De Matt Damon a Gwyneth Paltrow: los famosos que anunciaban criptomonedas lo pagan con su popularidad
?C¨®mo atraer a un p¨²b¨ªco desconfiado y de clase media a invertir en un terreno desconocido? Con celebridades de imagen cercana y atrayente, hoy ya en la picota tras la desconfianza generada en torno al bitcoin
Matt Damon lo ten¨ªa muy claro hace tres o cuatro meses. Para el actor de Massachusetts, el mundo se divid¨ªa en partidarios y detractores de las criptomonedas. Los primeros eran personas audaces, con olfato, dispuestas a sintonizar con la escurridiza longitud de onda del progreso. Los segundos, perdedores contumaces, vulgo informe, pobres diablos que no reconocer¨ªan una inversi¨®n con futuro ni aunque les bailase desnuda sobre el regazo.
Ese era al menos el mensaje de Fortune Favors the Brave (¡±la fortuna sonr¨ªe a los valientes¡±), una de las campa?as publicitarias m¨¢s populares en Estados Unidos de la pasada primavera. La protagonizaba Damon, la dirig¨ªa el muy cotizado realizador Wally Pfister y el cliente era la comunidad de activos digitales Crypto.com.
El anuncio fue lanzado durante uno de los descansos de la pasada Super Bowl, el espect¨¢culo deportivo m¨¢s visto del a?o, lo que demuestra que sus promotores no repararon en gastos. Visto hoy, viene a ser una risible epopeya de apenas un minuto en la que el protagonista de Marte (2015) equipara a los que invierten en criptomonedas con grandes pioneros de la especie humana como sir Edmund Hillary, Neil Armstrong o Galileo Galilei.
El d¨ªa que bitcoin descubri¨® Am¨¦rica
Semejante producto audiovisual, pomposo y grandilocuente, gener¨® una cierta rechifla en las redes sociales y fue parodiado en un cap¨ªtulo de South Park, pero muy pocos cuestionaron frontalmente su mensaje. Un famoso con reputaci¨®n de tipo cercano y cordial nos incitaba a invertir en ¡°nuevos¡± activos financieros con coartada tecnol¨®gica. ?D¨®nde estaba el problema?
Meses despu¨¦s, tras los sucesivos colapsos que han llevado la cotizaci¨®n de algunas de las criptomonedas m¨¢s populares a m¨ªnimos hist¨®ricos, la participaci¨®n de Matt Damon en la mascarada publicitaria de Crypto.com ya no parece tan inocente. Desde finales de mayo, el actor est¨¢ siendo zarandeado sin piedad en los mismos foros que parec¨ªan adorarlo.
En Twitter, el patio de vecinos suspicaces m¨¢s concurrido del mundo, se le llama ¡°ladr¨®n¡±, ¡°estafador¡± y ¡°sinverg¨¹enza¡±. Cientos de usuarios m¨¢s o menos an¨®nimos lo acusan de incitarles a perder los ahorros de su vida invirti¨¦ndolos en activos fraudulentos o vol¨¢tiles. Dave Itzkoff, de The New York Times, le dice que, siguiendo sus consejos financieros, ha decidido ¡°comprarse un par de zool¨®gicos y alg¨²n que otro videoclub¡±. El economista John Schwartz considera que ¡°tampoco es para tanto: si invertiste en bitcoins el d¨ªa que Damon estren¨® su anuncio, solo habr¨¢s perdido la mitad de tu inversi¨®n inicial¡±. Y un tal John Kim dice al actor (ausente, por cierto, de Twitter) que no se arrepiente de haber seguido sus consejos, pero aprovecha para preguntarle cu¨¢nto dinero puede conseguir donando un ri?¨®n.
Dime con qui¨¦n andas
Si Damon fuese una empresa (y en cierto sentido lo es, como cualquier famoso de su calibre), dir¨ªamos que lo que est¨¢ sufriendo ahora mismo es una crisis reputacional. D¨¦cadas cocin¨¢ndose a fuego lento una imagen impecable, de tipo sensato y normal al que la fama y el ¨¦xito no han hecho mella, para acabar asociado a un desastre financiero de envergadura y siendo objeto de escarnio p¨²blico. Y todo sazonado por las im¨¢genes de un subproducto publicitario que inspira verg¨¹enza ajena y estos d¨ªas vuelve a ser viral.
?l ha optado por lo que en el argot de las celebridades se conoce como una retirada t¨¢ctica. No habla del tema. Est¨¢ limitando sus comparecencias p¨²blicas hasta que la tormenta amaine. Y a la periodista Tiffany Hsu, autora en The New York Times de un art¨ªculo sobre criptofamosos convertidos en criptoapestados, le contest¨®, sencillamente, que no ten¨ªa nada que decir al respecto.
