Carteler¨ªa pand¨¦mica: los fantasmas de las epidemias pasadas

Las circunstancias sociales e hist¨®ricas tienen un impacto inevitable en el arte de cada tiempo. Igual que hoy contemplamos fascinados la presencia persistente de la imaginer¨ªa mortuoria, los esqueletos o la propia Parca en el arte medieval de la Europa asolada por la peste negra, qui¨¦n sabe si habr¨¢ generaciones en el futuro que se dediquen a estudiar, por ejemplo, los memes de los portadores de ata¨²des ghaneses como icono, desde el humor, de la resistencia de esta ¨¦poca contra el coronavirus.

Como ocurre con el arte, la comunicaci¨®n tambi¨¦n cambia en funci¨®n del p¨²blico del momento. Antes, para que el alcance de los mensajes fuera universal, los dise?adores deb¨ªan tener claro que no todo el mundo estaba alfabetizado y dar con soluciones visuales impactantes, que cumplieran su prop¨®sito de concienciar sobre la amenaza a la que se enfrentaban. Y, adem¨¢s de meter en el cuerpo esa dosis de miedo tan ¨²til para la supervivencia y autoconservaci¨®n personal, tambi¨¦n ofrecer la informaci¨®n adecuada sobre c¨®mo protegerse y qu¨¦ medidas tomar para evitar propagaciones. La siguiente selecci¨®n recoge algunas muestras de c¨®mo diferentes gobiernos, ¨®rganos y plataformas del mundo han enfrentado, desde el punto de vista gr¨¢fico, epidemias como la c¨®lera, la gripe de 1918 (mal llamada gripe espa?ola) o el sida a lo largo del siglo XX.

Vigila esa tos, camarada

La Uni¨®n Sovi¨¦tica fue vanguardia en muchos ¨¢mbitos; desde luego, entre ellos estuvo la propaganda, elevada a la categor¨ªa de arte. Adem¨¢s de sentar las bases del montaje y lenguaje cinematogr¨¢fico de la mano de directores como Kuleshov o Eisenstein, tambi¨¦n su potente carteler¨ªa es carne de coleccionista. Sirva para ilustrarlo esta advertencia sobre los peligros de la tuberculosis, que recupera la inquietante figura del m¨¦dico de la peste negra, con su caracter¨ªstica m¨¢scara picuda. Junto a ¨¦l, el mensaje ¡°?Te has lavado mal las manos? Teme, camarada, los bacilos de Koch¡±, en referencia a Robert Koch, descubridor de la enfermedad.

Como una regadera

Las part¨ªculas que se expulsan a trav¨¦s de un estornudo pueden alcanzar los 160 kil¨®metros por hora. Por tanto, ya puestos, es posible que un aspersor humano hubiese sido una referencia a¨²n m¨¢s cercana a la realidad que una nariz y boca regaderas, aunque este mensaje sobre las enfermedades que puede transmitir una ducha no solicitada, aparecido en 1918 en un bolet¨ªn del Departamento de Salud de Nueva York, es inequ¨ªvoco.

Amable llamada al civismo

Que la espada de Damocles del escarnio p¨²blico penda sobre quien se atreva siquiera a pensar escupir en la calle, advierte este cartel brit¨¢nico que recurre a la efectiva amenaza de la presi¨®n social para prevenir la propagaci¨®n de la tuberculosis. La polic¨ªa de balc¨®n no se ha inventado ahora.

Causa de muerte: iron¨ªa

Es recomendable que las campa?as de salud den indicaciones claras y muy visuales sobre lo que se debe hacer, pero tampoco es una regla fija, como concluy¨® el creativo autor de estas vi?etas estadounidenses de los a?os 40 contra la gripe. Bajo el r¨®tulo ¡°C¨®mo morir antes de tiempo, o c¨®mo coger la gripe¡±, la p¨¢gina ofrece instrucciones muy precisas para contraer la enfermedad: comer como un cerdo, dormir desnudo con la ventana abierta en invierno y, en vez de ir al matasanos, autodiagnosticarse.

