Un espa?ol triunfa en Roma: las mejores im¨¢genes de los ensayos de Ignasi Monreal para el ballet ¡®La bayadera¡¯
El artista y escen¨®grafo super¨® desaf¨ªos t¨¦cnicos y emocionales para crear una escenograf¨ªa ¨²nica con amapolas gigantes, que, como su anterior aventura en ¡®El lago de los cisnes¡¯, surgieron de su iPad
El pasado 23 de febrero, los miembros del ballet La bayadera asistieron al primer ensayo general en el Teatro dell¡¯Opera de Roma. Faltaban solo dos d¨ªas para el estreno e Ignasi Monreal (Barcelona, 32 a?os) iba por fin a ver a los bailarines dar sus pasos en la escenograf¨ªa en la que llevaba tres a?os trabajando. El ensayo hab¨ªa comenzado¡ ¡°?Fue un caos!¡±, cuenta por tel¨¦fono semanas despu¨¦s.
¡°Hubo un problema con las luces y las amapolas gigantes que hice para uno de los decorados no produc¨ªan el efecto on¨ªrico requerido por la escena m¨¢s importante: esa en la que, embriagado por el opio, el guerrero indio Solor se adentra en el Reino de las Sombras y se encuentra con el espectro de Nikiya, la bayadera a la que ha traicionado prometi¨¦ndose con la hija del raj¨¢. Las bailarinas que acompa?an a Nikiya lograron bajar la empinada rampa que atravesaba las amapolas, pero a algunas les estorbaba una parte del decorado y hubo que recortarlo¡±. Monreal y el resto del equipo trabajaron a toda prisa, apurando las escasas horas laborales (¡°no nos hubieran dejado seguir fuera del horario de trabajo¡±) que faltaban hasta el gran d¨ªa.
Esa extra?a fuerza que en el mundo del teatro hace que todo termine solucion¨¢ndose demor¨® sus efectos hasta el ¨²ltimo momento. El estreno fue un ¨¦xito y Monreal, insomne desde hac¨ªa dos semanas, sali¨® al escenario a recibir la gran ovaci¨®n del p¨²blico con los miembros de la compa?¨ªa. All¨ª estaba tambi¨¦n su novio, el bailar¨ªn franc¨¦s Benjamin Pech, core¨®grafo de esta nueva versi¨®n del ballet originalmente dise?ado por Marius Petipa, con m¨²sica de Ludwig Minkus.
¡°De ni?o Benjamin particip¨® en La bayadera que cre¨® Nureyev para la ?pera de Par¨ªs poco antes de morir de sida. Fue la primera vez que bail¨® en un escenario¡±, explica Monreal. ¡°Nureyev hab¨ªa huido de la URSS y ahora Olga Smirnova, nuestra Nikiya, ha tenido que escapar de Rusia por la guerra en Ucrania¡±, a?ade. Isabelle Gu¨¦rin interpret¨® a la Nikiya de Nureyev y ha asesorado a los bailarines del de Pech. Tambi¨¦n ha repetido Vinicio Cheli, responsable de iluminar la escenograf¨ªa de ambas producciones. Para Monreal, el reto fue no dejarse arrastrar al pasado. ¡°Esas coincidencias con el ballet de Nureyev han sido muy emotivas, pero yo quise crear una escenograf¨ªa nueva, sin repetir los c¨®digos de siempre. El Reino de las Sombras, por ejemplo, tradicionalmente se representa como una jungla con el Everest de fondo y yo prefer¨ª ambientar el viaje de opio de Solor con unas amapolas gigantescas. Tambi¨¦n ped¨ª que no pintaran a los bailarines de marr¨®n¡±.
Las amapolas y todo lo dem¨¢s salieron de su iPad, la herramienta con la que hace a?os conquist¨® el mundo de la moda como ilustrador de Gucci o Dior. Fue tambi¨¦n lo que utiliz¨® en 2021 para crear el decorado digital de El lago de los cisnes, su primer trabajo como escen¨®grafo de la ?pera de Roma. ¡°Mi chico me dijo que como por culpa de la pandemia el ballet se representar¨ªa al aire libre y la escenograf¨ªa estar¨ªa limitada a una pantalla, iban a tener que usar la imagen de un lago sacada de Google. Quer¨ªa picarme y lo consigui¨®. Le dije: ¡®?De eso nada! Que se lo hac¨ªa yo¡±.
La novedad es que esta vez sus dibujos se han materializado. Monreal quer¨ªa recuperar para La bayadera la t¨¦cnica de los telones pintados a mano en el suelo, un arte que ya solo practican los laboratorios de escenograf¨ªa de la ?pera de Palermo y de Roma. Fue en este ¨²ltimo lugar donde sus dise?os saltaron al lienzo. ¡°Primero me dijeron que era imposible, pero los artesanos del Laboratorio ten¨ªan tantas ganas de volver a crear una escenograf¨ªa desde cero que decidieron intentarlo. Normalmente ya solo se dedican a restaurar¡±.
Ignasi guarda como oro en pa?o el recuerdo de los d¨ªas de trabajo con estos artesanos, custodios de un oficio de capa ca¨ªda al que, sin embargo, uno de esos giros del caleidoscopio de los gustos podr¨ªa volver a poner de moda. De momento, ¨¦l prepara un documental sobre su experiencia all¨ª con la productora Canada. ¡°El lugar en s¨ª es incre¨ªble. Est¨¢ en una antigua f¨¢brica de pasta y no tengo claro que sepan todo lo que hay all¨ª dentro. Un d¨ªa me top¨¦ de bruces con el vestuario de Picasso para El sombrero de tres picos. Otra vez uno de los artesanos se puso a cocinar pasta all¡¯amatriciana en la sala de pigmentos. Son cosas que solo pasan en Roma¡±. Tampoco ocurre en otra parte que el s¨®tano contenga las ruinas de un templo de Mitra. ?He ah¨ª al deus ex machina que salv¨® a La bayadera?
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