¡°Viv¨ªamos en una Espa?a gris y de repente est¨¢bamos llen¨¢ndolo todo de color¡±: c¨®mo el grafiti conquist¨® los ochenta
El Museo Nacional de Antropolog¨ªa recupera los or¨ªgenes del grafiti espa?ol con una exposici¨®n que recupera zapatillas, vinilos, casetes e im¨¢genes in¨¦ditas. Un retrato alternativo del pa¨ªs a mediados de los ochenta
El baile de moda era el break dance; el sue?o de muchos chavales, unas Nike Jordan; la novedad entre los adolescentes, el rap. Y entonces, en ese momento de 1984, el grafiti invadi¨® las calles espa?olas. As¨ª lo ense?a la exposici¨®n Todo empez¨® en el ochenta y cuatro. Or¨ªgenes del grafiti en Espa?a, abierta hasta el 1 de noviembre en el Museo Nacional de Antropolog¨ªa de Madrid. ¡°Hay dos formas de contar la historia del grafiti. La gente que no hace grafiti busca antecedentes en la pintura rupestre, en los romanos. Pero no es eso: es una firma realizada con estilo y de manera clandestina¡±, cuenta Francisco Reyes, doctor en la Universidad Complutense de Madrid, autor de la primera tesis sobre el asunto en Espa?a y comisario de esta exposici¨®n, que re¨²ne pioneros de este movimiento como Kapi, Fini, Larry88 y Zeta para reconstruir la historia. ¡°Los que hacemos grafiti sabemos d¨®nde empez¨® todo. Fue un chico llamado Cornbread, quien comenz¨® a escribir su nombre en las paredes de Filadelfia en 1965. De ah¨ª pas¨® a Nueva York y despu¨¦s al resto del mundo¡±.
En Espa?a, tardar¨ªa algo m¨¢s en llegar. Fue en la base militar de Torrej¨®n de Ardoz, donde un estadounidense se salt¨® a la valla e hizo el primer grafiti en suelo espa?ol. Ocurri¨® en 1976: la firma de un tal Michel vino acompa?ada del dibujo del personaje Guille de Mafalda en un estilo primitivo t¨ªpico de los setenta. Ah¨ª ya estaban las claves del g¨¦nero: ¡°El grafiti es el getting up y su mensaje es el estilo¡±, en palabras de Kapi. Traducci¨®n: el getting up es el darse a conocer, y el mensaje es la sensaci¨®n generada por el estilo de las letras de esta firma. Volviendo a diferenciarlo de otras formas de pintar una pared: El street art, el arte urbano o los murales tienen otros prop¨®sitos y un origen mucho m¨¢s antiguo.
Las otras novedades culturales de la ¨¦poca ¡ªelementos hip hop, como el break dance, el rap y la moda callejera¡ª contribuyeron a dar forma al invento. El break dance, por ejemplo, apareci¨® por primera vez en televisi¨®n espa?ola en Un, dos, tres, de 1984. La fiebre break fue tan grande que el programa de televisi¨®n Tocata (1983-1987) incluy¨® durante dos a?os el concurso de baile A todo Break (1984-1986). Otras se?ales llegaron en forma de m¨²sica: la emisora Radio Vinilo, que Roberto Azor¨ªn Durruti acababa de fundar a petici¨®n de la familia Serrano S¨²?er, fue una de las primeras en poner rap aquel a?o. ¡°Nosotros lo grab¨¢bamos en la t¨ªpica cinta casete. As¨ª nos hac¨ªamos con temas que no estaban en Espa?a¡±, rememora Reyes. Cuando los vinilos de rap llegaron al pa¨ªs, muchos tra¨ªan grafitis en las portadas, lo cual, en un mundo sin internet, supuso una importante fuente de informaci¨®n. ¡°Si consegu¨ªamos un vinilo con un grafiti, intent¨¢bamos copiar sus letras, y otras las invent¨¢bamos para de all¨ª sacar el abecedario. ?bamos creando a partir de la poca informaci¨®n que ten¨ªamos¡±, rememora Fini, grafitero fundacional sevillano.
