¡®Movement¡¯, la instalaci¨®n art¨ªstica que apuesta por volar sin quemar combustible
El invento de Tom¨¢s Saraceno no se limita al vuelo sin carga, tambi¨¦n ha permitido transportar seres humanos. Pero el artista prefiere rebajar las expectativas: ¡°Lo importante es que la gente quiera de verdad cambiar las cosas¡±
Un grado, nada m¨¢s, puede ser definitivo. Poco m¨¢s de un grado es lo que en los ¨²ltimos treinta a?os ha aumentado la temperatura en la regi¨®n francesa de Champa?a, lo que ha anticipado las cosechas de uva y complicado la producci¨®n de los vinos espumosos m¨¢s apreciados del mundo. Un solo grado es tambi¨¦n lo que permite que Movement, la instalaci¨®n que el artista argentino Tom¨¢s Saraceno (San Miguel de Tucum¨¢n, 48 a?os) ha realizado para los vi?edos de la Maison Ruinart, alce el vuelo y se ponga en funcionamiento. Cuando est¨¢ inactivada, su apariencia es la de una mochila negra de nylon. Al desplegarse en el exterior, el viento y el calor del sol incidiendo sobre el material hacen su efecto. ¡°El color negro del tejido absorbe temperatura. Y cuando el aire interior se calienta un grado, la escultura toma vida y se eleva¡±, explica a ICON Design el artista desde su estudio en Berl¨ªn, ciudad en la que reside. ¡°?Cu¨¢n fuerte es el cambio, con un solo grado! Es algo muy sencillo y ni siquiera lo invent¨¦ yo, ya que lleva experiment¨¢ndose con ello desde los a?os setenta¡å.
El prop¨®sito de todo esto es acercarnos a la posibilidad de volar sin quemar combustible, una pr¨¢ctica que da?a el medio ambiente y acelera ese cambio clim¨¢tico que aumenta la temperatura global. ¡°En la historia de la aviaci¨®n, desde los globos de los hermanos Mongolfier hasta los hermanos Wright y lo que ha venido despu¨¦s, nuestra forma de flotar en el oc¨¦ano del aire ha sido quemando combustibles. Ha habido una eterna necesidad de quemar recursos. Y tenemos que decirnos: keep them on the ground, mantenlos en el suelo, no los extraigas y los quemes¡±.
En su vuelo, el dispositivo describe sobre los vi?edos una trayectoria que no deja trazas materiales, pero que puede visualizarse digitalmente a trav¨¦s de la aplicaci¨®n Aerocene, desarrollada por el estudio de Saraceno. Esos aeroglifos (del griego ¡°aer¡±, aire, y ¡°gl?phein¡±, tallar o grabar; as¨ª los llama su autor) pueden interpretarse de muchas maneras: remiten de manera expresa a nuestra huella de carbono, pero tambi¨¦n hablan de la tensi¨®n que en todo existe entre lo ef¨ªmero y lo permanente, o de c¨®mo convertimos eso que llamamos paisaje en un escenario para la actividad humana. Saraceno no descarta ninguna de ellas, y a?ade otras que tienen que ver con la covid-19, pero tambi¨¦n con cuestiones sociales y pol¨ªticas: ¡°Aerocene nos indica c¨®mo podemos inventar una ¨¦poca del tiempo que nos lleve a acciones y formas de vida que sean distintas a las que estamos acostumbrados. La escritora Rebecca Solnit apunt¨® en un art¨ªculo que durante los primeros 15 meses de la pandemia murieron 2,8 millones de personas, pero por la mala calidad del aire mueren en el mundo 8,7 millones de personas cada a?o. Y eso viene en gran medida de nuestra adicci¨®n a los combustibles f¨®siles. Durante la pandemia se hizo presente la injusticia de qui¨¦n tiene el privilegio de respirar seg¨²n qu¨¦ clase de aire. En los Estados Unidos, por ejemplo, la poblaci¨®n de color estaba m¨¢s afectada. Y ya no es solo qu¨¦ calidad de aire, es la posibilidad misma de respirar: ah¨ª tenemos el I can¡¯t breathe de George Floyd, que dio lugar al movimiento Black Lives Matter¡±.
Su invento no se limita al vuelo sin carga, tambi¨¦n ha permitido transportar seres humanos. Un globo solar de Aerocene bati¨®, en 16 minutos de vuelo, varios r¨¦cords de la FAI (Federaci¨®n Aeron¨¢utica Internacional). Pero cuando se le pregunta a Saraceno sobre las posibilidades pr¨¢cticas que en el futuro, propone una rebaja de las expectativas: ¡°Siempre nos parece que es el pr¨®ximo invento tecnol¨®gico lo que nos va a solucionar los problemas, cuando lo importante es la gente, que la gente quiera de verdad cambiar las cosas. Y aqu¨ª la idea es tener tiempo de viajar m¨¢s lento. Inventemos otra moda que cambie la historia moderna de que cuanto m¨¢s r¨¢pido mejor. Mov¨¢monos con los ritmos planetarios, con la velocidad del viento. Esto es antitecnolog¨ªa¡±.
Entre tanto trabaja en un nuevo proyecto, una gran instalaci¨®n para el mirador que la pr¨®xima primavera se abrir¨¢ en la Torre Gl¨°ries de Barcelona (antes conocida como Torre Agbar, dise?ada por el franc¨¦s Jean Nouvel) sobre la que a¨²n no puede adelantar nada pero que, ubicada a unos 120 metros de altura, no necesitar¨¢ volar para mirarnos desde el cielo.
¡°Mi formaci¨®n es en arquitectura, y siempre me fascinaron las estructuras catenarias de Gaud¨ª en Barcelona¡±, apunta Saraceno. ¡°Cuando vi la Torre Gl¨®ries pens¨¦ que era como un homenaje a ¨¦l, pero tambi¨¦n al arquitecto alem¨¢n Frei Otto y a las arquitecturas en suspenso en general. Y a las nubes. Me encanta mirar las nubes, me inspiran, por eso quise intervenir el mirador¡±.
Otra inspiraci¨®n que le proporciona la naturaleza es la que proviene de las ara?as, que est¨¢ presente en algunos de sus trabajos m¨¢s conocidos. Aparece en sus esculturas formadas por filamentos que recuerdan a las telara?as, y constituy¨® el n¨²cleo de sus piezas en la exposici¨®n M¨¢s-que-humanas junto a Dominique Gonzalez-Foerster en el Thyssen-Bornemisza de Madrid en 2019. Hay algo obsesivo en esa fijaci¨®n por los ar¨¢cnidos, que se confirma cuando los equipara con arquitectos o artistas: ¡°Las telas de las ara?as son unas obras geniales que pueden generar cambio y hacernos aprender muchas cosas. Yo considero que las ara?as me han elegido para representarlas y darles espacio en museos y galer¨ªas, as¨ª que es como si me hubieran contratado y yo trabajara para ellas. ?Y espero estar haciendo un buen trabajo!¡±.
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