En el apartamento ¡®mohoso¡¯ de Harry Nuriev: ¡°Vivimos en un mundo tan pulido que todo parece un escenario. ?Qu¨¦ hay de las ruinas?¡±
La casa parisiense del provocador artista, uno de los nombres m¨¢s influyentes de la escena internacional, es toda una declaraci¨®n de intenciones. Nada es lo que parece y consigue elevar los materiales cotidianos a la categor¨ªa de arte
¡°?Creo que Harry no est¨¢!¡±, nos avisa la portera desde el rellano de la escalera entre el cuarto y el quinto piso de un t¨ªpico edificio de Saint-Germain-des-Pr¨¦s, en una calle tranquila de este barrio elegante y tur¨ªstico lleno de iconos parisienses: el Caf¨¦ de Flore, Les Deux Magots o la Brasserie Lipp. Pero el costumbrismo termina cuando Nuriev abre la puerta, atravesamos un despacho decorado con mobiliario de cart¨®n y pasamos al sal¨®n. Sobre nuestras cabezas, una enorme l¨¢mpara de luz continua ocupa casi todo techo; al fondo, un gran espejo cuyo marco negro est¨¢ hecho con teclados de ordenador viejos descansa contra la pared, y domina el centro de la habitaci¨®n un sof¨¢ semicircular estampado con tapices de Gobelinos que Nuriev cre¨® para una exposici¨®n reciente en el Mobilier National. Pero nada est¨¢ hecho para permanecer en este apartamento. Unas semanas despu¨¦s, cuando nuestro fot¨®grafo lo visita, los muebles aparecen envueltos en tela blanca y cinta adhesiva, un look que contrasta con la tarima antigua y las paredes desconchadas y aparentemente llenas de moho.
¡°Este no solo es mi estudio sino tambi¨¦n donde vivo¡±, explica Harry Nuriev (Stavropol, Rusia, 1984), uno de los nombres m¨¢s influyentes de la escena internacional del dise?o de vanguardia, y desde hace tres a?os vecino de la capital del Sena, adonde lleg¨® desde Nueva York. ¡°Me obligu¨¦ a vivir aqu¨ª como una especie de compromiso con lo que hago¡±, afirma. Ahora mismo, investiga en su teor¨ªa del ¡°transformismo¡±, basada en que no existe lo nuevo y todo es crear a partir de algo preexistente. ¡°Es una especie de futuro alternativo, una visi¨®n apocal¨ªptica. Ahora estoy trabajando en el manifiesto, buscando las palabras adecuadas¡±, precisa.
Con su tez aceitunada, ojos verdes, ropa ancha y melena rizada con restos de decolorado, Nuriev tiene aspecto de gur¨². Habla con voz suave y se refiere a su ¡°pr¨¢ctica¡± antes que a sillas, mesas o colaboraciones determinadas, pero su productividad es como m¨ªnimo envidiable. Est¨¢ preparando tres exposiciones en solitario y su oficina de dise?o, Crosby Studios, lleva una d¨¦cada desarrollando mobiliario, interiores, instalaciones y proyectos digitales para nombres insoslayables como Balenciaga, Nike o Rem Koolhaas. Nuriev no parece tener inter¨¦s en los compartimientos estancos. En el ¨²ltimo Salone de Mil¨¢n, envolvi¨® sof¨¢s del fabricante de mobiliario italiano Poltronova con pl¨¢stico biodegradable negro, como el que usan los agricultores para proteger la tierra, algo parecido a lo que ha hecho despu¨¦s en su apartamento.
