El premiado proyecto de la casa de un pueblo del Baix Empord¨¤ que recupera la larga tradici¨®n cer¨¢mica de la zona
El estudio de arquitectura Mesura ha recibido el galard¨®n Living Places - Simon Architecture Prize, un reconocimiento que premia, adem¨¢s del valor arquitect¨®nico del edificio, la calidad de la vida en ¨¦l, gracias al dise?o de la Casa Ter
El estudio de arquitectura Mesura, fundado en Barcelona por cinco socios en 2009, tuvo la fortuna de nacer en plena crisis del sector y de la profesi¨®n, un momento en el que el mercado estaba roto y el arquitecto deb¨ªa reinventarse. Eso les impuso habituarse a una mentalidad casi kamikaze, a remar en la misma direcci¨®n y a adaptarse a trabajar con pocos recursos.
Hablamos con Marcos Parera y Benjamin Iborra, arquitectos y directores creativos: ¡°No nacimos con un business plan, la crisis nos dio nuestro ADN que es el trabajo en equipo. En la universidad te ense?an a proyectar enormes espacios como museos, bibliotecas o centros culturales, con lo que eso supone para el ego, y luego, al salir, la realidad no es esa. Nosotros empezamos con trabajos peque?os que fueron una gran escuela: aprendimos a trabajar desde el interior, no solo desde la fachada, a prestar atenci¨®n a las atm¨®sferas, al dise?o, a los detalles... We design for the unknown (dise?amos para lo desconocido), esa frase tan com¨²n en el mundo anglosaj¨®n define nuestro esp¨ªritu¡±. De ah¨ª el nombre del estudio: Mesura. Medida. Proyectos a medida y con medida. Hay nombres que reflejan una actitud.
Conocido por prestigiosos proyectos como el restaurante Cheriff de Barcelona o la brillante reinterpretaci¨®n del jard¨ªn de Peratallada -un estudio radical de la piedra bajo el influjo de Carlo Scarpa-, Mesura sigue fiel a ese ADN atrevido con el que se cre¨® hace 12 a?os. Desde que se termin¨® a principios del a?o pasado su ¨²ltimo proyecto, la deslumbrante y polivalente Casa Ter, el estudio ha recibido varios premios, el m¨¢s reciente, el Living places - Simon Architecture Prize, una iniciativa de la firma Simon con apoyo de la Fundaci¨®n Mies van der Rohe que distingue proyectos de arquitectura cuya excelencia potencie la capacidad de los espacios en procurar la comodidad de sus habitantes. Es decir, un galard¨®n que no premia solo la calidad arquitect¨®nica del edificio, sino la calidad de la vida en ¨¦l.
Una casa que es muchas casas
A primera vista, la casa Ter remite a juegos volum¨¦tricos de Josep Lluis Sert, a la minimalista Neundorf House de Pawson en Mallorca, y por unos segundos (en los que cuesta no evocar escenas exteriores de Le M¨¦pris de Godard, con Bardot y Piccoli esper¨¢ndose en las escaleras) a la casa Malaparte de Adalberto Libera en Capri.
Su ubicaci¨®n es ¨²nica: un solar a las afueras de un pueblo del Baix Empord¨¤. ¡°La primera suerte fue el cliente, un particular con el que compartimos muchas sinergias y que confi¨® en nuestro criterio desde el minuto cero, y la segunda este emplazamiento con tanta sensaci¨®n de amplitud¡±, dije Benjam¨ªn.
La idea era combinar car¨¢cter local y vida contempor¨¢nea en una casa en mitad del campo construida a partir de t¨¦cnicas actuales, adaptada a las nuevas tecnolog¨ªas y concebida desde el respeto por el entorno natural, los ¨¢rboles, las vistas, los terrenos y la cultura mediterr¨¢nea de las sombras, los porches, las ventilaciones cruzadas y el uso de la cl¨¢sica volta (b¨®veda) catalana. Una arquitectura que intenta entender d¨®nde est¨¢. No en vano el nombre de la casa viene dado por el r¨ªo vecino. ¡°Vivimos en un mundo muy global y en las primeras aproximaciones ya quisimos poner en valor lo local. El cliente entendi¨® perfectamente nuestra responsabilidad con el lugar y el respeto por la topograf¨ªa y por las vistas¡±, exlica Parera.
