La reforma que ha convertido un espacio urbano herido en un fen¨®meno de Instagram
Una finca en ruinas en el centro de Olot (Girona) dej¨® un hueco que dos arquitectos catalanes llenaron con un proyecto terap¨¦utico, po¨¦tico y tremendamente moderno que les ha valido el premio Simon Living Spaces y se ha convertido en todo un ¨¦xito en redes sociales
Can Sau, finca regia del siglo XVIII, es un edificio del centro hist¨®rico de Olot, la capital de la comarca catalana de la Garrotxa, que sufri¨® un proceso de acelerado deterioro en los ¨²ltimos a?os. El impostergable derribo de la mitad de la finca dej¨® en 2017 una cicatriz en el paisaje urbano, pero tambi¨¦n cre¨® un solar edificable, la oportunidad de apropiarse de un espacio sobrevenido para construir en ¨¦l algo distinto. El ayuntamiento de Olot se plante¨® una actuaci¨®n cosm¨¦tica: pavimentar el solar y cubrir la pared medianera que hab¨ªa quedado al descubierto con un tabique pluvial de chapa met¨¢lica. Dos arquitectos locales, Eduard Call¨ªs y Guillem Moliner, del estudio unparelld¡¯arquitectes, platearon una alternativa mucho m¨¢s audaz
Sus responsables lo describen como una operaci¨®n de rescate. Un Salvar al soldado Ryan sin fanfarria y sin planos secuencia. Por una cantidad m¨®dica y fieles a un concepto en apariencia sencillo y sin pretensiones, pero concienzudo y escrupuloso, consiguieron recuperar un espacio p¨²blico para la ciudad de Olot y hacerle un poco de justicia p¨®stuma a un edificio con arraigo local al que tiempo hab¨ªa maltratado.
Esas son las principales virtudes del proyecto de consolidaci¨®n y adaptaci¨®n del muro de fiesta de Can Sau, bautizado por sus autores como Escenograf¨ªa de Urgencia. En opini¨®n del arquitecto y periodista irland¨¦s Brian Gallagher, cofundador de la revista B-Guided, se trata de un depurado ejemplo de ¡°poes¨ªa urbana¡±. Una ¡°obra de arte situacionista¡±, una ¡°locura moderna¡± que consigue ¡°deleitar e intrigar¡± por su audacia y simplicidad. Una demostraci¨®n de las virtudes terap¨¦uticas que puede tener la arquitectura cuando se planea no ya como cirug¨ªa invasiva, disruptiva y aparatosa, sino como una discreta y eficaz intervenci¨®n homeop¨¢tica sobre un paisaje urbano herido. La obra obtuvo el premio al mejor proyecto p¨²blico en la tercera edici¨®n de los Simon Living Spaces, unos galardones comisariados por la Fundaci¨®n Mies Van der Rohe. En sus conclusiones, el jurado destacaba la voluntad de construir a trav¨¦s de la arquitectura ¡°un relato que contribuya a recuperar la esencia y la memoria de un espacio abandonado¡±.
Call¨ªs cuenta en una relajada charla v¨ªa Zoom con ICON Design que propusieron destinar los recursos previstos a un proyecto en el plano vertical que, en esencia, consist¨ªa en cubrir el muro con una falsa fachada de ladrillo hueco. Tal y como explicaba por entonces Jordi Casas en el diario Avui, se trataba de ¡°dotar de una est¨¦tica de santuario¡± al fruto de un naufragio urbano, proporcionando de paso un entorno est¨¦tico adecuado a la vecina iglesia de Tura, cuya fachada g¨®tica llevaba muchos a?os tapiada.
El principal obst¨¢culo, seg¨²n cuenta Call¨ªs, fue ¡°convencer al ayuntamiento de que echase atr¨¢s un contrato de cobertura pluvial ya firmado para dar prioridad a una idea mucho menos convencional, un tipo de intervenci¨®n arquitect¨®nica del que no hab¨ªa apenas precedentes en la zona¡±. Los arquitectos defendieron su idea argumentando que, en las ciudades compactas, es prioritario construir fachadas, porque son las que dotan a las calles de ¡°forma y car¨¢cter¡±.
La suya es una fachada insinuada apenas, deliberadamente incompleta. Un esbozo superpuesto a otra superficie que, como explica Guillem Moliner, ¡°recuerda a aquellos pasatiempos visuales en que es el espectador el que tiene que trazar las l¨ªneas que unen entre s¨ª una serie de puntos dispersos¡±. Un espacio a la vez interno y externo que consta de cuatro nichos y tres b¨®vedas con aspecto de ¨¢bsides rom¨¢nicos acompa?ados de una modesta grader¨ªa de hormig¨®n.
Un artista local, el pintor y escultor Quim Domene, se incorpor¨® al proyecto en 2019 para decorar los nichos con una serie de motivos que aluden a las tradiciones del barrio y sus habitantes. ¡°Me inspir¨¦ sobre todo en la industria de imaginer¨ªa religiosa que era t¨ªpica de la zona hasta muy entrado el siglo XX¡±, explica. En los alrededores de la actual calle de la Proa, donde est¨¢ Can Sau, abundaban ¡°hasta hace unos 70 u 80 a?os, las tiendas de figuritas y estampas con las que se decoraban las iglesias y capillas privadas¡±.