Puede que esta falta de exposici¨®n forzosa no resulte del todo inc¨®moda a una estrella de su perfil, un boomer tard¨ªo (naci¨® en 1970) que nunca ha tenido en redes una presencia m¨¢s que testimonial. Hablamos, despu¨¦s de todo, de un hombre que se jacta de despreciar la correcci¨®n pol¨ªtica, que hasta hace no mucho pensaba que las redes sociales en que hay que estar son ¡°Facebook y, y tal vez Instagram¡± y que solo dej¨® de utilizar la palabra faggot (maric¨®n) cuando su hija Stella lo convenci¨® de que resultaba ofensiva para los homosexuales menores de 40 a?os.
Bien pensado, lo extra?o es que alguien as¨ª acabase involucrado en una campa?a de promoci¨®n de activos digitales. Pero Damon se tom¨® muy en serio su papel de embajador de la marca Crypto.com. Incluso, con el entusiasmo del converso, lanz¨® en estrecha cooperaci¨®n con la plataforma de criptomonedas una ONG dedicada a llevar agua potable a zonas del planeta que carecen de ella. La forma de contribuir a esta iniciativa solidaria era, c¨®mo no, comprar ¡°arte¡± digital. Es decir, los c¨¦lebres NFT, esas im¨¢genes virtuales con certificado de autenticidad por las que se han llegado a pagar aut¨¦nticas fortunas. El reverso cool de las criptomonedas.
El ¡®marketing¡¯ de la (presunta) normalidad
Para Jemima Kelly, experta en mercados tecnol¨®gicos del diario Financial Times, ¡°si Crypto.com quiso asociarse con Damon fue, precisamente, por su imagen de tipo corriente, una especie de James Stewart contempor¨¢neo al que se presum¨ªa muy alejado de la especulaci¨®n tecnol¨®gica¡±. Para vender bitcoins a multimillonarios y tecn¨®filos ¡°ya les iba bien Elon Musk¡±.
A finales de 2021, el mercado de criptoactivos estaba alcanzando su punto de ebullici¨®n e irrumpiendo de una vez por todas en el mainstream. El reto era ya por entonces subir al carro a la gente com¨²n. Incluso a los pobres. Y para ello, ?qui¨¦n mejor que alguien con el punto de autenticidad callejera de Matt Damon? Kelly ironiza con que ¡°Matt cobr¨® hasta el ¨²ltimo centavo en vetustos y s¨®lidos d¨®lares estadounidenses, con lo sencillo y pr¨¢ctico que hubiese sido hacerle una transferencia en bitcoins¡±.
El de Massachusetts no es el ¨²nico famoso que ha salido del apocalipsis cripto con la reputaci¨®n maltrecha. En realidad, los criptoapestados VIP son legi¨®n. A la modelo brit¨¢nica Cara Delevingne se le reprocha que participase en una campa?a, supuestamente solidaria, en la que subast¨® una reproducci¨®n de su vagina en NFT. Snoop Dog y Ellen DeGeneres se presentaban no hace mucho como avispados inversores tanto en criptoactivos como en arte digital de nuevo cu?o, y hoy lo est¨¢n purgando. Incluso Flea, bajista de Red Hot Chili Peppers, promocion¨® de manera activa la venta de criptoarte a trav¨¦s de las redes sociales, pese a acabar reconociendo, en un alarde de candidez que casi inspira ternura, que no sab¨ªa muy bien qu¨¦ estaba vendiendo.
No pares, sigue, sigue
Otro que se ha visto situado en el centro de la diana es el jugador camerun¨¦s de la NBA Joel Embiid, protagonista de otra campa?a de Crypto.com, Bravery is a Process (¡±la valent¨ªa es un proceso¡±), en la que tambi¨¦n se equiparaba de manera un tanto chusca la compra de criptoactivos con el coraje y el talento. Se lanz¨® el 6 de mayo, y fue el primer intento de contrarrestar el impacto negativo de la ca¨ªda de la cotizaci¨®n del bitcoin.
En ella, Bill Self, el hombre que descubri¨® a Embiid cuando era un adolescente desgarbado que a duras penas sab¨ªa botar un bal¨®n, pronuncia una frase que hoy suena m¨¢s desafortunada que nunca: ¡°Debemos perseverar incluso cuando todo el mundo piensa que vamos por el mal camino¡±. Es decir, compra bitcoins precisamente ahora, cuando todo el mundo los est¨¢ vendiendo para intentar salvar los restos del naufragio.
