La noche en que Bj?rk acab¨® con los l¨ªmites de un concierto pop en Barcelona
Hace 20 a?os, la artista islandesa actuaba en el Liceo barcelon¨¦s como parte de una pol¨¦mica gira por teatros de ¨®pera. Desde entonces ha ido m¨¢s lejos en su voluntad de estirar los l¨ªmites de la m¨²sica popular y ha abierto el camino para que hoy los recitales tengan lugar en cualquier parte
Estamos acostumbrados a que en los grandes templos l¨ªricos espa?oles act¨²en m¨²sicos pop de todo pelaje pero, cuando Bj?rk (Reikiavik, 55 a?os) pis¨® el Liceo barcelon¨¦s, el 4 de noviembre de 2001, fue algo ins¨®lito que gener¨® tanta perplejidad como titulares. La artista islandesa se encontraba por aquel entonces en la cima de su popularidad: con sus tres primeros ¨¢lbumes (Debut, de 1993, Post, de 1995, y Homogenic, de 1997) se hab¨ªa convertido en una de las estrellas m¨¢s relevantes y admiradas del pop contempor¨¢neo. Acababa de obtener la Palma de Oro en Cannes a la mejor actriz por su papel en Bailar en la oscuridad, de Lars Von Trier (con quien acab¨® peleada, seg¨²n ella tras sufrir acoso por parte del realizador) y de actuar en la gala de los Oscar, donde uno de los temas compuestos para la pel¨ªcula tambi¨¦n hab¨ªa sido nominado a la mejor canci¨®n original.
El caso es que aquel no era un concierto aislado. Para la gira del ¨¢lbum que presentaba entonces, Vespertine, Bj?rk Gudsmund¨®ttir se plante¨® que solo pasara por iglesias, teatros de ¨®pera y otros recintos con condiciones ac¨²sticas especiales. Program¨® 34 fechas repartidas entre Europa, EE UU y Jap¨®n. La de Barcelona fue la ¨²nica parada en Espa?a, despu¨¦s de que el Teatro Real de Madrid la rechazara. ¡°Un concierto como este en un local pensado para el rock ser¨ªa un desastre: all¨ª todo suena muy fuerte y yo necesitaba que los sonidos se encontraran naturalmente¡±, comentaba ella en la rueda de prensa ofrecida en el Liceo. ¡°Necesitaba locales en los que pudiera cantar sin micr¨®fono, en los que una orquesta pudiera sonar sin amplificaci¨®n y que no fueran ni muy peque?os ni muy grandes. Un local de ¨®pera es id¨®neo para eso¡±.
En cada ciudad, cont¨® con una orquesta sinf¨®nica local de 70 personas, un coro de voces femeninas procedentes de Groenlandia y el apoyo de la arpista Zeena Parkins y el d¨²o de m¨²sica electr¨®nica experimental Matmos (quienes tambi¨¦n oficiaron de teloneros, en una actuaci¨®n incluso m¨¢s rompedora para el Liceo que la de Bj?rk).
La maniobra fue recibida con controversia. Su ambici¨®n y atrevimiento fueron alabados por unos y criticados por otros que ve¨ªan aquello como un capricho de diva que, adem¨¢s, quedaba vetado a su p¨²blico natural. Los precios de las entradas alcanzaban los 140 euros y las algo m¨¢s de 2000 localidades se agotaron en cuatro horas. ¡°Lo s¨¦, desgraciadamente es caro¡±, se justific¨® ella. ¡°Es una contradicci¨®n: un concierto que quiere ser popular a un precio elevado, pero somos 74 personas sobre el escenario, me lo he tomado como un experimento breve y atrevido¡±, argumentaba ante la prensa espa?ola. La artista perdi¨® dinero en aquella gira y decidi¨® recompensar a sus admiradores con una gira de grandes ¨¦xitos el verano de 2003 (que pas¨® por Madrid, Valencia y el festival barcelon¨¦s S¨®nar).
