Todo sobre su bar: c¨®mo dos productores financiaron sus pel¨ªculas poniendo ca?as en Malasa?a

Existe una categor¨ªa de artistas que no firman obras pero a cambio son capaces de convertir sus propias vidas en lienzo, novela y bloque de m¨¢rmol sobre el que esculpir algo memorable. Osama Chami (Madrid, 40 a?os) y Enrique Gimeno Pedr¨®s (Valencia, 36) s¨ª firman obras, cada vez m¨¢s, de hecho, entre el cine, la escritura, la interpretaci¨®n y el teatro, pero una de ellas es la que les rodea esta tarde en Madrid. Est¨¢n en Cazador, el bar que abrieron hace ocho a?os en la calle Pozas de Malasa?a, en principio para pagarse sus incursiones en el cine y que hoy se ha convertido en la sin¨¦cdoque que da nombre a su productora, a ellos como pareja y, en fin, a su vida. ¡°Era 2013, plena crisis financiera. ?Ad¨®nde ¨ªbamos autoproduci¨¦ndonos nuestros cortos? Dijimos, ¡®vamos a montar un bar, hacer dinero de las cervezas y las ca?as, que eso nunca deja de funcionar¡¯. Y ah¨ª empez¨® todo¡±, recuerda Gimeno. ¡°La idea de abrirlo era crear una familia, una parroquia, e hicimos un corto, Seg¨²n Mateo (2017) con el dinero que sacamos de los primeros a?os del bar. Nuestros amigos nos han ayudado a pagar el siguiente, El joven Diego (2021), ya no consumiendo en la barra sino financiando la posproducci¨®n¡±.

En este bar, Gimeno, que de los dos es quien m¨¢s tira hacia el teatro, pone las ca?as ¨¦l mismo pero tambi¨¦n le insufla de su propia personalidad. ¡°Hay mucha performance aqu¨ª, este es mi teatro¡±, cuenta (de todas formas est¨¢ escribiendo un mon¨®logo para llevar a las salas). As¨ª se han convertido no solo en artistas respetados por los suyos sino en los patrones de una de las comunidades m¨¢s efervescentes del Madrid nocturno. ¡°Aqu¨ª se ha formado una escena de amigos, conocidos, gente de paso, que es muy nosotros. La gente de verdad se siente en su casa, incluso ahora que se mata a homosexuales en la calle, aqu¨ª est¨¢s seguro¡±.

Su ¨²ltimo trabajo, El joven Diego, que ha sido seleccionado en dos de los festivales LGBTI m¨¢s importantes del mundo anglosaj¨®n, el Frameline de San Francisco (en la categor¨ªa Fantas¨ªas oscuras y retorcidas) y el Gaze de Irlanda, es una muestra casi emblem¨¢tica del estilo de la pareja. Es ambig¨¹a, atmosferica, gay e inquietante, un Pasolini cruzado con Almod¨®var (de quien Chami es asistente personal desde 2016) con un guion m¨¢s cercano a la poes¨ªa que a la narrativa. ¡°Quer¨ªamos que durante los siete minutos que dura el espectador no supiera muy bien lo que est¨¢ viendo, pero que sintiera algo¡±, explica Chami. De la trama solo se sabe que un chico (Iv¨¢n Pellicer, de la serie Para¨ªso) se ha citado con un hombre, al que nunca vemos, para tener una experiencia m¨¢s all¨¢ de lo sexual: se va a dejar comer por ¨¦l. ¡°Para nosotros es m¨¢s bien una met¨¢fora sobre ser joven y entregarse a alguien. Claro que todas las ideas que tenga el p¨²blico son v¨¢lidas¡±, a?ade Chami.

El corto se pens¨® durante el confinamiento, cuando Gimeno y Chami ¡ªy el resto del planeta¡ª se replantearon su existencia. Ahora la pareja siente un nuevo impulso creativo. ¡°Es que esto no va a cambiar, siempre va a estar ocurri¨¦ndonos algo¡±, explica Gimeno. Est¨¢n trabajando un largometraje generacional. ¡°Es sobre ese punto de mirar atr¨¢s y decir, ¡®Cuando ten¨ªa 15 a?os me imaginaba as¨ª a los 40¡¯. La imagen que ten¨ªas de tu yo futuro era diferente pero porque t¨² tambi¨¦n lo eras. Tu vida no se parece a la de tus padres. Los ve¨ªas como gente con todo hecho y construido, sin dudas, y ahora te ves a ti y ves algo diferente¡±, explica Chami, m¨¢s experimentado como guionista. Pero enseguida le matiza Gimeno: ¡°Tambi¨¦n por tener una pulsi¨®n art¨ªstica quiz¨¢ no tenemos esa necesidad de crear una familia¡±. Se?ala alrededor, a sus cuatro paredes: ¡°Tal vez un hogar. Para nosotros, la familia en es esto, el bar, la parroquia, los cortos, la pel¨ªcula. Nuestro beb¨¦¡±.

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