Poltronova tiene en su archivo colaboraciones con algunos de los dise?adores que revolucionaron la disciplina en los a?os sesenta y setenta, herencia que conecta a Nuriev con nombres hist¨®ricos como Archizoom o Ettore Sottsass. Pero ¨¦l no trabaja con referencias, digamos, inmediatas: ¡°Si recurro a lo que ha ocurrido antes, pienso m¨¢s bien en los primeros casos de reciclaje, como cuando en el siglo I constru¨ªan iglesias con restos de otros edificios. O pienso en Brunelleschi¡±, dice. Se define como artista: ¡°Para m¨ª, lo primero no es necesariamente pensar en la funci¨®n, aunque tenga formaci¨®n como arquitecto¡±. Tampoco quiere saber nada de categor¨ªas. ¡°Y me encantar¨ªa que la gente joven tampoco las tuviera en cuenta¡±, suspira.
All¨¢ por 2017, el New York Times dijo de Harry Nuriev que era ¡°el dise?ador de la generaci¨®n Instagram¡± gracias a su uso primigenio del rosa millennial, los arcos posmodernos o la contundencia de los ¨¢ngulos met¨¢licos de gusto a?os setenta. ?l se encoge de hombros: ¡°Estaba concentrado en cambiar de proyecto en proyecto, intentando retarme a m¨ª mismo, a mis clientes y a mi equipo¡±. R¨¢pido y de imaginaci¨®n f¨¦rtil, casi todo lo que hace Nuriev es imitado despu¨¦s, en parte, precisamente, gracias a Instagram. ?Ha cambiado en algo su trabajo la eclosi¨®n de las redes sociales? ¡°No tengo nada con lo que comparar porque cuando naci¨® Crosby Studios, en 2013, ya est¨¢bamos en la era de Instagram. No lo pod¨ªas evitar. ?Que si Instagram ayuda? Pues supongo que s¨ª, no lo s¨¦¡±.
En cualquier caso, sostiene, vamos tarde con las cr¨ªticas: ¡°Incluso la Met Gala ya est¨¢ hecha para Instagram. No creo ni que sigan haciendo v¨ªdeos horizontales, todo est¨¢ pensado para reels...¡±, afirma. Hay algo totalmente contempor¨¢neo en su naturalidad a la hora de asumir la inmediatez y, a la vez, rechazarla: ¡°Creo que la lentitud es la nueva rapidez. Y lo viejo es lo nuevo... nuevo. No me interesa mucho lo nuevo en realidad. Vivimos en un mundo tan pulido que todo parece un escenario. ?Qu¨¦ hay de las ruinas? ?Y qu¨¦ hay de tu libro favorito, viejo y lleno de manchas?¡±, pregunta.
Su apartamento es el mejor ejemplo de este mood: de ah¨ª el moho y los desconchones de las paredes que, en realidad, son un trampantojo: ¡°Lo ¨²ltimo que quieres ver en tus paredes es moho, ?verdad? Pues eso es exactamente lo que quiero yo¡±, r¨ªe Nuriev. ¡°Ir¨®nicamente, ese papel de pared es de las cosas que m¨¢s ¨¦xito tienen del apartamento. Lo cual ratifica mi teor¨ªa de que tenemos demasiadas restricciones, y que deber¨ªamos aprender a mirar un poco fuera del cuadro¡±. A su manera, Nuriev cuestiona el culto a los objetos. M¨¢s que la solidez y la perfecci¨®n, a Nuriev le interesa el nomadismo y la impermanencia: ¡°La tela que cubre los sof¨¢s es un tejido como el que usamos en mi profesi¨®n para embalar muebles cuando te mudas. A veces uso justo ese y a veces uso otro, pero esa es la inspiraci¨®n, moverse¡±.
Nuriev dice que Par¨ªs le ha cambiado. Que le ha ayudado a descubrir aspectos de su personalidad que no conoc¨ªa, algunos no precisamente agradables: ¡°Ya no tengo ninguna excusa para no ser un artista radical¡±, afirma. ¡°Pero no quiero resultar presuntuoso. Mi trabajo se basa en la belleza, el instinto, en ayudar a los dem¨¢s a que no tengan miedo a sus ideas y a que no esperen al mejor momento para ejecutarlas¡±. Esto ¨²ltimo es una lecci¨®n de vida como pocas.
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