El programa de entrevistas ¡°del momento¡± est¨¢ lleno de alitas de pollo picantes: ?una charla profunda o es ¡°sufrir por sufrir¡±?
Estrellas como Millie Bobby Brown, Lorde o Tom Holland se han prestado a participar en ¡®Hot Ones¡¯, un programa de YouTube que acumula millones de espectadores gracias a su combinaci¨®n entre preguntas serias y alitas de pollo fuertemente sazonadas
Los tiempos donde un batall¨®n de estilistas y el equipo del invitado se aseguraban de que una estrella apareciese impoluta en pantalla, ajena a todo s¨ªntoma de humanidad, han terminado. Al menos, para los millones de fieles que, semana a semana, se conectan a Hot Ones, un programa de entrevistas coproducido por el canal de comida First We Feast y Complex Media donde los espectadores pueden ver, por ejemplo, a la protagonista de ...
Los tiempos donde un batall¨®n de estilistas y el equipo del invitado se aseguraban de que una estrella apareciese impoluta en pantalla, ajena a todo s¨ªntoma de humanidad, han terminado. Al menos, para los millones de fieles que, semana a semana, se conectan a Hot Ones, un programa de entrevistas coproducido por el canal de comida First We Feast y Complex Media donde los espectadores pueden ver, por ejemplo, a la protagonista de Stranger Things, Millie Bobby Brown, presentar los nuevos cap¨ªtulos de su serie entre sudores, dolor, mareos y ganas de vomitar. El concepto es sencillo: un famoso se sienta frente al entrevistador, el periodista Sean Evans, y responde a un cuestionario sorprendentemente profundo, estudiado y serio mientras ambos degustan diez alitas de pollo sazonadas de una salsa cada vez m¨¢s picante. Celebridades que no comen carne, como Ricky Gervais, Billie Eilish, Kristen Bell o Natalie Portman, no tienen cerradas las puertas, sino que se les ofrecen alitas veganas (¡°las m¨¢s deliciosas¡± del programa, seg¨²n el presentador, que come siempre lo mismo que sus invitados).
El formato naci¨® en 2015, fruto de los c¨¢lculos sociom¨¦tricos de los v¨ªdeos alojados en Facebook, durante la dif¨ªcil migraci¨®n de los medios de comunicaci¨®n al audiovisual digital. Con el ojo puesto en el algoritmo, las estad¨ªsticas, la facilidad para posicionarse y otras caracter¨ªsticas consideradas demandas generales del p¨²blico, Complex, el medio con el que First We Feast hab¨ªa llegado a un acuerdo societario, ped¨ªa que los v¨ªdeos de Hot Ones durasen un m¨¢ximo de cinco minutos y medio, regla que solamente respetaron en el primer episodio.
De esta manera, el programa, que en varias ocasiones ya ha superado la media hora, fue forjando su identidad conforme se sobrepon¨ªa al gancho de la comida picante, el reclamo previo para que el espectador empezase a reproducir. Seg¨²n contaba el productor Christopher Schonberger al medio Eater, la idea inicial era hacer unos v¨ªdeos que fuesen un 80% nuevos, tipo Jackass (por lo que implicaba de desaf¨ªo f¨ªsico), y un 20% una buena entrevista. Por el camino, sin embargo, hallaron que la propuesta era mucho m¨¢s divertida si, al tiempo que las estrellas gestionaban a duras penas el ardor de salsas de alto octanaje en su boca, el presentador sorprend¨ªa con una ristra de preguntas realmente trabajadas e interesantes, justo lo contrario de lo que podr¨ªa esperarse de un programa tan, en principio, chorra. Y as¨ª 18 temporadas, a un ritmo de tres por a?o; la ¨²ltima de ellas completada esta misma semana.
La figura de Sean Evans, llegados a este punto, se alza como la aut¨¦ntica baza del espacio. Este periodista, que era un reci¨¦n llegado a Complex cuando Schonberger le plante¨® la idea de presentar Hot Ones, ha hecho de su rostro impasible y su actitud tranquila y simp¨¢tica una se?a de identidad del formato. Aparentemente inmune al picor de las alitas que come al mismo ritmo que el invitado, Evans declama una a una sus preguntas con gran claridad y serenidad mientras, frecuentemente, la persona que tiene delante lucha por mantener la compostura, respirar sin atragantarse o aliviar el escozor con las jarras de agua y leche dispuestas en la mesa. Es, por ejemplo, el caso de Idris Elba, que tiene que atender incr¨¦dulo, con los ojos enrojecidos y entre toses a una pregunta sobre el equipo de f¨²tbol al que perteneci¨® en su infancia, para minutos despu¨¦s invitar al productor Schonberger a pelear con ¨¦l por haber inventado el programa.
Otros invitados tratan de llevar el concepto a su terreno, como el actor de comedia Paul Rudd (Ant-Man, Clueless), que aprovecha la reacci¨®n lacrim¨®gena que le provoca la salsa para componer e improvisar una escena dram¨¢tica junto a Evans. El cocinero brit¨¢nico Gordon Ramsay, presentador de la versi¨®n original de Pesadilla en la cocina, convirti¨® tambi¨¦n su aparici¨®n (que ostenta el r¨¦cord de visualizaciones: m¨¢s de 108 millones) en una autoparodia, criticando con contundencia el modo en que estaban preparadas las alitas, a la manera de sus populares programas de telerrealidad.