Sobre el resultado art¨ªstico del concierto tambi¨¦n hubo divisi¨®n de opiniones. En la cr¨ªtica publicada por EL PA?S, Luis Hidalgo escrib¨ªa que ¡°fue hermoso y tuvo momentos llenos de sensibilidad, pero pareci¨® que para adaptar repertorio y temas a los locales en los que iban a sonar se realiz¨® un esfuerzo innecesario que solo acab¨® perjudicando al p¨²blico ¨Cpocos pudieron asistir¨C y a las propias canciones, revestidas con un aura de cultura con may¨²sculas que solo acaba por demostrar que el pop, el resto del pop, es solo cultura con min¨²sculas¡±.
Tom¨¢s Fernando Flores, director de Radio 3 y entonces responsable del programa Siglo21, lo recuerda de otra manera: ¡°Aquel concierto fue maravilloso, sublime. Adem¨¢s, tuvo un valor simb¨®lico: la m¨²sica popular en un espacio hist¨®rico dedicado a la ¨®pera y la cl¨¢sica. El continente cataliz¨® la emoci¨®n del contenido. Fue algo excepcional. Al acabar, ella lo afirm¨® tambi¨¦n. Estaba realmente muy contenta¡±.
Lo cierto es que aquel fue solo el comienzo de una creciente voluntad por ir m¨¢s all¨¢ de lo que se esperar¨ªa de un artista de m¨²sica popular. Su siguiente ¨¢lbum de estudio, Med¨²lla (2004), lo grab¨® solamente con voces humanas y, a continuaci¨®n, compuso la poco accesible banda sonora de Drawing Restraint 9, una pieza de videocreaci¨®n que protagoniz¨® junto a su pareja de entonces, el artista conceptual Matthew Barney. Biophilia (2011) fue el primer ¨¢lbum de la historia que inclu¨ªa apps para smartphones y lo acompa?¨® de un proyecto educativo de divulgaci¨®n cient¨ªfica que consigui¨® llevar a las escuelas de Islandia. Tambi¨¦n se hizo con la colaboraci¨®n de David Attenborough, a quien ya en los a?os noventa hab¨ªa calificado como su mayor influencia musical (aunque no fuese m¨²sico).
¡°Me identifico con su sed por explorar territorios nuevos y salvajes, me gusta descubrir sonidos que no haya escuchado antes¡±, declaraba la artista. La utilizaci¨®n de instrumentos novedosos ¨Ccomo el Reactable, un sintetizador dise?ado por la Universidad Pompeu i Fabra¨C, su aplicaci¨®n de nuevas tecnolog¨ªas en los videoclips, sus indefinibles sesiones de DJ con sonidos de p¨¢jaros como hilo conductor ¨Ccomo la que ofreci¨® en el S¨®nar en 2017¨C o sus puestas en escena son solo algunos de los rasgos con los que ha confrontado las convenciones.
¡°Hubo un momento en que el entorno, las formas, lo que rodeaba a cada disco, se empez¨® a destacar m¨¢s que las canciones en s¨ª¡±, apunta el cr¨ªtico especializado en m¨²sica electr¨®nica F¨¦lix Su¨¢rez. ¡°Ella es curiosa por naturaleza, el mundo del pop se le ha quedado peque?o y ha preferido relacionarse con ese otro mundo del arte, moderno o multimedia, que est¨¢ un poco por definir, sabiendo que ah¨ª se la va a entender y se va a poder desarrollar mejor que en la t¨ªpica rueda de disco-gira-disco. Eso lleva que alguna vez d¨¦ en la diana y todo sean parabienes y otras veces la vean como una freak, pero eso no est¨¢ en sus manos. Yo lo que valoro es que nunca se ha quedado en la comodidad de su fama¡±.
Cierto es que, a medida que su trabajo se volvi¨® m¨¢s experimental, la artista cay¨® un tanto en desgracia para parte del p¨²blico y de los medios que la hab¨ªan encumbrado el siglo anterior. La incomprensi¨®n se mezcl¨® con la cr¨ªtica e incluso con la ridiculizaci¨®n. ¡°A las mujeres pioneras o rompedoras se las toma menos en serio y se las critica mucho m¨¢s¡±, afirma Sole Parody (Le Parody), artista electr¨®nica afincada en Madrid que se podr¨ªa considerar influida por Bj?rk. ¡°En la actualidad puede parecer que eso se ha superado, pero creo que simplemente se ha abierto m¨ªnimamente el cupo de mujeres a las que se le permite. Si cumples determinadas caracter¨ªsticas (de edad, f¨ªsico, actitud, raza, etc.) aceptadas por el patriarcado, se te aplaude por transgredir algunas barreras art¨ªsticas. Si no, vas a seguir siendo ninguneada e invisibilizada¡±.
