Irma Boom: ¡°Veo muchos libros horribles. Cuando algo se imprime tiene que ser bueno¡±
La dise?adora gr¨¢fica ha creado algunos de los vol¨²menes m¨¢s exquisitos del mundo, pero ella insiste en que un libro es, ante todo, democracia y no una pieza de coleccionista
El dise?ador gr¨¢fico japon¨¦s Kenya Hara defini¨® a los libros como ¡°esculturas de informaci¨®n¡±, pero Irma Boom (Lochem, Pa¨ªses Bajos, 63 a?os) prefiere recurrir a la arquitectura. ¡°Mis libros son algo m¨¢s parecido a los edificios. Algunos son de edici¨®n limitada, por lo que podr¨ªamos decir que son villas, mientras que otros tienen una tirada m¨¢s elevada, por lo que son como casas sociales¡±, dice una hora antes de dar una charla en la Facultad de Dise?o de Ingenier¨ªa Elisava, en Barcelona. Reci¨¦n llegada a la Ciudad Condal, en su maleta encontramos cantidad de libros, que, asegura, son ¡°su gimnasio¡±, pues se niega a hablar sobre su trabajo mostrando PDFs. Aunque estudi¨® arte, descubri¨® que no era especialmente buena pintando. Su vida cambi¨® al conocer a Abe Kuipers, un profesor que aparec¨ªa cada semana en la escuela con dos maletas llenas de libros para hablar no solo del dise?o de los mismos, sino de su contenido.
La dise?adora gr¨¢fica especializada en crear libros no se considera a s¨ª misma una artista, pese a que su trabajo se encuentra en el neoyorquino MoMA, en el Centre Pompidou de Par¨ªs y en el Museum f¨¹r Gestaltung, de Z¨²rich. Este a?o ha sido galardonada en los Madrid Design Festival Awards 2024. ¡°No creo que los libros sean piezas art¨ªsticas, porque precisamente lo que me gusta de ellos es que se producen a gran escala. Lo que me apasiona de hacer libros es saber que est¨¢s compartiendo informaci¨®n, mientras que cuando hablas de obras de arte, se trata de algo reservado para un grupo concreto. Yo prefiero hacer algo bueno para todos, algo m¨¢s democr¨¢tico¡±.
La holandesa, la persona m¨¢s joven en obtener un premio Gutenberg al conjunto de su carrera, consigui¨® en 2007 la medalla de oro en la Feria de Leipzig al Libro m¨¢s bonito del mundo por Sheila Hicks: Weaving as a Metaphor, una obra que explora las texturas y el formato donde la dise?adora volvi¨® a demostrar que cuando tiene una idea en la cabeza, no hay forma de borrarla. ¡°Me empe?¨¦ en que la portada fuera blanca, y el editor pens¨® que el libro no se vender¨ªa con esa carta de presentaci¨®n, pero lo cierto es que yo no pienso en ventas. Pienso en un concepto, y creo que si haces algo bueno, se va a vender. Por eso las personas que me los encargan (no hablo de clientes, porque yo no trabajo para ellos, sino con ellos) han de darme total libertad: es entonces cuando obtienen lo mejor de m¨ª. En el caso del libro de Sheila, me dijeron que un libro con la portada en blanco no iba a venderse bien en Amazon, y dije: ¡®Tal vez s¨ª¡¯. Si es un libro bueno, la gente hablar¨¢ de ¨¦l y sabr¨¢ d¨®nde encontrarlo. Vamos por la s¨¦ptima edici¨®n, y ha logrado que su trabajo sea conocido por muchas personas¡±, se?ala.
¡°He pasado mucho tiempo en el Vaticano leyendo libros antiguos. Si hubieran estado en formato digital, estar¨ªan obsoletos. Un libro no se hace para el presente sino para el futuro¡±
¡°Cuando alguien quiere trabajar conmigo, lo que sabe es que quiere hacer un libro. Yo siempre soy parte del board editorial y tengo total control del aspecto visual. No se trata de que sepa exactamente lo que quiero, porque siempre dudo, pero cuando tomo una decisi¨®n las cosas han de darse de la forma en la que lo he pensado. No creo en los briefings, porque quien va con un briefing no quiere hablar contigo. Incluso cuando vienen a m¨ª y traen uno, lo que hago es preguntarles de qu¨¦ se trata y de qu¨¦ quieren hablar, y tengo tantas ideas que el briefing queda fuera¡±, dice. Cuando habla, podr¨ªa parecer que las normas y los l¨ªmites no tienen cabida en su universo, pero no es as¨ª. ¡°No me gustan las reglas pero si no las hay, ?d¨®nde comienzo? Por eso soy una bookmaker, porque cuando alguien me pone l¨ªmites yo puedo trabajar dentro de esa esfera. Puedes acelerar cuando tienes unos l¨ªmites. No se trata de hacer algo loco, sino de hacerlo dentro de unas condiciones¡±.
