La Parra: el superviviente de los restaurantes m¨ªticos de Madrid donde Isabel Preysler tuvo sus primeras citas con Boyer
Decir que el interior de La Parra tiene car¨¢cter angloandaluz ser¨ªa quedarse muy corto a la hora de describir este cl¨¢sico madrile?o
Ava Gardner se hart¨® de Madrid mucho antes de que abriera La Parra. Y la Movida ya daba s¨ªntomas de cansancio en 1983, pero eso no quita para que este restaurante del barrio de Almagro, inaugurado cuando los a?os m¨¢s legendarios de la ciudad estaban a punto de quedar atr¨¢s, sea de la misma raza m¨ªtica que el llorado bar Balmoral o la cafeter¨ªa Embassy, cerrada en 2017 entre las quejas de un piquete mixto de intelectuales y cardados perfectos. Aqu¨ª tuvo Isabel Preysler sus primeras citas con Miguel Boyer, aqu¨ª sigue intacta la mesita a la que cantaba Mecano en El 7 de septiembre y aqu¨ª se cort¨® el aire con un cuchillo al coincidir las dos embajadas enfrentadas por la guerra de las Malvinas, recuerda por tel¨¦fono Tessa S¨¢nchez Walmsley, due?a de La Parra junto a su hermana Andrea.
Tambi¨¦n es tenso el d¨ªa de octubre que hablamos. El gobierno de la Comunidad de Madrid acaba de ordenar que los restaurantes cierren a las 11 de la noche, una medida que en las semanas siguientes obligar¨¢ a bajar la persiana para siempre a locales tan emblem¨¢ticos de la ciudad como Zalaca¨ªn. Menos mal que en La Parra el coste sentimental se calcula con m¨¢s empe?o que el econ¨®mico. ¡°Es algo que en primero de Econom¨ªa te dicen que nunca hay que hacer, pero cuando hemos tenido que sacrificar nuestro patrimonio personal para salvar el restaurante, no hemos vacilado. La Parra es sagrada¡±, dice Tessa con una voz que se anima al hablar de su abuelo.
Brian Walmsley, un actor ingl¨¦s que habr¨ªa re¨ªdo al enterarse de que haya hecho falta una pandemia mundial para que los espa?oles cenen a las ocho, fue quien invent¨® algunas de las recetas que siguen sirvi¨¦ndose en La Parra y quien, junto a su esposa, comenz¨® la tradici¨®n hostelera de la familia. ¡°Mis abuelos se conocieron en Sevilla en una fiesta del consulado brit¨¢nico. Ella ven¨ªa de una familia de la aristocracia andaluza y pr¨¢cticamente la desheredaron cuando se cas¨® con ¨¦l, porque adem¨¢s de actor y de ingl¨¦s, resulta que mi abuelo era esp¨ªa¡±, apunta Tessa.
Juntos, montaron un restaurante bajo la parra de la casita malague?a con la que pusieron tierra de por medio con la alta sociedad, y de ah¨ª su nombre, aunque el bombazo lo pegaron con La Parra que abrieron luego en el centro de Londres. La princesa Ana, hija de la reina Isabel II, y los Rolling Stones fueron algunos de los clientes que hicieron famoso un restaurante que ahora, en su sede madrile?a, tambi¨¦n presume de las visitas del matrimonio Obama, Jean Paul Gaultier, o Catherine Deneuve, por citar solo algunos de los famosos que han plasmado su firma o su arte en ese peque?o museo que es el libro de visitas del establecimiento.
La Parra de Madrid, sin embargo, es un invento del padre de Tessa y Andrea, un se?orito madrile?o llamado Gin¨¦s S¨¢nchez-Rubio que durante un verano en Ibiza se enamor¨® de la despampanante hija de los Walmsley-P¨¦rez de Guzm¨¢n, Tessa. La joven compaginaba su trabajo en el restaurante de sus padres con una fren¨¦tica vida social acompa?ada de gente como el dise?ador Ossie Clark, a quien serv¨ªa como modelo de medidas, o el actor Dustin Hoffman, con quien contaba que tuvo una aventura. Pero no pudo resistir el encanto de Gin¨¦s y al final cambi¨® la capital brit¨¢nica por la espa?ola. En 1983, ese enamoramiento tom¨® la forma de este local angloandaluz.
¡°Mi padre le mont¨® La Parra a mi madre para que se quedara con ¨¦l en Madrid en vez de volver a Londres¡±, dice Tessa hija. Obra suya es la decoraci¨®n del restaurante, evocadora tanto de una tasca andaluza como de un club de las colonias brit¨¢nicas sacado de una pel¨ªcula de David Lean. El local ha sido alabado por una autoridad en la materia como es Pascua Ortega, ¨ªntimo de Gin¨¦s y colaborador suyo como decorador de la famosa discoteca que este fund¨® en Ibiza, Amnesia.
¡°A Pascua Ortega le he escuchado decirles a sus becarios que se fijaran en La Parra porque tiene casi todo lo que hay aprender sobre decoraci¨®n¡±, asegura Tessa. Fallecido hace unos meses al igual que su mujer, Gin¨¦s S¨¢nchez-Rubio se encarg¨® de dise?ar los veleros de metal de las mesas, los azucareros y, lo que es m¨¢s importante, la iluminaci¨®n del que es justo decir que es el restaurante m¨¢s rom¨¢ntico de Madrid. ¡°Mi padre era un decorador maravilloso. ?Ten¨ªa reguladores de luz hasta en los ba?os de casa!¡±.
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