Una mesa gigante y rosa para los tiempos de Zoom: el estudio de Andr¨¦s Reisinger en Barcelona es el para¨ªso del n¨®mada digital

El rosa es un color importante para Andr¨¦s Reisinger. Para el dise?ador argentino de 32 a?os, afincado en Barcelona desde hace siete, ese color es el verdadero neutro, m¨¢s incluso que el blanco. Lo identifica con la naturaleza, por encima del verde, y defini¨® con ¨¦l su primer gran ¨¦xito, la silla Hortensia. Aquella pieza existi¨® primero como arte digital y despu¨¦s como mueble f¨ªsico. Tard¨® a?os en materializarse (la base est¨¢ hecha de madera y los p¨¦talos que la convierten en una escultura que apetece toquetear, de poliester cortado con l¨¢ser) y con ella habr¨¢ que contar cuando se resuma el dise?o de interiores de esta d¨¦cada.

El rosa del cuarzo y de las lenguas de los mam¨ªferos unifica tambi¨¦n casi todos los proyectos que sube a su cuenta de Instagram y se ha convertido en la tarjeta de presentaci¨®n de este artista h¨ªbrido que ha expuesto en lugares como el Moco Museum (Amsterdam y Barcelona) y el Palazzo Strozzi de Florencia y cuyo trabajo, que no escoge entre lo art¨ªstico y lo comercial, entienden tanto las marcas como las galer¨ªas y las casas de subastas.

Quiz¨¢ lo obvio, a la hora de hacerse un nuevo estudio, hubiera sido te?irlo todo de rosa. Pero su amigo, el arquitecto Isern Serra, que se ha encargado de levantar el proyecto en el Poblenou, el barrio en que ambos viven y trabajan, ten¨ªa otras ideas. ¡°No quer¨ªamos que el color rosa fuera protagonista, quer¨ªamos que estuviese pero de una manera contenida, as¨ª que los dos acordamos que la mesa de hormig¨®n, donde nacen y se elaboran todos sus proyectos ten¨ªa que ser rosa. Un elemento que vertebra el espacio y se usa tanto de mesa de trabajo como de barra de cocina¡±, explica el arquitecto, que ha firmado otros espacios en la misma zona y recibi¨® tambi¨¦n el encargo de reformular la sala Universo del Cosmocaixa, el Museo de la Ciencia de Barcelona. La mesa de la que habla, en la que lo mismo se come que se trabaja, est¨¢ hecha de hormig¨®n, mide ocho metros de largo y se hizo a medida para anclar ese espacio, con formas geom¨¦tricas que reflejan lo que sucede en el resto del estudio.

Adem¨¢s de la espectacular mesa multifunci¨®n, que cuenta con taburetes dise?ados por Julia Esqu¨¦ y con sillas Physix de Vitra, el otro elemento que destaca en el estudio de Reisinger es la escalera que une los dos pisos, casi una escultura que parece flotar y est¨¢ hecha de una sola pieza. Ha terminado por definir el espacio pero ambos, tanto el dise?ador y cliente como el arquitecto, tardaron en llegar a ella. Primero barajaron una escalera de hormig¨®n, pero surgieron dificultades t¨¦cnicas. ¡°Tras pensar hacerla en rosa, blanco, madera¡­ pensamos la idea de hacerla en inox pulido satinado y los dos lo vimos claro. Algo, fino, elegante, sofisticado como es su obra¡±, resume Serra. No fue f¨¢cil construirla ni transportarla pero finalmente se logr¨®.