Para quienes no consiguen completar el reto de comer las diez alitas, Hot Ones tiene reservada una Sala de la Verg¨¹enza, en la que solo se encuentren 16 de los cerca de 300 invitados que han acudido hasta ahora: entre ellos, Ricky Gervais, DJ Khaled o Eric Andr¨¦. Quien, desde luego, no se encuentra en esa sala es la cantante neozelandesa Lorde, que sorprendi¨® a todo el mundo degustando cada pieza con una calma extrema, mayor que la del presentador, como si estuviera en un picnic. Y en el lado opuesto de la dignidad figurar¨ªa el c¨®mico Bobby Lee, que aparentemente sufri¨® un apret¨®n durante la grabaci¨®n.
Sobreexponerse para humanizarse
¡°Es como el cine de terror. Siempre genera morbo y curiosidad ver c¨®mo alguien lo pasa mal. Es inherente al ser humano, parte de esa condici¨®n extra?a nuestra¡±, opina, consultado por ICON, Jordi Molt¨®, miembro del equipo del programa de Antena 3 El hormiguero. Molt¨® es el creador de algunos de los v¨ªdeos m¨¢s difundidos del programa de Pablo Motos, que frecuentemente busca tambi¨¦n romper con el formato cl¨¢sico de entrevista haciendo que sus invitados sean part¨ªcipes de elaboradas bromas: ¨¦l fue quien dise?¨® el gag de Rosal¨ªa disfrazada de reportera preguntando a diferentes viandantes la opini¨®n que ten¨ªan de ella, en algunos casos negativa.
Gracias a ese mismo ejercicio bien compensado de vulnerabilidad y riesgo, una propuesta como Hot Ones, con todos los padecimientos que sus salsas picantes puedan aparejar, ha conseguido atraer a famosos de primer¨ªsimo nivel, como Tom Holland, que acudi¨® antes del estreno de Spider-Man: No Way Home las pasadas Navidades. Hasta Noel Gallagher, el hist¨®ricamente bocazas guitarrista de Oasis, consigue parecer agradable al sentarse frente a Sean Evans. Molt¨®, sin embargo, reconoce no ser un entusiasta del formato: ¡°No deja de ser sufrir por sufrir. Tiene su gracia, pero para m¨ª le falta una pata que integre ese elemento y haga que tenga m¨¢s sustancia¡±. El creativo pone de ejemplo una cata de surstr?mming que hicieron en El hormiguero, donde, despu¨¦s de que la mayor¨ªa de los voluntarios vomitase tratando de probar una de esas latas de arenque fermentado t¨ªpicas de Suecia, un ciudadano del pa¨ªs acababa comi¨¦ndoselo con sumo gusto. ¡°Hay un aprendizaje de relativismo cultural, vemos c¨®mo algo que para nosotros es asqueroso para otros es un manjar¡±, explica.
No obstante, si algo ense?a Hot Ones es que uno puede aprender muchas cosas conversando entre alitas violentamente sazonadas: una de ellas, que Bryan Cranston fue sospechoso de asesinato, como el multipremiado actor de Breaking Bad confiesa en el programa. El ambiente especial que el programa crea, entre la vulnerabilidad de unos invitados con el paladar en combusti¨®n y la atenci¨®n y cuidado puestos en los cuestionarios, permite lograr aproximaciones ¨²nicas. ¡°De verdad nos preocupamos [por las entrevistas], porque hay muchos medios que simplemente ponen [a los famosos] a hacer bailes con donuts. Nosotros sab¨ªamos que esforz¨¢ndonos podr¨ªamos diferenciarnos¡±, cont¨® Sean Evans a Business Insider en 2017. En otra charla con The Verge, en 2019, hac¨ªa una reflexi¨®n similar: ¡°Hay muchos programas de entrevistas muy malos, lo que hace que, por comparaci¨®n, lo nuestro parezca excelente¡±. Tambi¨¦n describ¨ªa la mec¨¢nica interna de los ex¨¢menes a sus invitados como si ¡°cada alita fuese una parte distinta de la personalidad¡±. A la b¨²squeda de la catarsis mediante el a?adido de m¨¢s y m¨¢s ceros a la escala de picor Scoville.
Los resultados de ese esfuerzo hablan por s¨ª solos. Hollywood Insider lo llam¨® el pasado a?o ¡°el programa de entrevistas del momento¡± y ha sido ya dos veces nominado a los Daytime Emmys, dedicados a consagrar los mejores talk shows. Hot Ones, por supuesto, comercializa sus propias salsas, que obtuvieron 7 millones de beneficios en 2018, seg¨²n cont¨® la compa?¨ªa a The Verge. Y desde 2020 existe el concurso Hot Ones: The Game Show, tambi¨¦n presentado por Evans, donde los participantes tienen que responder a distintas preguntas de cultura general mientras, por supuesto, se llevan alitas muy picantes a la boca. Multitud de fans organizan sus propios retos con salsa para ver los programas. El ¨²nico gran desaf¨ªo que parece quedar a sus creadores por delante es conseguir la visita de Keanu Reeves, la celebridad m¨¢s solicitada en los comentarios de los v¨ªdeos. ¡°Un famoso es, por definici¨®n, inalcanzable¡±, contaba Evans al medio Eater, ¡°as¨ª que se trata de hacer descender a la persona a un nivel que entendemos todos, como es morir en salsa picante¡±.
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