El hipn¨®tico arte de Jes¨²s Rafael Soto, el genio venezolano que conquist¨® Par¨ªs
La muestra ¡®SOTO¡¯, en la galer¨ªa menorquina Cay¨®n hasta el 29 de agosto, ofrece un recorrido por los 50 a?os de trayectoria profesional del artista para acabar convirti¨¦ndose en un cat¨¢logo exhaustivo de geometr¨ªa, color y movimiento
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Una sola exposici¨®n puede hacer historia, como puede hacerla un solo artista. En el Par¨ªs de 1955, la galerista Denise Ren¨¦ organiz¨® una muestra colectiva llamada Le Mouvement que marc¨® el nacimiento oficial de una corriente art¨ªstica, el arte cin¨¦tico, que utilizaba la percepci¨®n del movimiento con fines expresivos. El p¨²blico qued¨® fascinado ante un conjunto de obras que se desarrollaban gracias al propio movimiento de los espectadores, que incorporaban motores o simplemente oscilaban en perpetuo equilibrio inestable. Aquel fue tambi¨¦n un encuentro entre generaciones, por reunir a veteranos de la talla de Duchamp y Calder con creadores de media carrera, como un ya c¨¦lebre Victor Vasarely, y tambi¨¦n una bandada de j¨®venes capitaneada por Jean Tinguely. Entre estos ¨²ltimos destacaba un treinta?ero venezolano que llevaba cinco a?os viviendo en la capital francesa, y en cuya obra se hab¨ªa fijado el m¨ªtico ojo de Denise Ren¨¦. Se llamaba Jes¨²s Rafael Soto (Ciudad Bol¨ªvar, Venezuela, 1923-Par¨ªs, 2005), y su identificaci¨®n con aquella corriente reci¨¦n nacida llegar¨ªa a ser tan estrecha que, igual que hab¨ªa hecho Dal¨ª con el surrealismo, habr¨ªa podido proclamar: ¡°El arte cin¨¦tico soy yo¡±.
Soto nunca hizo tal cosa, por supuesto. Y, en este punto, el galerista Adolfo Cay¨®n se encarga de derribar clich¨¦s. ¡°Soto ten¨ªa una ra¨ªz muy profunda, frente a la sobreabundancia de artistas cin¨¦ticos que fueron puramente visuales¡±, explica. ¡°A menudo, lo cin¨¦tico ha ca¨ªdo en lo decorativo, mientras que el trabajo de Soto era m¨¢s intelectual¡±. La sede de su galer¨ªa, Cay¨®n, en Mah¨®n (Menorca), presenta este verano (hasta el 29 de agosto) la exposici¨®n individual SOTO con 41 piezas del artista venezolano, la cuarta desde que empez¨® a gestionar su legado hace algo m¨¢s de una d¨¦cada. En septiembre, los dos espacios de su sede en Madrid inaugurar¨¢n la temporada con otra muestra de Soto, centrada en sus piezas met¨¢licas en forma de T. ¡°En total, a lo largo de tres meses, se ver¨¢n unas 60 obras que recorren todo su trabajo intelectual¡±, afirma el galerista. ¡°Es una exposici¨®n muy ambiciosa, por el n¨²mero y la calidad de las obras, muchas de las cuales nunca hab¨ªan estado en el mercado¡±.
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Obras de Soto cortes¨ªa de Atelier Soto, Par¨ªs, 2024."
Jes¨²s Rafael Soto naci¨® en 1923 en Ciudad Bol¨ªvar, a unos 500 kil¨®metros de Caracas, en una familia que su hija Florence Soto define como trabajadora y ¡°de corte matriarcal¡±. ¡°Su madre, Emma Soto, era el pilar de la familia¡±, recuerda Florence Soto. ¡°Y su abuela, Paola Soto, era maestra de escuela y sol¨ªa ir a caballo hasta Caracas para conseguir cuadernos, libros y l¨¢pices para las escuelas. Su padre, Luis Rafael Garc¨ªa Parra, un violinista reconocido en la regi¨®n, tocaba para bodas y otros eventos familiares, y tambi¨¦n, como se acostumbraba en la ¨¦poca, improvisaba en las proyecciones de pel¨ªculas de cine mudo¡±. El propio Jes¨²s Rafael Soto, que desde ni?o hab¨ªa mostrado habilidad e inter¨¦s por el dibujo, contribuir¨ªa a la econom¨ªa familiar con apenas 16 a?os, pintando carteles de cine para las tres salas de Ciudad Bol¨ªvar, as¨ª como grabando l¨¢pidas destinadas al cementerio local.
A los 19 a?os obtuvo una beca para estudiar en la Escuela de Artes Pl¨¢sticas Crist¨®bal Rojas de Caracas, que ¨¦l recordar¨ªa despu¨¦s como un gran taller, con sus instalaciones abiertas hasta altas horas de la noche y profesores muy entregados a su tarea. Uno de ellos, el pintor Antonio Edmundo Monsanto, valedor de toda una generaci¨®n de artistas venezolanos, le apoy¨® con particular empe?o. Poco despu¨¦s de graduarse, Soto fue nombrado director de la Escuela de Artes Pl¨¢sticas de Maracaibo. El descubrimiento de una obra art¨ªstica que databa de 1918 cambi¨® su visi¨®n de las cosas. ¡°Fue entonces cuando escuch¨® hablar del cuadro Blanco sobre blanco, de Kazimir Mal¨¦vich, que estaba expuesto en Nueva York¡±, explica la hija de Soto. ¡°Pero tambi¨¦n estaba algo desanimado por la falta de inter¨¦s de los profesores hacia las nuevas tendencias. As¨ª que respondi¨® a la invitaci¨®n de su compa?ero Alejandro Otero para viajar a Par¨ªs¡±.