Otro grafitero de la ¨¦poca, Kapi, recuerda que, una cita en el Instituto Americano de Barcelona en 1985 contribuy¨® a cuajar la historia: era una exposici¨®n de fotograf¨ªas de grafiti del metro de Nueva York de Henry Chalfant que inspir¨® a muchos chavales de la ¨¦poca: ¡°Los breakers y algunos punks que hac¨ªan pintadas con est¨¦ncil van a esa exposici¨®n y de all¨ª empiezan con el grafiti. Es all¨ª donde inicia todo en Barcelona¡±, asegura. A partir de ah¨ª, la gente se sum¨® por lados distintos. En 1987, TVE emiti¨® Style Wars (1983), un documental de Henry Chalfant y Tony Silvers sobre la cultura hip hop de Nueva York, el cual llev¨® a nuevos artistas al grafiti. ¡°Henry Chalfant iba mucho a Barcelona porque ten¨ªa un familiar aqu¨ª. Nos hicimos amigos y ¨¦l nos enviaba material, lo cual dio a la ciudad la ventaja durante un a?o o dos. La generaci¨®n de la capital es otro caso, la mayor influencia es Muelle, un aut¨®ctono que ten¨ªa un estilo ¨²nico en Madrid¡±, afirma Kapi.
Se refiere a Juan Carlos Arguello, conocido como Muelle, quien empez¨® a escribir su nombre en solitario en 1981. Muchos de los que salieron despu¨¦s imitaban su estilo o al menos uno de sus elementos, seg¨²n Reyes. ¡°Hac¨ªan letra caligr¨¢fica con una R marcada, una espiral o una flecha. Lo llamamos flecheros o aut¨®ctonos y son los primeros en hacer grafiti, pero no se considera hip hop. Si te fijas, no tienen las estructuras de letras con colores, con las pompas del grafiti americano¡±. Sin embargo, fue una de las escasas culturas contempor¨¢neas del grafiti ajenas a la estadounidense, lo cual la convierte en un tesoro antropol¨®gico. M¨¢s tarde, con la popularizaci¨®n del hip hop, la mayor¨ªa abandon¨® la pr¨¢ctica local y adopt¨® los nuevos c¨®digos, que resultan ser m¨¢s complejos, interesantes y divertidos.
El bum del grafiti lleg¨® realmente en 1988, cuando las firmas inundaron las calles de las ciudades, en una desesperada carrera para ser vistos en una ciudad que busca borrarlos inmediatamente. ¡°Viv¨ªamos en una Espa?a gris y de repente est¨¢bamos llen¨¢ndolo todo de color, dando vueltas con la cabeza y haciendo locuras¡±, celebra Reyes. La moda callejera acompa?¨® esa revoluci¨®n. ¡°Hab¨ªa que llevar cordones gordos en las zapatillas porque lo hac¨ªan en las pel¨ªculas, pero no hab¨ªa nadie que los fabricaba, as¨ª que lo hac¨ªamos nosotros mismos. Los Mercedes y Volkswagen de nuestro barrio no llevaban insignias porque la gente las robaba para usarlas como colgantes como hac¨ªan los Beastie Boys. Y las zapatillas Jordan era un sue?o, yo pas¨¦ dos cumplea?os y unos Reyes ahorrando para comprarlas¡±, cuenta Reyes.
Ahora, el MNA re¨²ne todo lo se puede reunir de esa ¨¦poca: prendas, zapatillas, cinturones, vinilos, casetes, carteles de conciertos, bocetos, correspondencia... Hay tambi¨¦n fotos de los primeros grafitis de Barcelona, Alicante, Sevilla, Castell¨®n, M¨¢laga, Zaragoza, Mallorca y Valencia. Adem¨¢s, hay firmas originales de aquellos a?os, parte de la colecci¨®n de Lary88, que se dedic¨® durante tres a?os a ir por las estaciones de metro con un c¨²ter recortando de los carteles de metro las firmas de la gente. Llaman la atenci¨®n los textos de la exposici¨®n, hechos todos a mano por grafiteros. Aunque no valora si el grafiti es arte o no, Reyes afirma que aparecer en un museo concede al movimiento ¡°cierto valor hist¨®rico¡±.
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