Poner en pie un espacio de trabajo tan ambicioso casi parece contraintuitivo en 2022, cuando los estudios se est¨¢n desgajando, y m¨¢s en un ¨¢mbito tan l¨ªquido como el dise?o, y parece haberse asumido que oficina es aquel lugar en el que cada individuo est¨¦ en ese momento y pueda conectarse por Zoom y Slack con los que sean sus colaboradores esa semana ?Por qu¨¦, entonces, enraizarse y construir? ¡°Ambas cosas son necesarias¡±, reflexiona Reisinger. ¡°La energ¨ªa del intercambio f¨ªsico y el momento de soledad para crear sin distracciones ni incomodidades de espacios populares. La orzanizaci¨®n y disciplina en equipo es fundamental para que esto se vea relejado en los proyectos. En cu¨¢nto a lo de tener un estudio f¨ªsico con ambici¨®n arquitect¨®nica, es una expresi¨®n necesaria para cualquier artista que trabaje con lo visual, con el espacio y con los materiales. El tiempo que dedicamos a nuestra practica es much¨ªsimo, y consciente o inconscientemente el espacio donde lo practicamos nos afecta. Si tienes la posibilidad de crear tu propio espacio de creaci¨®n, donde te sientes c¨®modo, tranquilo y seguro, es una de las mejores cosas que puedes hacer como creativo¡±.

Tomada la decisi¨®n, no les cost¨® ponerse de acuerdo. Ambos se conocen bien y supieron anticiparse a las ideas del otro. Lo que le transmiti¨® Reisinger es que sus obras, tanto digitales como f¨ªsicas, suelen tener color y lo que necesitaba para el estudio era lo contrario, que funcionara como ¡°un lienzo par acomponer, una hoja en blanco, pero la hoja en blanco m¨¢s elegante y natural posible. Nada maquillado, todo mat¨¦rico¡±. A partir de ah¨ª, Serra propuso la idea de la mesa ¨²nica, que por un lado es tablero de cocina, donde se come, y por otro mesa de oficina, d¨®nde se trabaja. La soluci¨®n sirve tambi¨¦n para dar ductilidad a un estudio que, como la mayor¨ªa ahora, tiene una plantilla m¨®vil. El espacio puede acoger a unas diez personas trabajando c¨®modamente, aunque lo cierto es que casi siempre hay empleados conect¨¢ndose en remoto.

La idea de convertir los antiguos espacios industriales del Poblenou, que se conoc¨ªa como el Manchester catal¨¢n en el siglo XIX, en estudios para artistas y profesionales creativos empez¨® a tomar forma ya en los a?os ochenta, cuando muchos artistas pl¨¢sticos miraban hacia Nueva York y trataban de copiar aquella est¨¦tica de montacargas y hormig¨®n y poca luz sin pensar mucho que estaban en Barcelona y a dos manzanas de la playa. Desde entonces, el barrio ha visto muchos cambios y varios procesos de conversi¨®n, tambi¨¦n visual. ¡°El look industrial en s¨ª no es lo que busc¨¢bamos¡±, dice Serra. ¡°Quer¨ªamos su esencia, pero no su est¨¦tica. Busc¨¢bamos algo m¨¢s c¨¢lido y sereno. Para m¨ª, la oficina tiene que ser un espacio agradable muy domesticado y de proporciones humanas¡±.

¡°El barrio ha cambiado mucho desde que llegu¨¦¡±, admite Reisinger. Ahora, por ejemplo, es una meca para n¨®madas digitales, que est¨¢n de paso y valoran su mezcla y su ubicaci¨®n privilegiada. ¡°Es un barrio con un cruce de costumbres muy interesante, donde existe el artesano de toda la vida con su taller a puertas abiertas y convive con toda una nueva camada de energ¨ªa joven, de proyectos arriesgados e ideas nuevas. Sumado a que hay sitios arquitect¨®nicos muy interesantes que a¨²n siguen sin uso. En los ¨²ltimos diez a?os, la mayoria de los creativos, dise?adores, artistas y marcas j¨®venes se han establecido en Poblenou por eso. Ir a tomar un caf¨¦ y encontrarte con Isern o con amigos creativos que frecuentan los mismos bares en el barrio es un lujo¡±.

?Se considera entonces parte del tejido de creativos de la ciudad o podr¨ªa hacer lo que hace desde cualquier lugar del mundo? ¡°Podr¨ªa escribir todo un libro sobre esto¡±, duda. ¡°En resumen, todos somos permeables y como creativos aun mas. El contexto nos modifica, nos aporta, nosotros aportamos, hay intercambio a¨²n as¨ª cuando no lo hay. Es imposible pensar en hacer lo mismo desde donde sea que vivas y frecuentes. Tu eres el contexto y el contexto eres t¨²¡±.

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