¡°Cuando se la cuestiona o parodia tiene mucho que ver con el hecho de ser mujer¡±, concede Igor Paskual, m¨²sico de rock, guitarrista de Loquillo, escritor y licenciado en Historia del Arte que, de modo poco previsible, se define como muy fan de Bj?rk. ¡°A eso hay que a?adirle que es islandesa y con facciones inuit. Representa la otredad y no se la juzga con el mismo baremo que si fuera anglosajona. Es percibida como doblemente extra?a, ya que no es hombre y no es plenamente occidental. Adem¨¢s, con Bj?rk sucede como con muchas ramas del arte contempor¨¢neo como la performance. Hace que mucha gente sienta su inteligencia cuestionada y m¨¢s en un terreno como el arte conceptual, que siempre es mirado con sospecha o con recelo. La forma de quitarle valor, ya que no puedes hacerlo con su obra, es ridiculizando el personaje y atacar a lo tangible, por ejemplo, la ropa o el personaje, porque de ese tipo de asuntos puedes opinar sin saber nada. Bj?rk es la ni?a lista de gafas de clase, pero como no puedes meterte con su cabeza porque est¨¢ en una esfera completamente distinta a la tuya, te metes con sus gafas¡±.
En una muy comentada entrevista concedida a la web estadounidense Pitchfork en 2015, la islandesa criticaba tambi¨¦n la percepci¨®n generalizada de que no se valoraba suficientemente su labor como productora, y que autom¨¢ticamente se pensaba que el trabajo m¨¢s importante lo hac¨ªan sus colaboradores masculinos. Sole Parody, que recuerda perfectamente aquellas declaraciones, se siente identificada con ello. ¡°La autor¨ªa femenina ha estado en el armario much¨ªsimo tiempo. Eso tiene un matiz diferente a ser reprimida o prohibida. Quiere decir que prefieres no definirte como autora porque sabes o intuyes que puede ser peor hacerlo que pasar desapercibida. Y para salir del armario no basta con el arrojo o la autoconfianza personal de una, hace falta cierto acompa?amiento, cierto empoderamiento social. Bj?rk pudo empezar a reclamar su autor¨ªa como productora porque ya hab¨ªa un clima propicio para aceptar eso, y a la vez sus declaraciones creo que ayudaron a muchas otras artistas a empezar a reclamar su papel en sus propias creaciones¡±, afirma.
¡°Bj?rk ha sido muy generosa, en realidad, a la hora de dar visibilidad a m¨²sicos que le gustaban e invitarlos a colaborar en sus discos. Ha expandido el universo sonoro y visual del pop, lo ha acercado a la vanguardia art¨ªstica en un camino de ida y vuelta, tambi¨¦n de puesta en escena, sus v¨ªdeos han sido siempre piezas de arte en s¨ª mismas, no ha tenido miedo de tomar riesgos, y adem¨¢s dando siempre la sensaci¨®n de disfrutarlo y divertirse, quit¨¢ndole seriedad al mundo del arte y la creaci¨®n¡±, afirma F¨¦lix Su¨¢rez.
¡°En realidad, ella ha mantenido el esp¨ªritu punk juvenil que mostraba al frente de The Sugarcubes en los a?os ochenta en lo que respecta a su manera de transgredir. Cada etapa ha sido diferente, pero su carrera est¨¢ unida por su propio carisma y por la determinaci¨®n con la que ha investigado formatos y lenguajes. Algunas composiciones suyas que ahora parecen m¨¢s comerciales, en su momento eran radicales. Ella ha ayudado con su creatividad a cambiar la mirada que se tiene en torno a la m¨²sica popular¡±, concluye Tom¨¢s Fernando Flores.
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