La enfermedad es el fascismo

Una inteligente muestra de sinergia: en vez de concienciar a la sociedad estadounidense, por un lado, de la obligaci¨®n de combatir los reg¨ªmenes totalitarios de Alemania y Jap¨®n, y, por otro, de la necesidad de cuidar la higiene, se hacen las dos cosas a la vez y se quita uno todos los problemas. En las im¨¢genes, el emperador Hirohito (izquierda) y Adolf Hitler (derecha) ¡ªtras atravesar ambos un proceso similar al descrito en La metamorfosis de Kafka¡ª en una advertencia sobre los peligros de una plaga de pulgas, posibles transmisoras del tifus o la peste.

El apret¨®n en los tiempos del c¨®lera

La Rep¨²blica Popular China ha demostrado contundencia a la hora de frenar la propagaci¨®n del coronavirus, si bien ahora no parece haber sido capaz de ofrecer un cartel tan alucinante como este de 1955, escatol¨®gica instancia a guardar las formas para los habitantes de las zonas rurales, a fin de contener el brote de c¨®lera. Vomitar y defecar (sea con alternancia o sea al mismo tiempo, como el sufrido hombre de la imagen), mejor, en casa.

El h¨¦roe que necesitamos

Al hablar de epidemias, muchas veces se tiende a invisibilizar la del sida, como si se tratase de un vergonzoso tab¨² solo relacionado a ¨¢mbitos marginales de la sociedad y no de una enfermedad muy universal que, hasta la fecha, ha quitado la vida a 35 millones de personas. Las poderosas campa?as de prevenci¨®n puestas en marcha desde la detecci¨®n de los primeros casos en Estados Unidos a principios de los 80 jugaron, seg¨²n los expertos, un papel absolutamente clave para contener el virus en Occidente. En la imagen, El Hombre Cond¨®n, personaje creado en Australia con caracter¨ªsticas marcadamente abor¨ªgenes para apelar tambi¨¦n a la comunidad de descendientes del pueblo originario.

Contra el estigma

Tan importante como prevenir una enfermedad es no abandonar a las v¨ªctimas a su suerte, garantizar en la medida de lo posible su calidad de vida y, tambi¨¦n, no dejar que caiga sobre ellas un manto de estigma y desinformaci¨®n. Para evitar que los ni?os nacidos con el virus del sida sufrieran una discriminaci¨®n por parte de sus compa?eros o de los propios padres de los alumnos, se pusieron en marcha carteles como el que aparece sobre estas l¨ªneas, de Estados Unidos, que explicaban que la enfermedad no se transmite mediante el contacto f¨ªsico o a trav¨¦s de la saliva. En Espa?a, el ejemplo m¨¢s representativo en la lucha por la concienciaci¨®n y contra la exclusi¨®n fue un cap¨ªtulo de la serie Farmacia de guardia, emitido en 1992, donde se presentaba a una ni?a con sida que sufr¨ªa acoso escolar.

Qu¨¦date en casa y cuida de los tuyos

El ejercicio de comunicaci¨®n contra la actual Covid-19 est¨¢ teniendo una forma mucho m¨¢s prosaica, con manuales, dossiers y protocolos de actuaci¨®n primando sobre estrategias visuales (como ejemplo, en Espa?a, el austero mensaje institucional ¡°Este virus lo paramos unidos¡± en letras negras sobre fondo blanco). En su lugar, las redes sociales se han convertido en una v¨ªa importante para la transmisi¨®n de mensajes e informaci¨®n.

A esta labor han contribuido desde dise?adores gr¨¢ficos ¡ªa veces bajo el paraguas de un proyecto colectivo¡ª hasta celebridades, como Liam Gallagher, el excantante de Oasis, que ofreci¨® trucos para lavarse adecuadamente las manos con estribillos actualizados de su antigua banda. O el actor y exgobernador de California Arnold Schwarzenegger, que se grab¨® un v¨ªdeo desde casa junto a su pony Whiskey, su burro Lulu y su perra Cherry para alertar del deber de confinarse para protegerse y de ¡°escuchar a los expertos e ignorar a los idiotas¡±. Esto ¨²ltimo, probablemente, una velada referencia a su enemigo declarado, el presidente Trump, desautorizado esta semana por la comunidad cient¨ªfica y sanitaria tras sugerir que el virus puede curarse con luz solar y una inyecci¨®n de desinfectante.