a la covid. Sus m¨¢scaras de cuero, que originalmente alud¨ªan a la identidad configurada como una superposici¨®n de rostros que ocultan otros rostros, adquieren ahora nuevas connotaciones porque tendemos a relacionarlas inconscientemente con las mascarillas quir¨²rgicas que se han integrado en nuestra vida cotidiana. ¡°Espali¨² fue pionero en hablar de la fragilidad y del cuidado mutuo en relaci¨®n con el sida¡±, se?alan los comisarios.
Por otro lado, las conexiones entre el colonialismo y la propagaci¨®n de enfermedades quedan de manifiesto en la obra de Pratchaya Phinthong; I??l E?rikavuk se atreve a explorar desde la iron¨ªa las concomitancias entre epidemia, terrorismo y migraci¨®n; y Himali Singh Soin vincula geolog¨ªa y contagio, mientras que P. Staff se centra en la idea del contagio como amenaza para el orden social establecido.
Como consecuencia de su proyecto Vulnerable Beings ¨Cun programa de conferencias y mesas redondas organizado en el museo MAAT de Lisboa el a?o pasado que a su vez sirvi¨® de germen para la exposici¨®n de La Casa Encendida¨C, Munuera y Bagnato han desarrollado un lexic¨®n con diversos t¨¦rminos que ilustran sobre todas estas cuestiones y profundizan en ellas, desde ¡°activismo¡± (con especial atenci¨®n a la labor de la asociaci¨®n de lucha contra el sida ACT UP) hasta ¡°viajero¡± (porque viajar aumenta la consciencia sobre de nuestra propia vulnerabilidad y la de nuestro medio).
La exposici¨®n no realiza una llamada al enclaustramiento o la profilaxis extrema, sino que invita a relacionarnos desde nuestro reconocimiento como criaturas vulnerables. As¨ª lo manifiestan los comisarios: ¡°Los artistas reivindican el contacto como condici¨®n no solo necesaria, sino deseable. Lo que no podemos aceptar es que la naturaleza est¨¦ al servicio de los humanos. De lo que se trata es de reconocer la vulnerabilidad de nuestros h¨¢bitats, y a partir de ah¨ª encontrar otras formas de coexistencia¡±.