Otra que asoci¨® su imagen a este mundo hoy tan denostado es Reese Witherspoon, autora de la frase viral ¡°lo cripto est¨¢ aqu¨ª para quedarse¡±. Reese opina ahora que tal vez habl¨® desde el desconocimiento y que la asesoraron mal. Lo que no explica es cu¨¢nto dinero se llev¨® por convertirse en lobbista desacomplejada de un producto en el que nunca crey¨®.
Aunque pocas se mojaron tanto como Gwyneth Paltrow, autora de un tuit en el que afirma que las criptomonedas son ¡°feministas¡± porque dan a las mujeres la oportunidad de invertir en igualdad de condiciones que los hombres, algo que rara vez ocurre en los muy patriarcales entornos corporativos. Es decir, en palabras de Jemima Kelly, ¡°que el feminismo, tal y como lo entiende Paltrow, consiste en dar a las mujeres la oportunidad de participar en estafas piramidales¡±.
La lista contin¨²a. Elon Musk ha invertido en casi todo lo imaginable, y por supuesto tambi¨¦n en activos digitales. En 2021, el magnate se jactaba de que cada vez que escrib¨ªa un tuit ¡°la cotizaci¨®n de las criptodivisas sube 10 puntos¡±. Hoy, esas palabras lo persiguen. La que parece sentir un ol¨ªmpico desprecio por las repercusiones negativas de las campa?as en que participa es Paris Hilton. La rica heredera recibe continuos insultos en redes por provocaciones como haber bautizado a su ¨²ltimo par de caniches Crypto y Ether (por Ethereum, una de las criptomonedas a la baja), pero a ella no le importa. Nada de retiradas t¨¢cticas en su caso. Paris sigue atendiendo a diario a su comunidad de 17 millones de seguidores en Twitter y esquivando con indiferencia cualquier tema que le resulte desagradable o controvertido.
Sal de la cueva, no seas como Larry
La actriz Mila Kunis, el jugador de f¨²tbol americano Tom Brady o la tenista Naomi Osaka aparecen tambi¨¦n en la lista de famosos que se asociaron en alg¨²n momento a la constelaci¨®n cripto y hoy no quieren hablar de ello. Lo ven como parte de un pasado que preferir¨ªan olvidar, un (lucrativo) cad¨¢ver que guardan en el armario.
Aunque pocos se mojaron tanto (y tan bien) como Larry David. El humorista particip¨® en noviembre en un anuncio viral francamente divertido. En ¨¦l aparec¨ªa despotricando de ¡°inventos nefastos¡± como la electricidad o la rueda, para asegurar a continuaci¨®n que nunca invertir¨ªa en nada que empezase por ¡°cripto¡±. El lema de esta campa?a era, c¨®mo no, ¡°no seas como Larry¡±. Hoy, Jeff Schaffer, director del clip, se limita a decir: ¡°Ni Larry ni yo tenemos la menor idea de c¨®mo funcionan estos productos financieros: nunca los hemos comprado ni seguimos su evoluci¨®n, as¨ª que poco podemos decir al respecto¡±.
Eso s¨ª, si un famoso est¨¢ generando ahora mismo adhesiones incondicionales por su actitud hacia bitcoins e inventos por el estilo, ese es, como casi siempre, Keanu Reeves. En una charla con la revista The Verge, Reeves rompi¨® a re¨ªr cuando le preguntaron si ten¨ªa pensado invertir en activos digitales como los NFT. ¡°?Son un fraude! Se supone que son ¨²nicos, pero pueden reproducirse f¨¢cilmente¡±. Reeves explic¨® que esas im¨¢genes ¡°de valor art¨ªstico muy dudoso¡± se copian con un clic, ¡°pero un grupo de inversores ha decidido que pueden valer millones, porque tienen un certificado digital de autenticidad que los convierte en excepcionales¡±.
Para Dani Di Placido, de la revista Forbes, una vez m¨¢s ¡°Keanu representa la sabidur¨ªa del hombre com¨²n: si no entiendes que alguien est¨¦ dispuesto a pagar millones por ser el propietario de un [archivo] jpg que cualquiera podr¨ªa reproducir, a lo mejor es porque no tiene ning¨²n sentido¡±. Di Placido a?ade: ¡°Tengo unas ganas locas de explicarles a mis nietos que, en pleno apocalipsis clim¨¢tico, nos dedicamos a acelerar el consumo de combustibles f¨®siles para ir creando nuevas monedas y vendernos unos a otros un pu?ado de im¨¢genes de monos aburridos¡±. Tal vez a Matt Damon le hubiera venido de perlas que Keanu Reeves le hubiese explicado de qu¨¦ va esto antes de su anuncio para la Super Bowl.
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