Cuando Call¨ªs y Moliner le invitaron a ¡°intervenir¡± en la obra en curso, Domene quiso darle un aspecto de ¡°modesta capilla laica¡±. Adem¨¢s, se document¨® en profundidad sobre la historia de este entorno y busc¨® inspiraci¨®n en la obra de un vecino ilustre, el interiorista, fot¨®grafo y yesero Sadurn¨ª Brunet, un artesano vers¨¢til y de m¨²ltiples inquietudes, c¨¦lebre sobre todo por las orlas de cer¨¢mica que realiz¨® para el cementerio barcelon¨¦s de Montju?ch. Domene rescat¨® tambi¨¦n ideas gr¨¢ficas de la rica tradici¨®n de las indianas, unas vistosas telas de algod¨®n estampado que fueron el m¨¢s prestigioso producto artesanal realizado en Olot hasta mediados del siglo XIX. El artista reprodujo adem¨¢s los nombres de talleres y comercios de la zona, en un intento de preservar su recuerdo.
Call¨ªs destaca que la participaci¨®n en el proyecto de un artista visual con arraigo ha reforzado la idea inicial de ¡°recuperar la memoria de este n¨²cleo antiguo cargado de historia pero que lleva d¨¦cadas esponj¨¢ndose y hoy exhibe signos preocupantes de decadencia y abandono¡±. Moliner explica que, al hacer este gui?o expl¨ªcito al pasado comercial y artesanal de su ciudad, tuvieron presentes rituales colectivos de recuperaci¨®n de la memoria ¡°como la escena de Cinema Paradiso en que derriban el cine local y los habitantes del pueblo se re¨²nen para celebrar juntos su pasado en com¨²n, mientras la brigada de demolici¨®n va dejando al descubierto capas y capas de historia superpuestas las unas sobre las otras¡±.
Tanto Call¨ªs como Moliner resaltan el car¨¢cter deliberadamente inacabado de su obra. ¡°Los vecinos de la zona nos felicitan porque nuestra fachada ha sido acogida con curiosidad y con respeto, pero tambi¨¦n nos preguntan muy a menudo cu¨¢ndo vamos a acabarla¡±, comenta Call¨ªs no sin cierto humor. ?Un signo de la falta de sinton¨ªa entre el gusto convencional y la arquitectura moderna? Moliner prefiere interpretarlo como una respuesta positiva: ¡°Me gusta que se perciba lo que nuestra intervenci¨®n tiene de incompleto, de provisional y de ef¨ªmero. De hecho, cuando empez¨¢bamos a esbozar el proyecto, nuestra preocupaci¨®n principal era decidir en qu¨¦ punto exacto ten¨ªamos que parar¡±.
Call¨ªs a?ade que ¡°la modestia del concepto ven¨ªa dada, en primer lugar, por el presupuesto, que era muy limitado. Eso nos obligaba a hacer una intervenci¨®n a una escala muy medida, muy limitada y muy precisa. Nos impusimos la disciplina de pensar mucho y actuar muy poco, darle todas las vueltas que hiciese falta hasta que toc¨¢semos la tecla exacta. Se trataba de construir lo menos posible, solo lo estrictamente necesario para que se visualizase la esencia de nuestra idea¡±.
As¨ª, trabajando a escala humana, con respeto escrupuloso por una tradici¨®n y un entorno, han conseguido dotar a su ciudad de un nuevo espacio emblem¨¢tico, con la fuerza y la pureza de los iconos visuales que perduran: ¡°Fue una gran satisfacci¨®n comprobar que nuestra fachada llamaba la atenci¨®n de varios blogs de arquitectura y empezaban a aparecer en Instagram montajes visuales muy curiosos, como uno de una mujer joven fumando bajo el arco central, otro con Rosal¨ªa... Ha empezado ya un proceso de reapropiaci¨®n y redefinici¨®n de la imagen que hemos creado que nos parece muy estimulante¡±, cuenta Call¨ªs, que ejerce tambi¨¦n de community manager eventual del proyecto com¨²n, pero reconoce que ¡°es el entusiasmo y la generosidad de muchos aficionados al arte y la cultura lo que en ocasiones da a nuestro trabajo una repercusi¨®n que nosotros no siempre sabemos darle¡±.
Ellos han participado en proyectos de notable envergadura, como la ciudad deportiva del Morrot, tambi¨¦n en Olot, a la que a?adieron ¡°un espacio central de encuentro, un ¨¢gora¡± no previsto en el plan inicial, fieles a su idea de que lo esencial en arquitectura es, seg¨²n explica Call¨ªs, ¡°reformular de manera cr¨ªtica las preguntas que te plantean el entorno o el cliente y acabar planteando, si es posible, una pregunta mejor¡±. Domene conecta con esta forma exigente y dial¨¦ctica de concebir la arquitectura y el arte, esta b¨²squeda de la dif¨ªcil simplicidad a trav¨¦s de una reflexi¨®n que vaya a la ra¨ªz de los problemas: ¡°Es un privilegio haber trabajado con ellos en un proyecto tan rico conceptualmente, que va m¨¢s all¨¢ de lo ornamental y lo funcional. Ojal¨¢ el derribo de un edificio antiguo se convirtiese m¨¢s a menudo en la oportunidad de intentar algo verdaderamente nuevo¡±.
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