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Obras de Soto cortes¨ªa de Atelier Soto, Par¨ªs, 2024."
Los inicios all¨ª no fueron del todo f¨¢ciles. ¡°Para poder vivir en Par¨ªs, empez¨® a tocar m¨²sica venezolana, guitarra y maracas, y a cantar en distintos lugares nocturnos de la ciudad¡±, prosigue Florence Soto. ¡°As¨ª conoci¨® a su esposa y madre de sus cuatro hijos, H¨¦l¨¨ne de Robert. Ella fue su compa?era en todos los aspectos y su puente con la cultura francesa. Desde el comienzo de la carrera de Soto en Francia, nuestra madre se ocup¨® de conservar y ordenar la documentaci¨®n sobre su obra. Gracias a eso, hoy disponemos de un fondo de archivo inestimable¡±.
Instalado en la que era la gran capital europea del arte, Soto profundiz¨® en su inter¨¦s por el cubismo, por Mondrian y el geometrismo, form¨® parte del grupo de artistas abstractos venezolanos Los Disidentes (del que Alejandro Otero era miembro fundador), se acerc¨® a Vasarely y entr¨® a formar parte de la n¨®mina de Denise Ren¨¦. Ya en 1956, un a?o despu¨¦s de Le Mouvement, la galer¨ªa de Ren¨¦ le dedic¨® una primera individual. Hacia principios de los a?os sesenta era un artista muy reconocido por su pr¨¢ctica geom¨¦trica y cin¨¦tica, que al principio era bidimensional, para despu¨¦s saltar al campo expandido del espacio. En los siguientes a?os obtuvo numerosos premios y distinciones tanto en Francia como en Venezuela, intervino los interiores de edificios singulares e instal¨® diversas obras monumentales en el espacio p¨²blico. En 1973, en colaboraci¨®n con el arquitecto Carlos Ra¨²l Villanueva, cre¨® en su ciudad natal el Museo de Arte Moderno Jes¨²s Soto, con obra suya y de otros artistas de su colecci¨®n. En 1966 hab¨ªa participado en la Bienal de Venecia con una gran instalaci¨®n de varillas verticales que deb¨ªa envolver al espectador, y que fue el germen de sus Penetrables, obras que el visitante puede transitar, que se convertir¨ªan en la parte de su obra m¨¢s personal y reconocible.
Uno de los algo m¨¢s de 20 Penetrables que realizar¨ªa Soto a lo largo de su carrera est¨¢ en la exposici¨®n de la galer¨ªa Cay¨®n en Menorca. Adolfo Cay¨®n encuentra v¨ªnculos entre esta serie y la obra del pintor impresionista franc¨¦s Claude Monet: ¡°Para m¨ª remite a Los nen¨²fares de Monet. Aunque suele vincularse a Soto con el constructivismo o los artistas geom¨¦tricos con los que se encontr¨® en Par¨ªs, en realidad a quienes ¨¦l m¨¢s reverenciaba eran los artistas del Renacimiento, como creadores intelectuales, y los impresionistas, por su uso del color¡±.
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Obras de Soto cortes¨ªa de Atelier Soto, Par¨ªs, 2024."
La muestra saca partido del esplendor escenogr¨¢fico del antiguo cine en el que se ubica la sede menorquina de Cay¨®n, y ofrece un recorrido por cinco d¨¦cadas de trayectoria de Soto, para acabar convirti¨¦ndose en un cat¨¢logo exhaustivo de geometr¨ªa, color, movimiento y efectos moir¨¦. Algo similar ocurri¨® hace tres a?os en el mismo lugar, cuando Cay¨®n present¨® su quinta exposici¨®n de Carlos Cruz-D¨ªez, otro artista cin¨¦tico venezolano, cercano a Soto y nacido el mismo a?o que ¨¦l. ¡°Hemos tenido la suerte enorme de trabajar con estos dos artistas fundamentales, que tienen en com¨²n una gran exigencia, as¨ª como la obligaci¨®n que imponen al espectador de participar en la obra¡±, valora Adolfo Cay¨®n. ¡°Las diferencias entre ambos son muy sutiles, pero dir¨ªa que Cruz-D¨ªez era un artista de disfrute visual puro, mientras que Soto era m¨¢s intelectual¡±.
En cuanto a legado de Soto, su hija Florence considera que mantiene una vigencia plena. ¡°Tanto el p¨²blico como los artistas j¨®venes siguen estudiando a trav¨¦s de su obra la incorporaci¨®n del movimiento y del tiempo a la creaci¨®n art¨ªstica¡±, afirma.
Se da la circunstancia de que la muestra coincide con otra dedicada por el reci¨¦n inaugurado espacio en Mah¨®n de la galer¨ªa madrile?a Albarr¨¢n Bourdais, dedicada a Felice Varini, artista contempor¨¢neo suizo que tambi¨¦n destaca por un personal uso de la geometr¨ªa, el color y los efectos ¨®pticos. Su obra es otra prueba de esa vigencia que artistas como Soto y los primeros cin¨¦ticos mantienen intacta.
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Obras de Soto cortes¨ªa de Atelier Soto, Par¨ªs, 2024."
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