Otra rareza es Book, No. 5 Culture Chanel, una obra en relieve y sin tinta imposible de ser llevada al universo digital, pues ser¨ªan PDFs en blanco. ¡°Para m¨ª, el libro es la forma m¨¢s estable de compartir informaci¨®n. Si en diez a?os echas un vistazo a un Kindle, no podr¨¢s leerlo, pero s¨ª podr¨¢s consultar un libro. Un libro no se hace para el presente, sino para el futuro. He pasado mucho tiempo en la biblioteca del Vaticano, leyendo libros antiguos. Si hubieran estado en formato digital, se habr¨ªan quedado obsoletos de forma inmediata. A medida que el universo digital gana presencia, creo que el libro recobra importancia. Lo mejor es que tiene un contenido que no se puede cambiar, mientras que en los medios digitales todo puede cambiarse constantemente. De hecho, si echas un vistazo a la ciencia ficci¨®n, cuando necesitan informaci¨®n importante, aparecen leyendo un libro. Son clave en el g¨¦nero¡±, asegura. ¡°He probado Kindle, pero me parece algo inerte. Lo que me gusta de los libros es que envejecen: tienen manchas de caf¨¦, se nota que la gente los ha examinado¡ Los libros tienen vida¡±, a?ade.
Hay quienes tratan los libros de Boom como si fueran piezas de coleccionista. ¡°No me gusta ver los precios desorbitados que ponen a algunos de mis libros, pero a veces sucede¡¡±, confiesa. La neerlandesa quiere que su librer¨ªa personal se convierta en un espacio en el que los amantes de los libros puedan apreciarlos y estudiarlos sin necesidad de llevar guantes blancos para hacerlo. ¡°Eso est¨¢ pensado para obras de arte, pero lo divertido de los libros es que el papel es muy vulnerable, y al ser las yemas de los dedos tan sensibles, pasar p¨¢ginas con tus dedos es maravilloso. Me gusta hacer libros a gran escala, por lo que no creo que sean s¨ªmbolos de estatus. Si alguien acude a m¨ª con esa idea, no soy la persona adecuada. Para m¨ª, el libro sirve para compartir informaci¨®n, y eso ha de ser para todos. Quiz¨¢s en la Edad Media pod¨ªa ser esa pieza de status symbol, porque eran pocos los que le¨ªan, pero ahora carece de sentido¡±.
Al escuchar las palabras coffee table books, Boom salta. ¡°?Los odio! Son libros para presumir en los que s¨®lo importa la imagen, y rara vez tienen algo interesante. Yo veo muchos libros horribles y, pensando en el medioambiente, creo que muchos no tendr¨ªan que hacerse: se tendr¨ªan que limitar al libro electr¨®nico. Creo que los libros son una parte integral de nuestra cultura, por lo que hay que cuidarlos. Cuando algo se imprime, te tienes que asegurar de que sea algo bueno. Hacer libros es mi vida, pero tambi¨¦n supone crear algo que tenga sentido¡±, asegura Boom, que est¨¢ escribiendo sobre su investigaci¨®n en el Vaticano, aunque confiesa que ese trabajo va para largo. ¡°Cuando trabajas para los dem¨¢s, tu trabajo es lo ¨²ltimo¡±, dice. En m¨¢s de una ocasi¨®n ha mostrado su estudio, un peque?o espacio repleto de post-its, que adora y que encontramos en el libro que dedic¨® al dise?ador de culto Martin Margiela. ¡°Si los libros se hacen en agencias, se convierten en un trabajo de rutina. Hacer libros implica mucho tiempo, y el tiempo, en los grandes estudios, es algo caro. Yo trabajo d¨ªa y noche y soy muy ambiciosa: hago libros espec¨ªficos e invierto en ellos mucho tiempo. Por eso creo que hay que hacerlos en espacios peque?os¡±, dice. Antes de ir a la charla, nos ense?a en su tel¨¦fono m¨®vil la colaboraci¨®n que hizo hace a?os para Rijksmuseum, en cuyo jard¨ªn se encuentra Miffy for peace, una escultura en la que quiso llevar la tridimensionalidad de la escultura de Miffy a una dimensi¨®n, como los dibujos de Dick Bruna. Le comentamos lo curioso que resulta ver c¨®mo este trabajo resulta art¨ªstico (fueron 60 artistas los invitados a trabajar con los conocidos conejos del ilustrador), mientras que en Espa?a el fen¨®meno de las reinterpretaciones de Las Meninas de Vel¨¢zquez han puesto a muchos los pelos de punta¡ ¡°?Es horrible! Me recuerda a esas vacas que est¨¢n por Holanda y que son espantosas¡±, dice al ver una de las im¨¢genes. Y as¨ª comprobamos que a Irma Boom no le gustan las normas, pero tampoco los filtros.
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