El apartamento m¨¢s radical de Florencia est¨¢ en una villa de los Medicis
Guillermo Santom¨¢, estrella del nuevo dise?o espa?ol, ha concebido una vivienda a las afueras de Florencia con estratos temporales, materiales c¨¢lidos e inesperados golpes de luz
En la documentaci¨®n del proyecto que el arquitecto Guillermo Santom¨¤ (Barcelona, 36 a?os) present¨® para la reforma de la vivienda de uno de sus clientes hab¨ªa varias im¨¢genes muy reveladoras. Por ejemplo, una ilustraci¨®n que muestra un monol¨ªtico edificio racionalista enclavado en un paisaje rocoso digno de ilustrar las teor¨ªas sobre lo sublime en el Romanticismo alem¨¢n. Tambi¨¦n hab¨ªa una fotograf¨ªa de una escultura en bronce iluminada por luces fosforescentes y ejemplos de la propia obra de Santom¨¤: sus estructuras org¨¢nicas, como grandes cris¨¢lidas, o la cama que parec¨ªa derretirse en uno de los salones del Museo Cerralbo durante su intervenci¨®n en 2019. ¡°La no diferenciaci¨®n entre lo natural y lo artificial, el paisaje como una sucesi¨®n de capas, la arquitectura como geolog¨ªa¡±, enumera el nombre m¨¢s deslumbrante del joven dise?o espa?ol cuando le pedimos que explique sus referencias. ¡°Todos los materiales con los que construimos vienen de la naturaleza. Son los mismos componentes con otras formas¡±.
En el espacio que ilustra estas p¨¢ginas, a la materia y la naturaleza hay que a?adir un ingrediente m¨¢s: la historia. Es la nueva vivienda de un cineasta y se encuentra en la tercera planta de la Villa di Marignolle, una suntuosa construcci¨®n en la monta?a de Marignolle, a las afueras de Florencia, la cual puede presumir del adjetivo m¨¢s codiciado en el cat¨¢logo inmobiliario de la zona.
Es una villa medicea, es decir, perteneciente a la poderosa familia, que la convirti¨® en su ¨²nica residencia en esta zona de la ciudad en el siglo XVI. De los tiempos de Francesco de Medici conserva la estructura del jard¨ªn, donde sobreviven cipreses centenarios, y una gran fachada, blanca y sobria, que ha sufrido pocas modificaciones. Entre el siglo XVII y el XIX perteneci¨® a la familia Capponi, y posteriormente pas¨® a distintas dinast¨ªas de arist¨®cratas y anticuarios.
Actualmente es un edificio privado y un monumento que no se puede visitar, compartimentado en espacios como el que adquiri¨® el cliente de Santom¨¢. Cuando lleg¨® all¨ª, el barcelon¨¦s se encontr¨® con una joya dentro de otra joya: una reforma de los a?os setenta, ¡°muy acertada y con mucho car¨¢cter¡±, que hab¨ªa ideado un segundo nivel en el espacio di¨¢fano a trav¨¦s de estructuras arquitect¨®nicas de ra¨ªz cl¨¢sica forradas de madera. Las columnas y las formas curvas componen una suerte de escenograf¨ªa interior que aprovecha la imponente altura del espacio a trav¨¦s de escaleras, balaustradas y peque?os balcones dom¨¦sticos y convierte la estancia en un espacio a medio camino entre un loft y un escenario teatral.
Una materia prima irresistible para un arquitecto, dise?ador y artista aficionado a introducir po¨¦ticos toques de desconcierto y surrealismo en lo cotidiano, que concibe el cromatismo casi como un dise?ador de videojuegos y que ha sabido llevar la plasticidad exuberante del barroco al cuadril¨¢tero del siglo XXI.
¡°Quise descontextualizar algunos elementos y darles una capa m¨¢s¡±, explica. ¡°Este proyecto es m¨¢s bien una continuaci¨®n que se superpone por capas al edificio original y a la reforma de los setenta, con la idea de que no quede clara la frontera entre una y otra, entre lo que es original y lo que no. Es un proyecto que se camufla, que no destruye nada, que construye, depura, superpone y modifica la funcionalidad de los espacios¡±.
Un ejemplo: la moqueta beis se expande como tapicer¨ªa en el sof¨¢, la cama (cubierta por una manta de pelo dise?ada a medida) y la mesa del comedor, que replica las formas circulares del espacio. El terciopelo de las cortinas es azul el¨¦ctrico y remite a los tonos saturados y teatrales que caracterizan la obra de Santom¨¤, de su intervenci¨®n en el Cerralbo a su propia casa en Barcelona, un fabuloso derroche de sensibilidad espacial y crom¨¢tica que propuls¨® su fama y apuntal¨® su estilo.
Sin embargo, nada m¨¢s lejos del historicismo. Varios detalles confirman que estamos ante una vivienda de 2023. En uno de los espacios superiores, un jard¨ªn interior traduce a su modo el equilibrio del exterior. ¡°La vivienda tiene ventanas grandes, pero no acceso directo al jard¨ªn, as¨ª que hemos creado una especie de invernadero interno¡±, explica Santom¨¢. El gimnasio, cuenta, es otro espacio l¨²dico. ¡°Llevaba tiempo con ganas de hacer un gimnasio y, cuando se lo propuse al cliente, le encant¨® la idea¡±.
Pocas cosas m¨¢s renacentistas que cultivar el cuerpo y el esp¨ªritu. Y pocos elementos hay tan ilustrativos del estilo de Santom¨¢ como la escultura lum¨ªnica que pende del alt¨ªsimo techo con vigas de la estancia, y que es una pieza de metacrilato macizo compuesta a partir del material sobrante de la elaboraci¨®n industrial de mamparas. El resultado, como todo en Santom¨¢, es un h¨ªbrido inquietante y po¨¦tico, cuyos cables se desparraman por el suelo como en una instalaci¨®n art¨ªstica o la habitaci¨®n de un gamer. Lo mismo sucede con la mesa de trabajo que revela que el propietario de este apartamento se dedica al cine. Todo aqu¨ª respira ambici¨®n art¨ªstica y calidez dom¨¦stica, una s¨ªntesis que no hubiera desagradado a aquella generaci¨®n de mecenas que entendi¨® que, para proteger el arte, primero hab¨ªa que escuchar a los artistas.
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