Su forma y su materia son consecuencia de la pretensi¨®n de intervenir lo menos posible en el paisaje y, al mismo tiempo, dialogar al m¨¢ximo y potenciar el contacto con los elemento naturales que rodean la casa sin alterar el entorno.
Es una construcci¨®n de kil¨®metro cero. Se han utilizado materiales aut¨®ctonos. Los muros, las paredes y la fachada est¨¢n acabados con un monocapa hecho con piedras del r¨ªo Ter y piezas cer¨¢micas del pueblo vecino, La Bisbal. La horizontalidad que dan las l¨ªneas de cer¨¢mica permite que el edificio repose en el terreno de la manera m¨¢s natural posible. Adem¨¢s, las ondulaciones rebajan el impacto que pueda tener el sol en la fachada.
Casa Ter est¨¢ compuesta por dos vol¨²menes en forma de L que crean espacios diferentes y polivalentes para favorecer las relaciones exterior-interior. ¡°Elegimos esa forma para que la intervenci¨®n tuviera el menor impacto en el terreno y se generase un patio y un jard¨ªn acotado por la propia naturaleza. La forma, adem¨¢s, divide muy bien la zona de d¨ªa y de noche. El porche se reivindica como espacio caracter¨ªstico de la cultura mediterr¨¢nea, conecta las ¨¢reas p¨²blica y privada (en invierno se puede cerrar) y se convierte en comedor al aire libre (o cubierto). Es una casa para la forma de vida mediterr¨¢nea, lo cual quiere decir que buena parte del d¨ªa la gente habita fuera, y no son raros los espacios ambiguos (cocina o sala de estar) que externalizan el interior, y al rev¨¦s¡±.
El edificio muestra respeto por las encinas, un ¨¢rbol al que consideran muy arquitect¨®nico porque sus proporciones se?alan el espacio habitable. ¡°En un principio no quer¨ªamos planta baja m¨¢s uno, pero estando all¨ª con el cliente vimos que desde arriba se ve¨ªan las islas Medas. Nos preguntamos: ?c¨®mo lo haces para elevar un edificio sin que resulte agresivo?; y entonces aprovechamos para hacer la volta catalana (que acent¨²a la pertenencia al lugar), salir con una media circunferencia y darle la modulaci¨®n sin sobrecostes adicionales¡±.
La entrada a la casa se realiza por el lado contrario a la piscina y a las vistas, que son la clave. ¡°La promenade hasta la casa es importante, el c¨®mo se entra¡±, dicen. De hecho, siempre nos ha gustado mucho la Casa do cha de ?lvaro Siza en Matosinhos, en Oporto, toda esa liturgia de la entrada, las vueltas, las sombras que atraviesas hasta dar con las vistas del mar¡±. Las escaleras de la alberca (prefieren alberca que piscina) surgen de la intenci¨®n de salvar el desnivel y acompa?ar hasta la casa.
¡°Los edificios son como los hijos, los mimas, los cuidas y luego les tienes que dar las llaves¡±, comenta Marcos. Al preguntar por la respuesta del cliente, aseguran que est¨¢ muy contento. ¡°La estren¨® dos d¨ªas antes del confinamiento y enseguida nos envi¨® un mensaje que dec¨ªa: no hay mejor sitio para pasarlo¡±. Normal. En Casa Ter se entiende eso de que una buena distribuci¨®n puede conectar con un lugar y que la buena arquitectura eleva y potencia hasta l¨ªmites insospechados la vida de la gente.
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